UNA REFUTACIÓN DE UN ARTÍCULO CALVINISTA

Por Bill H. Reeves

 

      Lo que sigue es una refutación de un artículo calvinista que se me ha enviado. Está repleta de confusión de términos, sofistería, y falsa representación. Esconde o ignora la cuestión misma baja consideración que es si la salvación que Dios ofrece al hombre es condicional o no. El artículo depende de cierto juego de palabras. Ignora contextos. A continuación cito el artículo entero (en tipo Arial negrita) pero por párrafos y frases, introduciendo mis comentarios con las iniciales bhr y empleando el tipo Times New Roman.

     

DESHACIENDO LOS FALSOS ARGUMENTOS DEL ARMINIANISMO.

Daniel Nicolas Pastore

      Mateo 24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

      Este es uno de los textos que los arminianos utilizan para probar la falsa doctrina romanista de "salvos por gracia pero preservados por obras". Si la salvación final dependiera de algo que los redimidos hicieran, entonces la salvación ya no descansaría solamente en lo que Cristo ha hecho en su sacrificio, sino en lo que los redimidos hiciesen, y si ese fuera el caso, entonces la justificación misma ya no sería definitiva, sino que sería una justificación dependiente de las obras de perseverancia, y esta herejía es el corazón mismo del romanismo, y es por eso que en el concilio romanista de Trento, concilio que se convocó como respuesta a la Reforma Protestante, se declaró “maldito todo aquel que diga que el hombre es justificado solo por la fe y no por las obras”.

      bhr -- Notemos varios errores en el párrafo arriba:

      1. Yo no soy arminiano (seguidor de Jacobo Arminio); no defiendo ninguna doctrina humana, pero el autor sí defiende la doctrina del hombre Juan Calvino, el padre de la doctrina de la salvación incondicional. (Jacobo Arminio era un teólogo holandés que se puso en contra de la doctrina de salvación incondicional de Juan Calvino). No acepto todos los cinco puntos del arminianismo pero el autor defiende los cinco puntos de calvinismo. Estoy de acuerdo con la afirmación de Arminio de que Dios ha dado al hombre libre albedrío, pero no soy arminiano; el autor está de acuerdo con el Papa de Roma de que Jesús nació de una virgen, pero no afirma ser un papista.

      El calvinista fuertemente propaga la idea de que la “gracia soberana” de Dios no puede ser resistida, como si el caso fuera uno de poder físico entre Dios y el hombre, pero el hombre sí puede resistir a Dios (Hech. 7:51) ¡aunque no sin consecuencias! (Heb. 10:31). ¡Dios todo lo controla! Arminio abogaba por el libre albedrío del hombre (Jos. 24:14.15); Calvino lo negaba. Para Calvino todo era incondicional; el hombre no tiene parte alguna en su salvación, ni en la inicial o en la final. (El apóstol Pedro no era calvinista, Hech. 2:40). Los cinco puntos del arminianismo son: (1) la elección es condicional, (2) la reconciliación con Dios es para todos pero eficaz solamente para el hombre de fe, (3) solamente por la ayuda del Espíritu Santo puede el hombre responder a la voluntad de Dios, (4) la gracia de Dios puede ser resistida, y (5) los creyentes pueden resistir el pecado pero a la vez pueden caerse de la gracia de Dios.

      2. No es más falsa doctrina la de los romanistas que la calvinista que afirma que ciertos hombres son salvos por una gracia incondicional y que las obras de obediencia al evangelio no importan nada como tampoco la perseverancia en la verdad con respecto a la salvación eterna. Según este error, el hombre elegido incondicionalmente por Dios para la salvación eterna puede vivir perdidamente y morir así pero esto no perjudicará su salvación eterna.

      3. El calvinista afirma lo que supone que es que “la salvación descansaría solamente en lo que Cristo ha hecho en su sacrificio”.  Al decir “solamente” afirma una salvación incondicional. El tiene a Dios ofreciendo solamente a un número incondicionalmente determinado para ciertas personas una salvación garantizada a pesar de la maldad en obras que dichas personas cometan hasta la muerte. Tal Dios hace acepción de personas al salvar incondicionalmente a los tales, y a la vez condena incondicionalmente a quienes deseen ser salvos y hacer la voluntad de Dios hasta la muerte. El Dios que yo sirvo no hace acepción de personas (Hech. 10:34; Rom. 2:11; Gál. 2:6; Efes. 6:9; Deut. 10:17). Por hacer la doctrina calvinista a Dios uno que hace acepción de personas muchos calvinistas han abandonado tal error, porque saben que tal doctrina es obviamente falsa. Si Dios es totalmente responsable por la salvación eterna de los “elegidos para salvación”, de igual manera es totalmente responsable por la perdición eterna de los demás. (Pocos son los calvinistas que aceptan esta conclusión lógica). ¿Quién puede creer en un dios tan injusto?


      LAS OBRAS SON EL EFECTO Y NO LA CAUSA DE LA SALVACIÓN. AHORA, SI COMO CREEN LOS ARMINIANOS, LA SALVACIÓN DEPENDIERA DE LAS OBRAS DE PERSEVERANCIA, ENTONCES CAEMOS EN EL FALSO EVANGELIO DE SALVOS POR GRACIA PERO PRESERVADOS POR OBRAS.

      bhr -- El autor no define su uso de la palabra “obras”, como si la palabra se usara solamente en un sentido o aplicación en las Escrituras. La cuestión misma trata, no de obras de obediencia en que el cristiano ha de ocuparse (Fil. 2:12; Efes. 2:10), sino de que si hay algo que hacer el pecador del mundo para ser salvo de los pecados pasados. En otras palabras ¿hay algo que hacer para ser salvo, o es la salvación totalmente incondicional sin que la persona haga nada para su salvación? Considérense estos pasajes: Hech. 2:37, 38, 40, 41; 3:19; 9:6; 16:30,31 (aun creer es una obra que Dios manda que el hombre pecador haga, Jn. 6:28,29); 22:10,16; Rom.6:17,18; 2 Tes. 1:8; Heb. 5:9; 1Ped. 1:22.

