LA PREDESTINACIÓN CALVINISTA ES FALSA
¿Qué Es La Predestinación Calvinista?
El calvinismo es básicamente la enseñanza de Agustín, uno de los llamados
“padres de la iglesia” del cuarto y quinto siglos, consolidada y sistematizada
por Juan Calvino.
Supuestamente promueve su principal objetivo: que la gloria sea
únicamente de Dios y para hacer esto niega el libre albedrío de la humanidad.
Según esta torcida teología el convertir al hombre en un mero títere sin libre
albedrío glorifica a Dios. ¡Qué tontería! Dios es glorificado cuando su
criatura, hombre, creado a la imagen de Dios, voluntariamente y con todo amor,
le obedece y le sirve. Dios es deshonrado cuando su criatura hombre
voluntariamente le desobedece y
rechaza.
El Calvinismo presenta al mundo "otro evangelio" aparte del evangelio
predicado por los apóstoles (Gál. 1:8,9). Enseña que antes de la fundación del
mundo Dios eligió o predestinó a cierto número de hombres para vida eterna y
cierto número de hombres para condenación. Esta llamada "elección" se hace
incondicionalmente (es decir, sin tomar en cuenta la obediencia o desobediencia,
la sujeción o rebeldía de los hombres). (El Calvinista dice que Dios no
predestinó a nadie para perdición, pero si
Dios predestinó a ciertos hombres para salvación, el único destino que
había para los demás era y es la perdición. ¿Por qué no quieren admitir esta
verdad obvia? Si tienen vergüenza de su doctrina deben renunciarla.
En cuanto a que Dios predestinó a ciertos hombres para la vida eterna,
los proponentes del Calvinismo dicen que no es una doctrina de Calvino sino
del apóstol Pablo. Ellos tuercen los
escritos de Pablo (2 Ped. 3:16) cuyo propósito era
explicar a todos (mayormente a los
hermanos judíos) que desde la fundación del mundo el plan de redención era
para todos (judíos y gentiles). Ese plan predeterminado era que hubiese un
pueblo especial compuesto de los redimidos de todas las naciones que sería para
la alabanza de su gloria.
Aquí damos la explicación correcta de los textos principales que son
malinterpretados (torcidos) por Calvinistas. Estas explicaciones están en “Notas
Sobre Efesios” (por este servidor) y “Notas Sobre Romanos” por el hno. Bill H.
Reeves.
Eph 1:4
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él,
-
Nos
escogió ¿cómo, para qué? Para que fuésemos santos. ¿Quiénes? Todos los que
obedezcan al evangelio (Mateo 28:19).
Eph 1:5
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio
de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
-
Los
judíos creían que solamente ellos podían ser “hijos” de Dios, pero Dios había
predeterminado desde antes de la fundación del mundo que habría hijos de Dios
entre los hombres de todas las naciones.
"según nos escogió ... predestinado ..."
Lo que Dios hace es lo que El siempre pensaba hacer. Dios no hace nada
por casualidad. Este texto y muchos otros indican claramente que el plan de Dios
es más antiguo que el mundo. No fue cosa originada paso por paso en el primer
siglo. Todo detalle era y es parte de su plan original. Aun antes de
Abraham y Moisés Dios pensaba salvar tanto a los gentiles como a los judíos, y a
ambos desligados de la ley de Moisés y de la circuncisión. Esto es lo que Dios
predestinó.
-- "antes de la fundación del mundo".
La Biblia afirma que antes de la fundación del mundo:
A. Cristo fue "destinado" a ofrecerse a sí mismo como cordero de Dios (1 Ped.
1:20; Hech. 2:23; 4:28).
B. Dios "predestinó" su sabiduría (el evangelio), (1 Cor. 2:7); y su "propósito
eterno" (Efes. 3:10,11).
C. "Nos escogió para que fuésemos santos y sin mancha" (Efes. 1:4), "para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo (Romanos 8:29); nos ha "escogido
desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y
la fe en la verdad" (2 Tesalon. 2:13).
D. "preparó de antemano" las "buenas obras" en que debemos andar (Efes. 2:10).
El "escogimiento" del ver. 4 y la "predestinación" de los vers. 5 y 11 no tienen
que ver absolutamente nada con la "predestinación individual e incondicional"
enseñada por Agustín y Juan Calvino. La elección es mencionada por Pablo
en muchos textos para hacer notorio el hecho de que ahora en la iglesia todos
los obedientes, tanto los gentiles como los judíos, tienen bendiciones y
herencia. En Deut. .7:6 Dios le recordó a su pueblo que a ellos (los
israelitas) y solamente a ellos perteneció el nombre de "pueblo especial":
"Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios:. Jehová tu Dios te ha escogido
para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la
tierra".
