LA IGLESIA ES EL REINO
PERO ¿CUÁL ES LA APLICACIÓN PRÁCTICA DE ESTA VERDAD?
I. EL REINO DE CRISTO PROFETIZADO.
A.
Isaías 2:2-4, reino espiritual. “ Acontecerá en lo postrero de
los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de
los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las
naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y
subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus
caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de
Jerusalén la palabra de Jehová. 4 Y
juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus
espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra
nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.
B. Daniel 2:44, nos dice cuándo el reino de Cristo sería establecido. Daniel
explica el sueño del Rey Nabucodonosor que reveló los cuatro imperios mundiales,
el último siendo el Imperio Romano y dice, “ Y en los días de
estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni
será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos
reinos, pero él permanecerá para siempre”. (Lucas 3:1 explica que cuando Jesús
nació Tiberio César era el emperador de Roma.)
II. EL REINO SE HA ACERCADO.
A. Mat. 3:2, “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto
de Judea, 2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se
ha acercado”.
B. Marcos 9:1, “También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que
están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios
venido con poder”.
C. Luc. 23:50, 51, “ Había un varón llamado José, de Arimatea,
ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo.
51 Este,
que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el
acuerdo ni en los hechos de ellos”. Cuando Cristo murió el reino todavía no
había llegado.
D. Luc. 24:49, cuando Cristo les dio la Gran Comisión de predicar el evangelio
en todas las naciones, les dijo, “quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que
seáis investidos de poder desde lo alto”.
E. Hechos 1:8, Cristo repite estas instrucciones y dice, “ pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra”.
F. Hechos 2:1-4, Vino el (“poder”), el Espíritu Santo, sobre los
apóstoles como Jesús había prometido y recuérdese que reino iba a venir con
“poder”. En ese día quedó establecido el reino de Cristo. Ya había
ascendido al cielo y estaba sentado a la diestra de Dios, teniendo toda
autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). ¡Verdaderamente era el Rey
de reyes!
III. DESEO Y CONCEPTO DE LOS JUDÍOS.
A. Juan 6:15, “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para
apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo”. Pero estos
judíos que querían hacerle rey tenían otro concepto del reino. Creían que sería
como el reino terrenal de David y esperaban que Cristo quitara el yugo de Roma.
B. Hech. 1:6, aun los discípulos no entendían la naturaleza espiritual del
reino. “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor,
¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”
C. ¿Reino de 1000 años? Hoy día muchos religiosos esperan que en su segunda
venida Cristo establezca un reino terrenal, con su trono en Jerusalén, para
reino mil años. Se basa su vana esperanza en Apocalipsis 20:4, texto que no
menciona ningún detalle de tal supuesto reino terrenal.
D. Juan 18:36, “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera
de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los
judíos; pero mi reino no es de aquí”.
E. Más bien, su reino espiritual es la iglesia. Es el cuerpo de Cristo. Es el
templo de Cristo. Es la casa de Cristo. Es el rebaño de Cristo.
IV. LA IGLESIA ES EL REINO.
A. Tienen el mismo gobierno. Cristo es el Rey sobre el reino y es Cabeza de su
cuerpo que es la iglesia.
B. Fueron establecidos el mismo día: el Día de Pentecostés, Hechos 2.
C. Las mismas personas que son añadidas a la iglesia (Hechos 2:47) son
trasladadas al reino (Col. 1:13).
D. La cena del Señor está en el reino (Mateo 26:29; Luc. 22:30) y está en la
iglesia (1 Cor. 11:16-21; 11:23-27).
V. PERO ¿CUÁL ES EL VERDADERO SIGNIFICADO DE ESTA RELACIÓN CON CRISTO? ¿EN QUÉ
SENTIDO SOMOS EL REINO DE CRISTO?
A. Primero que todo, recordemos que Cristo venció a Satanás.
B. 1 Juan 3:8, “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo”. Durante todo su ministerio Jesús andaba deshaciendo las obras de
Satanás.
C. Al echar fuera los demonios. Mateo 12:28, “Pero si yo por el Espíritu de Dios
echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios”.
Para poder establecer su reino Cristo tuvo que demostrar su poder sobre Satanás.
El echar fuera los demonios era prueba muy evidente del poder vencedor de Jesús.
D. Al discutir con los fariseos, saduceos y escribas Cristo demostró su poder
sobre Satanás, porque estos líderes religiosos hacían la obra de Satanás
“enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:9).
E. Al exponer la hipocresía de los fariseos y escribas (Mateo 23) Cristo estaba
deshaciendo la obra de Satanás.
F. Cristo venció el mal con el bien.
VI. PERO SOBRE TODO TRIUNFÓ SOBRE SATANÁS EN LA CRUZ.
A.
Hebreos 2:14, 15, “Así que, por cuanto los hijos participaron
de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de
la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida
sujetos a servidumbre”.