      Al decir él: “Las obras son el efecto y no la causa de la salvación” implica que habla de obras en que el cristiano se ocupa después de haber sido salvado, pues habla de lo que obra la persona como resultado de haber sido salva. Pero la cuestión tiene que ver con la condicionalidad de la salvación, con si hay algo que hacer el pecador del mundo para ser salvo. El calvinista es muy astuto; maneja sus palabras para lograr sus propósitos.

      Tampoco define el autor su uso de la palabra “salvación”. La cuestión tratada tiene que ver con la salvación inicial del pecador del mundo (Mar. 16:16) y no de la salvación final del cristiano (Rom. 13:11).  La obediencia al evangelio (Rom. 6:17,18) es necesaria para la salvación inicial, y luego al cristiano se le manda perseverar hasta el fin (Judas 20,21; Heb. 3:6,14,19; 4:6,11; 2 Ped. 2:20,21; 1 Cor. 10:12; Luc. 8:13).

      El autor juega con palabras, diciendo: “salvos por gracia pero preservados por obras”.  La salvación en cuanto a agencia es por gracia, sí, pero en cuanto a condicionalidad, la salvación demanda que el cristiano sea fiel en las obras que Dios le ha preparado (Efes. 2:10; Tito 2:14; Sant. 2:14-26). El autor confunde la cuestión. La agencia no es condicionalidad.  El agente de la salvación es Dios (Tito 2:11) pero ella instruye (ver. 12); la parte del hombre es seguir esas instrucciones por fe (Efes. 2:8), inicialmente (Rom. 6:17) y por toda su vida (Apoc. 2:7,10; Heb. 10:39).

     

      Veamos algunos textos que no dejan lugar a dudas:      Romanos 4:6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,

      bhr -- Al autor le preguntamos: ¿De cuáles “obras” habla usted?  El apóstol Pablo en su carta habla de las obras de la ley de Moisés (10:5, etc.), pero usted y el calvinismo tienen a otras obras en mente; a saber, lo que el pecador del mundo ha de hacer en obediencia al evangelio. Cambian el contexto de Rom. 4:6, ¡pervirtiendo las Escrituras para defender una falsa doctrina! Pablo en Romanos habla de la condicionalidad de la salvación para el hombre pecador, que es por la fe (obediencia al evangelio) y no por haber guardado perfectamente bien las obras de la ley de Moisés. Dios atribuye justicia (perdona pecados) sobre la condición de que el hombre crea en Cristo y no de que el hombre haya guardado perfectamente bien las obras de la ley de Moisés. El falso maestro no puede quedarse con el contexto; nada más juega con palabras.


      Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

      bhr --  Con este pasaje en Romanos el autor continúa con el ignorar el contexto al usar los términos “gracia” y “obras”, aplicándolos a una gracia incondicional y a obras de obediencia al evangelio. Tal uso no empleó el apóstol Pablo. Pablo contrasta la ley de Moisés con sus obras con la gracia condicional de Dios para salvar a todo hombre obediente al evangelio. ¿Qué importa al falso maestro que ignore el contexto de un pasaje que fuera de contexto puede conducir al oyente al error?

 

      Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; Efesios 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.

      bhr -- No solamente los calvinistas, sino los demás “evangélicos” que predican la salvación por la fe sola, citan este pasaje, ignorando el uso apostólico de él. La diferencia entre ellos es que el calvinista clásico afirma que no hay condición alguna que el pecador tenga que cumplir para ser salvo, mientras el evangélico afirma que sí hay una que es el creer. Bueno, si hay una condición (algo que hacer), no puede citar mal un pasaje que dice “no por obras”, (o sea, nada que hacer) pues la misma fe es una “obra” (Jn. 6:29).

      El calvinista persiste en torcer el uso apostólico de la palabra “obras” en tales pasajes como Efes. 2:8,9. Las obras referidas en Efes. 2:9 son las obras de la ley de Moisés, y no las condiciones del evangelio para que el pecador sea salvo (Mar. 16:16; Hech. 2:38; 22:16).

      Pablo en sus cartas a los romanos, a los efesios, y a los gálatas (Gál. 2:16; 3:2,5), al usar la palabra “obras” tiene en mente las obras de la ley de Moisés. Los llamados evangélicos aplican mal estos referidos pasajes, haciendo que las obras mencionadas se apliquen a lo que el pecador tiene que hacer para ser salvo. Hay una razón por qué los comentaristas protestantes aplican mal estos pasajes: es que los reformadores, que combatían las obras impuestas en los creyentes por el clero romano y queriendo hallar apoyo en las sagradas Escrituras, escogieron pasajes apostólicos en que se hallaba la frase “no por obras” y los aplicaban al problema del día; a saber, la imposición de obras inventadas por el clero católico romano. El mismo abuso de las Escrituras continúa hasta la fecha. Eso no es “usar bien las Escrituras” (2 Tim. 2:15). Pablo no hablaba con referencia a obras impuestas por los clérigos católicos, ni a la obras de obediencia al evangelio para ser salvo, ¡sino a las obras de la ley de Moisés! Guardemos en mente el contexto.

