¿“IMPUTAR
PECADO Y ATRIBUIR JUSTICIA”?
Introducción.
A. La “imputación” (el atribuir a uno lo que
pertenece a otro) es doctrina básica del Calvinismo. Tiene tres pasos: el pecado
de Adán es imputado al hombre; los pecados del hombre son imputados a Cristo; la
justicia personal (obediencia) de Cristo es atribuida al creyente. De principio
a fin esta es doctrina falsa y antibíblica. Es un sistema de errores, uno basado
en otro(s).
B. El Calvinismo enseña que todo hombre nace
pecador, que Dios elige a los que serán salvos, que Cristo vivió y murió
solamente por estos, que el Espíritu Santo toca su corazón para regenerarlos
(conversión milagrosa) y que los salvos no pueden caer de la gracia.
C. La enseñanza de que los elegidos, una vez
salvos, supuestamente no pueden caer de la gracia se logra (se efectúa) por
medio de atribuir a los elegidos la justicia personal de Cristo y, por eso,
forzosamente tienen que “perseverar” y no pueden caer porque la justicia de
Cristo no puede fallar. Esta doctrina falsa es otro eslabón en la cadena de
errores inventados por el Calvinismo.
D. Se basa en el error de que todo hombre debe
guardar la ley de Dios perfectamente y puesto que ningún hombre lo ha hecho,
entonces Cristo lo hizo por él; es decir, Cristo vivió su perfecta vida como
substituto para la vida imperfecta del hombre. Para estos falsos maestros la
justificación no viene como resultado del perdón de Dios como la Biblia enseña (Rom.
4:7) sino que es un sistema legalista (el guardar perfectamente la ley de Dios).
E. Se enseña que Cristo vino
al mundo y vivió una vida perfecta como substituto para nosotros
y que esa vida perfecta se atribuye al creyente
la cual se lleva como vestimenta.
Por lo tanto, al ver a los elegidos Dios no observa sus vidas imperfectas, sino
que solamente ve la perfecta vida de Cristo que les fue atribuida.
I. El error
fundamental (el primer error) es el supuesto pecado original.
A. No hay texto bíblico alguno, desde Génesis hasta
Apocalipsis, que enseñe tal doctrina insensata. Es pura invención del hombre
cuyo propósito es evitar y eliminar la responsabilidad por sus propios pecados.
Es juego de niños de culpar a otros por sus actos necios. Si en realidad Dios
culpara al hombre por el pecado de Adán no sería Dios de justicia. Esta doctrina
aun contradice el sentido común; ¿quién puede suponer que sería correcto que
algún hombre fuera castigado (azotado, encarcelado) por el crimen de otro?
B. El Calvinismo enseña que cuando Adán pecó, él
perdió la “gracia capacitadora” (“enabling
grace”). No hay la más mínima sugerencia de tal
doctrina en la Biblia. Desde Génesis 1 hasta Apocalipsis 22 la gracia de Dios se
extiende a todos. Los que obedecen a Dios son bendecidos y los que desobedecen a
Dios son castigados.
C. También esta teología falsa
enseña que cuando Adán pecó, él perdió el libre albedrío, y que todos sus
descendientes heredaron
su pecado y, por lo tanto, nacen pecadores (nacen con
naturaleza corrupta), sin la gracia “capacitadora” de Dios y sin el libre
albedrío.
II. Sin
embargo, se enseña que los elegidos sí tienen justicia, una justicia ajena.
A. En base a este error se enseña que aun los
elegidos nunca tienen justicia personal, sino que la única justicia que poseen
es “justicia extrínseca” (externa); es decir, es la justicia personal de Cristo
que los elegidos llevan como vestimenta para esconder sus pecados de los ojos de
Dios.
B. Dicen que la única justicia
que los elegidos tienen es la justicia personal
de Cristo (la perfecta obediencia de Cristo),
que se atribuye
al creyente la cual se lleva como vestidura. Para ilustrar este punto un pastor
bautista quitó el saco y explicó que su camisa es sucia pero que él puede poner
el saco y no se ve la suciedad de la camisa; es decir, la vida sucia del elegido
se cubre y se esconde porque lleva el “saco” de la justicia personal de Cristo.
C. La palabra inglesa que se
usa es “imputation” y se usa tanto de justicia como del pecado, pero según el
Diccionario de la Lengua Española (de la Real Academia Española) la palabra
“imputar” significa “Atribuir a alguien la responsabilidad de
un hecho reprobable”. Por
eso, no la uso con respecto a la justicia sino solamente para referirse al
pecado. (Los que conozcan el español mejor que este servidor tal vez la usen
para las dos cosas).
III. Romanos
4:1-8, Texto torcido para enseñar que la justicia personal de Cristo se atribuye
al creyente.
A. Palabra sinónima de “atribuir” es “contar”, que
se usa intercambiablemente con “atribuir” en Romanos 4:3, 6. Desde luego, la
palabra “contar” es término que se usa en la contabilidad. Se refiere a lo que
se pone o se agrega a la cuenta de alguien.
