LAS “OBRAS” DE ROMANOS 4:1-6; EFESIOS 2:8, 9, ETC.
NO SE REFIEREN AL BAUTISMO
I. El apóstol Pablo enseña que no somos salvos por “obras” pero que sí somos
salvos por el bautismo (Romanos 6:3, 4; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12).
A. Efesios 2:8, 9, “Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe”. “No de vosotros”
significa que no somos salvos por la “buena vida” o “las buenas obras” que
hubiéramos hecho antes de conocer a Cristo. Ejemplo: Cornelio (Hechos 10,
11), con todas sus cualidades buenas tuvo que obedecer al evangelio (Hechos
11:14; 10:48). Tito 3:5, “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”.
Este texto equivale a Hechos 2:38 y se refiere a la obediencia al evangelio. Los
predicadores evangélicos que enseñen que “no por obras” se refiere al bautismo o
que lo incluye están rotundamente
equivocados y son culpables de representar mal al apóstol Pablo.
B. Gálatas 2:16, “sabiendo
que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados
por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la
ley nadie será justificado”.
En esta carta Pablo destruye la confianza de los judaizantes en guardar
la ley de Moisés (por ejemplo, la circuncisión, la guarda del sábado y los
reglamentos sobre alimentos). Desde el día de Pentecostés (Hechos 2) tales cosas
no tenían nada que ver con la salvación ni siquiera del judío ni mucho menos de
los gentiles. Sin embargo, en la misma carta (Gál. 3:26, 27) Pablo dice, “pues
todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque
todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”.
Gál. 2:16 no está en contra de la obediencia al evangelio; en la misma carta
(5:4) Pablo dice,
“porque
en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino
la fe que obra por el amor”.
¿Pablo
se contradice a sí mismo? Claro que no. Gál. 2:16 se refiere a las obras de la
ley de Moisés y Gálatas 5:6 se refiere a las obras del evangelio.
II.
Muchos citan Rom. 4:4, 5; Gál. 2:16; Efes. 2:8, 9 para probar que no es
necesario ser bautizado para ser salvo.
A. Enseñan que el bautismo es “obra” y que no somos salvos por obras.
Según su modo de enseñar, las “obras” que no salvan incluyen la
obediencia al mandamiento de ser
bautizado para perdón de pecados. Por
eso, tenemos que concluir que según la enseñanza de ellos, en efecto
la obediencia al evangelio no salva (pero véanse 2 Tesalonicenses
1:7-9; 1 Pedro 1:22; 4:17). ¡Imagínese que algún “pastor” o “evangelista”
enseñara que no es necesario obedecer a
Cristo para ser salvo! ¡Increíble!
B. Desde luego, tales maestros son muy inconsecuentes en su doctrina
porque enseñan la necesidad de hacer ciertas cosas: oír, creer,
arrepentirse y confesar la fe en Cristo. Para ellos el bautismo es “obra” pero
no son “obras” los otros cuatro actos de obediencia. El único paso de obediencia
(relacionado con el perdón de pecados) que ellos rechazan es el bautismo para el
perdón de pecados (Hechos 2:38). Inexplicablemente tienen un
fuerte prejuicio contra este
mandamiento que sale de la boca de Jesús y los inspirados apóstoles.
C. Dicen que rechazan la doctrina “Católica” de la “regeneración
bautismal”, pero la Iglesia Católica no enseña y no practica el bautismo
bíblico. Lo que practican (el mojar la frente del infante) no es ni primo remoto
del bautismo bíblico. No es inmersión y no es para el creyente penitente que
haya confesado a Cristo. Si la Iglesia Católica enseñara y practicara el
bautismo bíblico, sería pura insensatez rechazarlo meramente porque esa iglesia
falsa la enseñaba y practicaba. ¿Rechazan los evangélicos la Deidad de Cristo
porque la Iglesia Católica la afirma?