 

Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

bhr -- Conforme al contexto vemos que Pablo aquí habla de la agencia de la salvación, de que es obra de Dios y no lo hecho en justicia de parte del hombre y esto aparte del evangelio. A continuación cito de mi obra NOTAS SOBRE TITO: --"no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho".  Buena es la traducción que dice, "no en virtud de obras que hu­biéramos hecho en justicia" (B.A.).  El texto griego dice: "en justi­cia", no "de justicia".  El hombre no se encuentra salvo en virtud de obras que él haya hecho en la esfera de la justi­cia.  Ningún hombre salvo lo es legalmente.  Este versículo concuerda con lo que dice Pablo en Efes. 2:8,9, "sois salvos ... no por obras".  La salvación (vida espiri­tual) según la ley de Moisés dependía de perfección de obras de parte del hombre (Rom. 10:5), pero ninguno bajo la ley la guardó perfecta­mente bien (Gál. 3:10,12; Gál. 5:3).  Sencillamente el hombre pecador no puede salvarse a sí mismo. El lector puede consultar mi obra NOTAS SOBRE TITO, 3:5, para más de mis comentarios sobre este versículo.

      Pero las "obras" de esta frase que estamos comentando no han de ser con­fundidas con las condi­ciones del evangelio que tienen que ser obedecidas.  Hay algo que hacer para ser salvo.  Nótese la pa­labra "hacer" en los casos de con­versión en Hechos (2:37,38; 9:6; 16:30,31; 22:10,16).  Véanse también Heb. 5:8,9; Rom. 1:5 y 16:26.  La fe tiene que obedecer para que salve (Sant. 2:24).  Cuando el pecador cree en Jesucristo, se arrepiente de sus pecados, con­fiesa su fe en Cristo, y es bautizado para el perdón de sus pecados, ¡no está ha­ciendo obras en la justicia! ¡Está obede­ciendo al evangelio, y no tiene nada de qué gloriarse!”

      El calvinista ve la palabra “obras” en ciertos pasajes y brinca a la conclusión de que se trata de actos de obediencia al evangelio de parte del individuo que quiera ser salvo. Ignora el contexto por completo. Por seguir la doctrina calvinista de salvación incondicional el autor niega que es necesario que el hombre obedezca al evangelio para ser salvo, pero nótense estos pasajes claros: Hech. 6:7; Rom. 1:5;2:8; 6:16, 17; 10:16; 15:18; 16:26; 2 Tes. 2:8; Heb. 5:9; 1Ped. 1:22; 4:17.

 

2 Timoteo 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

      bhr -- Cito de mi obra NOTAS SOBRE 1 TIMOTEO: “--"no conforme a nuestras obras". Véase Tito 3:5. El hombre solo no puede hacer nada para que merezca la salvación, pero sí tiene que hacer (obedecer) las "obras" que Dios ha mandado. Al creer en Cristo Jesús, hace una de estas obras de Dios (Jn. 6:29). Al arrepentirse y bautizarse, hace lo que Dios manda que se haga (Hech. 2:37,38; 17:30; 10:48)). Es necesaria la obediencia al evangelio (Rom. 2:8; 6:17; 2 Tes. 1:8; Heb. 5:9; 1 Ped. 1:22).  La salvación, pues, es condicional, pero no es a base de lo que hombre haga de su propia “justicia” y aparte del evangelio.

 

¿PERO ENTONCES, CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE MATEO 24?

La respuesta es que ese texto debe considerarse dentro de un contexto del pacto condicional previo al Nuevo Pacto, pues ese texto está inserto en el contexto de la gran tribulación, es decir pertenece al período de la última semana de años de la profecía de las 70 semanas, período en cual ya no rigen los términos de un pacto incondicional como lo es el Nuevo Pacto:

      bhr --  El autor fabrica una premisa artificial y luego sobre ella hace su argumento. Las Escrituras no saben nada de un “pacto incondicional” contrastado con uno llamado “condicional”. Tal premisa es completamente falsa, como lo enseñaré más abajo con las mismas Escrituras.     Pero primero con­sideramos las palabras de Cristo en Mat. 24:13, “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Cristo no hace referencia a alguna salvación eterna en los cielos después del Juicio Final. Todo lo que señala él en 24:4-34 sucedió antes de pasar aquella generación en que él vivió (ver. 34). El hace referencia a una salvación física de la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 d, de JC. (Los versículos 15-21 tratan de eventos locales). El pasaje paralelo de Luc. 21:18-21 dice, “Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas (gr., vidas). 20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21  Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella”. Cristo aquí habla de una salvación de vidas físicas en el tiempo de la destrucción de Jerusalén. Los cristianos que perseveraban en la verdad y confiaban en Cristo, obedeciendo sus instrucciones en este discurso, se salvarían de la destrucción de Jerusalén.

      Es incorrecto emplear Mat. 24:13 como prueba de que el cristiano tiene que perseverar fielmente hasta el fin de su vida sobre la tierra para ser salvo eternamente. Sí, tal enseñanza es cierta, pero este pasaje no es prueba de ello. Es incorrecto emplear Mat. 24:13 para combatir la falsedad del calvinismo.

 

¿Qué es un pacto incondicional? Respuesta: es un pacto donde no hay un “si” de por medio, y precisamente el carácter incondicional del Nuevo Pacto es por lo que en Hebreos 8:6 se nos dice que dicho pacto está establecido sobre mejores promesas:

      Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.

