“COMUNIÓN”

 

INTRODUCCIÓN:

          A. La palabra “comunión” es una de las palabras claves del evangelio de Cristo. Es un término muy significativo. Abarca todo lo que tenemos “en común” como cristianos, todo lo que compartimos, todo aquello en que participamos.

          B. El Diccionario del Sr. W. E. Vine dice: “koinonía, tener en común (koinos), participación, un compañerismo reconocido y gozado; así, se usa de las experiencias e intereses comunes de los cristianos, Hch. 2.42”.

          C. Judas 3 habla “de nuestra común salvación”, la salvación que todos los cristianos tenemos en común.

          D. Todos conocen y han experimentado el deseo de participar con otros en ciertas cosas. El niño quiere participar al ver a otros niños jugando. Los jóvenes quieren unirse a ciertos equipos deportistas y participar, tener parte, como miembros de tales equipos. Muchos quieren participar como miembros activos de algún partido político. En realidad, hay muchos ejemplos del deseo de participar con otros en ciertas actividades.

          E. Por lo tanto, nuestra tarea como cristianos es producir ese deseo o anhelo en otros de participar en los muchos asuntos espirituales mencionados en la Biblia.

          F. Nos conviene predicar y enseñar mucho sobre este tema para que esta comunión espiritual sea muy estimada, apreciada y deseada.

 

I. TEXTOS QUE USAN “CO”, “CON” y “COM” INDICAN COMUNIÓN, CO-PARTICIPACIÓN.

          A. Efesios 2:19, “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”.

          B. Efesios 3:6,  “los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”.

          C. 2 Corintios 8:23,  En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo”.

          D. 3 Juan 8, “Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad”.

          E. 1 Tesalonicenses 3:2, “y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe”.

          F. Colosenses 4:10, “Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda”.

          G. Colosenses 1:7, “Epafras, nuestro consiervo amado”.

          H. Podemos decir con toda confianza que los miembros de esta congregación somos “copartícipes de la promesa en Cristo”, “coherederos y miembros del mismo cuerpo”, “conciudadanos”, y por lo tanto, “consiervos”, “colaboradores” y “compañeros”.

          I. Debemos siempre recordar los textos “unos y otros”: “os améis”; “sed afectuosos”; “saludaos”; “preocuparse”; “recibíos”; “amonestaros”; “consideremos”; “alentaos”; “sobrellevad”; “soportar”; “confesar ofensas”. Obviamente Dios quiere que la iglesia sea  nuestro grupo de apoyo y aliento en todo.

 

II. PARA QUE PUEDA SER POSIBLE LA EFECTIVA Y VERDADERA COMUNIÓN ENTRE HERMANOS ES NECESARIO AMAR A LOS HERMANOS.

          A. El amor a Dios y el amor a los hermanos constituyen la verdadera esencia del evangelio. 1 Juan 4:21, “Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano”. Es el vínculo perfecto de la comunión de hermanos en el servicio de Dios (Colosenses 3:14, 15).

       B. 1 Juan 4:20, “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”

       C. No solamente “mentiroso”. Según el apóstol Juan el que aborrece a su hermano es “homicida” (3:15); anda en tinieblas (2:9); no practica la verdad (1:6); permanece en muerte (3:14); es hijo del diablo (3:10); y por lo tanto Dios no tiene comunión con él (4:17, 18).

       D. Tengamos mucho cuidado con esto. Todos diremos, “Pero yo no aborrezco a mi hermano(a). ¿Sabe lo que significa “aborrecer”? “Tener aversión a alguien” (Real Academia Española). Y ¿qué es aversión? “Rechazo o repugnancia frente a alguien”. Por ejemplo, “No lo aborrezco (no la aborrezco), pero yo simplemente no lo aguanto (no la aguanto)”. “En el más allá espero que la mansión mía esté en el otro lado del cielo, muy lejos de la mansión de él (ella)”.

 

III. PRIMERO, OBSERVEMOS LAS COSAS EN LAS QUE EL CRISTIANO NO DEBE PARTICIPAR.

          A. 2 Corintios 6:14-17, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:   Habitaré y andaré entre ellos,  Y seré su Dios,  Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo;  Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”.

          1. Pablo dice esto porque algunos de los corintios abusaban de su libertad y se atrevían a sentarse “a la mesa en un lugar de ídolos” para comer la carne que se había ofrecido a los ídolos (1 Corintios 8:10).

          2. 1 Corintios 10:16, 21, hablando de la Cena del Señor Pablo dice, “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? … 21  No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios”.

          B. Efesios 5:3-7, “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.No seáis, pues, partícipes con ellos”. 5:11, “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”.