Pero ahora los escogidos o elegidos son los cristianos, tanto gentiles como
judíos. Pablo emplea estos términos frecuentemente en sus cartas (véanse Rom.
8:33; Col. 3:12; 1 Tim. 5:21; 2 Tim. 2:10; Tito 1:1; 1 Tesalon. 1:4). Pedro
también: 1 Ped. 1:2; 2 Ped. 1:10.
La predestinación calvinista (que en realidad es el concepto pervertido de
Agustín debido a la enseñanza gnóstica que había aceptado por muchos años) se
basa en la supuesta depravación total del hombre desde su nacimiento (véase
2:1-5, notas). Esta doctrina es una vil mentira y es un engaño que ha cegado a
millones de personas que piensan que están glorificando a Dios por medio de
despreciar al hombre.
El pecado de Adán fue atribuido o contado a ADÁN. Los pecados míos son
atribuidos a mi persona. Solamente un horrible monstruo atribuiría los pecados
de una persona a otra persona. Acusar a Dios de tal cosa es pura blasfemia
contra Él. ¡Imagínese! Acusar a Dios de formar un espíritu depravado y corrupto
en un bebé dulce e inocente.
El punto clave que Pablo enfatiza es que todos los obedientes son los
"escogidos", según el plan eterno de Dios, y esto no tiene nada que ver con
alguna supuesta selección arbitraria de individuos, hecha incondicionalmente.
Dios predestinó a cierta clase de gente, a la gente dispuesta para
aceptar su divina invitación a través del evangelio, "para ser adoptados hijos
suyos", para que "fuésemos santos y sin mancha", y "conformes a la imagen de su
Hijo".
A esta disposición de mente o voluntad, Jesús se refiere en Juan 10:16,
"También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo
traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor". En verdad, uno de los
propósitos principales de esta carta a los efesios es desarrollar e ilustrar
el tema de juntar a los cristianos gentiles ("otras ovejas") en el mismo rebaño
con los cristianos judíos.
Dice Hechos 18:9,10 que "el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas,
sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la
mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad". Esto lo
dijo no con referencia a conversos, sino con respecto a los dispuestos a oír
y a obedecer. A estos y a todos los que tengan esta actitud Dios antes
conoció (favoreció), y los predestinó para que fuesen hechos conforme a la
imagen de su Hijo, y a éstos llamó por medio del evangelio (2 Tesalon. 2:14), y
a estos justificó (perdonó), y los glorificó (Rom. 8:29,30).
La recompensa para este pueblo es el reino celestial. "Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria ... dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mat.
25:31-34).
-- "adoptados hijos", para ser
herederos legales con todos los derechos y privilegios de un hijo. Cuando un
hombre adopta a un hijo, le da su nombre y lo trata en todas las cosas como si
fuera su hijo natural. Pablo emplea este término para enseñar que no somos hijos
de Dios por generación, sino por la regeneración. Somos hijos de Dios por medio
de una relación espiritual, habiendo sido redimidos por Cristo (Gál. 3:26 -
4:7). El Espíritu Santo nos ayuda a través de su Palabra a desarrollar la mente
filial (Rom. 8:12-14).
El plan de Dios, antes de la fundación del mundo, tenía el diseño y propósito de
juntar un pueblo especial que estuviera con El para siempre en el cielo. Este
plan incluyó a los hombres de todas las naciones. Este pueblo, la iglesia de
Cristo, sería adoptado por Dios para ser sus hijos, herederos de todas las
bendiciones espirituales en Cristo.
Efesios 1:6 -- "para alabanza".
La iglesia, que es el cumplimiento del plan eterno de Dios (3:11), existe para
la alabanza de Dios (3:21). El nombre de Dios es magnificado y alabado por su
pueblo.
Calvinistas insisten en que la “elección” (la predestinación) se hace
incondicionalmente, es lo que Pablo enseña en Romanos. Aquí presentamos la
explicación correcta de estos textos.
Rom 9:8
Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino
que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
-No aprovechaba la carne, sino la promesa. Tuvo Abraham hijos según la
carne (leyes naturales).Pero Dios rechazó a Ismael (y después a los otros hijos)
y escogió al hijo según la
Rom 9:9
Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara
tendrá un hijo.(B)
-- La confirmación de lo dicho en el versículo anterior. Ismael fue hijo
según la carne, e Isaac según la promesa; los judíos eran descendientes de
Abraham según la carne, los cristianos según la promesa (Gén. 12:3; 22:18 más
Gá1. 3:16).
