LOS SIETE SACRAMENTOS
DE LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA (ICR)
(Primera Lección)
INTRODUCCIÓN.
Les ruego que estudien a fondo esta lección y con toda diligencia enseñarla a
sus familiares y amigos católicos. Es
el mero “corazón” de su religión.
“Señales externas”. Según la enseñanza de la ICR los “sacramentos”
son “señales externas” administradas por el sacerdote por las cuales la gente
recibe la gracia de Dios.
Cristo no los instituyó. Se enseña que Cristo instituyó los
sacramentos, pero no hay nada de “sacramentos” en la Biblia.
Son doctrinas de hombres. Mateo 15:3, 6 dice Cristo que los fariseos
y escribas quebrantaron e invalidaron los mandamientos de Dios por su
tradición. Mateo 15:9, “En vano me honran, enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres”. Colosenses 2:22, el apóstol Pablo condena los
“mandamientos y doctrinas de hombres”.
1 Timoteo 4:1-4,
Pablo dice que el prohibir casarse y mandar abstenerse de alimentos son doctrinas
de demonios. Tales doctrinas humanas pervierten y corrompen los mandamientos
y doctrinas de Dios. Muchos piensan que las doctrinas de hombres son mejores
(superiores) a los caminos de Dios.
Isaías 55:8, “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”. Los sacramentos de la ICR no son los
caminos de Dios sino los caminos torcidos y falsos de los hombres.
En este estudio vamos a probar que lo que llaman “bautismo” no es
bautismo bíblico sino humano; que lo que llaman “confirmación” no es
confirmación bíblica sino humana. La eucaristía (la misa) es corrupción de la
cena del Señor. La penitencia es corrupción de la doctrina bíblica del
arrepentimiento y confesión de pecados. Extremaunción es perversión de Santiago
5:14, 15. Las “sagradas órdenes” pervierten y corrompen el papel de
apóstoles and ancianos bíblicos y los reglamentos católicos con respecto al
matrimonio son por la mayor parte doctrinas de hombres (demonios).
¿Cuál es la diferencia entre doctrinas de hombres y doctrinas de
demonios? No la hay. Compárese 1 Juan 4:1-3, los “espíritus” falsos
(anticristos, 1 Juan 2:18) son hombres falsos. 2 Corintios 11:13-15, los
falsos apóstoles son ministros de Satanás.
DOCTRINA BÍBLICA SOBRE LA GRACIA DE DIOS
Se recibe a través del evangelio. Hechos 20:24, Pablo habla del
“ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio delevangelio de
la gracia de Dios”.
Hechos 11:23, cuando Bernabé llegó a Antioquía “vio la gracia de
Dios”. ¿Qué vio? “Gran número creyó y se convirtió al Señor”(Hechos 11:21).
Vio la gracia cuando observó el resultado de la predicación del evangelio, la
conversión de “gran número” de personas.
Hechos 13:43, “les persuadían a que perseverasen en la gracia de
Dios”. ¿Qué significa perseverar en la gracia de Dios? Tito 2:11, 12, la
gracia enseña la voluntad de Dios y los que perseveran en la enseñanza de
Dios perseveran en la gracia de Dios. Hechos 20:20, 27, Pablo predicaba
“todo el consejo” de Dios.
1 Pedro 5:12, los que perseveran en la enseñanza de Dios están en
gracia. “Ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis”.
Pero nadie recibe la gracia de Dios por medio de los sacramentos
católicos porque son doctrinas de hombres (demonios).
ROBADOS (PRIVADOS) DEL SACERDOCIO BÍBLICO
El sacerdocio del Nuevo Testamento pertenece a todo cristiano. Apocalipsis
1:5, 6, “nos
hizo … sacerdotes para Dios”. 1 Pedro 2:5, “vosotros … sed
edificados como casa espiritual y sacerdocio santo”, v. 9, “Vosotros
sois linaje escogido, real sacerdocio…”Romanos 12:1 el cristiano
ofrece su cuerpo al Señor en sacrificio vivo. Hebreos 13:15, 16,
Ofrecemos a Dios “sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque
de tales sacrificios se agrada Dios”. Filipenses 4:15-18, la
iglesia de Filipos envió ayuda al apóstol Pablo y él describe esa ayuda como
“olor fragante, sacrificioacepto, agradable a Dios”.
Cristo es el único Mediador (1 Timoteo 2:5). No hay ningún mediador
(intermediario) humano entre el cristiano y Dios.
Pero el sistema católico eleva y exalta a los hombres al nivel de Cristo y Dios y
los ponen como mediadores que administran los sacramentos para dar gracia a sus
seguidores. Blasfeman a Cristo diciendo que el sacerdote es “otro Cristo”.