      Son mejores por varios motivos, pero uno de esos motivos es que es un pacto incondicional, es decir, no hay un “si” de por medio.

      PACTO CONDICIONAL ES DONDE HAY UN “si” DE POR MEDIO:

      Éxodo 19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

      PACTO INCONDICIONAL ES DONDE NO ESTÁ EL “si”:

      Jeremías 31:31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

      Jeremías 31:32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

      Jeremías 31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

      Jeremías 31:34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

      bhr -- En los párrafos arriba el autor hace un argumento basándose en su fabricada premisa falsa. ¡No existe la distinción de pactos como él lo delinea! El escribe: “Hebreos 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.     Son mejores por varios motivos, pero uno de esos motivos es que es un pacto incondicional, es decir, no hay un “si” de por medio”. Lo que aquí escribe es solamente una aseveración; él no ofrece ninguna prueba. Ofrece solamente su ipse dixit ( = latín, él mismo lo dice).

      Nótese con cuidado lo siguiente:

      1. Todo pacto de Dios hecho con el hombre es condicional con respecto al deber del hombre de cumplir con las condiciones del pacto. Éxodo 19:5 bien ilustra el punto en cuanto al Pacto Antiguo hecho por Dios con los israelitas. Ahora Jeremías (31:31-34) de veras profetizó de un pacto nuevo que Dios iba a hacer con Israel espiritual (Gál. 6:16), la iglesia de Cristo. Se admite que dentro del texto mismo no aparece la palabra “si” ( = condicionalidad), como es el caso con Éxodo19:5. La profecía se repite en Heb. 8:8-12. Según el argumento falso del autor la ausencia de la palabra “si” en el texto hace incondicional al nuevo pacto, el nuevo testamento. Pero le faltó al autor leer en Hebreos pasajes que aparecen antes de 8:8-13 (citando a Jer. 31:31-34) y también después de 8:8-13. En el mismo libro Hebreos del Nuevo Testamento vemos varias ocasiones en que aparece la palabra “si” para indicar condicionalidad. Véanse 2:3; 3:6; 10:26; 12:7,8; 12:25.

      ¿No cree el autor que Hebreos es libro del Nuevo Testamento que según su argumento dicho Testamento no tiene nada de condicionalidad (indicada por la palabra “si”)? ¿Qué de la palabra “si” en otros libros del Nuevo Testamento? ¿No hay nada de condicionalidad en ellos? Si se consulta una buena concordancia la persona verá que la palabra “si” aparece en otros libros del Nuevo Testamento. ¿No habrá leído el autor Sant. 2:14? ¿Qué de Apoc. 2:5, 16, 22; 3:3, 20; 22:19?

      Jeremías nada más profetizó la venida de un nuevo pacto, el Nuevo Testamento, dando a entender que la persona llegaría a ser parte del nuevo pacto, no por virtud de haber nacido de ciertos padres, los judíos, sino por haber oído y creído su mensaje (Heb. 8:10,11). No hizo una descripción de todo aspecto de ese nuevo pacto que Dios iba a hacer. No fue su propósito hacerlo, sino solamente anunciar su venida y marcar la diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo. Por supuesto no dijo nada acerca de algún cambio de condicionalidad e incondicionalidad. Este último punto el autor se atreve a agregar a las Escrituras.

      2. El autor aplica mal a Heb. 8:6.  Dice que “el carácter incondicional del Nuevo Pacto es por lo que en Hebreos 8:6 se nos dice que dicho pacto está establecido sobre mejores promesas”. Esto lo supone y afirma pero sin prueba alguna. El pasaje no dice tal cosa, ni de lejos. No hay absolutamente nada de contraste entre condicionalidades. Todo eso lo añade el autor. Si se lee 10:16-39 verá que el Nuevo Testamento es mejor que el Antiguo por ofrecer en realidad el perdón de pecados por el sacrificio que hizo Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote. El Antiguo Testamento ofrecía el perdón de pecados solamente en sentido simbólico, típico, o figurado. Por eso las promesas del Nuevo son mejores. El autor ignora el contexto por completo.

      Cito de mi obra NOTAS SOBRE HEBREOS:  El ministerio (servicio) del Mesías, como Sumo Sacerdote, es mejor que el leví­tico en la proporción en que es mejor el Nuevo Pacto, del cual él es mediador, que el Pacto Viejo.  El oficio de Cristo es mejor porque es celestial, y no terre­nal, y porque es del Pacto que es mejor, porque tiene mejores promesas. En 7:22 vemos que es fiador de un mejor pacto, siendo estable­cido su sacerdocio por el juramento de Dios.  Aquí es mediador de un mejor pacto, teniendo un minis­terio más exaltado, pues es ce­lestial.  En cada caso vemos la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el levítico.

      --"mejor ministerio".  Compárese 2 Cor. 3:6-9.

      --"mediador".  Véanse 9:15; 12:24; 1 Tim. 2:5.

      --"mejores promesas", porque son espi­ritua­les y para vida eterna.  Las del Primer Pacto eran principalmente de naturaleza mate­rial.”

