EL DRAGÓN FUE LANZADO FUERA
I. EL TRIUNFO DE JESÚS SOBRE SATANÁS.
A. Apocalipsis 12:9, “Y
fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles
fueron arrojados con él”.
1. Este fenómeno fue efectuado por el nacimiento de Cristo, su muerte en la cruz
y su ascensión al cielo para sentarse a la diestra de Dios como Rey de reyes y
Señor de señores. La exaltación de Cristo fue la derrota de Satanás.
2. Aunque nuestro adversario el diablo como león rugiente anda alrededor
buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8), en realidad todo cristiano debe
reconocer que es capaz de lanzar fuera el gran dragón. Santiago 4:7,
“resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
3. El poder de Satanás está limitado por la palabra de Dios. Mateo 4:1-11,
cuando Cristo fue probado por Satanás lo resistió diciendo “Escrito está”.
Podemos hacer lo mismo,
4. Efesios 2:1-5 describe la vida de los que vivieron bajo el poder e
influencia de Satanás pero dice que ahora Dios nos dio vida y nos hizo sentar en
lugares celestiales con Cristo. ¿Cuándo? Cuando obedecimos al evangelio.
5. 2 Corintios 4:4 dice que “el dios de este siglo cegó el entendimiento
de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio”, dando a
entender que los que acepten el evangelio ya no son cegados por Satanás.
6. 2 Timoteo 2:25, 26 nos asegura que podemos escapar del lazo de Satanás
si nos arrepentimos para conocer la verdad.
B. Apocalipsis 17:14 habla de los agentes de Satanás que “Pelearán contra
el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de
reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.
II. NO SE REFIERE A LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO SINO A SU PRIMERA VENIDA.
A. Mateo 12:28, 29, “Pero
si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a
vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede alguno entrar
en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y
entonces podrá saquear su casa”.
B. Lucas 10:17, 18, “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun
los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y les dijo: Yo
veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. Estos textos enseñan claramente que
Cristo venció a Satanás cuando echó fuera los demonios (espíritus inmundos).
Esto indicó la caída del diablo durante el ministerio personal de Cristo.
C. Juan 12:31-32, “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de
este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de
la tierra, a todos atraeré a mí mismo”. En este texto Cristo habla de su muerte
y afirma que al morir en la cruz (ser “levantado de la tierra”) su muerte sería
la expiación o propiciación por nuestros pecados (1 Juan 2:2). Esto
quiere decir que en base a ese sacrificio Dios nos puede perdonar los pecados y
de esa manera nos libra de la potestad de Satanás y trasladarnos al reino de
Cristo (Colosenses 1:13).
D. Juan 16:33, “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En
el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Lo hizo
cuando murió en la cruz.
III. LA CRUZ NO ERA VICTORIA PARA SATANÁS SINO PARA CRISTO.
A. Efesios 2:14-16, “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo
uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo
en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo
la paz, 16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a
ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”.
B. Colosenses 2:14, 15, “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos
todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que
había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la
cruz”.
C. Hebreos 2:14, 15, “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne
y sangre, él también participó de lo mismo,para destruir por medio de la
muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida
sujetos a servidumbre”.
IV. EL EVANGELIO ATA A SATANÁS.
A. Apocalipsis 20:1-3, “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la
llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil
años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello
sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos
mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. Para que
no engañase más a las naciones.
1. Muchos pastores y evangelistas tuercen este texto para enseñar que cuando
Cristo venga la segunda vez establecerá su reino para reinar desde Jerusalén por
mil años. Esta es falsa doctrina.
2. Este texto no dice nada de la segunda venida de Cristo, ni de la
resurrección física, ni de un reino terrenal, ni de un trono terrenal, ni de
Jerusalén, ni de nosotros. Toda la enseñanza sobre un supuesto reino terrenal de
mil años es pura fábula (2 Timoteo 4:4).
