UNA REFUTACIÓN DE UN ARTÍCULO CALVINISTA
Lo que sigue es una refutación de un artículo
calvinista que se me ha enviado. Está repleta de confusión de términos,
sofistería, y falsa representación. Esconde o ignora la cuestión misma baja
consideración que es si la salvación que Dios ofrece al hombre es condicional o
no. El artículo depende de cierto juego de palabras. Ignora contextos. A
continuación cito el artículo entero (en tipo Arial
negrita)
pero por párrafos y frases, introduciendo mis comentarios con las iniciales
bhr y empleando el tipo Times New
Roman.
DESHACIENDO LOS FALSOS ARGUMENTOS DEL ARMINIANISMO.
Mateo 24:13 Mas el que persevere
hasta el fin, éste será salvo.
Este es uno de los textos que los
arminianos utilizan para probar la falsa doctrina romanista de "salvos
por gracia pero preservados por obras". Si la salvación final dependiera de algo
que los redimidos hicieran, entonces la salvación ya no descansaría solamente en
lo que Cristo ha hecho en su sacrificio, sino en lo que los redimidos hiciesen,
y si ese fuera el caso, entonces la justificación misma ya no sería definitiva,
sino que sería una justificación dependiente de las obras de perseverancia, y
esta herejía es el corazón mismo del romanismo, y es por eso que en el concilio
romanista de Trento, concilio que se convocó como respuesta a la Reforma
Protestante, se declaró “maldito todo aquel que diga que el hombre es
justificado solo por la fe y no por las obras”.
bhr --
Notemos varios errores en el párrafo arriba:
1. Yo no soy arminiano (seguidor de Jacobo Arminio); no defiendo ninguna
doctrina humana, pero el autor sí defiende la doctrina del hombre Juan Calvino,
el padre de la doctrina de la salvación
incondicional.
(Jacobo Arminio era un teólogo holandés que se puso en contra de la doctrina de
salvación incondicional de Juan Calvino). No acepto todos los cinco puntos del
arminianismo pero el autor defiende los cinco puntos de calvinismo. Estoy de
acuerdo con la afirmación de Arminio de que Dios ha dado al hombre libre
albedrío, pero no soy arminiano; el autor está de acuerdo con el Papa de Roma de
que Jesús nació de una virgen, pero no afirma ser un papista.
El
calvinista fuertemente propaga la idea de que la “gracia soberana” de Dios no
puede ser resistida, como si el caso fuera uno de poder físico entre Dios y el
hombre, pero el hombre sí puede resistir a Dios (Hech. 7:51) ¡aunque
no sin consecuencias! (Heb. 10:31). ¡Dios todo lo controla! Arminio abogaba
por el libre albedrío del hombre (Jos.
24:14.15); Calvino lo negaba. Para Calvino todo era
incondicional; el hombre no tiene
parte alguna en su salvación, ni en la inicial o en la final. (El apóstol Pedro
no era calvinista, Hech. 2:40). Los cinco puntos del arminianismo son: (1) la
elección es condicional, (2) la reconciliación con Dios es para todos pero
eficaz solamente para el hombre de fe, (3) solamente por la ayuda del Espíritu
Santo puede el hombre responder a la voluntad de Dios, (4) la gracia de Dios
puede ser resistida, y (5) los creyentes pueden resistir el pecado pero a la vez
pueden caerse de la gracia de Dios.
2. No es más falsa doctrina la de los romanistas que la calvinista que afirma
que ciertos hombres son salvos por una gracia incondicional y que las obras de
obediencia al evangelio no importan nada como tampoco la perseverancia en la
verdad con respecto a la salvación eterna. Según este error, el hombre elegido
incondicionalmente por Dios para la salvación eterna puede vivir perdidamente y
morir así pero esto no perjudicará su salvación eterna.
3. El
calvinista afirma lo que supone que es que “la
salvación descansaría solamente en lo que Cristo ha hecho en su sacrificio”.
Al decir “solamente” afirma una salvación incondicional. El tiene a Dios
ofreciendo solamente a un número incondicionalmente determinado para ciertas
personas una salvación garantizada a pesar de la maldad en obras que dichas
personas cometan hasta la muerte. Tal Dios hace acepción de personas al salvar
incondicionalmente a los tales, y a la vez condena incondicionalmente a quienes
deseen ser salvos y hacer la voluntad de Dios hasta la muerte. El Dios que yo
sirvo no hace acepción de personas (Hech. 10:34; Rom. 2:11; Gál. 2:6; Efes. 6:9;
Deut. 10:17). Por hacer la doctrina calvinista a Dios uno que hace acepción de
personas muchos calvinistas han abandonado tal error, porque saben que tal
doctrina es obviamente falsa. Si Dios es totalmente responsable por la salvación
eterna de los “elegidos para salvación”, de igual manera es totalmente
responsable por la perdición eterna de los demás. (Pocos son los calvinistas que
aceptan esta conclusión lógica). ¿Quién puede creer en un dios tan injusto?
LAS OBRAS SON EL EFECTO Y NO LA CAUSA DE LA
SALVACIÓN. AHORA, SI COMO CREEN LOS ARMINIANOS, LA SALVACIÓN DEPENDIERA DE LAS
OBRAS DE PERSEVERANCIA, ENTONCES CAEMOS EN EL FALSO EVANGELIO DE SALVOS POR
GRACIA PERO PRESERVADOS POR OBRAS.
bhr --
El autor no define su uso de la palabra “obras”, como si la palabra se usara
solamente en un sentido o aplicación en las Escrituras. La cuestión misma trata,
no de obras de obediencia en que el
cristiano ha de ocuparse (Fil. 2:12; Efes. 2:10), sino de que si hay
algo que hacer el pecador del mundo
para ser salvo de los pecados pasados. En otras palabras ¿hay algo que hacer
para ser salvo, o es la salvación totalmente incondicional sin que la persona
haga nada para su salvación? Considérense estos pasajes: Hech. 2:37, 38, 40, 41;
3:19; 9:6; 16:30,31 (aun creer es
una obra que Dios manda que el
hombre pecador haga, Jn. 6:28,29); 22:10,16; Rom.6:17,18; 2 Tes. 1:8; Heb. 5:9;
1Ped. 1:22.
