“El que persevere hasta 
			el fin será salvo”, Mat. 24:13.
			
			 
			
			Introducción:
			      A. Es muy importante obedecer al 
			evangelio: Oír, creer, arrepentirse, confesar a Cristo, ser 
			bautizado.
      B. Pero también Jesús dice, “Sé fiel hasta la 
			muerte, y yo te daré la corona de la vida”, Apoc. 2:10.
      C. “Perseverar”, continuar en o con, persistir (2 
			Tim. 3:14), permanecer, durar – hasta el fin de la vida.
      D. La Biblia habla de los fieles… y también de 
			los que desechan la fe, naufragaron en cuanto a la fe, se desviaron 
			de la verdad, etc.
			
			I. “El que persevere…” creciendo en la gracia y el conocimiento 
			del Señor, 2 Ped. 3:18.
			      A. Comienza con la leche de la 
			palabra (1 Ped. 2:1, 2), pero pronto digiere alimento sólido. Heb. 
			5:12-14.
      B. Su fe crece, porque añade a su fe virtud, 
			conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y 
			amor. 2 Ped. 1:5-10.
      C. Crece porque no está dormido, 1 Tes. 5:5, 6, 
			porque no es hijo de la noche y tinieblas, sino del día y la luz.
      D. Su amor abunda más y más, Fil. 1:9. Todo su 
			servicio a Dios es abundante. No le sirve a medias. No le sirve con 
			doble ánimo.
			
			II. “El que persevere…” no volviendo atrás, no apartándose
     del camino angosto (Mat. 7:13).
			      A. “Demas me ha desamparado, 
			habiendo amado el mundo presente”, 2 Tim. 4:10.
      B. Pablo dijo que algunos de los gálatas habían
			caído de la gracia (Gál. 5:4).
      C. Hebreos 6:6 dice que algunos “crucifican de 
			nuevo para sí mismos al Hijo de Dios”.
      D. A veces se dice que “fulano es cristiano, pero 
			ya no persevera”, pero si no persevera, no es cristiano.
			
			III. “El que persevere…” persistiendo en correr la carrera, 
       Heb. 12:1, “corramos con perseverancia la 
			carrera 
       que tenemos por delante”.
			      A. Con los ojos puestos en Jesús, 
			Heb. 12:2, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la 
			fe”. No en los otros miembros, sino en Cristo.
      B. No correr “como a la ventura”, 1 Cor. 9:26, 
			“yo corro así, no como a la ventura; peleo así, no como quien golpea 
			al aire”. Tiene propósito firme, una meta, Fil. 3:14.
      C. No correr como algunos de los gálatas. 
			“Corríais bien, ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Gál. 
			5:7.
      D. ¿Nunca tropieza? Sí, y Satanás y gente mundana 
			se regocijan, pero su gozo es de poca duración cuando el cristiano 
			se levanta y sigue corriendo.
      E. Corre como Pablo, resuelto a terminar la 
			carrera, 2 Tim. 4:7. No abandona la carrera por el cansancio o 
			desaliento. “No desmayamos”.
			
			IV. “El que persevere…” no es como la semilla que cayó
      sobre la piedra, Luc. 8:13. ¿Qué pasa con esta 
			semilla?
			      A. “En el tiempo de la prueba se 
			apartan”, pero recuérdese que “a través de muchas tribulaciones 
			entremos en el reino de Dios” (Hech. 14:22).
      B. Rom. 12:12, es sufrido en la tribulación: 
			aflicciones, condiciones penosas, contratiempos, dificultades, 
			sufrimientos, etc.
      C. Tales tribulaciones no deben causar 
			desaliento. Recordemos que “la tribulación produce perseverancia” y 
			aun gozo, Rom. 5:3.
      D. A veces las pruebas son pesadas, pero hay 
			millones que con todo gusto cambiarían lugar con la mayoría de 
			nosotros.
      E. La tribulación que el cristiano sufra es MUY 
			ligera comparada con la tribulación de los perdidos que van al 
			infierno para ser atribulados para siempre.
			