3. El
reino de Cristo fue establecido el día de Pentecostés. Mateo 3:2 (el
reino se ha acercado); Marcos 9:1(los vivos de ese tiempo verían al reino
venido con poder); Lucas 23:51 (José de Arimatea esperaba el reino);
24:49 (los apóstoles habían de volver a Jerusalén y esperar el poder desde
lo alto); Hechos 1:4, 8 (v. 4 repite Lucas 24:49; v. 8 dice, “recibiréis
poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”; 2:4, recibieron
el poder (el Espíritu Santo); V. 30,“levantaría a Cristo para que se sentase
en su trono”. El poder (el Espíritu Santo) vino el día de Pentecostés y
cuando el poder vino el reino vino. En ese día el reino de Cristo quedó
establecido.
4. Hechos 8:12, Felipe predicó el evangelio del reino. Hechos 28:23, Pablo
predicó el reino. Colosenses 1:13, los obedientes somos trasladados al reino.
B. 2 Corintios 2:14-16, “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en
triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el
olor de su conocimiento. 15 Porque para Dios somos grato olor
de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a
éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para
vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?”
C. Apocalipsis 12:10, “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la
autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros
hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”. Romanos
8:33, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. El
acusador quedó callado.
D. 1 Juan 3:8, Cristo vino para destruir las obras de Satanás. “El que
practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para
esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. El evangelio
destruye las obras de Satanás.
V. EL DRAGÓN PERSIGUE LA IGLESIA.
A. Apocalipsis 12:12, 13, “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis
en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha
descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. 13 Y
cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer
que había dado a luz al hijo varón”.
B. Hechos 14:21-22, “1 Y después de anunciar el
evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a
Iconio y a Antioquía, 22 confirmando los ánimos de los
discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es
necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.
C. 1 Pedro 5:8, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
VI. LOS FIELES REINAMOS CON CRISTO AHORA Y PARA SIEMPRE.
A. 1 Juan 2:13, “Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es
desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al
maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre”. Al
vencer al maligno estamos reinando con Cristo.
B. 2 Timoteo 2:11, 12, “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él,
también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también reinaremos
con él”. Al morir al pecado vivimos con Cristo ahora, e igualmente al
sufrir por Cristo reinamos con Él ahora”. Compárese Mateo 5:5, “5 Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. ¿Cuándo? Si somos
mansos ahora, heredamos la tierra ahora; es decir, recibimos las
más ricas bendiciones de la tierra ahora. (Esta promesa no puede
referirse al fin del mundo porque cuando Cristo venga, la tierra será quemada, 2
Pedro 3:10). 1 Corintios 3:21, 22 es buen comentario sobre Mateo
5:5. “todo es vuestro … sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea lo por venir, todo es vuestro”.
C. La iglesia de Cristo es el reino de Cristo, pero ¿en qué sentido? Los que
obedezcan al evangelio son añadidos a la iglesia (Hechos 2:47) o dicho
de otra manera son trasladados al reino de Cristo (Colosenses 1:13),
porque están sumisos al reinado de Cristo y participan en ese reino, resistiendo
al diablo y destruyendo sus obras. La obra principal de la iglesia es la de
ganar almas para Cristo para que “escapen del lazo del diablo, en que están
cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2:26).
Conclusión.
A.
La consumación de la misión de Cristo en su primera venida -- su muerte,
resurrección y coronación -- resultó en la derrota de Satanás. “Fue lanzado
fuera el dragón”.
B. Además, Satanás es lanzado fuera de la vida de los que obedecen al evangelio.
Es atado por los que predican la verdad. No puede cegar el entendimiento de los
que escudriñan las Escrituras como lo hicieron los de Berea (Hechos 17:11).
C. Los ciudadanos del reino de Cristo vencemos a Satanás, resistiéndole con la
Escritura (“Escrito está”). Sobre todo guardamos puro el corazón porque “cada
uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” (Santiago
1:14).
D. Los que enseñan que la derrota de Satanás será hasta la venida de Cristo para
(supuestamente) establecer su trono en Jerusalén y reinar por mil años rechazan
(tuercen) docenas de textos claros que explican el reinado de Cristo. Tales
maestros siguen siendo cegados por Satanás (2 Corintios 4:4).