Al decir
él: “Las obras son el efecto y no la causa de la salvación” implica que habla de
obras en que el cristiano se ocupa después de haber sido salvado, pues habla de
lo que obra la persona como resultado de haber sido salva. Pero la cuestión
tiene que ver con la condicionalidad de la salvación, con si hay algo que hacer
el pecador del mundo para ser salvo. El calvinista es muy astuto; maneja
sus palabras para lograr sus propósitos.
Tampoco
define el autor su uso de la palabra “salvación”. La cuestión tratada tiene que
ver con la salvación inicial del pecador del mundo (Mar. 16:16) y no de la
salvación final del cristiano (Rom. 13:11).
La obediencia al evangelio (Rom. 6:17,18) es necesaria para la salvación
inicial, y luego al cristiano se le manda perseverar hasta el fin (Judas 20,21;
Heb. 3:6,14,19; 4:6,11; 2 Ped. 2:20,21; 1 Cor. 10:12; Luc. 8:13).
El autor
juega con palabras, diciendo: “salvos por gracia pero preservados por obras”.
La salvación en cuanto a
agencia es por gracia, sí, pero en cuanto a condicionalidad, la
salvación demanda que el cristiano sea fiel en las obras que Dios le ha
preparado (Efes. 2:10; Tito 2:14; Sant. 2:14-26). El autor confunde la cuestión.
La agencia no es condicionalidad.
El agente de la salvación es Dios (Tito 2:11) pero ella instruye (ver. 12); la
parte del hombre es seguir esas instrucciones por fe (Efes. 2:8), inicialmente (Rom.
6:17) y por toda su vida (Apoc. 2:7,10; Heb. 10:39).
Veamos algunos textos que no dejan
lugar a dudas:
Romanos 4:6 Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
bhr -- Al autor le preguntamos: ¿De
cuáles “obras” habla usted? El
apóstol Pablo en su carta habla de las obras de la ley de Moisés (10:5, etc.),
pero usted y el calvinismo tienen a otras obras en mente; a saber, lo que el
pecador del mundo ha de hacer en obediencia al evangelio. Cambian el contexto de
Rom. 4:6, ¡pervirtiendo las Escrituras para defender una falsa doctrina! Pablo
en Romanos habla de la condicionalidad de la salvación para el hombre pecador,
que es por la fe (obediencia al
evangelio) y no por haber guardado perfectamente bien
las obras de la ley de Moisés.
Dios atribuye justicia (perdona pecados) sobre la condición de que el hombre
crea en Cristo y no de que el hombre haya guardado perfectamente bien las obras
de la ley de Moisés. El falso maestro no puede quedarse con el contexto; nada
más juega con palabras.
Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no
es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es
gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
bhr --
Con este pasaje en Romanos
el autor continúa con el ignorar el contexto al usar los términos “gracia” y
“obras”, aplicándolos a una gracia incondicional y a obras de obediencia al
evangelio. Tal uso no empleó el apóstol Pablo. Pablo contrasta la ley de Moisés
con sus obras con la gracia condicional de Dios para salvar a todo hombre
obediente al evangelio. ¿Qué importa al falso maestro que ignore el contexto de
un pasaje que fuera de contexto puede conducir al oyente al error?
Efesios 2:8 Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; Efesios
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
bhr -- No solamente los calvinistas,
sino los demás “evangélicos” que predican la salvación por la fe sola, citan
este pasaje, ignorando el uso apostólico de él. La diferencia entre ellos es que
el calvinista clásico afirma que no hay condición alguna que el pecador tenga
que cumplir para ser salvo, mientras el evangélico afirma que sí hay una que es
el creer. Bueno, si hay una condición (algo que hacer), no puede citar mal un
pasaje que dice “no por obras”, (o sea, nada que hacer) pues la misma fe es una
“obra” (Jn. 6:29).
El
calvinista persiste en torcer el uso apostólico de la palabra “obras” en tales
pasajes como Efes. 2:8,9. Las obras referidas en Efes. 2:9 son las obras de la
ley de Moisés, y no las condiciones del evangelio para que el pecador sea salvo
(Mar. 16:16; Hech. 2:38; 22:16).
Pablo en
sus cartas a los romanos, a los efesios, y a los gálatas (Gál. 2:16; 3:2,5), al
usar la palabra “obras” tiene en mente
las obras de la ley de Moisés. Los llamados evangélicos aplican mal estos
referidos pasajes, haciendo que las obras mencionadas se apliquen a lo que el
pecador tiene que hacer para ser salvo. Hay una razón por qué los comentaristas
protestantes aplican mal estos pasajes: es que los reformadores, que combatían
las obras impuestas en los creyentes por
el clero romano y queriendo hallar apoyo en las sagradas Escrituras,
escogieron pasajes apostólicos en que se hallaba la frase “no por obras” y los
aplicaban al problema del día; a saber, la imposición de obras inventadas por
el clero católico romano. El mismo abuso de las Escrituras continúa hasta la
fecha. Eso no es “usar bien las Escrituras” (2 Tim. 2:15). Pablo no hablaba con
referencia a obras impuestas por los clérigos católicos, ni a la obras de
obediencia al evangelio para ser salvo, ¡sino a las obras de la ley de Moisés!
Guardemos en mente el contexto.
Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo,
bhr --
Conforme al contexto vemos que Pablo aquí habla de la
agencia de la salvación, de que es obra de Dios y no lo hecho en
justicia de parte del hombre y esto aparte del evangelio. A continuación cito de
mi obra NOTAS SOBRE TITO:
--"no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho".