      3. Si es válido el argumento del autor, entonces los hombres y mujeres de Dios del Antiguo Testamento no fueron redimidos y hechos recipientes de la herencia eterna (por la sangre de Cristo, Heb. 9:15) incondicionalmente según el calvinismo, sino condicionalmente; es decir, sobre la condición de su obediencia a las condiciones que se les ponían. Considérese por ejemplo a Jos. 24:14-25. El ver. 20 presenta la palabra “si”. Ahora el autor está en la posición no envidiable de tener a Dios haciendo acepción de personas (cosa que nunca hace, Hech. 10:34), tratando a los antiguos condicionalmente y a los del Nuevo Testamento incondicionalmente. ¿Cambia Dios (Mal. 3:6)? La lógica del autor demanda que Dios no mostrara acepción de personas en el tiempo pasado pero que ahora sí, porque en el Nuevo Testamento supuestamente ¡todo es incondicional!

      4. La parte de Dios en sus pactos no depende de alguna aprobación o acuerdo de parte del hombre, el objeto del pacto, pero la parte del hombre en las promesas del pacto es su obediencia en las condiciones de las promesas.     

 

OTRO EJEMPLO DE PACTO INCONDICIONAL ES EL PACTO DAVÍDICO:

      En donde se ven claramente dos personas bajo dos pactos diferentes:

      •El primero Salomón, bajo un pacto incondicional (el pacto Davídico).

      •El segundo Saúl, bajo un pacto condicional (el de la ley).

      2 Samuel 7:12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.

      2 Samuel 7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

      2 Samuel 7:14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

      2 Samuel 7:15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

      Salmo 39:11 Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

      2 Crónicas 20:35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad,

      2 Crónicas 20:36 e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.

      2 Crónicas 20:37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

      Dios, mediante la disciplina, preservó a Salomón, como preservó a Josafat y como ha de preservar a todos aquellos a quienes ha escogido en la eternidad para ser adoptados como sus hijos.

      bhr -- La argumentación del autor es confusa pues tiene un “pacto incondicional (el pacto Davídico)” dentro del Antiguo Pacto o Testamento que según él se difiere al Nuevo Pacto por ser condicional. Además la palabra “si”, indicando condicionalidad, se encuentra en 2 Sam. 7:14, en el pacto que el autor considera como incondicional.

      La preservación de parte de Dios de sus escogidos depende de la fidelidad de ellos, y no simplemente porque sean de un pacto incondicional. Considérense Mat. 19: Luc. 11:28; Jn. 8:51; 15:10; 1 Tim. 6:14; Sant. 1:27; 2:10; 2 Ped. 1:10, 11; 1 Jn. 2:3; 3:22; Judas 21; Apoc. 3:3, 8, 10; 14:12. El calvinismo no admite en nada que haya condiciones qué cumplir de parte del cristiano. De hecho tiene que admitir que el elegido no puede hacer nada de malo que le robe de la eternidad con Dios, que se le obliga a Dios a salvarle aunque muera un hombre más perverso y maligno.

 

      ¡¡¡Qué tremenda deshonra para la persona del Padre es afirmar que el mismo Padre que nos ha adoptado eventualmente podría terminar anulando esa adopción!!!

      Efesios 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

      bhr -- El autor se equivoca en su atribución de deshonra hacia Dios. Empleando sus propias palabras respondo: “¡Qué tremenda deshonra para la persona del Padre es afirmar que el mismo Padre que nos ha adoptado eventualmente tendría que dar herencia de vida eterna a un hijo adoptado que le vuelve la espalda por medio de una vida vuelta a la pasada manera carnal de vida (2 Ped. 2:20-22). Según el calvinismo un hombre salvo puede crucificar de nuevo para sí mismo al Hijo de Dios, exponiéndole a vituperio (Heb. 6:6), y siempre ser salvo eternamente porque fue elegido incondicionalmente para la vida eterna. La plena certeza de la esperanza del cristiano se basa en mostrar cierta solicitud hasta el fin (6:11). ¿Qué no hay condiciones para ser salvos eternamente? Leamos el versículo siguiente: “por la fe y la paciencia (perseverancia) heredan las promesas”. Como hay condiciones (algo que hacer, Hech. 2:37; 9:6; 16:30; 22:10) inicialmente para ser salvo de los pecados pasados, también hay condiciones para el salvo para que herede finalmente las promesas de Dios de salvación eterna.

      Efes. 1:5 no dice nada acerca de alguna adopción incondicional. Esto lo supone el calvinista y fuerza entrada de ello en el pasaje. Dios predestinó la adopción de hijos a quienes oyen y creen el evangelio de su salvación (ver. 13). Para el calvinista no hay por qué predicar el evangelio a toda criatura (Mar. 15:15,16) porque el reprobado incondicionalmente ni es capaz de creer cuando oye predicado el evangelio. Es una doctrina que anula la necesidad de predicar el evangelio a toda criatura. Según ella no hay necesidad de evangelismo y de evangelistas. Afirma que el Espíritu Santo tiene que operar directa y milagrosamente en el individuo, dándole fe (aunque no la quiera) y luego el adoptado hijo de Dios ahora tiene la vida eterna garantizada, no importando cómo el viva sus días sobre la tierra. Al mismo tiempo el individuo que quiera aceptar la invitación de Cristo y de la iglesia de él (Mat. 11:28-30; Apoc. 22:17) no lo puede si incondicionalmente ha sido escogido por Dios para ser perdido eternamente. ¡Cómo deshonra al Dios de amor (1 Jn. 4:16) tal doctrina diabólica (1 Tim. 4:1)!