          C. 1 Timoteo 5:22, No “participes en pecados ajenos. Consérvate puro”.

 

IV. LOS CRISTIANOS  SOMOS  PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA.

          A. 2 Pedro 1:4, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”.

          1. Este es el gran objetivo de todo cristiano. Queremos ser participantes de la naturaleza divina. Queremos ser como Dios. Efesios 5:1, “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.

          2. Seguir e imitar a Cristo, 1 Pedro 2:22, 23, “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”.

 

V. SIGNIFICA TENER COMUNIÓN CON DIOS.

          A. 1 Juan 1:3, 6, 7, “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo …

Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.

          B. Esto significa pensar los pensamientos de Dios y andar en los caminos de Dios. Isaías 55:8, 9, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.

 

VI. SIGNIFICA TENER COMUNIÓN CON EL ESPÍRITU SANTO.

          A. 2 Corintios 13:14, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”.

          B. Esto significa participación de lo que se deriva del Espíritu Santo (Diccionario Vine).

          C. Hechos 2:38, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

                   1. El don del Espíritu es como el “don de Dios” (Efesios 2:8) o el  “don de Cristo” (Efesios 4:7). Se refiere a lo que Dios (Padre, Hijo,  Espíritu Santo) nos da: la salvación, la redención, la reconciliación; es decir, toda “bendición espiritual en los lugares celestiales” (Efesios 1:3), todos los beneficios relacionados con la salvación.

                   2. De todo esto la persona participa cuando se arrepiente y se bautiza para el perdón de sus pecados.

                   3. Pero lamentablemente muchos pastores evangélicos rechazan lo que Pedro dice y enseñan que el bautismo no es para el perdón de pecados. No lo quieren admitir pero los tales rechazan igualmente “el don” o “la comunión” del Espíritu Santo. ¡Qué tragedia!

 

VII. SIGNIFICA TENER COMUNIÓN (PARTICIPACIÓN) CON CRISTO.

          A. 1 Corintios 1:9, “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”.

          B. Al participar de la cena del Señor tenemos comunión con el cuerpo y con la sangre de Cristo. 1 Corintios 10:16, “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”

               1. Participamos de los beneficios y bendiciones del sacrificio de su cuerpo y sangre en la cruz.

               2. Es por eso que debemos siempre dar gracias por el pan y dar gracias por la copa. A veces se dice “orar por el pan, orar por la copa”, pero no es cuestión de “orar” por el pan y “orar” por la copa; más bien, como vemos en Mateo, Marcos, Lucas y 1 Corintios debemos dar gracias por el pan y dar gracias por la copa como damos gracias por la comida en nuestras casas. Es el sencillo acto de dar gracias, porque el pan y la copa son “la comunión del cuerpo de Cristo”. Debemos ser muy agradecidos por la cena que nos da esta bendición.

          C. Filipenses 3:10, Hablando de Cristo Pablo dice, “a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”.

                    1. Porque como dice en 2 Timoteo 3:12, “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.

                   2. Los cristianos primitivos eran perseguidos severamente con varas, azotes, cárceles, etc., pero hay varias clases de persecución y en cualquier época Satanás sabe cómo perseguir a los que se ocupan en la obra de Cristo para deshacer las obras de Satanás (1 Juan 3:8).

 

VIII. TENER COMUNIÓN CON CRISTO IMPLICA COMUNIÓN DE MUCHAS BENDICIONES

            A. Esperanza. 1 Corintios 9:22, 23, “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 23 Y esto hago por causa del evangelio, para hacermecopartícipe de él”.

        B. Promesas. Efesios 3:6 “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”.

          C. Gracia. Filipenses 1:7,  “os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia”.

          D. Herencia. Colosenses 1:12, “con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz”.

       E. Llamamiento Celestial. Hebreos 3:1, “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús”.

       F. Disciplina. Hebreos 12:8, “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos”. Esta disciplina se refiere al sufrimiento por causa del evangelio, 12:3-7; 10:32-36).

 

IX. TENEMOS COMUNIÓN CON HERMANOS NECESITADOS CUANDO LES ENVIAMOS AYUDA DE LA OFRENDA.

          A. Romanos 15:26, “Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda (koinonía, una comunión) para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”.

          B. 1 Corintios 16:1-4, “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo”.

                    1. 2 Corintios 8:3, 4, “Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar (koinonía, tener comunión) en este servicio para los santos”.

                    2. Hay muchos textos sobre esta comunión: Hechos 2:44, 45; 4:34-37 (aun vendían sus posesiones para tener todo “en común” con hermanos necesitados); Gálatas 2:10; Tito 2:14: 3:1, 8, 14, buenas obras la incluyen.