Buena es la traducción que dice, "no en virtud de obras que hubiéramos
hecho en justicia" (B.A.). El texto
griego dice: "en justicia", no "de justicia".
El hombre no se encuentra salvo en virtud de obras que él haya hecho en
la esfera de la justicia. Ningún
hombre salvo lo es legalmente. Este
versículo concuerda con lo que dice Pablo en Efes. 2:8,9, "sois salvos ... no
por obras". La salvación (vida
espiritual) según la ley de Moisés dependía de perfección de obras de parte del
hombre (Rom. 10:5), pero ninguno bajo la ley la guardó perfectamente bien (Gál.
3:10,12; Gál. 5:3). Sencillamente
el hombre pecador no puede salvarse a sí mismo. El
lector puede consultar mi obra NOTAS SOBRE TITO, 3:5, para más de mis
comentarios sobre este versículo.
Pero las "obras" de esta frase que estamos
comentando no han de ser confundidas con las condiciones del evangelio que
tienen que ser obedecidas. Hay algo
que hacer para ser salvo. Nótese la
palabra "hacer" en los casos de conversión en Hechos (2:37,38; 9:6; 16:30,31;
22:10,16). Véanse también Heb.
5:8,9; Rom. 1:5 y 16:26. La fe
tiene que obedecer para que salve (Sant. 2:24).
Cuando el pecador cree en Jesucristo, se arrepiente de sus pecados,
confiesa su fe en Cristo, y es bautizado para el perdón de sus pecados, ¡no
está haciendo obras en la justicia! ¡Está obedeciendo al evangelio, y no tiene
nada de qué gloriarse!”
El calvinista ve la palabra “obras” en ciertos pasajes y brinca a la conclusión
de que se trata de actos de obediencia al evangelio de parte del individuo que
quiera ser salvo. Ignora el contexto por completo. Por seguir la doctrina
calvinista de salvación incondicional el autor niega que es necesario que el
hombre obedezca al evangelio para ser salvo, pero nótense estos pasajes claros:
Hech. 6:7; Rom. 1:5;2:8; 6:16, 17; 10:16; 15:18; 16:26; 2 Tes. 2:8; Heb. 5:9;
1Ped. 1:22; 4:17.
2 Timoteo 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme
a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
bhr -- Cito de mi obra NOTAS SOBRE 1
TIMOTEO: “--"no
conforme a nuestras obras". Véase Tito 3:5. El hombre solo no puede hacer nada
para que merezca la salvación, pero sí tiene que hacer (obedecer) las "obras"
que Dios ha mandado. Al creer en Cristo Jesús, hace una de estas obras de Dios (Jn.
6:29). Al arrepentirse y bautizarse, hace lo que Dios manda que se haga (Hech.
2:37,38; 17:30; 10:48)). Es necesaria la obediencia al evangelio (Rom. 2:8;
6:17; 2 Tes. 1:8; Heb. 5:9; 1 Ped. 1:22).
La salvación, pues, es condicional, pero no es a base de lo que hombre
haga de su propia “justicia” y aparte del evangelio.
¿PERO ENTONCES, CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE MATEO 24?
La respuesta es que ese texto debe considerarse dentro de un contexto
del pacto condicional previo al Nuevo Pacto, pues ese texto está inserto en el
contexto de la gran tribulación, es decir pertenece al período de la última
semana de años de la profecía de las 70 semanas, período en cual ya no rigen los
términos de un pacto incondicional como lo es el Nuevo Pacto:
bhr
-- El autor fabrica una premisa
artificial y luego sobre ella hace su argumento. Las Escrituras no saben nada de
un “pacto incondicional” contrastado con uno llamado “condicional”. Tal premisa
es completamente falsa, como lo enseñaré más abajo con las mismas Escrituras.
Pero primero
consideramos las palabras de Cristo en Mat. 24:13, “Mas
el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Cristo no hace referencia a
alguna salvación eterna en los cielos después del Juicio Final. Todo lo que
señala él en 24:4-34 sucedió antes de pasar aquella generación en que él vivió
(ver. 34). El hace referencia a una salvación física de la destrucción de
Jerusalén por los romanos en el año 70 d, de JC. (Los versículos 15-21 tratan de
eventos locales). El pasaje paralelo de Luc. 21:18-21 dice, “Pero ni un cabello
de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas
(gr., vidas). 20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed
entonces que su destrucción ha llegado. 21
Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio
de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella”. Cristo aquí
habla de una salvación de vidas físicas en el tiempo de la destrucción de
Jerusalén. Los cristianos que perseveraban en la verdad y confiaban en Cristo,
obedeciendo sus instrucciones en este discurso, se salvarían de la destrucción
de Jerusalén.
Es incorrecto emplear Mat. 24:13 como prueba de que
el cristiano tiene que perseverar fielmente hasta el fin de su vida sobre la
tierra para ser salvo eternamente. Sí, tal enseñanza es cierta, pero este pasaje
no es prueba de ello. Es incorrecto emplear Mat. 24:13 para combatir la falsedad
del calvinismo.
¿Qué es un pacto incondicional? Respuesta: es un pacto donde no hay un
“si” de por medio, y precisamente el carácter incondicional del Nuevo Pacto es
por lo que en Hebreos 8:6 se nos dice que dicho pacto está establecido sobre
mejores promesas:
Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor
ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre
mejores promesas.
Son mejores por varios motivos,
pero uno de esos motivos es que es un pacto incondicional, es decir, no hay un
“si” de por medio.
PACTO CONDICIONAL ES DONDE HAY UN
“si” DE POR MEDIO:
Éxodo 19:5 Ahora, pues, si diereis
oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre
todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
PACTO INCONDICIONAL ES DONDE NO
ESTÁ EL “si”:
Jeremías 31:31 He aquí que vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la
casa de Judá.
