FALSA DOCTRINA ACERCA DE “OBRAS”

(“NO POR OBRAS” NO SE REFIERE AL BAUTISMO PARA OBTENER EL PERDÓN DE PECADOS, HECHOS 2:38)

 

          En las epístolas a los romanos y gálatas el apóstol Pablo habla de “obras” que no salvan. Definitivamente NO HABLA DE LA OBEDIENCIA AL EVANGELIO (1 Pedro 4:17; 2 Tesalonicenses 1:8). No habla del bautismo para el perdón de pecados. Tampoco habla de “la obediencia a la fe” (que es la misma cosa, Hechos 6:7;  Romanos 1:5; 16:26). Tampoco habla de “la obediencia a la verdad” (1 Pedro 1:22). El obedecer (Romanos 16:19), el obedecer al evangelio, la obediencia a la fe o a la verdad consiste de oír el evangelio (Romanos 10:17), creer en el Señor Jesucristo (Hechos 16:31), arrepentirse (Hechos 17:30) y ser bautizado (sepultado, Romanos 6:4) en agua (Hechos 8:36; 10:47), para el perdón de los pecados (Hechos 2:38). Obtener el perdón de pecados o ser justificado son la misma cosa. Si alguno es justificado, obviamente tiene el perdón de sus pecados y si obtiene el perdón de pecados, obviamente es justificado.

          OJO: Los que enseñen la supuesta justificación por la fe sola no creen tal cosa. Es nada más un dicho de ellos. Creen que de esa manera honran la soberanía de Dios pero hablan por los dos lados de la boca porque enseñan que también son necesarios para la salvación, el arrepentimiento, la confesión de fe y el invocar el nombre del Señor. Estos actos de obediencia son necesarios. Son requisitos. Todos lo admiten. En cuanto al arrepentimiento, como salida dicen que uno se arrepiente primero y entonces cree, pero si el arrepentimiento es antes o después o durante el creer ES ALGO QUE HACER y todos saben que es necesario para la justificación. Nadie se justifica si rehúsa arrepentirse de sus pecados. Por eso, son deshonestos los que enseñan la supuesta justificación por la “fe sola”. Fe más arrepentimiento más confesión más invocar el nombre del Señor no es “fe sola”. Cualquiera que pueda ver a través de una escalerilla puede ver eso. Un niño de primaria sabe que 1+1+1+1 no son 1.

          Pablo dice que los que son justificados por las obras tienen de que gloriarse (jactarse), que “se le cuenta el salario (la bendición) no como gracia sino como deuda, pero al obedecer al evangelio no nos jactamos (no nos gloriamos) como si hubiéramos merecido la salvación o como si la hubiéramos ganado por nuestro propio mérito. Sería exagerada locura pensar o decir que Dios nos “debe” la salvación (que es una deuda que Él debe pagar). Cristo es el Salvador y la salvación es “la dádiva de Dios” pero la salvación no es incondicionalNegar estos requisitos nombrados por Jesús y los apóstoles es negar la Biblia y negar a Cristo.

          Los maestros religiosos que menosprecien los mandamientos o requisitos con respecto al obtener el perdón de Dios son falsos maestros y darán cuenta a Dios en el Día Final. Por ejemplo, algunos usan mal Romanos 4:2-5 y clasifican el bautismo como una de las obras que no justifican. (De tales maestros el apóstol Pedro habla en 2 Pedro 3:16, “nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”.)

          La enseñanza de los evangélicos sobre la fe está equivocada porque dicen que Santiago 2:20-24 (“que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”) se aplica solamente a los cristianos pero no al pecador del mundo. (Esta teoría es producto de la imaginación humana y completamente falsa. Pablo y Santiago hablan de la misma cosa: el justificarse, usando el mismo término, el verbo dikaioo). Los sectarios dicen que las buenas obras son necesarias para mostrar que uno ha sido justificado, pero que no son necesarias para ser justificado. Según esta doctrina falsa, la fe que justifica (salva) al pecador es una fe inactiva, una fe que no obra (sobre todo, que no obedece el mandamiento de ser bautizado para el perdón de pecados), sino que es una fe que confía completamente en Cristo para la salvación. Pero enseñan que hay otra clase de fe, la fe del cristiano, que sí es activa, que obra, que obedece (aun el mandamiento de ser bautizado, pero como mero símbolo y no para perdón de pecados), e incluso supuestamente guarda al cristiano en un estado de salvación para que no se pierda. Esto significa que la fe que justifica (salva) es una fe muerta.