B. Efesios 2:14-16, “14 Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo
en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo
la paz, 16 y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella
las enemistades”.
C. Colosenses 2:13-15, “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos
todos los pecados, 14 anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz”.
D. Apoc. 17:14, “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él
es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y
elegidos y fieles”.
E. Al decir “Consumado es” Cristo hirió a Satanás en la cabeza (Gén. 3:15), un
triunfo completo sobre él porque hizo posible que nuestros pecados fueran
perdonados y de esa manera trasladarnos del reino de Satanás al reino de Cristo,
Col. 1:13.
VII. EN CRISTO NOSOTROS SOMOS MÁS QUE VENCEDORES. Rom. 8:37.
A. Victorias de la conversión. Al OÍR el evangelio vencemos la indiferencia. Al
creer vencemos la duda o el escepticismo. Al arrepentirnos vencemos la
indecisión. Al confesar a Cristo vencemos la timidez o cobardía. Al ser
bautizados vencemos la rebelión.
B. Col. 1:13, “3 el cual nos ha librado de la potestad de las
tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,”
C. La victoria inicial y principal es el dominio propio, 2 Ped. 1:6; 1
Cor. 9:25; Col. 3:5; Gál. 5:19-21; Efes. 2:22-32. Los miembros de la iglesia que
no practican el dominio propio no deben decir que están en el reino de Cristo.
Estar en su reino significa participar con Él en deshacer las obras de Satanás,
comenzando en nuestra propia vida.
D. Jesús dice, Negarse a sí mismo, tomar su cruz, seguirme. Al hacerlo ganamos
una gran victoria sobre Satanás y reinamos con Cristo.
E. Es posible ser vencedores sobre toda tentación (1 Cor. 10:13; Santiago
1:12-14).
F. El participar con Cristo en su obra de deshacer las obras del Diablo nos mete
en toda clase de problemas. Mat. 10:34-39; Juan 15:18, 19. Pero si somos
sinceros, venceremos.
G. Al ser perseguidos vencemos el mal con el bien y seguimos predicando la
palabra. (Hech. 8:4; 11:19).
H. 2 Cor. 2:14, Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en
Cristo Jesús,
I. Eph. 6:10-19, llevamos toda la armadura de Dios para pelear contra Satanás (2
Cor. 10:3-5).
J. 1 Jn. 2:14-17. Vencer el mundo. Esta es una de las luchas más grandes y
fuertes del cristiano.
K. Mat. 19:23, difícil para rico. Difícil para cualquiera. Mat. 7:13, 14. Pero
con Dios todo es posible. Rom. 8:31.
L. De esta manera reinamos con Cristo.
VIII. SIEMPRE ALERTA, CONSCIENTE DE SUS “MAQUINACIONES” (PLANES, PROPÓSITOS,
PENSAMIENTOS, MAÑAS, 2 Cor. 2:11)
A. “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos
sus maquinaciones”.
B. Efes. 4:27, “no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al
diablo”.
C. Santiago 4:7, “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de
vosotros”.
D. 1 Ped. 5:8, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
E. Sobre todo, recordar cómo Jesús resistió las tentaciones de Satanás,
diciéndole, “Escrito está”.
IX. DESHACEMOS LAS OBRAS DE SATANÁS CUANDO RESCATAMOS ALMAS, 2 Tim. 2:24-26.
A. Este trabajo se complica mucho porque cuando nosotros sembramos la simiente
del reino si la gente no entiende, “viene el malo y arrebata lo que fue sembrado
en su corazón” (Mateo 13:19).
B. Satanás no quiere que tengamos estudios con la gente y les llena la mente con
excusas, argumentos necios, etc. para que no obedezcan al evangelio.
C. Por eso, el evangelismo personal es una constante lucha contra Satanás. Por
eso, Pablo habla de la necesidad de llevar toda la armadura espiritual (Efes.
6:10-19) y enseñar a tiempo y fuera de tiempo sin desanimarnos.
X. DESHACEMOS LAS OBRAS DE SATANÁS CUANDO ENSEÑAMOS LA VERDAD Y REFUTAMOS
DOCTRINAS FALSAS.
A. Filipenses 1:17, “Estoy puesto para la defensa del evangelio.”
B. Judas 3, “contendáis ardientemente por la fe”.
C. 1 Pedro 3:15, “estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que
hay en vosotros”.
D. 2 Tim. 4:2, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas”.
E. Recuerde que Cristo y los apóstoles estaban constantemente metidos en la
controversia durante su ministerio. Debemos estar bien preparados para enseñar
todo el consejo de Dios y refutar cualquier error que se nos presente.
F. Efes. 6:13, “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firme”. Lo que se
necesita urgentemente en la iglesia ahora es que todos los miembros estemos “firmes”
enseñando la verdad y refutando el error. 1 Cor. 16:13, “Velad, estad firmes en
la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”.