Jeremías 31:32 No como el pacto que
hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos,
dice Jehová.
Jeremías 31:33 Pero este es el
pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré
mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y
ellos me serán por pueblo.
Jeremías 31:34 Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice
Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
bhr -- En los párrafos arriba el
autor hace un argumento basándose en su fabricada premisa falsa. ¡No
existe la distinción de pactos como él lo delinea! El escribe:
“Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de
un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
Son mejores por varios
motivos, pero uno de esos motivos es que es un pacto incondicional, es decir, no
hay un “si” de por medio”.
Lo que aquí escribe es solamente una aseveración; él no ofrece ninguna prueba.
Ofrece solamente su ipse dixit ( = latín, él mismo lo dice).
Nótese con
cuidado lo siguiente:
1. Todo
pacto de Dios hecho con el hombre es condicional con respecto al deber del
hombre de cumplir con las condiciones
del pacto. Éxodo 19:5 bien ilustra el punto en cuanto al Pacto Antiguo hecho
por Dios con los israelitas. Ahora Jeremías (31:31-34) de veras profetizó de un
pacto nuevo que Dios iba a hacer con Israel espiritual (Gál. 6:16), la iglesia
de Cristo. Se admite que dentro del texto mismo no aparece la palabra “si” ( =
condicionalidad), como es el caso con Éxodo19:5. La profecía se repite en Heb.
8:8-12. Según el argumento falso del autor la ausencia de la palabra “si” en el
texto hace incondicional al nuevo pacto, el nuevo testamento. Pero le faltó al
autor leer en Hebreos pasajes que aparecen
antes de 8:8-13 (citando a Jer.
31:31-34) y también después de
8:8-13. En el mismo libro Hebreos del Nuevo Testamento vemos varias ocasiones en
que aparece la palabra “si” para indicar condicionalidad. Véanse 2:3; 3:6;
10:26; 12:7,8; 12:25.
¿No cree el
autor que Hebreos es libro del Nuevo Testamento que según su argumento dicho
Testamento no tiene nada de condicionalidad (indicada por la palabra “si”)? ¿Qué
de la palabra “si” en otros libros del Nuevo Testamento? ¿No hay nada de
condicionalidad en ellos? Si se consulta una buena concordancia la persona verá
que la palabra “si” aparece en otros libros del Nuevo Testamento. ¿No habrá
leído el autor Sant. 2:14? ¿Qué de Apoc. 2:5, 16, 22; 3:3, 20; 22:19?
Jeremías
nada más profetizó la venida de un nuevo pacto, el Nuevo Testamento, dando a
entender que la persona llegaría a ser parte del nuevo pacto, no por virtud de
haber nacido de ciertos padres, los judíos, sino por haber oído y creído su
mensaje (Heb. 8:10,11). No hizo una descripción de todo aspecto de ese nuevo
pacto que Dios iba a hacer. No fue su propósito hacerlo, sino solamente anunciar
su venida y marcar la diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo. Por supuesto
no dijo nada acerca de algún cambio de condicionalidad e incondicionalidad. Este
último punto el autor se atreve a agregar a las Escrituras.
2. El autor
aplica mal a Heb. 8:6. Dice que
“el carácter incondicional del Nuevo Pacto es por lo que en Hebreos 8:6 se nos
dice que dicho pacto está establecido sobre mejores promesas”.
Esto lo supone y afirma pero sin prueba alguna. El pasaje no dice tal cosa, ni
de lejos. No hay absolutamente nada de contraste entre condicionalidades. Todo
eso lo añade el autor. Si se lee 10:16-39 verá que el Nuevo Testamento es mejor
que el Antiguo por ofrecer en realidad
el perdón de pecados por el sacrificio que hizo Jesucristo, nuestro Sumo
Sacerdote. El Antiguo Testamento ofrecía el perdón de pecados solamente en
sentido simbólico, típico, o figurado. Por eso las promesas del Nuevo son
mejores. El autor ignora el contexto por completo.
Cito de mi
obra NOTAS SOBRE HEBREOS: “El
ministerio (servicio) del Mesías, como Sumo Sacerdote, es mejor que el levítico
en la proporción en que es mejor el Nuevo Pacto, del cual él es mediador, que el
Pacto Viejo. El oficio de Cristo es
mejor porque es celestial, y no terrenal, y porque es del Pacto que es mejor,
porque tiene mejores promesas. En 7:22 vemos que es fiador de un mejor pacto,
siendo establecido su sacerdocio por el juramento de Dios.
Aquí es mediador de un mejor pacto, teniendo un ministerio más exaltado,
pues es celestial. En cada caso
vemos la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el levítico.
--"mejor
ministerio". Compárese 2 Cor.
3:6-9.
--"mediador". Véanse 9:15; 12:24; 1
Tim. 2:5.
--"mejores
promesas", porque son espirituales y para vida eterna.
Las del Primer Pacto eran principalmente de naturaleza material.”
3. Si es válido el argumento del autor, entonces los hombres y mujeres de Dios
del Antiguo Testamento no fueron redimidos y hechos recipientes de la herencia
eterna (por la sangre de Cristo, Heb. 9:15)
incondicionalmente según el
calvinismo, sino condicionalmente; es decir, sobre la condición de su obediencia
a las condiciones que se les ponían. Considérese por ejemplo a Jos. 24:14-25. El
ver. 20 presenta la palabra “si”. Ahora el autor está en la posición no
envidiable de tener a Dios haciendo acepción de personas (cosa que nunca hace,
Hech. 10:34), tratando a los antiguos condicionalmente y a los del Nuevo
Testamento incondicionalmente. ¿Cambia Dios (Mal. 3:6)? La lógica del autor
demanda que Dios no mostrara acepción de personas en el tiempo pasado pero que
ahora sí, porque en el Nuevo Testamento supuestamente ¡todo es
incondicional!