B. Este texto se usa mal (se tuerce) para enseñar
que la justicia de Cristo es atribuida al creyente, pero no hay referencia
alguna a tal cosa ni en este texto ni en ningún otro texto bíblico.
C. Tampoco habla de la fe de
Cristo, ni de la justicia de Cristo, sino de la
fe personal (la fe obediente) de Abraham mismo.
Su propia fe le
fue contada a él mismo para
(eis)
justicia (aceptación con Dios).
1. Pablo usa la palabra
eis, para,
palabra que se usa en Hechos 2:38, “para perdón de pecados”, y se debe traducir
para
en lugar de
por), Rom. 4:3. Véase Nuevo Testamento
Interlineal Griego-Español del Sr. Francisco Lacueva, dice “para”. Lo mismo en
Gál. 3:6.
2. La “fe” de Abraham no era
“experiencia de fe”. Más bien, era su vida
de fe (Gén. 15:6), su fe obediente desde Gén.
12 cuando Dios le llamó (Hebreos 11:8). Véase Rom. 4:18, 19. Su vida de fe
obediente le fue contada (atribuida) a él mismo (puesta a la cuenta de él mismo)
para justicia.
IV. Otros
textos usados mal para enseñar que la justicia de Cristo es atribuida (contada)
al creyente.
A. Su concepto básico es que la justificación
depende de la perfecta obediencia a la ley de Dios y puesto que solamente Cristo
obedeció perfectamente, su justicia
(vida perfecta) se atribuye al creyente. Para “probar” tal doctrina tuercen
varios textos:
A. Romanos 5:10, “Porque
si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.
1. El Calvinismo enseña que
durante su vida terrenal Cristo guardó todos los mandamientos de Dios
perfectamente y que somos salvos por su perfecta vida que es contada/atribuida a
nosotros.
2. Pero Romanos 5:9 dice,
“Pues
mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de
la ira”. No dice “justificados por su perfecta vida” sino “en su sangre” (LBLA,
“por su sangre”). Luego Rom. 5:10 dice explícitamente que “fuimos reconciliados
con Dios por la muerte de su Hijo”. Entonces, ¿de qué “vida” habla Pablo
cuando dice que “seremos salvos por su vida”? Obviamente su vida resucitada.
No habla de su vida aquí en la tierra antes de morir.
3. Véase también Rom. 4:25,
“el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación”. No dice que somos justificados por su vida terrenal sino que
fue resucitado para nuestra justificación.
4. Heb. 7:24, 25,
“ mas
éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por
lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos”. En su vida resucitada Cristo es
nuestro Sumo Sacerdote, nuestro Abogado con el Padre. Por medio de este
Mediador tenemos el perdón de pecados (1 Juan 1:9- 2:2).
B. 1 Corintios 1:30,
“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención”. Calvinistas citan este
texto para enseñar que la perfecta vida (justicia) de Cristo es atribuida
(contada) al creyente, pero si esto fuera cierto, entonces la sabiduría de
Cristo es atribuida al creyente, y nadie cree esto.
1. ¿Qué significa el texto? Que las bendiciones que
el cristiano recibe (la justificación, santificación y redención) son la
expresión o demostración de la sabiduría de Dios, la verdadera sabiduría en
contraste con la llamada sabiduría del mundo (v. 19, 20).
2. Estas bendiciones no se reciben como resultado
de la perfecta vida terrenal de Jesús, sino como resultado de su muerte en la
cruz. Esta es la sabiduría de Dios que para el mundo es locura (v. 18).
C. ¿No enfatiza la carta a los Hebreos
la obediencia de Cristo (por ejemplo, 5:8)? ¿Que Dios le preparó un cuerpo
(10:5) para que pudiera vivir una vida perfecta en ese cuerpo? Más bien, le
preparó un cuerpo para ser ofrecido como sacrificio por los pecados del hombre.
Desde luego, Cristo llevó una vida perfecta para ser sacrificio perfecto (“como
cordero sin mancha”).
1. Hebreos 5:8, 9, “Y
aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y
habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los
que le obedecen”.
2. ¿De qué obediencia habla? La obediencia que
aprendió en el sufrimiento. ¿Cuándo fue “perfeccionado”?
No durante su vida terrenal sino al morir,
resucitar y sentarse a la derecha de Dios como nuestro Sumo Sacerdote.
3. Heb. 10:4, 5 habla de su cuerpo.
“Porque
la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no
quisiste; Mas
me preparaste cuerpo”.
Y luego el v. 10, “somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo”. Fue dado cuerpo para que
nosotros podamos ser justificados por su obediencia, pero ¿a qué obediencia se
refiere? Filipenses 2:8, “y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
D. Romanos 5:18, 19, “Así
que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de
la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación
de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los
muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituidos justos”.