Rom 9:10
Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac
nuestro padre
-- “Y no sólo esto,” es decir, no
solamente en el caso de Abraham fueron los hijos de promesa contados como hijos,
sino también en el caso de Isaac.
--“de uno.” Esaú y Jacob tuvieron el mismo padre. Los judíos podrían
decir, que Dios con
Rom 9:11
(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que
el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino
por el que llama),
-- La base del escogimiento de Dios en este caso no fueron los hechos de
los dos hijos, porque fue hecho el escogimiento aun antes de nacer ellos. Dios
iba realizando sus planes según
Rom 9:12
se le dijo: El mayor servirá al menor.(C)
-- El mayor era Esaú y el menor (el segundo nacido) Jacob. Así determinó
Dios hacer,
Rom 9:13
Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.(D)
-- Esto está escrito en Malaquías 1:2,3. No le fue dicho a Rebeca antes
de nacer los gemelos, sino centenares de años después de muertos ellos. “Amó” a
Jacob (a la nación judaica)
Rom.
9:14-- Si Dios era libre para escoger a los judíos y no a los edomitas
(descendientes de Esaú), y no hubo injusticia en eso (pues los judíos estaban de
perfecto acuerdo con ese escogimiento), ¿por qué sería injusto Dios en sus demás
escogimientos, referentes al evangelio? ¡En ninguna manera hay injusticia con
Dios! El judío inconverso no tendría razón al acusar a Dios de injusticia por
haber escogido salvar al mundo por el evangelio que es para todo hombre.
Rom.
9:15--
La misma Escritura de los judíos prueba que no es injusto en sus escogimientos.
Se cita Ex. 33:19. El mismo Moisés no mereció este hecho de Dios, sino fue según
la gracia de Dios (versículo 17). Decidió Dios mostrarle su gloria porque en su
gracia quiso tener misericordia de Moisés. El punto es que no se le obliga a
Dios a tener misericordia, sino que es según su libre voluntad. Ahora, la
misericordia de Dios no es incondicional. Es de su voluntad tener misericordia
según términos (aunque ni así es obligación). ¿De quiénes quiere Dios tener
misericordia? ¡Proverbios 28:13 nos dice! (Véanse también Isa. 55:7; Ex. 20:5,6;
Tito 3:5; etcétera).
Rom.
9:16--
La misericordia de Dios para nuestra salvación no depende de la voluntad, deseo
o
La Biblia habla de la presciencia de Dios. Creemos de todo corazón que
Dios sabe todo, su conocimiento no es limitado en ninguna forma. El habla del
futuro como si fuera historia. Pero la predestinación calvinista no se refiere
a la presciencia de Dios, sino a que Dios predestinó o predeterminó la
salvación o la perdición de cada individuo. Hay gran diferencia entre la
presciencia de Dios, y la teoría de que Dios haya predeterminado y prefijado el
destino final de cada individuo que jamás haya nacido o que nacerá en el futuro.
Calvinistas dicen que Dios no predeterminó la perdición de cada
individuo. Dicen que por haber pecado Adán todos los seres humanos nacen en un
estado de condenación. Tuercen Romanos 3:10-18 para probar esta falsa doctrina.
Aquí presentamos estos textos con la explicación correcta:
Rom.
3:10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
-- Pablo apela a las Escrituras de los judíos, a una autoridad que no
podrían negar. Véanse
--“justo,” es decir, en el sentido absoluto de nunca haber pecado, pero
esto no significa que el hombre haya nacido así. Pablo describe la condición del
hombre que habiendo llegado a la edad responsable desobedece a Dios y sigue a
Satanás.
Rom. 3:11
No hay quien entienda, No
hay quien busque a Dios.
-- “entienda.” No entendían que el sistema mosaico era temporal y no
permanente (Heb. 9:1-10; 10:1). Eran ellos "guías ciegos de ciegos" (Mat.
15:14), y quitaban la "llave de la ciencia" (Luc. 11:52).
--“busque a Dios.” Los judíos buscaban justificarse delante de los
hombres y tener su gloria (Luc. 16:15; Juan 5:44; 12:43).
Rom. 3:12
Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles; No hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
-- “se desviaron.” ¡No nacieron malos! (El hombre nace inocente, pero ya
de edad de responsabilidad, si escoge pecar, se desvía de la verdad. La doctrina
de “pecado original” es 100% falsa.)
--“haga lo bueno,” en el sentido absoluto de hacer solamente lo bueno sin
excepción, no pecando en nada.
