Dios es Omnipresente

 
 


“¿Hasta cuándo no me creerán?”

I. ISRAEL NO CREYÓ A DIOS.
    
A. Dios estuvo presente con ellos en la nube y en el fuego. Exodo 13:21, “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche”.
     B. Les dio maná del cielo, agua de la peña, codornices que comer para manifestar su presencia con ellos.
C. Les prometió repetidas veces que les daría la tierra de Canaán.
     D. Pero no le creyeron. Números 14:11, “¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”

II. DEBEMOS CREER QUE DIOS ES OMNIPRESENTE.
    
A. Salmo 139:1, “Oh, Jehová, tú me has examinado y conocido … 7-12 ¿A dónde me iré de tu Espíritu?¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz”.
     B. 2 Crónicas 16:9, “Los ojos de Jehová contemplan toda la tierra…” Proverbios 15:3, “Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos”.
     C. Salmo 34:18, “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón”; 119:151, “Cercano estás tú, oh Jehová”; 145:18, “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan en verdad”.
     D. Hechos 17:25, “él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”.
         
n Cada mañana al amanecer debemos decir, “Dios me da vida, Dios me da el aliento”.
         
n Debo observar las manos. Debo meditar en las miles de cosas que las manos pueden hacer y dar gracias a Dios por ello. Debo meditar en los ojos, los oídos y en el cerebro que dirige todo el cuerpo y recordarme que Dios lo hizo todo.
     E. Hechos 17:27, “ciertamente (Dios) no está lejos de cada uno de nosotros. 28. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”.
         
n No debemos decir, “vivo y me muevo y existo porque es normal, es natural”. No, mil veces no. Vivo, me muevo, existo porque Dios me da vida y aliento.
         
n No es cuestión de haberme dado vida solamente cuando nací, sino que me da vida, me da aliento y alimento y “todas las cosas” cada momento, cada día, mientras viva.

III. PARA ESTAR BIEN CON DIOS ES INDISPENSABLE ESTAR CONSCIENTES DE SU PRESENCIA TODO EL TIEMPO.
     A. Cristo sabía que el Padre estaba con Él. Juan 8:29, Cristo dice, “conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada”; Juan 16:32, dice a los apóstoles, “me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo”.
     B. Pablo dijo que “el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas” cuando “todos me desampararon” (2 Tim. 4:16, 17).
     C. De la misma cada hermano y cada hermana debe decir, Dios está “a mi lado”.
     D. Mateo 18:20, Jesús dice, “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
     E. Pero está con nosotros no solamente en la asamblea sino también como dijo a los apóstoles (Mateo 28:20), “todos los días”.

IV. ¿CÓMO NOS AFECTA UNA FE SINCERA EN LA OMNIPRESENCIA DE DIOS?
    
A. Con esta actitud podemos soportar pruebas, vencer tentaciones, ser diligentes en estudiar las Escrituras y ser activos en la obra enseñando a otros.
     B. Con esta actitud tendremos mucho cuidado para no pecar ni en hecho ni en palabra ni en pensamiento (Dios sabe los pensamientos como conoce las acciones y palabras).
     C. Con esta actitud vamos a recordar siempre que “Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gál. 6:7).
     D. Hebreos 4:13, “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. No tiene que vernos de lejos, desde el cielo, porque “Cercano estás tú, oh Jehová”.
     E. Seremos más constantes en oración y en estudio bíblico.

V. DIOS ESTABA PRESENTE EN EL MUNDO EN LA PERSONA DE CRISTO.
    
A. Pero mucha gente no creyó a Jesús. Juan 8:46, “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” ¡Imagínese! Dios estaba con ellos y no le creyeron.
     B. HAY MUCHA EVIDENCIA PARA PROBAR QUE CRISTO ES DIOS (Rom. 9:5; Tito 2:13; Heb. 1:8; 2 Ped. 1:1; 1 Jn. 5:20).
     -- Juan 1:18, “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Cristo tuvo que ser Dios para revelar a Dios.
     -- Juan 14:9, “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” ¡Podemos ver a Dios!
     -- Juan 5:18, “decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios”.
     -- Juan 10:33, “tú, siendo hombre, te haces Dios”.
     -- Mateo 8:26, 27, Cristo “les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” Este milagro fue obra del Creador; sólo el Creador puede mandar de esta manera su creación.
     C. Por eso, les convenía a los que le conocían personalmente a creer en Cristo y creer lo que les decía porque era y es Emanuel, DIOS CON NOSOTROS. Igualmente nos conviene a nosotros creer que Cristo es Dios y creer lo que nos dice.

VI. ¿DEBEMOS CREER QUÉ?
    
A. El verdadero plan de salvación.
     -- Marcos 16:16, “el que creyere y fuere bautizado será salvo”. Creer en Dios. Creer a Dios. Creer que Cristo es el Hijo de Dios (o sea, de la misma naturaleza, Deidad, omnipotente, omnisciente, era adorado, perdonaba pecados, etc.). Creer a Cristo.
     -- Lucas 13:3, “si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.
     -- Hechos 8:36-38, “Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?...Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios…y le bautizó”. Esta es la confesión correcta (Mateo 10:32, 33).
     -- Hechos 2:38, “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
-- Hechos 2:47, “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. ¿A qué iglesia? A la iglesia que Cristo edificó, Mateo 16:18, la que compró con su sangre, Hechos 20:28.
     -- Este es el verdadero plan de salvación. No es lo que algunos burladores llaman “regeneración bautismal”; más bien, es obedecer al evangelio (1 Ped. 1:22; 4:17; 2 Tesal. 1:7-9), ejemplificado a través de Hechos de los Apóstoles (Hechos cap. 2, los 3000; 8, los samaritanos y el eunuco, etc.).
     -- Deben ser rechazadas todas “las doctrinas de demonios”, tales como el supuesto “pecado original” (pecado “heredado” de Adán), salvación por la “fe sola”, salvos por ser buena gente, salvación universal, etc.
     B. Creer en la vida eterna y en el castigo eterno. Mateo 25:46, “irán éstos (los de la izquierda) al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
     -- ¡Imagínese cómo les afectaría si en verdad los que profesan ser cristianos creyeran estas promesas!
     -- Profesan creer lo que Jesús dice acerca del “infierno de fuego”, pero si su fe en esto fuera “como un grano de mostaza”, harían todo lo posible por rescatar a los que no han obedecido al evangelio, como dice Judas (23) “arrebatándolos del fuego”.
     -- Y con esa fe buscarían primeramente el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33). Esto significa poner lo primero primero, no solamente en palabras sino en hechos, “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Los que descuidan las asambleas y clases de la iglesia simplemente no creen en la presencia del Señor.

Conclusión:
         
n  Si en verdad creemos en la omnipresencia de Dios, que Dios “está a mi lado”, entonces diremos con Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
         
n  Para toda decisión de la vida preguntaremos: “¿Qué haría Jesús si Él estuviera en mi lugar?”
         
n  Dios sigue preguntando: “¿Hasta cuándo no me creerán?
         
n  Jesús sigue preguntando: “¿Por qué no me creen?”

* * * * * * * * * *

 

Free Site Counters

A página principal