 

X. TENEMOS COMUNIÓN LOS UNOS CON LOS OTROS EN EL “MINISTERIO DE LA OBRA” DEL EVANGELISMO.

          A. Filipenses 1:5, Pablo dio gracias a Dios “por vuestra comunión en el evangelio”. 4:15, 16, “Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; 16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades”.

                    1. Esta iglesia (Mable y Myers, Odessa, TX) ayuda con el salario de algunos evangelistas en varios países. ¿Qué significa esto? Comunión con ellos. Participación con ellos en evangelizar, salvar almas, establecer y confirmar iglesias, entrenar obreros.

                   2. Tenemos parte con ellos cuando hay conversiones y restauraciones. Esta comunión es un privilegio muy especial y para ello debemos ofrendar con toda alegría.

                    3. Ellos nos envían sus reportes de la obra y nos dan gracias, pero nosotros debemos darles gracias a ellos por el privilegio de tener comunión con ellos (ser compañeros de ellos) en la obra del Señor que hacen.

                   4. Los miembros de esta iglesia debemos orar por ellos y escribirles para acusar recibo de sus reportes. Debemos felicitarles y regocijarnos con ellos cuando hay conversiones, nuevas iglesias establecidas. Lo bueno es que ellos pueden enviar su reporte en español. Es triste leer peticiones de ellos a los hermanos americanos de que les escriban aunque sea en inglés. Quieren verdadera comunión y la comunión requiere buena comunicación.

                   5. En fin, la comunión con estos fieles evangelistas no debe ser solamente comunión “chequera”   Repito: la verdadera comunión requiere buena comunicación. Esperamos comunicación de ellos y ellos merecen comunicación (y no solamente $) de nosotros.

          B. Pablo habla mucho de sus “colaboradores”. Romanos 16:3, Aquila y Priscila; 16:9, Urbano, Estaquis; 16:21; Efesios 2:25, Epafrodito; 1 Tesalonicenses 3:2, Timoteo; Filemón 24, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas.

                   1. Este término es de suma importancia para nosotros porque debe haber comunicación cercana sobre las actividades del evangelismo. Podemos ayudarnos estudiando juntos y comparando oportunidades para enseñar (sobre todo estudios semanales en el hogar): cómo arreglar tales estudios; cómo contestar excusas; temas que presentar; refutación de argumentos; comparando la reacción de diferentes personas; cómo persuadir, etc.

                   2. 3 Juan 8, “para que cooperemos con la verdad”. Este es un pensamiento muy hermoso y muy práctico. Debemos cooperar y ayudarnos en esta obra. Podemos hacerlo y debemos hacerlo. Tener la ayuda de los demás hermanos en esta obra anima y motiva a seguir adelante y no desanimarnos.

 

XI. LAMENTABLEMENTE ALGUNOS HERMANOS ABANDONAN ESTA COMUNIÓN Y VUELVEN AL MUNDO.

            A. 2 Pedro 2:20, 22, “Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero…. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno”.

        B. Gálatas 6:1, “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.

                1. Muchos textos nos enseñan que los espirituales (hermanos fieles) deben enseñar, exhortar, reprender y alentar a los más débiles y, sobre todo, a los que son sorprendidos en alguna falta, para que sean fieles y para restaurarlos cuando tropiezan.

                2. Para hacer esto los espirituales deben llamarles, visitarles, comer con ellos, orar con ellos, haciendo todo lo posible por efectuar su restauración. Deben buscarles como el pastor busca la oveja perdida.

                3. La iglesia no obedece el mandamiento de Gálatas 6:1 simplemente diciendo, “¿Qué pasó con usted?” o “¿Por qué no asistió?” o “No debe faltar”, etc. No es acción que se lleve a cabo a la ligera; más bien requiere un esfuerzo intensivo y con mucha oración.

        C. Sin embargo, si el miembro infiel y desordenado rehúsa los esfuerzos de los hermanos espirituales y está resuelto a dejar la iglesia y volver al mundo, entonces la iglesia tiene instrucciones bien claras y explícitas con respecto a él para salvar su alma y mantener la pureza de la iglesia. Este plan de salvación es tan claro como el plan de salvación para el inconverso.

                1. Mateo 18:15-17,  Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”. Hubiera sido impensable que un judío se asociara (mucho menos que comiera) con un gentil o publicano; de esta manera Jesús nos enseña que no debemos comer con el hermano cuando la iglesia obedece el mandamiento de “apartarse de él”.

                2. Romanos 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”.

                3. 2 Tesalonicenses 3:6, 14, “Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros … 14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, yno os juntéis con él, para que se avergüence”. Aquí se debe enfatizar que los miembros que dejan de asistir a las reuniones de la iglesia andan desordenadamente porque desobedecen Hebreos 10:24, 25; 1 Corintios 11:24; 16:1, 2 y otros textos.