Rom 3:13
Sepulcro abierto es su
garganta; Con su lengua engañan.(C)
Veneno de áspides hay debajo de
sus labios; Rom 3:14
Su boca está llena de maldición y de
amargura.(E)
-- Su hablar era ofensivo, blasfemando, jurando y engañando. Véanse Sal.
5:9; 140:3;
Rom 3:15
Sus pies se apresuran para
derramar sangre;
-- Se refiere al
homicidio. Véase Isa. 59:7.
Rom 3:16
Quebranto y desventura hay en sus caminos;
-- Destruían reputación o cualquier cosa de valor. Eran raza turbulenta.
Rom 3:17
Y no conocieron camino de paz.(F)
-- No
sabían vivir en paz con Dios ni con los hombres. (Véase Luc. 19:41-44).
Rom 3:18
No hay temor de Dios delante de sus ojos.(G)
-- Donde no hay temor de Dios, no hay de nada, y entra toda clase de
pecado. Véase Sal.
El Calvinismo enseña que por esa razón (es decir, que todos nacen con
pecado original o depravación total), entonces es necesaria una obra
todopoderosa del Espíritu Santo para sacar de la muerte a pecadores.
Y esto es lo que hace Dios, pero la verdadera obra todopoderosa del
Espíritu Santo para sacar de la muerte a los pecadores es el evangelio, el poder
de Dios para salvación (Rom. 1:16) y es necesario obedecer al evangelio para
escapar de la muerte. Hechos 2:38; 1 Pedro 1:22, 23; 4:17; 2 Thess. 1:7-9.
El Calvinista tuerce Eph_2:1
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos
y pecados” para “probar” que el hombre nace pecador, pero el v. 2 dice, “en los
cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo.” No
NACIERON así sino que ANDUVIERON así.
El Calvinista “explica” cómo se lleva a cabo esta supuesta “obra de
regeneración” y quien la inicia citando
Eph 2:4
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor
con que nos amó, Eph 2:5 aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo(A)
(por gracia sois salvos), Eph 2:6 y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús”.
Lo que vemos en este texto es que Dios llevó a cabo según su propósito la
salvación de su pueblo, tanto gentil como judío.
Efesios 2:4-6 queda bien ilustrado en los casos de conversión en Hechos
de los Apóstoles. Hechos 2:38-47, los 3000; Hechos 8, los samaritanos y el
eunuco; Hechos 9, 22, Saulo de Tarso; Hechos 10, Cornelio; Hechos 16 Lidia y el
carcelero; Hechos 18:8, los corintios; Hechos 19, los mismos efesios. Lutero y
Calvino no hicieron caso a estos ejemplos divinos y optaron por enseñar la
mentira del diablo de la supuesta “salvación por la fe sola”.
Es “otro evangelio”, Gál. 1:8, 9 que lleva a la perdición.
Dios sí ha predestinado o predeterminado algunas cosas, y es importante
estudiar los textos que lo afirman (Romanos 8:28-30; Efes. 1:4-11), pero no ha
predestinado la salvación o perdición de ciertos individuos sin tomar en cuenta
la voluntad y el carácter de ellos.
Dios es Soberano, pero he explicado ampliamente en las explicaciones de
los textos de Efesios y Romanos para ver
que Dios predeterminó que habría un pueblo redimido y santo de todas las
naciones (tanto de gentiles como de judíos). De esto habla en los siguientes
textos:
Rom 9:14
¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
Si Dios era libre para escoger a los judíos y no a los edomitas
(descendientes de Esaú), y
Rom 9:15
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y
me compadeceré del que yo me compadezca.(E)
La misma Escritura de los judíos prueba que no es injusto en sus
escogimientos. Se cita
Rom 9:16
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que
tiene misericordia.
La
misericordia de Dios para nuestra salvación no depende de la voluntad, deseo o
Rom 9:17
Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para
mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.(F)
Rom 9:18
De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere
endurecer, endurece.
Como Dios es libre para mostrar misericordia (según las condiciones o
términos estipulados), es libre para “endurecer” al que no se conforma con
dichas condiciones. Dios escoge para sus propósitos según el carácter de la
persona. Para el propósito de mostrar su poder ante las naciones, escogió a un
hombre desobediente y sin temor de Dios (Faraón), y le endureció al poner
delante de él la oportunidad y la ocasión de desobediencia. La demanda de Dios
por medio de Moisés de que dejara ir a los judíos (Ex 5:1, etcétera) sirvió a
Faraón de ocasión y de oportunidad para resistir a Dios, desafiando al poder de
Dios. Varias veces en la narración vemos que él endureció su corazón (Ex.