			V. No es como la semilla que cayó entre espinos, Luc. 8:14.
     “Son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y
			
     los placeres de la vida, y su fruto no madura”.
			      A. Rechaza ropa deshonesta, 
			bebida social, desnudez, sexo ilícito, violencia, lenguaje pesado, 
			todas las obras de la carne, (Gál. 5:19-21) del cine, TV, videos, 
			Internet.
      B. No anhela volver al mundo, pues sabe 
			que lo que ha dejado en el mundo es “basura” (Fil. 3:8).
      C. Es de corazón bueno y recto, ama la iglesia, 
			ama el estudio bíblico, el cantar himnos, estar con otros cristianos 
			en actividades sanas. Lleva mucho fruto, v. 15.
			
			VI. ¿En qué persevera?
			      A. En la doctrina (enseñanza) de 
			los apóstoles, Hech. 2:42. Millones de los que profesan ser 
			cristianos no lo hacen.
      No les gusta. No les conviene. Sustituyen la 
			doctrina y la iglesia de Cristo con sus propias preferencias, lo que 
			les gusta… y dicen que es bíblico, que es del Espíritu Santo... Pero 
			obviamente es de ellos.
      Es increíble que tanta gente muy inteligente, 
			gente letrada y docta, rechacen la enseñanza de Cristo y los 
			apóstoles... Como si no hubiera Nuevo Testamento que seguir.
      2 Tim. 1:13, “Retén la forma (patrón) de las 
			palabras sanas que has oído de mí”. Sobre el evangelio, la iglesia, 
			el culto, el gobierno de la iglesia, la obra de la iglesia, etc.
      Muchos hermanos aceptan el sistema liberal 
			(centralización, instituciones, evangelio social); error sobre 
			divorcio y segundas nupcias; Deidad de Cristo; la Creación.
      En fin, “el que persevere…” es “el que presta 
			atención a la perfecta ley de la libertad y que persevera en ella”, 
			Sant. 1:25.
      B. Persevera “en bien hacer”, Rom. 2:7. “No nos 
			cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, 
			si no desmayamos”, Gál. 6:9.
      Tito 2:14, es celoso de buenas obras; 3:1, 
			dispuestos a toda buena obra; 3:8, 14 se ocupa de continuo y abunda 
			en buenas obras.
      Sant. 2:26, sabe que la fe sin obras está muerta. 
			Por eso, hace buenas obras para perfeccionar su fe, v. 22.
      C. Persevera en la oración. Luc. 18:1, orar 
			siempre y no desmayar; 1 Tes. 5:17, orad sin cesar; Hech. 6:4, 
			continuaremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
      D. En fin, persevera en la gracia de Dios, Hech. 
			13:43, “les hablaban y les persuadían a perseverar fieles en la 
			gracia de Dios”.
			
			VII. El que no persevera:
			      A. Es como “cisternas rotas que 
			no retienen el agua” (Jer. 2:13). Inútil.
      B. “Si alguien no permanece en mí, es echado 
			fuera como rama, y se seca. Y las recogen y las echan en el fuego, y 
			son quemadas”, Juan 15:6.
      El que no persevera es como “El perro (que) se 
			volvió a su propio vómito; y la puerca lavada, a revolcarse en el 
			cieno (lodo)”, 2 Ped. 2:22.
			
			Conclusión:
			      A. Luc. 9:62, “Nadie, que después 
			de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de 
			Dios”. Debe tener los ojos “puestos en Jesús”.
      B. “No somos de los que retroceden para 
			perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma”, 
			Heb. 10:39.
      C. Pensemos en las consecuencias de no perseverar 
			hasta el fin. ¿Si Pablo no hubiera perseverado? Sobre todo, ¿si 
			Cristo no hubiera perseverado? ¿Dónde estaríamos?
      D. “El que persevere…” ve las cosas como los que 
			están condenados en el Hades: se preocupa por el alma, dispuesto a 
			obedecer, hace todo para evitar el tormento eterno.
 
			
* * * * * * * * * *