4. La parte de Dios en sus pactos no depende de
alguna aprobación o acuerdo de parte del hombre, el objeto del pacto, pero la
parte del hombre en las promesas del
pacto es su obediencia en las condiciones de las promesas.
OTRO EJEMPLO DE PACTO INCONDICIONAL ES EL PACTO DAVÍDICO:
En donde se ven claramente dos
personas bajo dos pactos diferentes:
•El primero Salomón, bajo un pacto
incondicional (el pacto Davídico).
•El segundo Saúl, bajo un pacto
condicional (el de la ley).
2 Samuel 7:12 Y cuando tus días
sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu
linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
2 Samuel 7:13 El edificará casa a
mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
2 Samuel 7:14 Yo le seré a él
padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de
hombres, y con azotes de hijos de hombres;
2 Samuel 7:15 pero mi misericordia
no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.
Salmo 39:11 Con castigos por el
pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
2 Crónicas 20:35 Pasadas estas
cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era
dado a la impiedad,
2 Crónicas 20:36 e hizo con él
compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en
Ezión-geber.
2 Crónicas 20:37 Entonces Eliezer
hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has
hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se
rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.
Dios, mediante la disciplina,
preservó a Salomón, como preservó a Josafat y como ha de preservar a todos
aquellos a quienes ha escogido en la eternidad para ser adoptados como sus
hijos.
bhr -- La argumentación del autor es
confusa pues tiene un “pacto incondicional (el pacto Davídico)” dentro del
Antiguo Pacto o Testamento que según él se difiere al Nuevo Pacto por ser
condicional. Además la palabra “si”, indicando condicionalidad, se encuentra en
2 Sam. 7:14, en el pacto que el autor considera como incondicional.
La
preservación de parte de Dios de sus escogidos depende de la fidelidad de ellos,
y no simplemente porque sean de un pacto incondicional. Considérense Mat. 19:
Luc. 11:28; Jn. 8:51; 15:10; 1 Tim. 6:14; Sant. 1:27; 2:10; 2 Ped. 1:10, 11; 1
Jn. 2:3; 3:22; Judas 21; Apoc. 3:3, 8, 10; 14:12. El calvinismo no admite en
nada que haya condiciones qué cumplir de parte del cristiano. De hecho tiene que
admitir que el elegido no puede hacer nada de malo que le robe de la eternidad
con Dios, que se le obliga a Dios a salvarle aunque muera un hombre más perverso
y maligno.
¡¡¡Qué tremenda deshonra para la persona del Padre
es afirmar que el mismo Padre que nos ha adoptado eventualmente podría terminar
anulando esa adopción!!!
Efesios 1:5 en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad,
bhr -- El autor se equivoca en su
atribución de deshonra hacia Dios. Empleando sus propias palabras respondo:
“¡Qué tremenda deshonra para la persona del Padre es afirmar que el mismo Padre
que nos ha adoptado eventualmente tendría que dar herencia de vida eterna a un
hijo adoptado que le vuelve la espalda por medio de una vida vuelta a la pasada
manera carnal de vida (2 Ped. 2:20-22). Según el calvinismo un hombre salvo
puede crucificar de nuevo para sí mismo al Hijo de Dios, exponiéndole a
vituperio (Heb. 6:6), y siempre ser salvo eternamente porque fue elegido
incondicionalmente para la vida eterna. La plena certeza de la esperanza del
cristiano se basa en mostrar cierta solicitud
hasta el fin (6:11). ¿Qué no hay
condiciones para ser salvos eternamente? Leamos el versículo siguiente: “por la
fe y la paciencia (perseverancia) heredan las promesas”. Como hay condiciones
(algo que hacer, Hech. 2:37; 9:6; 16:30; 22:10) inicialmente para ser salvo de
los pecados pasados, también hay condiciones para el salvo para que herede
finalmente las promesas de Dios de salvación eterna.
Efes. 1:5 no dice nada acerca de alguna adopción
incondicional. Esto lo supone el
calvinista y fuerza entrada de ello en el pasaje. Dios predestinó la adopción de
hijos a quienes oyen y creen el evangelio de su salvación (ver. 13). Para el
calvinista no hay por qué predicar el evangelio a toda criatura (Mar. 15:15,16)
porque el reprobado incondicionalmente ni es capaz de creer cuando oye predicado
el evangelio. Es una doctrina que anula la necesidad de predicar el evangelio a
toda criatura. Según ella no hay necesidad de evangelismo y de evangelistas.
Afirma que el Espíritu Santo tiene que operar directa y milagrosamente en el
individuo, dándole fe (aunque no la quiera) y luego el adoptado hijo de Dios
ahora tiene la vida eterna garantizada, no importando cómo el viva sus días
sobre la tierra. Al mismo tiempo el individuo que quiera aceptar la invitación
de Cristo y de la iglesia de él (Mat. 11:28-30; Apoc. 22:17) no lo puede si
incondicionalmente ha sido escogido por Dios para ser perdido eternamente. ¡Cómo
deshonra al Dios de amor (1 Jn. 4:16) tal doctrina diabólica (1 Tim. 4:1)!
FIN DE LA REFUTACIÓN MÍA DEL ARTÍCULO
Notas mías adicionales:
1. Ya que las buenas
nuevas de salvación son para todo el
pueblo (Luc. 2:10) la salvación es ofrecida a
todo aquel que crea en el Señor
(Isa. 55:1-7;
Jn. 1:12; 3:15, 16; 4:14; 7:37, 38; 11:26; 12:46; Hech.
2:21; Rom. 9:33; 10:11, 13; Heb. 2:9; 1 Juan 4:15; 5:1, 18; Apoc. 22:17). Dado
que la salvación es condicional, importan mucho las
exhortaciones y advertencias que
proporcionan las Escrituras. El calvinismo, abogando por una salvación y
reprobación incondicionales hace que dichas exhortaciones y advertencias queden
totalmente sin sentido, utilidad y validez. Para la doctrina calvinista de nada
sirven en las Escrituras; son un malgasto de tiempo y espacio.