                4. En 1 Corintios 5 Pablo habla de un hermano fornicario que la iglesia no había disciplinado. Dice en el v. 5, “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”. En su conducta este hermano estaba sirviendo a Satanás y la iglesia debería señalarlo o identificarlo públicamente como siervo de Satanás o ciudadano del reino de Satanás y apartarse de él para efectuar la destrucción de sus pasiones carnales y salvar su alma.

                5. 1 Corintios 5:9, Pablo dice, “no os juntéis” (“no mezclarse con”, “no andar en compañía con”, “no tener compañía con”; “no asociarse con”), y para ser más específico añade, v.11, “con el tal ni aun comáis”. Con el tal ni siquiera comer (sunesthio). Se encuentra esta palabra sunesthio en Lucas 15:2; Hechos 10:41; 11:3; Gálatas 2:12 y se usa de la comida ordinaria. Nunca se usa de comer la cena del Señor.

                5. 1 Corintios 5:11, “que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, etc.” La palabra “llamándose” traduce la palabra onomazómenos que significa “llamado” (Lucas 6:13, “escogió a doce de ellos a los cuales también llamó apóstoles”; Efesios 1:21, “sobre nombre que se nombra”). Simplemente significa “llamar” o “nombrar”; no  significa fingir o aparentar ser hermano2 Tesalonicenses 3:6, “Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente…” Aquí no dice “llamándose hermano” sino simplemente “hermano”.

                6. El mandamiento de Pablo de apartarse de él o de no juntarse con él, y ni siquiera comer con él es claro, sencillo y entendible. Significa simple y sencillamente que los miembros de la iglesia no deben asociarse con él (como dice la Biblia de las Américas: “Señalad al tal y no os asociéis con él, para que se avergüence”, 2 Tesalonicenses 3:14).  

                7. El acto de apartarse socialmente de tal hermano no es acto de odio ni de rencor. No es vengativo, sino acto de amor para salvar su alma. Es “amor firme” como el amor de padres que en verdad aman a sus hijos. Es el plan divino de salvación, al igual que el arrepentirse y bautizarse es para salvarse de los pecados pasados.

                8. A tal hermano le gustaría tener lo mejor de dos mundos. Ya volvió al mundo porque quiere “la amistad del mundo” (Santiago 4:4). Quiere la amistad del mundo y también la amistad de la iglesia. Hechos 2:46 dice que los hermanos comían juntos en las casas con alegría y aunque algún miembro vuelva al mundo extraña la alegría de los convivios con los hermanos y quiere seguir disfrutándolos. Quiere la amistad del mundo y también la amistad de la iglesia y esto es precisamente lo que Pablo prohíbe. Como miembro de la iglesia ha disfrutado del afecto (cariño) de los demás miembros y si fuera posible le gustaría continuar disfrutándolo. Pero Jesús dice enfáticamente que “Ninguno puede servir a dos señores” (Mateo 6:24) y “El que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30). Además si los demás miembros siguen asociándose con él para que él disfrute del mundo y también de la iglesia, nunca se humillará para arrepentirse. ¿Por qué humillarse o avergonzarse? Estando con los del mundo tiene compañerismo y alegría y estando con los hermanos tiene compañerismo y alegría. Tiene lo mejor de dos mundos. Por lo tanto, los miembros que siguen asociándose con él derrotan el plan de Dios de avergonzarle (2 Tesalonicenses 3:14). La consecuencia final: el hermano infiel se pierde y los miembros que siguieron asociándose con él son responsables.

                9. Este mandamiento, “no os juntéis”, es para todo miembro. Si algunos miembros no aceptan esta enseñanza, el esfuerzo de los demás miembros falla porque la cadena no es más fuerte que el eslabón más débil.

                10. ¿Por qué es efectiva esta disciplina? Los hermanos le hacen ver que ni siquiera pueden comer con él y eso duele. Es para humillarlo. Es para hacerle ver que aparte de amonestarle con palabras acerca del juicio y el infierno, los cristianos no tienen nada que ver con él. Queda aislado de la compañía de la iglesia. Está como el hijo pródigo, comiendo con los cerdos y recuerda que “en la casa de mi Padre hay abundancia de pan y yo aquí perezco de hambre”.

                10. Este plan de Dios funcionó en Corinto (2 Corintios 2:6, 7) y puede funcionar en cualquier iglesia de Cristo que esté dispuesta a someterse a Dios y practicar la voluntad (los caminos) de Él en lugar de andar en sus propios caminos (Isaías 55:8, 9).