FIN DE LA REFUTACIÓN MÍA DEL ARTÍCULO

 

Notas mías adicionales:

 

      1. Ya que las buenas nuevas de salvación son para todo el pueblo (Luc. 2:10) la salvación es ofrecida a todo aquel que crea en el Señor (Isa. 55:1-7; Jn. 1:12; 3:15, 16; 4:14; 7:37, 38; 11:26; 12:46; Hech. 2:21; Rom. 9:33; 10:11, 13; Heb. 2:9; 1 Juan 4:15; 5:1, 18; Apoc. 22:17). Dado que la salvación es condicional, importan mucho las exhortaciones y advertencias que proporcionan las Escrituras. El calvinismo, abogando por una salvación y reprobación incondicionales hace que dichas exhortaciones y advertencias queden totalmente sin sentido, utilidad y validez. Para la doctrina calvinista de nada sirven en las Escrituras; son un malgasto de tiempo y espacio.

 

      Por ejemplo, la carta a los hebreos (en la en que el autor se basa tanto) abunda en exhortaciones  y advertencias (2:1-4; 3:1, 7, 12-15; 4:1, 11, 14, 16; 7:4; 10:22-25, 29, 32. 35-39; 12:1, 3, 5, 12, 13, 14-16, 25, 28; 13:1-7, 13, 16-19, 22). ¿Para qué sirven si es bíblica la doctrina calvinista que afirma que “una vez salva la persona siempre salva” y  “la imposibilidad de apostasía”? ¿Jamás ha leído el autor Gál. 5:4; Heb. 3:12; 6:6 o 2 Ped. 2:20-22?  El necesita aprender lo que enseña Jesucristo en Luc. 8:13 y abandonar ese sistema puramente humano que hizo popular Juan Calvino.

 

      2. Una pregunta para el calvinista:

      Si la salvación eterna del hombre es solamente por la gracia de Dios que hace acepción de personas, sin que el individuo ni aun pueda creer y obedecer al evangelio, y si el llamado “elegido” incondicionalmente luego muere practicando toda forma de iniquidad, ¿siempre será salvo en el cielo? Su doctrina demanda que conteste que “sí”, pero no quiere que el público sepa que tal respuesta se demanda, y por eso evade lo lógico de la pregunta y esquiva, cambiando de tema. Pero la pregunta se queda en pie. Su doctrina demanda que el cristiano pueda corromper a cien mujeres y eso no afectaría nada su salvación porque agrega que tal cristiano se va a arrepentir antes de morir. Esa es su salida del problema. Pero ¿cómo lo sabe? ¿Qué seguridad tiene de tal conclusión?  ¡Ninguna!  Heb. 6:4-6, “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5  y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6  y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”.  Heb. 3:6 dice claramente: “pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.

 

      3. El calvinista cree que Rom. 8:29,30 propaga el calvinismo. Vamos a ver. El pasaje dice, “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30  Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.  El pasaje no trata de alguna predestinación de individuos en particular, sino de un pueblo, los cristianos. A los corintios Pablo escribió esto: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11  Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Cor. 6:9-11).  Esto pasó a los corintios cuando oyeron el evangelio predicado y creyendo fueron bautizados (Hech. 18:8, “Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”). Cuando se les predicó el evangelio a los corintios muchos de ellos oyeron el evangelio, creyeron en Cristo Jesús y fueron lavados de sus pecados en el bautismo como lo fue Pablo (Hech. 22:16). De esta manera Dios los llamó (mediante el evangelio, 2 Tes. 2:14) y les justificó porque les perdonó de sus pecados pasados cuando fueron lavados de ellos en el bautismo. Esto es exactamente lo que Dios había predestinado para los que obedecen al evangelio. Los que son fieles hasta la muerte serán glorificados en la vida eterna en los cielos (Rom. 2:7, 10; 2 Cor. 4:17; 1 Ped. 5:1). Las Escrituras explican a sí mismas.

 

      4. La Gran Comisión dada por Cristo a sus apóstoles (Mat. 28:18-20; Mar. 16:15,16; Luc. 24:47) queda sin significado alguno si el calvinismo incondicional tiene sentido. ¿Para qué predicar el evangelio al perdido porque si la persona no es de los llamados “elegidos incondicionalmente” de nada le vale que oiga el evangelio. La fe viene por el oír (Rom. 10:17; Hech, 15:7) pero el calvinismo enseña que el hombre nace totalmente corrupto e incapaz de creer, y que por eso para que crea Dios le tiene que dar la fe. Se afirma que el hombre de por sí no puede creer, pero Jn. 20:30, 31 dice que sí puede y Hech. 16:31 registra el mandamiento dado al hombre de que crea. También al pecador del mundo se le manda arrepentirse (Hech. 2;38; 26:20). Pablo predicó el evangelio a los gentiles, mandándoles que se arrepintieran y se convirtieran a Dios. ¿Cómo que no hay nada que hacer para ser salvo? (Hech. 2:40). Pablo fue enviado por Dios a predicar a los gentiles para que ellos se convirtieran de las tinieblas a la luz (26:18). Dios no promovía la doctrina calvinista. Pablo no era calvinista.

 

      5. ¿Por qué reconvino Jesús a ciertas ciudades que no se arrepintieron si los elegidos para la perdición (reprobación) no tienen la capacidad de arrepentirse debido al supuesto pecado original que deja a la persona totalmente corrupta e incapaz de creer y arrepentirse (Mat. 11:20-24)? El calvinismo no tiene sentido. Esas ciudades no representaban a gente salva de sus pecados y la razón fue que no aprovecharon los milagros obrados en ellas para producir fe (Jn.20:30,31). No creyeron y por eso no se arrepintieron. Jesús puso la responsabilidad de perdición en la gente de esas ciudades, no en una supuesta elección incondicional a la reprobación. Dios no manda lo imposible, pero sí manda el arrepentimiento a todos los hombres (Hech. 17:30; 2:38).