LAS “ÓRDENES SAGRADAS”
En la lista ordinaria de los sacramentos este es el sexto, pero lo ponemos
primero porque trata de la ordenación de sacerdotes y ellos administran los
sacramentos. El
sistema católico de sacramentos depende enteramente de un sacerdocio falso, pero
lo quieren para tener control absoluto sobre sus feligreses, desde el nacimiento
hasta la muerte.
Enseñan que Cristo instituyó los sacramentos y que los apóstoles y los
ancianos (presbíteros) los administraban. Y dicen que los obispos católicos
son los sucesores de los apóstoles y que los ancianos eran sacerdotes. En
algunas versiones católicas de la Biblia la palabra griega presbutérous (ancianos)
se traduce “sacerdotes”, pero la palabra para “sacerdote” es jiereus y
no tiene nada que ver con ancianos y la palabra presbutérous no tiene
nada que ver con sacerdotes. Se atreven a usar mal la Escritura (2 Timoteo
2:15) y auntorcerla (2 Pedro 3:16) para tratar de dar apoyo
bíblico a sus doctrinas de hombres (demonios).
Citan 2 Corintios 5:18, 19, que los apóstoles eran embajadores de
Cristo, pero embajador no es sacerdote. Siendo inspirados y guiados por el
Espíritu Santo la enseñanza apostólica era de Dios y los ejemplos dejados por
ellos deben ser seguidos y practicados por la iglesia (Filipenses 4:9; 1
Corintios 4:17; 11:1).
Juan 20:21-23 es
texto favorito del clero romano para tratar de justificar su práctica. Este
texto es paralelo con Mateo 16:19; 18:18,textos que afirman que lo que
los apóstoles atan y desatan en la tierra será atado y desatado en el cielo.
Ellos no podían atar y desatar en el sentido de legislar según su propio
criterio, sino que podían atar y desatar lo que ya se había atado y desatado
por Cristo en el cielo. (Así dice el texto griego, véase Nuevo Testamento
Interlineal de Fco. Lacueva). Podían perdonar pecados solamente en el sentido
de nombrar los requisitos para obtener perdón de pecados como vemos en Hechos
2:37, 28. Cuando predicaron el evangelio usaron las llaves del reino para
abrir la puerta a la salvación.
Nunca dijo algún apóstol “te absuelvo de tu pecado” y cuando el
clero romano lo pronuncia blasfeman contra Dios porque Dios es el único
que puede perdonar pecados. Cristo lo hizo aquí en la tierra porque era y es
Dios.
Además lo que Jesús dice según Juan 20:21-23 equivale a lo que dice en Mateo
28:19 y Lucas 24:47, la
Gran Comisión. Los apóstoles recibirían el Espíritu Santo para
recordarles de la enseñanza de Cristo y para guiarles a toda la verdad (Juan
14:26; 16:13; Hechos 1:8; 2:1-4).
Los apóstoles no tuvieron sucesores. Mateo 19:28, “En
la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria,
vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para
juzgar a las doce tribus de Israel”. La “regeneración” (Juan 3:5; 1
Pedro 1:23; Tito 3:5) es la época (dispensación) del evangelio que comenzó
el día de Pentecostés (Hechos 2) después de ascender Cristo a su trono de
gloria (Hechos 1:9-11; 2:33). Comenzando ese mismo día los apóstoles
ocuparon sus tronos y hasta el fin del mundo estarán juzgando y gobernando el
Israel espiritual (la iglesia) por medio de sus enseñanzas inspiradas por el
Espíritu Santo registradas en el Nuevo Testamento.
Por eso, es doctrina falsa (doctrina de demonios) enseñar que los
obispos católicos son sucesores de los apóstoles. Recuérdese que cuando
Herodes mató a Jacobo (Hechos 12:1, 2) nadie tomó su lugar. No tenía
sucesor. Tampoco los demás apóstoles.
Los ancianos no eran sacerdotes. Hechos 11:29, los hermanos de
Antioquía enviaron ayuda para los hermanos pobres de Judea, “enviándolo a los
ancianos por mano de Bernabé y Saulo”. Dice la Versión Católica (Ediciones
Paulinas) en las notas al pie de la página bajo Hechos 11:29, “Los
presbíteros, además, predicaban el evangelio y administraban los sacramentos”,
pero esta es doctrina de hombres (demonios). No hay nada en el Nuevo
Testamento que hable de una clase sacerdotal como distinto de los llamados
“laicos”. Esta distinción es doctrina de hombres (demonios) y corrompe
(destruye) para la gente el gran privilegio de ser un “sacerdocio real” que
ofrece sacrificios a Dios.