Por ejemplo, la carta a los hebreos (en la en que el
autor se basa tanto) abunda en exhortaciones y
advertencias (2:1-4; 3:1, 7, 12-15; 4:1, 11, 14, 16; 7:4; 10:22-25, 29, 32.
35-39; 12:1, 3, 5, 12, 13, 14-16, 25, 28; 13:1-7, 13, 16-19, 22). ¿Para qué
sirven si es bíblica la doctrina calvinista que afirma que “una vez salva la
persona siempre salva” y “la
imposibilidad de apostasía”? ¿Jamás ha leído el autor Gál. 5:4; Heb. 3:12; 6:6 o
2 Ped. 2:20-22? El necesita
aprender lo que enseña Jesucristo en Luc. 8:13 y abandonar ese sistema puramente
humano que hizo popular Juan Calvino.
2. Una pregunta para el calvinista:
Si la salvación eterna
del hombre es solamente por la gracia de Dios que hace acepción de personas, sin
que el individuo ni aun pueda creer y obedecer al evangelio, y si el llamado
“elegido” incondicionalmente luego muere practicando toda forma de iniquidad,
¿siempre será salvo en el cielo? Su doctrina demanda que conteste que “sí”, pero
no quiere que el público sepa que tal respuesta se demanda, y por eso evade lo
lógico de la pregunta y esquiva, cambiando de tema. Pero la pregunta se queda en
pie. Su doctrina demanda que el cristiano pueda corromper a cien mujeres y eso
no afectaría nada su salvación porque agrega que tal cristiano se va a
arrepentir antes de morir. Esa es su salida del problema.
Pero ¿cómo lo sabe? ¿Qué seguridad tiene de tal conclusión?
¡Ninguna! Heb. 6:4-6, “Porque
es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial,
y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5
y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo
venidero, 6
y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando
de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”.
Heb. 3:6 dice claramente: “pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual
casa somos nosotros, si retenemos firme
hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.
3. El calvinista cree que Rom. 8:29,30 propaga el
calvinismo. Vamos a ver. El pasaje dice, “Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30
Y a los que predestinó, a
éstos también llamó; y a los que
llamó, a éstos también justificó; y
a los que justificó, a éstos también
glorificó”. El pasaje no trata
de alguna predestinación de individuos en particular, sino de un pueblo, los
cristianos. A los corintios Pablo escribió esto: “¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones, 10 ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios.
11
Y
esto erais algunos; mas ya habéis sido
lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”
(1 Cor. 6:9-11). Esto pasó a los
corintios cuando oyeron el evangelio predicado y creyendo fueron bautizados
(Hech. 18:8, “Y
Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y
muchos de los corintios, oyendo, creían
y eran bautizados”). Cuando se les predicó el evangelio a los corintios
muchos de ellos oyeron el evangelio, creyeron en Cristo Jesús y fueron lavados
de sus pecados en el bautismo como lo fue Pablo (Hech. 22:16). De esta manera
Dios los llamó (mediante el
evangelio, 2 Tes. 2:14) y les justificó
porque les perdonó de sus pecados pasados cuando fueron
lavados de ellos en el bautismo.
Esto es exactamente lo que Dios había
predestinado para los que obedecen al evangelio. Los que son fieles hasta la
muerte serán glorificados en la vida eterna en los cielos (Rom. 2:7, 10; 2 Cor.
4:17; 1 Ped. 5:1). Las Escrituras explican a sí mismas.
4. La Gran Comisión dada por Cristo a sus apóstoles
(Mat. 28:18-20; Mar. 16:15,16; Luc. 24:47) queda sin significado alguno si el
calvinismo incondicional tiene sentido. ¿Para qué predicar el evangelio al
perdido porque si la persona no es de los llamados “elegidos incondicionalmente”
de nada le vale que oiga el evangelio. La fe viene por el oír (Rom. 10:17; Hech,
15:7) pero el calvinismo enseña que el hombre nace totalmente corrupto e incapaz
de creer, y que por eso para que crea Dios le tiene que dar la fe. Se afirma que
el hombre de por sí no puede creer, pero Jn. 20:30, 31 dice que sí puede y Hech.
16:31 registra el mandamiento dado al hombre de que crea. También al pecador del
mundo se le manda arrepentirse (Hech. 2;38; 26:20). Pablo predicó el evangelio a
los gentiles, mandándoles que se arrepintieran y se convirtieran a Dios. ¿Cómo
que no hay nada que hacer para ser salvo? (Hech. 2:40). Pablo fue enviado por
Dios a predicar a los gentiles para que ellos se convirtieran de las tinieblas a
la luz (26:18). Dios no promovía la doctrina calvinista. Pablo no era
calvinista.
5. ¿Por qué reconvino Jesús a ciertas ciudades que
no se arrepintieron si los elegidos para la perdición (reprobación) no tienen la
capacidad de arrepentirse debido al supuesto pecado original que deja a la
persona totalmente corrupta e incapaz de creer y arrepentirse (Mat. 11:20-24)?
El calvinismo no tiene sentido. Esas ciudades no representaban a gente salva de
sus pecados y la razón fue que no aprovecharon los milagros obrados en ellas
para producir fe (Jn.20:30,31). No creyeron y por eso no se arrepintieron. Jesús
puso la responsabilidad de perdición en la gente de esas ciudades, no en una
supuesta elección incondicional a la reprobación. Dios no manda lo imposible,
pero sí manda el arrepentimiento a todos los hombres (Hech. 17:30; 2:38).