          El bautismo es requisito del evangelio. Es una de las condiciones nombradas por Cristo y los apóstoles para obtener el perdón de pecados y es tan esencial como el oír, el creer, el arrepentirse y el confesar la fe. ¿Quién les da a los pastores y evangelistas evangélicos el derecho de escoger uno de estos requisitos y decir que no es necesario cuando Cristo dijo, “el que crea y sea bautizado será salvo” (Marcos 16:16) y “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”?        

          ¿Jactarse de oír, creer, arrepentirse, confesar a Cristo y ser bautizado? ¿Quién jamás lo ha hecho? Es absurdo en extremo acusarnos de tal tontería.  Romanos 3:37, “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe” (el evangelio). Gálatas 2:16, “ sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”.

          En estas cartas la palabra “obras” abarca la circuncisión y todo lo que los judíos practicaban y en las que confiaban para tratar de justificarse a sí mismosEstas obras no tenían a Cristo, ni la gracia, ni fe en ellas y no tienen absolutamente nada que ver con el obedecer al evangelio. Pablo niega que tales obras puedan salvar y enfatiza la obediencia a la fe (el evangelio) ¡en la misma carta a los romanos!

          Romanos 1:5, “y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre”.

          Romanos 6:17, “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”.

          Romanos 16:19, “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”.

          Romanos 16:25, 26 “Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe”.

          La  “obediencia a la verdad” nunca se pone en contraste con “fe”. Nunca se menciona como lo opuesto u oponente de “fe”.  Pablo dice (Romanos 4:14), “Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa”. Por el contrario la fe de Abraham mencionada por Pablo en Romanos 4:1-5 “se perfeccionó por las obras” (Santiago 2:22). Pablo confirma la misma verdad en Romanos 4:12 al mencionar “las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham”. Así es que el mismo Pablo que enfatiza la fe de Abraham en Romanos 4 habla de “las pisadas de la fe” de Abraham; es decir, era una fe activa, obediente a los mandamientos de Dios. Acusar a Pablo de enseñar que la fe de Abraham que le salvó era la “fe sola” es calumnia y muy insultante.

          Las “pisadas de la fe” de Abraham eran los pasos de obediencia que siempre tomaba cuando Dios le dio mandamientos.

          -- Génesis 12:1, “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” y el v. 4 dice, “Y se fue Abram, como Jehová le dijo”. Estas son “las pisadas de Abraham”, pisadas de obediencia.

§  Génesis 15 y 17, Dios le promete que él y Sara, a pesar de su vejez, tendrían un hijo, y Romanos 4:18-20 dice, “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años , o la esterilidad de la matriz de Sara.20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”.

§  Y la prueba más severa: Génesis 22:2, “Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. Génesis 22:10-12, “ Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”. Este es uno de los ejemplos más significativos de la obediencia en la Biblia. Es la obediencia suprema, la obediencia al máximo.

§  Santiago 2:21-23, “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?” Pero en Hebreos 11:17 vemos que “Por la feAbraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac”. Abraham hizo el mismo acto “por la fe” y “por las obras”. Entonces obviamente hay obras que salvan y hay obras que se excluyen del plan de justificación. La fe viene por oír la palabra (instrucciones) de Dios (Romanos 10:17) y la obediencia a esas instrucciones son obras, actos de fe. Abraham no hizo obras humanas, obras meritorias como las obras en las que los judíos confiaban para justificarse a sí mismos, obras de las que pudiera gloriarse, sino que simple y sencillamente obedeció a Dios y en esa obediencia su fe fue perfeccionada.

          Romanos 4:2-8, “si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia (Génesis 15:6). Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”. En este contexto al decir “justificado por obras” Pablo habla de lo que hace vana la fe y la gracia. El tratar de justificarse por las obras de Romanos 4:2 significa rechazar la gracia (el perdón) de Dios y la fe en la gracia de Dios. En fin, Pablo habla de los que rechazan el evangelio y en su lugar ponen la confianza en la circuncisión y “ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:9,10). “Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” (Gálatas 4:10, 11).

          Romanos 4:6  Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo:  Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”. ¿Qué es la “justicia sin obras”? Obviamente es el obtener el perdón de pecados, bendición que no buscan los que quieran justificarse por las obras (de Romanos 4:2). Digo las obras de Romanos 4:2 para el beneficio de los “indoctos e inconstantes” que piensan que hay solamente una clase de obras.

          Santiago 2:21-24, Santiago se refiere a la fe de Abraham y cita Génesis 15:6. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”.