8:15,32; 9:34). Pablo dice que Dios lo endureció (véanse también Ex. 4:21;
9:12), pero en el sentido de presentar la ocasión y oportunidad a Faraón de
mostrar su corazón obstinado. La ocasión no es responsable por los hechos del
hombre. La victoria de Dios sobre Faraón demostró al mundo el poder de Dios.
Dios es libre para tener misericordia de los que le obedecen y endurecer a los
desobedientes. Nadie puede obligar a Dios que sea de otra manera. Los judíos
pudieron ver este punto según su propia historia, pero lo rechazaban en cuanto
al evangelio que, según el escogimiento de Dios, por él pueden ser salvos todos
los hombres y aparte de él no hay salvación para nadie.
Rom 9:19
Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su
voluntad?
El caso no era como la objeción de este versículo declara. Si Dios
tuviera misericordia
del
hombre, o endureciera arbitrariamente a él, aparte de la voluntad y los hechos
de éste, entonces nos parecería injusto Dios. Pero no es así. La misericordia de
Dios no es incondicional. El destino del hombre no es según algún decreto
absoluto aparte de la agencia del hombre. Dios ofrece la salvación eterna a todo
el mundo, aunque determina los términos de ella aparte de la voluntad del
hombre. Dios no inculpa al hombre en el asunto de los escogimientos de Dios para
lograr la salvación del hombre. Le inculpa solamente cuando no obedece los
términos de salvación. Igualmente endurece (permitiendo ocasiones y
oportunidades para esto) solamente al que rechaza su benignidad y atesora para
sí mismo ira (2:4-8; 2 Ped. 3:9-15). Nadie tiene que resistir a la voluntad de
Dios, pero si lo hace, a éste Dios le inculpa. La objeción de este versículo
representa a Dios y al caso del evangelio.
Rom 9:20
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá
el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?(G)
Altercar con Dios es la cumbre de la irreverencia de parte del hombre. La
pregunta del
Rom 9:21
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma
masa un vaso para honra y otro para deshonra?
Dios es el alfarero y los hombres el barro. Dios es libre para hacer uso
de los hombres según su deseo. Ahora, el uso que él hace depende del hombre, y
no de algún decreto absoluto y arbitrario de parte de Dios, según enseña el
calvinismo. (Véanse 2 Tim. 2:20,21; Jer. 18:1- 12). Dios quiere que sean salvos
todos los hombres (1 Tim. 2:4). Es libre para determinar los términos por los
cuales el hombre puede alcanzar la honra y misericordia de Dios (2:6,7; Tito
3:5) como “vaso para honra,” y si los ignora alcanza la ira de Dios como “vaso
para deshonra.” Dios es libre para determinar sus usos del hombre, y el hombre
para obedecer o desobedecer. Dios no tiene que salvar a nadie, pero libremente
escoge salvar por medio del evangelio. El hombre es libre para escoger qué clase
de vaso ser.
Rom 9:22
¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder,
soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,
Quién puede oponerse a que Dios no muestre su ira contra el pecador
obstinado? (1:18). Pero, el deseo de Dios es que no perezca nadie (2 Ped. 3:9; 1
Tim. 2:4). Por eso es paciente
Rom 9:23
y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los
vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,
Rom 9:24
a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los
judíos, sino también de los gentiles?
Los judíos se prepararon, como nación, para destrucción (1 Tes. 2:15,16),
y perecieron como nación cuando el ejército de Tito destruyó a Jerusalén (70 d.
J.C.). Mostró Dios su ira y poder en la nación judaica. Los judíos se prepararon
para esto. Por otra parte, hizo notorias las riquezas de su gloria, trayendo las
bendiciones del evangelio sobre vasos de misericordia: judíos y gentiles salvos
por la gracia de Dios. --“esto es, a nosotros.” Significa a la iglesia, el
cuerpo de redimidos.
Toda la teología originada por Agustín se basa en el concepto bien errado
del “pecado original”. Es pura invención de Agustín para justificar su vida de
tanta perdición y para mezclar el gnosticismo con el evangelio. Es cierto que
Pelagio estaba errado pero eso no es justificación para ir al otro extremo y
enseñar que el hombre por ser tan pecador no es capaz de hacer nada para aceptar
la salvación que Cristo ofrece. Lo mismo Lutero, por oponerse tan fuertemente a
las obras católicas fue al extremo de rechazar aun las obras claramente
requeridas por Cristo y el Espíritu Santo. Todos los extremos son obras de
Satanás.