 

      6. ¿A quiénes da Jesús potestad de ser hechos hijos de Dios? Dice Jn. 1:12 que ella es dada a las personas que le reciban; es decir, que crean en él. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Todo el mundo puede creer en Cristo, y dice Cristo  que el que lo hace y es bautizado será salvo (Mar. 16:16). Por eso el evangelio es predicado a todo el mundo (Mat. 28:19,20). Los que se bautizan en Cristo de Cristo están revestidos, así llegan a ser hijos de Dios (Gál. 3:26,27). El calvinismo todo esto lo niega y contradice. La gracia de la cual el calvinismo habla tanto ha sido manifestada en la venida, vida y muerte de Jesús, y fue manifestada “para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11). No, dijo Calvino; la manifestación de la gracia de Dios no fue para la salvación de todos los hombres sino solamente de algunos elegidos incondicionalmente.

 

            7. Jesús querría la salvación de Jerusalén pero ella no la quiso (Mat. 23:37). La razón por qué la nación judaica no fue salva no fue debida a una predestinación incondicional que no les incluyera para salvación, sino a que ella no quiso ser salva. Faltó la voluntad de los judíos mismos. Jn. 5:40, “y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. La capacidad que Dios creó en el hombre que se expresa con la frase “libre albedrío” le permite querer o no querer según escoja hacer. Su voluntad no es enseñoreada por una supuesta “depravación total”.

      ¿Por qué invitaría Jesús a todo el mundo a ser salvo (Mat. 11:28-30) si tal salvación no está extendida a todo el mundo, sino solamente a un número fijo de hombres por alguna salvación incondicional seleccionada por Dios por capricho? Dios dice que la razón por qué muchos se pierden eternamente es el mismo rechazo del hombre del plan de salvación que Dios ofrece a todo el mundo (Jn. 5:38-47; Rom. 10:21; Isa. 65:2). Los judíos del tiempo de Cristo en gran medida rechazaron la luz accesible y rehusaron creer en Cristo.

      Es importante oír la palabra de Cristo con cuidado y producir fruto de ello, porque de otra manera se pierde la oportunidad de oír más para ser salvo uno eternamente (Luc. 8:18, “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará”). Este pasaje no admite nada de la falsa doctrina de la llamada “elección soberana”.

 

      8. Dios no quiere que nadie se pierda (2 Ped. 3:9, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”). Quiere que todo el mundo se salve (1 Tim. 2:4, “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”). Por eso “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (ver. 6).  El calvinismo quiere que se salven solamente un cierto número de personas y esto incondicionalmente; es decir, sin que hagan nada para ser salvos, y que los demás se pierdan (aunque quieran arrepentirse para ser salvos). Afirma que el hombre del mundo es incapaz de proceder al arrepentimiento. El calvinismo tiene a un sinnúmero de personas engañadas para no creer el evangelio de Cristo.

 

      9. La muerte de Cristo en la cruz “a todos” atrae a él mismo, dijo Cristo en Jn. 12:32. Por eso Pablo predicaba el evangelio (1 Cor. 15:1-7) para persuadir a los hombres (2 Cor. 5:11). Pablo ciertamente no era calvinista porque de nada sirve predicar el evangelio “a todos” los que por capricho de un dios que hace acepción de personas no puedan oír el evangelio para ser salvos. Según el calvinismo los “elegidos” (incondicionalmente) no necesitan ninguna persuasión y a los “reprobados” (incondicionalmente) no pueden ser persuadidos (aunque mucho quieran ser salvos). Ciertamente Juan Calvino logró engañar a un sinnúmero de personas a través de los siglos. Pero Dios ha hecho posible la salvación para todos los pecadores (Rom. 11:33, “Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.” 1 Jn. 2:2 dice: “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”.  ¿Qué puede ser más claro?

 

            10. El texto favorito del calvinista es Efes. 2:8 (“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”) porque cree que se presta para afirmar que la fe no viene por oír la palabra de Dios (Rom. 10:17) (pues, dice que si la persona está completamente corrupta no puede creer), sino que Dios le da la fe por una intervención milagrosa del Espíritu Santo (una llamada “experiencia de gracia”). Pero Pablo no dice “esta” (fe) no es de vosotros, sino “esto”. El texto griego no dice “esta” (género femenino, pues la palabra “fe” en griego, como en español, es palabra femenina--pistis). El texto griego, y el español, dice “esto” no (procede) de vosotros. “Esto” es del género neutro y se emplea en este versículo para indicar lo que acaba de decirse; a saber, que no procede del hombre la salvación de Dios por gracia por medio la fe (del hombre). La parte de Dios en la salvación es la gracia. Esta es la base de la salvación. La parte del hombre es la fe. Esta es la condición que Dios pone en su salvación condicional. El calvinismo pervierte este pasaje para que parezca apoyar su falsa doctrina. En su aplicación del pasaje cambia “esto” por “esta”; cambia el neutro a femenino. El texto español de Reina-Valera 1960 es muy exacto en este caso. No dice “esta” (fe); dice “esto” (la salvación por gracia por medio de la fe).