          Entonces, ¿quién tiene razón, Pablo o Santiago? Obviamente los dos tienen razón. Y la palabra “justificado” tiene el mismo significado en Romanos 4:2 y en Santiago 2:21. Si algún maestro niega esto, diciendo, por ejemplo, que Santiago habla de “justificado ante los hombres” o que “la enseñanza de Santiago es solamente para cristianos”, es falso maestro, ignorante o rebelde.

          Léase con cuidado el resto del texto de Romanos 4, después del versículo 5. Según los versículos 6-8 ¿Qué se pone en contraste con “justificado por las obras”? ¿A quién atribuye Dios la justicia sin obras? A los que son perdonados. Entonces ¿quiénes buscan justificarse “por las obras” (v. 3)? Los que no buscan el perdón de Dios, sino que se quieren justificar a sí mismos y gloriarse (jactarse) en ello creen que Dios les DEBE la justificación como si fuera salario por las buenas obras que hayan hecho. Ahora bien, si algún judío hubiera guardado la ley de Moisés perfectamente sin pecar una sola vez, en su perfecta obediencia habría sido “justificado” por no ser pecador y su “salario” habría sido como “deuda” y no gracia, pero todos han pecado (Romanos 3:23), por eso, nadie se puede justificar “por las obras”, ni mucho menos jactarse como si Dios le debiera la justificación.

          Recuérdese que el contexto explica esta cuestión de “justificación por las obras”. Obviamente es una supuesta justificación (no verdadera) que (si hubiera tal cosa) se obtendría sin la gracia y el perdón de Dios.

          Si alguno dice que Romanos 4:1-5 enseña la justificación por la fe sola, representa mal lo que Pablo dice. La fe de Abraham era obediente y por eso agradaba a Dios.

          En Romanos 6:3, 4 el apóstol Pablo explica claramente el papel del bautismo en el plan de salvación. “ ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.

          El bautismo obviamente es un acto de obediencia a la fe. El versículo 17 dice, “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”. El corazón es el intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Para ser bautizado correctamente es indispensable que se entienda la “doctrina” acerca del bautismo, precisamente lo que es el bautismo, la relación entre el bautismo y la sepultura y resurrección de Cristo y el propósito del bautismo.

      Requiere primero que se enseñe y que se entienda la verdadera naturaleza del acto. El bautismo es para la persona que ha “muerto al pecado”. La palabra “muerte” quiere decir “separación” y para ser bautizado uno debe ser contristado por sus pecados (2 Corintios 7:10, 11) y sinceramente arrepentirse y alejarse de ellos. Debe ser como persona muerta con respecto a sus pecados pasados.

          Debe entender que el bautismo es una “sepultura” en agua en semejanza de la sepultura de Cristo y una resurrección del agua en semejanza de la resurrección de Jesús. Resucita para andar en vida nueva (Romanos 6:4). Antes del bautismo no pudo andar en vida nueva. Antes del bautismo, por más que creyera y se arrepintiera todavía estaba en sus pecados. Dicen los evangélicos que uno es salvo por la fe sola y luego el bautismo es un mero símbolo de la salvación. Bueno, si alguno es salvo cuando cree, entonces está bien vivo y si luego es bautizado están sepultando a un hombre vivo. (Esto demuestra cómo las doctrinas falsas contradicen y menosprecian la enseñanza bíblica).

          Este texto (Romanos 6:3, 4) resuelve para siempre la cuestión de cuándo Dios perdona los pecados. Todo argumento que jamás se haya hecho para “probar” que la persona recibe el perdón de pecados antes del bautismo es refutado por este texto sencillo y claro.

          Obediencia a través de la Biblia. Desde el principio del mundo Dios ha dado mandamientos a los hombres. Si obedecen, son bendecidos. Si desobedecen son castigados. Y así será siempre.

          Los que gritan “legalismo” y “legalistas” y menosprecian los mandamientos de Dios y la obediencia del hombre hacen burla del mensaje bíblico desde Génesis hasta Apocalipsis.

          Adán y Eva desobedecieron a Dios y fueron castigados. Dios envió el diluvio para destruir a los hombres desobedientes y rebeldes. Quemó con fuego y azufre las ciudades de Sodoma y Gomorra. Castigó las rebeliones del pueblo de Israel repetidas veces.

          Levítico 26 y Deuteronomio 28 son dos capítulos sobresalientes sobre la necesidad de la obediencia. Dios clara y enfáticamente declara las bendiciones para la obediencia y las maldiciones (castigos) de la desobediencia.

          Levítico 10:1, 2, “Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová”. ¿Qué pasa aquí? Estos sacerdotes desobedecieron el mandamiento de Jehová y pagaron con su vida.

