La Familia de Dios

Gálatas 3:26, 27

 

Introducción. Todos son creados por Dios, pero no todos son hijos de Dios... La familia aquí (la familia física) es una gran bendición de Dios, pero la familia espiritual es aun más importante…

 

I. ¿CÓMO ENTRAMOS EN LA FAMILIA?

         ¿Cómo entramos en la familia física? Por medio del nacimiento físico. ¿Y para entrar en la familia de Dios? Nacer otra vez, Juan 3:3-5.

          “Del Espíritu”: El Espíritu Santo provee la simiente incorruptible, la palabra, 1 Ped. 1:23, el evangelio, 1 Ped. 1:25; 1 Cor. 4:15.El evangelio  produce el cambio de corazón (fe, arrepentimiento) y nos enseña que debemos confesar a Cristo (Mat. 10:32; Hech. 8:37; Rom. 10:10) y ser bautizados para el perdón de pecados (Hechos 2:38).

         ¿El agua del “nuevo nacimiento”? Obviamente, es el bautismo, Jn. 3:23; 4:1; Mat. 28:19; Hechos 2:38… El bautismo es muy rico en significado, Rom. 6:3, 4.

         De esta manera uno llega a ser hijo de Dios, Gál. 3:26, 27… Nace otra vez para entrar en la familia de Dios.

         Según Hechos de los Apóstoles fueron bautizados “cuando creyeron”. 3000 el mismo día, Hech. 2:41; eunuco, en el camino, Hech. 8:37-39; carcelero, a media noche, Hech. 16:33, 34.

 

II. PERTENECEMOS A UNA FAMILIA  porque fuimos añadidos a la iglesia de Cristo, Hech. 2:47.

          ¿Puede haber hijo sin familia? ¿Oveja sin rebaño? ¿Soldado sin ejército? ¿Ladrillo sin edificio?

         A. Gén. 2:18. Como el hombre necesita su esposa y familia, así también cada cristiano necesita su familia espiritual, la iglesia. ¡Tengo familia! ¡Puedo y debo disfrutarla como disfruto mi familia física!

         B. La comunión con hermanos es parte integral del plan de Dios. Formamos una familia, para amar, servir, soportar, perdonar, amonestar, edificar, animar los unos a los otros.

         C. 1 Cor. 12:12, todos los miembros del cuerpo constituyen un solo cuerpo, un “organismo” para adorar a Dios, edificarse a sí mismo, obrar, evangelizar.

         Cada cristiano encuentra su significado e importancia como miembro del cuerpo, ajustado, concertado, coordinado con los demás. Efes. 4:16.

         Algunos dicen , “No necesito la iglesia”. Esto es como si dijeran, “Señor te quiero a ti pero no me gusta tu cuerpo… tu esposa”. 1 Ped. 2:17, “amad a los hermanos”.

          “Miembro” no significa simplemente asistir a los servicios de adoración.  Significa “compromiso” con Cristo y con la iglesia. Hemos aceptado una bendición y también una  “responsabilidad”.

         Como aceptamos la responsabilidad de marido, de esposa, de padres, cada miembro de la iglesia es responsable por la edificación y la unidad de la iglesia, como también su crecimiento.

 

III. BENEFICIOS DE ESTAR EN LA FAMILIA DE DIOS.

         A. Recibimos “regalos (derechos) de nacimiento”: nombre, identidad,  privilegios, herencia, Gál. 4:7.

         B. Efes. 1:7, “En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia”. V. 18, Que “los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.

         1 Ped. 1:4, recibimos “una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros”.

         Apoc. 21:4, “Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron."

 

IV. LOS PRIVILEGIOS MÁS GRANDES DE LA VIDA.

         A. Heb. 2:11, “…El no se avergüenza de llamarlos hermanos”.

         B. Mat. 12:50,  Ser incluido en la familia de Cristo es el honor más grande de la vida. ¿Cómo puede un hijo de Dios sentirse insignificante?

         C. Efes. 1:5, “nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad”.

         D. Efes. 2:19, “Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios”.

         Como miembros conversamos los unos con los otros, no solamente de asuntos superficiales sino de asuntos serios. Compartimos sentimientos, heridas, temores, dudas y de la esperanza de la vida eterna.

         La fe mía ayuda a mi hermano y la fe de él me ayuda a mí. La esperanza mía le ayuda  a él y la esperanza de él me ayuda a mí.

         Sant. 5:16, confesar faltas, orar juntos, ofrecer simpatía genuina, 1 Tes. 5:14; Gál. 6:1, 2. Debe haber “confianza”,  apoyo mutuo entre los miembros de la iglesia, la familia de Dios.

         Algunos miembros han tenido (tienen) experiencias difíciles y hasta amargas en su propia familia (en su matrimonio). Necesitan el apoyo de sus hermanos.

         E. 1 Tim. 3:15, Te escribo “para que sepas cómo debe conducirse uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad.”

 

V. EL HONOR MÁS GRANDE: SER TRANSFORMADOS A LA IMAGEN DE CRISTO. 

         A. Cristo es Dios. Col. 1:15, Heb. 1:3; Jn. 14:9. La imagen de Cristo = la imagen de Dios.

         B. Todos son hechos a la imagen de Dios, Gén. 1:26, con espíritu, inteligencia, voluntad, emociones, pero no todos son transformados a la imagen de Cristo. Para esto es necesario obedecer al evangelio de Cristo.

         C. Efes. 4:24, “vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” – esto significa reproducir la vida divina en nuestra vida.

         D. 2 Ped. 1:4, “nos han sido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas seáis hechos participantes de la naturaleza divina”.

         E. Meta primordial = desarrollar el carácter de Dios. Mat. 5:1-12; el fruto del Espíritu, Gál. 5:22, 23; las siete virtudes de 2 Ped. 1:5-10, etc.

         F. Esta es la vida abundante prometida por Jesús, Juan 10:10.

 

CONCLUSION.

         A. Gál. 3:27, “Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido.” Gál. 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.  Esto significa nuestra identidad  con Cristo (ser verdaderos “cristianos”).

         B. 2 Cor. 3:18, “nosotros, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen”.

         C. 1 Tes. 4:17 “Seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre”.

         D. 1 Jn. 3:2, “somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es”.

         E. Como miembro de La IGLESIA puedo realizar esta transformación a la imagen de Cristo y luego mutuamente disfrutaremos la bendición eterna.