1. Calvinistas citan este texto para enseñar que el pecado de Adán es imputado
al hombre y que la justicia personal de Cristo es atribuida al creyente, pero el
texto no afirma ni la una cosa ni la otra. Pablo dice (v.12) que “Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
En este texto no hay la más remota implicación de “imputación” de nada. Adán
introdujo el pecado en el mundo y sus descendientes no heredaron ni su pecado ni
tampoco alguna supuesta naturaleza pecaminosa, sino que imitaron a Adán:
“todos pecaron”.
2. Pablo no habla de una vida
de desobediencia de Adán, ni mucho menos de una vida de obediencia de Cristo.
Habla de un solo acto de Adán y de un solo acto de Cristo, su
muerte en la cruz.
E. 2 Corintios 5:21,
“Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él”.
1. Calvinistas usan mal este texto para enseñar que
los pecados del hombre fueron imputados a Cristo y, por lo tanto, cuando murió
en la cruz era el principal pecador del mundo. Así interpretan la frase “lo hizo
pecado”, pero
no hay nada de “imputar” (contar) en el texto.
2. Más bien, por metonimia (figura en la que una
parte representa el todo) la palabra “pecado” significa “sacrificio por el
pecado”. Lo mismo vemos en Exodo 29:14, “es ofrenda por el pecado” (el hebreo no
dice “ofrenda por” sino simplemente “pecado”); Oseas 4:8, “Del pecado de mi
pueblo comen”; obviamente significa “ofrenda por el pecado” (el pecado no se
puede comer pero la ofrenda por el pecado sí se comía). Isaías 53:10,
“Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje”.
F. Gálatas 3:13, “Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”.
1. Este es otro texto usado mal por Calvinistas
para
enseñar la imputación de los pecados del hombre a Cristo. En su comentario sobre
Gálatas Martín Lutero dijo que Cristo llegó a ser el más grande de los
transgresores del mundo, homicida, adúltero, ladrón, blasfemo” (página 254),
pero Cristo fue ofrecido como cordero sin mancha. Si hubiera tenido pecado, no
habría servido como sacrificio.
2.
Cristo fue colgado en el madero (la cruz) cuando llevó los pecados del mundo (1
Ped. 2:24) como si fuera culpable de ellos y de esa manera “fue hecho por
nosotros maldición”,
pero Dios no se desagradó de Cristo, su obra y su sacrificio. Cristo nunca pecó
y ningún pecado fue imputado a Él. Es pura blasfemia enseñar que Dios imputó los
pecados del mundo a Cristo y luego le aborreció y le dio espaldas con
desaprobación.
3.
El “llevar los pecados”
equivale a perdonarlos. Compárese Mateo 8:17,
17 para
que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó
nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”. El “llevar” las
dolencias equivale a sanarlas. Así también cuando Cristo “llevó” nuestros
pecados, murió para que podamos ser “sanados” espiritualmente (perdonados).
Cuando llevó las dolencias del pueblo Cristo no se enfermó y cuando llevó los
pecados no se hizo pecador.
V. Usos
bíblicos y usos Calvinistas de la vida perfecta de Cristo.
A. Usos
Calvinistas:
1. Para vindicar la ley. ¿Texto?
2. Para guardar la ley de Dios perfectamente para
cristianos. ¿Texto?
3. Para ser atribuida a cristianos como vestidura.
¿Texto? Recuérdese Apocalipsis 19:8, “Y
a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente;
porque el lino fino es las acciones justas de los santos”.
¿Qué representa el “lino fino”, las acciones justas de Cristo? No, más bien,
“las acciones justas de los santos” mismos.
B. Usos bíblicos:
1. Para ser sacrificio perfecto, sin mancha, 1
Pedro 1:18, 19.
2. Para ser nuestro perfecto Sumo Sacerdote,
Hebreos 4:15, 16; 7:25-28.
3. Para ser nuestro perfecto ejemplo, 1 Pedro
2:21-23.
4. Para ser el Autor de eterna salvación, Hebreos
5:8, 9.
Conclusión.
A. La
doctrina de “imputación” ha sido inventada por Calvinistas para apoyar/sostener
el error llamado “Perseverancia de los santos” (el quinto punto principal del
Calvinismo que dice que las personas elegidas por Dios no pueden caer de la
gracia).
B. La supuesta imputación es triple: que el pecado
de Adán fue imputado a sus descendientes; que los pecados del hombre fueron
imputados a Cristo; y que la justicia personal de Cristo es contada/atribuida a
los creyentes. Es ejemplo sobresaliente de edificar error sobre error.
C. Los textos bíblicos citados
por Calvinistas para “probar” esta doctrina son torcidos por ellos (2 Pedro
3:16), porque no hay texto bíblico que enseñe
que el pecado o la justicia de una persona se pueden imputar/contar/atribuir a
otra persona. Tal doctrina está en pleno
conflicto con la naturaleza de Dios y el mensaje divino de salvación desde
Génesis hasta Apocalipsis.
D. Desde luego, Cristo sí llevó una vida perfecta,
nunca pecando, pero lo hizo para ser sacrificio perfecto, Sumo Sacerdote
perfecto, ejemplo perfecto, en fin, para ser Autor de eterna salvación de los
obedientes.