          Josué 6:1-5, “Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante”.

§  Hebreos 11:30, “Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días”. ¿Por la fe sola? Pregunte a Josué si era por “la fe sola”. Rodearon la ciudad trece veces, los sacerdotes tocaron las bocinas prolongadamente, todo el pueblo gritaba a gran voz y entonces el muro cayó.

§  Pregunta: ¿Hicieron las “obras” que según Romanos 4 quedan excluidas? ¿Hicieron obras de las cuales podían jactarse? ¿Merecían esa gran victoria sobre Jericó? Puesto que ellos rodearon la ciudad trece veces, etc. ¿podían decir “Nosotros solos lo hicimos”? ¿O a pesar de todo lo que hicieron se puede decir, Dios hizo caer el muro? DIOS lo hizo pero no lo hubiera hecho sin la obediencia del pueblo de Israel? Tampoco nos salvará si no obedecemos al evangelio (oír, creer, arrepentirse, confesar Y SER BAUTIZADO).

§  Si el pueblo de Israel hubiera rodeado la ciudad cada día por seis días ¿habría caído el muro? O ¿cinco veces el séptimo día? Claro que no.

          1 Samuel 15:3, el Señor le dijo al Rey Saúl, “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”. Pero trajeron al rey vivo y animales para ofrecer sacrificios a Dios, “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (v. 22). Dios dice que el obedecer es aun más importante que el ofrecer sacrificios. Cuando Dios habla espera la obediencia.

          1 Reyes 13, Un varón de Dios denunció el altar de Jeroboam en Betel. El rey extendió su mano para prenderle pero su mano se le secó y le pidió que le sanara. Lo hizo y el rey le invitó a comer y le dijo que no porque el Señor le había dicho que no comiera allí y que volviera por otro camino. Pero este varón de Dios que se portaba con toda valentía en llevar a cabo su obra y mostró espíritu de obediencia en rehusar la invitación del rey fue engañado por otro profeta y pagó por su desobediencia con su vida. Obedeció una vez y obedeció otra vez pero luego desobedeció y este acto de desobediencia deshizo los buenos efectos de su obediencia inicial.

          2 Reyes 5:10, 14, Naamán, leproso. “10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra.12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio”.

§  Por eso, ¿fue limpiado por obras de mérito humano? ¿Podía volver a su tierra jactándose de lo que él hizo en obediencia al profeta?

          Juan 9:7, Jesús hizo lodo y untó los ojos del hombre que nació ciego, y le dijo, “Ve a lavarte en el estanque de Siloé … fue entonces y se lavó y regresó viendo”.

§  Pregunta: ¿Este hombre hizo las obras que producen mérito humano y jactancia? ¿Andaba por las calles de Jerusalén jactándose de lo que él mismo hizo para recibir su vista? ¿Quería convertir el estanque de Siloé en memorial del lavamiento de sus ojos?

§  ¿Por qué tales preguntas acerca de Jericó, Naamán, el ex ciego, etc.? Para ilustrar la ignorancia, insensatez y tontería de los evangélicos que hacen burla del bautismo como si fuera acto de mérito humano que produce la jactancia. En realidad tales “maestros” no tienen respeto alguno por Jesucristo. Para ellos Jesús mandó algo que para ellos ha llegado a ser objeto de menosprecio. “Es puro símbolo”, “Es pura figura”, “No es esencial,” “no es necesario”, “uno es salvo antes del bautismo y sin el bautismo”. ¡Es increíble que los que profesen ser cristianos y profesen tanto amor por Cristo estén dispuestos a pisotear las palabras de salvación que habló poquito después de ser crucificado y poquito antes de volver al cielo!

§  Marcos 16:16, “El que crea y sea bautizado será salvo”. Y los mismos “seguidores” de Cristo, los profesados “cristianos” dicen “Pero no dijo

§  Hechos 2:38, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

 

Conclusión:

          A. Romanos 4:3 cita Génesis 15:6, “Creyó Abraham a Dios y le fue contada por justicia”. Este texto es citado tres veces en el Nuevo Testamento y se refieren a diferentes experiencias en la vida de Abraham. Sin embargo, en cada caso, la fe de Abraham fue probada. En realidad la “fe” de Abraham significa la “fidelidad” de Abraham.

          B. Lo mismo el uso de la palabra “fe” en Romanos. Siempre requiere la obediencia (1:5; 6:3,4, 17,18; 10:16; 16:19, 26). Afirmar que Romanos enseña la salvación por la fe sola es mentira (Apocalipsis 21:8).