III. El
ejemplo de Abraham. Romanos 4:1-8.
A. Abraham obedeció el mandamiento de Dios, Gén. 12:1 (v. 5). ¿Enseña
Romanos 4:1-5 que al obedecer este mandamiento él quería justificarse a sí mismo
por “obras”? ¿Enseña Pablo que cuando Dios le dio el mandamiento de salir de su
tierra, su obediencia no era importante?
B. Aunque Abraham no tuvo hijo Dios le dijo que su descendencia sería
como las estrellas. “Y creyó Abraham, y le fue contado por justicia” (Gén. 15:5,
6; Rom. 4:3). Este texto es citado frecuentemente para probar que Abraham fue
justificado por la fe sola, pero en la misma carta (2:8) Pablo dice, “pero ira y
enojo a los que … no obedecen a la verdad…”. Por eso, la fe que no
obedece no es nada. Es fe muerta (Santiago 2:26, “Porque como el cuerpo sin
espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”).
C.
Santiago 2:21-24 dice, “¿No fue justificado por las obras Abraham
nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No
ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las
obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y
le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros
veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la
fe”.
D. Algunos rehúsan dar
importancia a lo que Santiago enseña, diciendo que la “justificación” de la cual
él habla no es la misma justificación de la cual Pablo habla. ¡Tal “explicación”
para tratar de “armonizar” a Santiago con Pablo
es pura insensatez! ¡Justificación
es justificación! La explicación correcta es que Pablo y Santiago hablan de
diferentes clases de obras. Pablo habla de obras “que hubiéramos hecho” (Tito
3:5, como el caso de Cornelio, Hechos 10, 11), aparte del evangelio, o de las
obras de la ley de Moisés (Gál. 2:16), pero Santiago habla de las obras de
obediencia a Dios como se puede ver claramente en el caso de Abraham y en los
demás casos de los fieles mencionados en Hebreos 11, las obras de fe.
E. Romanos 4 dice que Abraham no fue justificado por “obras” y Santiago 2
dice que Abraham sí fue justificado por obras? ¿Cuál de ellos es correcto?
Desde luego, los dos son correctos. Lo que Santiago dice coincide con lo que
Pablo dice en el mismo texto bajo consideración, Romanos 4:12, “y
padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino
que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham
antes de ser circuncidado”. La fe de Abraham no era fe sola. Era fe que tenía
“pisadas”, o sea, acciones, actos de obediencia. Los que citan Rom. 4:1-5 para
enseñar la justificación por la fe sola
tuercen las Escrituras (2 Ped.
3:16). No hacen caso de lo que el mismo Pablo dice en la misma carta en Romanos
2:8 y Romanos 4:12, ni mucho menos de lo que dice Santiago 2:20-24.
F. Obviamente Pablo explica que Abraham nunca pensaba justificarse a sí
mismos (Lucas 16:15), o sea, justificarse por sus propias obras, aparte del
perdón de Dios. Esta es la conclusión (la explicación) de Pablo mismo en el
mismo texto: Rom. 4:6, 7, “Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
7 diciendo: Bienaventurados
aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son
cubiertos”; es decir, el que busque y acepte el perdón de Dios sobre las
condiciones nombradas por Dios busca “justicia sin obras” y se justifica por
fe y no por “obras”. Hay que dejar que Pablo explique a Pablo. No es
necesario salir del mismo texto bajo consideración para entender perfectamente
lo que significa la justificación no por obras. Los que citen los
versículos 3-5 sin citar la conclusión del argumento de Pablo en los versículos
6-8 no son sinceros. No usan bien la Palabra (2 Tim. 2:15); más bien, la tuercen
(2 Ped. 3:16).