 

      11. El calvinismo enseña la doctrina de “pecado original” que introdujo Agustín (siglo 4º), idea sacada del gnosticismo en que él había andado antes de su llamada “conversión”. Como mil años después Juan Calvino y otros revivieron tal doctrina durante la Gran Reforma Protestante en Europa. Comenzando con la premisa falsa de “la depravación total del hombre” (el pecado original) Calvino construyó una doctrina consecuente presentada en cinco puntos: 1- la depravación total, 2- la elección y la reprobación imcondicionales, 3- la reconciliación limitada, 4- la gracia irresistible, y 5- la perseverancia final de los santos. En este caso si la premisa es correcta, todo lo que sigue tiene sentido, pues si el hombre nace totalmente depravado, su salvación no puede depender de condiciones que él cumpla, Cristo murió solamente para un número muy limitado (solamente para los escogidos), tiene que haber alguna acción de parte del Espíritu Santo a favor del escogido y tal acción no puede ser resistido (pues Dios es soberano y por eso no puede ser resistido), y ya que lo que Dios hace no puede fallar, la salvación incondicional del pecador perseverará hasta el fin sin la posibilidad de apostasía final. Esto es muy consecuencial. Pero el problema consiste en que ¡la premisa es falsa!       El hombre no nace pecador. Lo que hace que un hombre sea pecador ¡es que peque! (Rom. 3:23; Ezeq. 18:4, 20; Deut. 24:14). No es pecado haber nacido; es pecado infringir algún mandamiento de Dios (1 Jn. 3:4). “Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones” (Ecles. 7:29). Lo que separa el hombre de Dios, dejándole espiritualmente muerto (separado) son sus propios pecados (Efes. 2:1; Sal. 51:2-4; Isa. 59:2) y no el pecado de otro (de Adán).

 

      12. La presciencia de Dios no es lo mismo que la predestinación. No tiene que ver con su voluntad. Es un atributo de Dios que le permite saber el resultado antes de suceder cierto evento. El calvinista a menudo cita a 1 Ped. 1:2 y representa mal al texto haciendo que la presciencia de Dios sea cuestión de predestinación incondicional por la voluntad de Dios. Cito de mi obra NOTAS SOBRE 1 PEDRO: “La elección o salvación del cristiano ha llegado a ser exactamente como Dios sabía que llegaría a ser; el plan de salvación no ha sido cosa de acción de momento, sino según un propósito eterno (Hech. 2:23; Efes. 3:11; Tito 1:2). La presciencia de Dios no obliga que un dado individuo tenga que ser o hacer de cierta manera.  La presciencia de Dios no es causa de la acción de otros. Yo sé de antemano que cuando tiro para arriba la pelota, ella va a venir para abajo. Pero yo no hago que venga para abajo; la gravedad es lo que causa eso.

 

      13. Dios por medio de la predicación del evangelio reconcilia el mundo consigo mismo (2 Cor. 5:18,19) y no solamente a unos cuantos incondicionalmente, “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19  que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”. Con razón el evangelio ha de ser predicado a todo el mundo (Mat. 28:19; Mar. 16:15). La salvación de Dios no se limita incondicionalmente a un supuesto número de personas sino que por la predicación del evangelio es ofrecido a todo creyente en el mundo (1 Cor.1:21). Dicen las Escrituras: “el que” (Mar. 16:16), y no según el calvinismo: “solamente los escogidos incondicionalmente”.

 

      14. Juan Calvino enseñó que el incondicionalmente reprobado por ser totalmente depravado, debido al pecado de haber nacido con el supuesto “pecado original”, es incapaz de creer en Jesucristo por haber oído la predicación del evangelio que se predica en todo el mundo. Pero Jesús en su parábola del sembrador desmiente rotundamente tal falsedad. La semilla que cayó en buena tierra representa a los que “oye y entiende la palabra, y da fruto” (Mat. 13:23), “oyen la palabra y la reciben, y dan fruto” (Mar. 4:20), y “con corazón bueno y recto retienen la palabra oída y dan fruto”. Según Calvino todo hombre en el mundo nace con corazón totalmente depravado que no le permite oír predicada la palabra del evangelio para entenderla; según Jesús hay en el mundo gente inconversa pero con corazón bueno y recto que oye la palabra y con perseverancia da fruto. ¿A quién hemos de creer: a Jesús o a Calvino?

 

      15. La única razón por qué el hombre, sea quien sea, no llega a ser salvo eternamente es porque no recibe la verdad. Esto lo dice Pablo por inspiración del Espíritu Santo (2 Tesal. 2:10-12).  Leamos: “con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11  Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12  a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. Todo el mundo puede recibir lo que Dios le ofrece que es la verdad (Jn. 8:32). Si la recibe cumplirá con las condiciones que Dios pone en el evangelio y será salvo. Si la rechaza, hay tristes consecuencias. Son condenados por Dios los que no creen a la verdad y a consecuencia de ello lo que sí creen es la mentira del Diablo. El calvinismo no acepta por nada esta revelación del Espíritu Santo por el apóstol Pablo.

 

      16. El apóstol Pablo no era calvinista porque sentía la necesidad de hacerse “siervo de todos” (a judíos, a gentiles, a débiles) “para ganar a mayor número” (1 Cor. 9:19).”A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (ver. 22). Para Calvino todo este fue innecesario e imposible, porque por nada podían ser salvos los incondicionalmente escogidos para la perdición. Tampoco era calvinista el apóstol Pedro que escribió a los hermanos esto: “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás” (2 Ped. 1:10). La lógica demanda que si no procuraban hacer firme su vocación y elección, y si no hacían esas cosas, seguramente caerían para ser perdidos eternamente. De otra manera la exhortación no vale nada. Pero Calvino enseñaba que “una vez salva la persona, siempre salva”, que es “imposibilidad de apostasía”, y que haga lo que haga el elegido incondicionalmente perseverará para ser salvo eternamente. El calvinismo contradice la Palabra de Dios a cada vuelta.