Los ancianos son los obispos (Hechos 20:28) y cada iglesia debe tener
sus propios ancianos (obispos) (Hechos 14:23). También son llamados
“pastores” (Hebreos 13:17) porque apacientan y cuidan el rebaño (la
congregación) (Hechos 20:28). Otro error grande que sucedió después del
tiempo de los apóstoles era la elevación de uno de los ancianos sobre los demás
y el darle a él y solamente a él el título de “obispo”. Eso fue el principio de
la apostasía que por fin llegó al colmo de la jerarquía del clero romano
encabezado por el papado.
Efesios 4:11, 12 indica claramente que los ancianos no eran
sacerdotes. Pablo dice que Cristo constituyó a unos apóstoles, a otros
profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo. Si los ancianos hubieran sido sacerdotes, aquí mismo en
este texto Pablo lo habría especificado y explicado que administraban los
sacramentos, pero tal práctica no es doctrina de Cristo sino de los hombres
(demonios).
La doctrina del clero romano es que en el sacramento de las “sagradas
órdenes” los apóstoles (y después sus supuestos “sucesores”, los obispos de
la ICR) imponen las manos sobre ciertos hombres para ordenarles para ser
sacerdotes, diciendo “Recibe el Espíritu Santo” y que esto les da el poder
to impartir los dones de la gracia, bendecir a la gente y perdonar sus pecados.
Este es un sistema diabólico (doctrina de demonios) que completamente cambia,
pervierte y corrompe el obispado bíblico. Lo invalida completamente.
Según el Nuevo Testamento la función de los ancianos es muy
diferente: son obispos o supervisores del rebaño, apacentándolo y protegiéndolo
de los “robos rapaces”, Hechos 20:28, 29. Son pastores, Hebreos
13:17. Dice Hechos 14:23 que designaron ancianos en cada
congregación.
Imponer manos. El clero romano habla mucho de textos que hablan de
“imponer manos” y los aplican a los sacramentos, pero no hay sacramento en
ninguno de ellos.
Hechos 6:6, los
apóstoles impusieron las manos sobre los siete hermanos, no para hacerles
sacerdotes sino para que sirviesen mesas en la alimentación de las viudas
griegas.
Hechos 8:17 es texto muy significativo. Esteban y Felipe eran dos de
los siete hermanos mencionados en Hechos 6. Felipe fue a Samaria y al predicar
echaba espíritus inmundos y sanó a ciertos paralíticos y cojos. Sin embargo,
él no imponía las manos sobre otros para darles este poder. Cuando los
apóstoles Pedro y Juan llegaron ellos sí les impusieron las manos y recibieron
poder del Espíritu Santo.
Entonces es obvio que solamente los apóstoles podían imponer manos sobre
la gente para impartir los dones del Espíritu Santo. Romanos 1:11, Pablo
deseaba ver a los hermanos romanos “para comunicaros algún don espiritual”.
Hechos 13:3, ciertos profetas en Antioquía “les impusieron las
manos” a Pablo y Bernabé, no para impartirles dones del Espíritu Santo, sino
simplemente como costumbre judía para indicar que los aprobaban y apoyaban en su
predicación del evangelio y les encomendaron para la obra que pensaban
emprender.
1 Timoteo 4:14, “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado
mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio”. 2 Timoteo
1:6 habla del don que Timoteo recibió “por” (diá, por medio de) la
imposición de las manos de Pablo. Pero 1 Timoteo 4:14 no dice diá sino metá,
“acompañado por la imposición de las manos del presbiterio”; es decir, Timoteo
recibió el don del Espíritu Santo por medio de la imposición de las manos de
Pablo, acompañado por la imposición de las manos de los ancianos.
1 Timoteo 5:22 indica que Timoteo mismo podía imponer sus manos
sobre ciertos hombres, por ejemplo, en el escogimiento de ancianos, pero no
podía impartir algún don del Espíritu Santo porque no era apóstol.
Además, estos textos no tienen nada que ver con “sacramentos” que son doctrinas
de hombres (demonios).
Conclusión:
Los sacramentos son corrupciones (perversiones) de ciertas doctrinas y prácticas
establecidas por Cristo y los apóstoles.
Por eso, son doctrinas de hombres (demonios), condenadas por Cristo (Mateo 15:9)
y Pablo (Colosenses 2:22).
Varias versiones de la Biblia autorizadas por el clero romano enseñan claramente
el plan de salvación (el evangelio de la gracia de Dios), la iglesia verdadera,
el culto espiritual que Dios quiere, en fin, “todo el consejo de Dios”. El
que estudie por sí mismo puede aprender la verdad escudriñando las Escrituras,
aun las que son aprobadas por el clero romano.
Hagamos todo lo posible por ayudar a la gente católica exponiendo y
refutando el error y enseñándoles la sana doctrina.