6. ¿A quiénes da Jesús potestad de ser hechos hijos
de Dios? Dice Jn. 1:12 que ella es dada a las personas que le reciban; es decir,
que crean en él. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Todo el mundo puede creer
en Cristo, y dice Cristo que el que
lo hace y es bautizado será salvo (Mar. 16:16). Por eso el evangelio es
predicado a todo el mundo (Mat. 28:19,20). Los que se bautizan en Cristo de
Cristo están revestidos, así llegan a ser hijos de Dios (Gál. 3:26,27). El
calvinismo todo esto lo niega y contradice. La gracia de la cual el calvinismo
habla tanto ha sido manifestada en la venida, vida y muerte de Jesús, y fue
manifestada “para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11). No, dijo Calvino;
la manifestación de la gracia de Dios no fue para la salvación de
todos los hombres sino solamente de
algunos elegidos incondicionalmente.
7. Jesús
querría la salvación de Jerusalén pero ella
no la quiso (Mat. 23:37). La razón
por qué la nación judaica no fue salva no fue debida a una predestinación
incondicional que no les incluyera para salvación, sino a que ella
no quiso ser salva. Faltó la
voluntad de los judíos mismos. Jn. 5:40, “y
no queréis venir a mí para que
tengáis vida”.
La capacidad que Dios creó en el hombre que se expresa con la frase “libre
albedrío” le permite querer o no querer según escoja hacer. Su voluntad no es
enseñoreada por una supuesta “depravación total”.
¿Por qué invitaría Jesús a todo el mundo a ser salvo
(Mat. 11:28-30) si tal salvación no está extendida a todo el mundo, sino
solamente a un número fijo de hombres por alguna salvación incondicional
seleccionada por Dios por capricho? Dios dice que la razón por qué muchos se
pierden eternamente es el mismo rechazo del hombre del plan de salvación que
Dios ofrece a todo el mundo (Jn. 5:38-47; Rom. 10:21; Isa. 65:2). Los judíos del
tiempo de Cristo en gran medida rechazaron la luz accesible y rehusaron creer en
Cristo.
Es importante oír la palabra de Cristo con cuidado y
producir fruto de ello, porque de otra manera se pierde la oportunidad de oír
más para ser salvo uno eternamente (Luc. 8:18, “Mirad, pues, cómo oís; porque a
todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener
se le quitará”). Este pasaje no admite nada de la falsa doctrina de la llamada
“elección soberana”.
8. Dios no quiere que nadie se pierda (2 Ped. 3:9, “El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento”).
Quiere que todo el mundo se salve (1 Tim. 2:4, “el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.”).
Por eso “el
cual se dio a sí mismo en rescate por todos”
(ver. 6). El calvinismo quiere que
se salven solamente un cierto número de personas y esto incondicionalmente; es
decir, sin que hagan nada para ser salvos, y que los demás se pierdan (aunque
quieran arrepentirse para ser salvos). Afirma que el hombre del mundo es incapaz
de proceder al arrepentimiento. El calvinismo tiene a un sinnúmero de personas
engañadas para no creer el evangelio de Cristo.
9. La muerte de Cristo en la cruz “a todos” atrae a
él mismo, dijo Cristo en Jn. 12:32. Por eso Pablo predicaba el evangelio (1 Cor.
15:1-7) para persuadir a los hombres (2 Cor. 5:11). Pablo ciertamente no era
calvinista porque de nada sirve predicar el evangelio “a todos” los que por
capricho de un dios que hace acepción de personas no puedan oír el evangelio
para ser salvos. Según el calvinismo los “elegidos” (incondicionalmente) no
necesitan ninguna persuasión y a los “reprobados” (incondicionalmente) no pueden
ser persuadidos (aunque mucho quieran ser salvos). Ciertamente Juan Calvino
logró engañar a un sinnúmero de personas a través de los siglos. Pero Dios ha
hecho posible la salvación para todos los pecadores (Rom. 11:33, “Porque
Dios sujetó a todos en
desobediencia, para tener misericordia de
todos.”
1 Jn. 2:2 dice: “Y
él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros,
sino también por los de todo el mundo”.
¿Qué
puede ser más claro?
10. El texto favorito del calvinista es Efes. 2:8
(“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues
es don de Dios”) porque cree que se presta para afirmar que la fe no viene por
oír la palabra de Dios (Rom. 10:17) (pues, dice que si la persona está
completamente corrupta no puede creer), sino que Dios le da la fe por una
intervención milagrosa del Espíritu Santo (una llamada “experiencia de gracia”).
Pero Pablo no dice “esta” (fe) no es
de vosotros, sino “esto”. El texto
griego no dice “esta” (género femenino, pues la palabra “fe” en griego, como en
español, es palabra femenina--pistis). El texto griego, y el español, dice
“esto” no (procede) de vosotros. “Esto” es del género
neutro y se emplea en este versículo
para indicar lo que acaba de decirse;
a saber, que no procede del hombre la
salvación de Dios por gracia por medio la fe (del hombre). La parte de Dios
en la salvación es la gracia. Esta es la base de la salvación. La parte
del hombre es la fe. Esta es la condición que Dios pone en su salvación
condicional. El calvinismo pervierte este pasaje para que parezca apoyar su
falsa doctrina. En su aplicación del pasaje cambia “esto” por “esta”; cambia el
neutro a femenino. El texto español de Reina-Valera 1960 es muy exacto en este
caso. No dice “esta” (fe); dice “esto” (la salvación por gracia por medio de la
fe).