G. Entonces, ¿Abraham fue justificado sin obedecer los mandamientos de
Dios? Tal conclusión sería en extremo absurda. Igualmente cuando Cristo y los
apóstoles enseñan el bautismo para salvación (el perdón de pecados), Marcos
16:16; Hechos 2:38, la obediencia a este mandamiento no es “obra” en el
sentido de Efesios 2:8, 9; Rom. 4:4, 5. Los que enseñen estos textos de esa
manera darán cuenta a Dios en el Día Final.
IV. La
obediencia a los mandamientos de Cristo (incluyendo el bautismo) no tiene nada
que ver con las “obras” excluidas por Pablo.
A. Adán y Eva. Dios les mandó que no comieran del árbol de la ciencia del
bien y del mal. ¿Era importante o era cosa de indiferencia la obediencia a este
mandamiento? Si hubieran obedecido este mandamiento ¿habrían sido justificados
por “obras” para merecer la bendición de Dios de seguir viviendo en Edén?
B. Los diez mandamientos. ¿Era importante o era cosa de indiferencia si
los israelitas los obedecieran o no? Al obedecer estos mandamientos ¿merecieron
las bendiciones de Dios? ¿Se justificaron por sus “obras” sin el perdón de Dios?
Claro que no. ¿Para qué sirvieron el sacerdocio y los sacrificios por los
pecados? El fiel israelita no quería justificarse solo (justificarse a sí
mismo), sino que confiaba en la bienaventuranza del perdón de Dios como dicen
David (Salmo 32:1, 2) y Pablo (Rom. 4:6-8).
C. 1 Samuel 15:22, “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová
tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de
Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros”.
D. Hebreos 5:8, 9, “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen”.
E. Es increíble que predicadores, evangelistas y maestros que profesen
ser “cristianos” se atrevan a minimizar y disminuir tales textos sobre la
obediencia con respecto al mandamiento de ser bautizado para perdón de pecados”.
¿Por qué hablo tanto del bautismo? ¿Por qué estar obsesionado con un solo
mandamiento? Obsesionado no, sino que hablamos de un solo mandamiento como
ejemplo de cómo muchos predicadores usan mal la enseñanza del apóstol Pablo
sobre el no ser justificado por obras.
Representan mal a Pablo y tal difamación no escapa la noticia de Dios.
F. Hebreos 11 es un capítulo hermoso que habla de los “héroes de la fe”.
Todos estos fueron justificados por fe pero ¿cuándo fueron justificados?
Cuando su fe se demostraba en los actos de obediencia a Dios. Los “pastores”
evangélicos deben fijarse bien en el “cuándo” de la justificación de estos
personajes de fe. ¿Abel fue justificado cómo? ¿Cuándo? ¿Noé fue justificado
cuándo? Obsérvese la palabra “cuando” en el v. 7. ¿Abraham fue justificado
cuándo? (v. 8-12). Y así es a través del capítulo. ¿Qué predicador sincero puede
leer este capítulo y enseñar que la justificación es por la fe sola y que la
obediencia no cuenta? Separar la fe de estos “héroes” de sus acciones de fe y su
“fe” queda hueca, vacía, muerta.
Lo mismo la “fe” de los que rehúsen
obedecer al evangelio (incluyendo el bautismo para perdón de pecados).
Como Jesús dice explícitamente, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará
en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos” (Mateo 7:21).
Conclusión.
A. Los
que menosprecien el bautismo o cualquier mandamiento de Dios deben leer con
mucho cuidado Deuteronomio 28. Los versículos 1-14 explican las bendiciones de
obedecer los mandamientos de Dios y los versículos 15-68, los castigos y
maldiciones de no obedecerle.
B. Pero el Nuevo Testamento hace lo mismo. La desobediencia no se tolera
bajo ninguna dispensación y la obediencia siempre recibe las bendiciones de
Dios.
C. Escribo este artículo para rogar a los que enseñen error sobre estos
textos, aplicando mal la palabra “obras” y menospreciando el bautismo, que dejen
de hacerlo. Está en juego la salvación de su alma como también la salvación de
los que estén enseñando.