No perezosos en lo que
requiere diligencia

 
 


Rom. 12:11


Introducción:

        A. Diligente = “fervientes en espíritu”; cuidadoso, pronto, presto. Los asuntos de Dios merecen diligencia. Hech. 18:25, Apolos. Entusiasmo. Ecles. 9:10, “Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con empeño”. No hablar de ser diligente sino ser diligente. Prov. 14:23, “En toda labor hay ganancia, pero la palabra sólo de labios lleva a la pobreza”.
                1. En el trabajo secular, Efes. 4:28; Col. 3:22, 23; 1 Tes. 4:11; 2 Tes. 3:6-14
                2. La mujer como ama de casa, Tito 2:4, “hacendosa en el hogar”. (“Me equivoqué de casa”). Prov. 31:13,31, “Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos. Dadle el fruto de sus manos, y que sus obras la alaben en las puertas”.
                3. Hijos responsables: ropa, habitación, ayudar en todo (casa, yarda {césped
}, carro).
        B. Perezoso = negligente, indolente, descuidado, flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar; tardo, lento en la acción. ¿Cristianos perezosos? Contradicción.
                1. Heb. 5:11; 6:12, formar el hábito de estudiar la Biblia regularmente.
                2. Conocerla. Aprender doctrina de sus familiares, amigos, para ayudarles.
        C. ¿Cómo es el perezoso?

I. El perezoso no quiere comenzar.
        A. Prov. 6:9, “Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? Cuándo te levantarás de tu sueño?” Rom. 13:11, 12; Efes. 5:14.
        B. El contesta (v.10), “Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar”. Dice “un poco” tres veces.
        C. Así son muchos. No quieren empezar. No quieren obedecer al evangelio. Le falta voluntad para levantarse del sueño para comenzar. No le gusta decidir nada. No quieren cambiar. No quieren compromiso.

II. El perezoso, si empieza, no quiere terminar.
        A. Prov. 12:27, “El indolente no asa su presa, pero la posesión más preciosa del hombre es la diligencia”. No aprovecha la comida espiritual que está disponible
        B. Prov. 26:15, “El perezoso mete la mano en el plato, pero se fatiga de llevársela a la boca”. Todos dirán, “Ese no soy yo”. ¿Está seguro? Muchos abren la Biblia pero no beben la leche ni comen el alimento sólido. No lleva la comida al cerebro, porque no quieren pensar, meditar y estudiar. Es trabajoso. Es difícil. “No entiendo”.
        C. No conviene reírse de tal perezoso, porque bien describe todo aquel que no aprovecha de lo que Dios provee y no perseveran en las cosas de Dios. ¿Cuántos han comenzado como cristianos y luego no perseveran? ¿Cuántas resoluciones hechas, cuántas decisiones tomadas, que después se abandonan?
        D. Las epístolas abundan en exhortaciones ¿a quiénes? A los que han comenzado. Les exhortan a perseverar, a correr con paciencia la carrera hasta el fin.

III. El perezoso no quiere enfrentar lo difícil.
        A. Prov. 20:4, “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará”. Ecles. 11:4, “El que observa el viento no siembra, y el que mira las nubes no siega”. Dice que es muy frío para arar el campo. Le incomoda. Escoge lo más fácil
        B. Prov. 26:13, “El perezoso dice: Hay un león en el camino; hay un león en medio de la plaza”. No quiere hacer nada que sea un poco arriesgado.
        C. Muchos dicen lo mismo: no puedo vivir como cristiano. No puedo vencer tal o cual vicio. No puedo, no puedo, no puedo. Es duro, es difícil, me cuesta trabajo.

IV. El perezoso hace excusas y luego termina
      creyéndolas él mismo.

        A. Prov. 26:16, “El perezoso es más sabio en su opinión que siete que responden con discreción”.
        B. Es experto en racionalizar su pereza y cree que es muy sabio y juicioso. Cree que tiene razón (aunque obviamente está equivocado).
        C. Compárense las excusas de Luc. 14:15-21. Toda excusa es ridícula, pero la persona que la use cree que es muy buena razón.

V. El perezoso es “dolor de cabeza” para el patrón que lo ocupa.
        A. Prov. 18:9, “También el que es negligente en su trabajo es hermano del que destruye”.
        B. Prov. 10:26, “Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos, así es el perezoso para quienes lo envían”.
        C. ¿Y los siervos del Señor Jesús no le provocarán si son desidiosos? Apoc. 3:16,17.

VI. El perezoso mismo es víctima de su pereza. Hay consecuencias serias.
        A. Prov. 15:19, “El camino del perezoso es como un seto de espinos, mas la senda de los rectos es una calzada”. Su camino es estrechado y cercado por muros de espinos dañinos. Cada excusa que haga es otro espino en el seto.
        B. Es persona infeliz. Prov. 13:4, “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada”. Es asediado por los deseos que no puede realizar. El perezoso es muy inquieto, intranquilo
        C. Prov. 21:25, 26, El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar; todo el día codicia”. ¡Sus deseos lo matan!
        D. Prov. 6:11, “Así vendrá tu necesidad como caminante. Y tu pobreza como hombre armado”.
        E. Ecles. 10:18, “Por negligencia se hunde el techo, y por pereza tiene goteras la casa”.
        F. Su vida es un desastre. Prov. 24:30, 31, “He pasado junto al campo del perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento, y he aquí, estaba todo lleno de cardos, su superficie cubierta de ortigas, y su cerca de piedras, derribada”.

VII. El perezoso debe aprender de las hormigas.
        A. Prov. 6:6-8, “Vé a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor”. La hormiga avergüenza al perezoso. No necesita supervisor que la obligue a llevar a cabo su tarea, diciéndole cuándo empezar y cuándo terminar. ¿Quién no ha visto hormigas trepando árboles cargando insectos más grandes que ellas.
        B. “pero prepara su comida en el verano, y guarda su sustento en el tiempo de la siega”. No piensa solamente el presente, sino que prepara para el futuro.
        C. Jeremías 8:20, “Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos”.

Conclusión:
        A. Nosotros debemos aprender las consecuencias de la pereza. Prov. 24:32, “Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; miré, y recibí instrucción”.
        B. Estos textos que describen lo ridículo del perezoso no son para provocar risa, sino para hacernos reflexionar y ser sabios.
        C. Los judíos fielmente enseñaban a sus hijos jóvenes algún oficio. Decían que el no enseñarle oficio es enseñarle a ser ladrón.
        D. Asimismo deben ser cumplidos en el hogar, en la escuela y en la iglesia.
        E. El perezoso no es “hombre bueno pero poco negligente”; más bien, es hombre malo. No conviene hacer excusas para justificar al perezoso. Tiene carácter malo y debe arrepentirse.
(Véase este sermón, pero más amplio, en “Prediquemos la Palabra” por Terry Partain)


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