11. El calvinismo enseña la doctrina de “pecado
original” que introdujo Agustín (siglo 4º), idea sacada del gnosticismo en que
él había andado antes de su llamada “conversión”. Como mil años después Juan
Calvino y otros revivieron tal doctrina durante la Gran Reforma Protestante en
Europa. Comenzando con la premisa falsa de “la depravación total del hombre” (el
pecado original) Calvino construyó una doctrina consecuente presentada en cinco
puntos: 1- la depravación total, 2- la elección y la reprobación imcondicionales,
3- la reconciliación limitada, 4- la gracia irresistible, y 5- la perseverancia
final de los santos. En este caso si la premisa es correcta, todo lo que sigue
tiene sentido, pues si el hombre nace totalmente depravado, su salvación no
puede depender de condiciones que él cumpla, Cristo murió solamente para un
número muy limitado (solamente para los escogidos), tiene que haber alguna
acción de parte del Espíritu Santo a favor del escogido y tal acción no puede
ser resistido (pues Dios es soberano y por eso no puede ser resistido), y ya que
lo que Dios hace no puede fallar, la salvación incondicional del pecador
perseverará hasta el fin sin la posibilidad de apostasía final. Esto es muy
consecuencial. Pero el problema consiste en que
¡la premisa es falsa!
El hombre
no nace pecador. Lo que hace que un hombre sea pecador ¡es que peque! (Rom.
3:23; Ezeq. 18:4, 20; Deut. 24:14). No es pecado haber nacido; es pecado
infringir algún mandamiento de Dios (1 Jn. 3:4). “Dios hizo al hombre recto,
pero ellos buscaron muchas perversiones” (Ecles. 7:29). Lo que separa el hombre
de Dios, dejándole espiritualmente muerto (separado) son sus
propios pecados (Efes. 2:1; Sal.
51:2-4; Isa. 59:2) y no el pecado de otro (de Adán).
12. La presciencia de
Dios no es lo mismo que la predestinación. No tiene que ver con su
voluntad. Es un atributo de Dios que le permite saber el resultado antes de
suceder cierto evento. El calvinista a menudo cita a 1 Ped. 1:2 y representa mal
al texto haciendo que la presciencia de Dios sea cuestión de predestinación
incondicional por la voluntad de Dios. Cito de mi obra NOTAS SOBRE 1 PEDRO: “La
elección o salvación del cristiano ha llegado a ser exactamente como Dios sabía
que llegaría a ser; el plan de salvación no ha sido cosa de acción de momento,
sino según un propósito eterno (Hech. 2:23; Efes. 3:11; Tito 1:2). La
presciencia de Dios no obliga que un dado individuo tenga que ser o hacer de
cierta manera. La presciencia de
Dios no es causa de la acción de otros. Yo sé de antemano que cuando tiro para
arriba la pelota, ella va a venir para abajo. Pero yo no hago que venga para
abajo; la gravedad es lo que causa eso.”
13. Dios por medio de la predicación del evangelio
reconcilia el mundo consigo mismo (2
Cor. 5:18,19) y no solamente a unos cuantos incondicionalmente, “Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; 19
que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación”. Con razón el evangelio ha de ser predicado a todo el mundo (Mat.
28:19; Mar. 16:15). La salvación de Dios no se limita incondicionalmente a un
supuesto número de personas sino que por la predicación del evangelio es
ofrecido a todo creyente en el mundo (1 Cor.1:21). Dicen las Escrituras: “el
que” (Mar. 16:16), y no según el calvinismo: “solamente los escogidos
incondicionalmente”.
14. Juan Calvino enseñó que el incondicionalmente
reprobado por ser totalmente depravado, debido al pecado de haber nacido con el
supuesto “pecado original”, es incapaz de creer en Jesucristo por haber oído la
predicación del evangelio que se predica en todo el mundo. Pero Jesús en su
parábola del sembrador desmiente rotundamente tal falsedad. La semilla que cayó
en buena tierra representa a los que “oye y
entiende la palabra, y da fruto” (Mat.
13:23), “oyen la palabra y la reciben,
y dan fruto” (Mar. 4:20), y “con corazón bueno y recto
retienen la palabra oída y dan
fruto”. Según Calvino todo hombre en el mundo nace con corazón totalmente
depravado que no le permite oír predicada la palabra del evangelio para
entenderla; según Jesús hay en el mundo gente inconversa pero con corazón
bueno y recto que oye la palabra y
con perseverancia da fruto. ¿A quién hemos de creer: a Jesús o a Calvino?
15. La única razón por qué el hombre, sea quien sea,
no llega a ser salvo eternamente es porque no recibe la verdad. Esto lo dice
Pablo por inspiración del Espíritu Santo (2 Tesal. 2:10-12).
Leamos: “con todo engaño de iniquidad
para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos. 11 Por esto Dios les envía
un poder engañoso, para que crean la mentira, 12
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino
que se complacieron en la injusticia”. Todo el mundo puede recibir lo que Dios
le ofrece que es la verdad (Jn. 8:32). Si la recibe cumplirá con las condiciones
que Dios pone en el evangelio y será salvo. Si la rechaza, hay tristes
consecuencias. Son condenados por Dios los que no creen a la verdad y a
consecuencia de ello lo que sí creen es la mentira del Diablo. El calvinismo no
acepta por nada esta revelación del Espíritu Santo por el apóstol Pablo.
16. El apóstol Pablo no era calvinista porque sentía
la necesidad de hacerse “siervo de todos” (a judíos, a gentiles, a débiles)
“para ganar a mayor número” (1 Cor. 9:19).”A todos me he hecho de todo, para que
de todos modos salve a algunos” (ver. 22). Para Calvino todo este fue
innecesario e imposible, porque por nada podían ser salvos los
incondicionalmente escogidos para la perdición. Tampoco era calvinista el
apóstol Pedro que escribió a los hermanos esto: “Por lo cual, hermanos, tanto
más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas
cosas, no caeréis jamás” (2 Ped. 1:10). La lógica demanda que si no procuraban
hacer firme su vocación y elección, y si no hacían esas cosas, seguramente
caerían para ser perdidos eternamente. De otra manera la exhortación no vale
nada. Pero Calvino enseñaba que “una vez salva la persona, siempre salva”, que
es “imposibilidad de apostasía”, y que haga lo que haga el elegido
incondicionalmente perseverará para ser salvo eternamente. El calvinismo
contradice la Palabra de Dios a cada vuelta.