“SI ALGUNO HABLA, HABLE CONFORME A LAS PALABRAS DE DIOS”
¿“MOVIMIENTO DE RESTAURACIÓN”?
¿SE PUEDE RESTAURAR LO QUE NO DEJÓ DE EXISTIR?
I. NUESTRA SÚPLICA.
A. Isaías 55:8, 9, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más
altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros
caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
B. El mundo religioso – Católicos, Protestantes, Evangélicos, otros – no hacen
caso a este texto porque piensan que sus pensamientos y caminos (enseñanzas y
prácticas religiosas) son mejores que los de Dios Mismo.
C. En este estudio estamos rogando a todos a abandonar tales ideas necias y
aceptar y seguir la religión establecida por Cristo y los apóstoles inspirados
por el Espíritu Santo.
D. Es indispensable usar lenguaje bíblico y abandonar el lenguaje de Asdod
(lenguaje sectario y humano).
1. Abandonar iglesias humanas, iglesias que ni siquiera se mencionan en la
Biblia. Abandonar evangelios falsos como “salvación por fe sola”, o salvación
por medio de “orar la oración de pecador”, o por simplemente “recibir a Cristo
en su corazón”.
2. Más bien, debemos hablar bíblicamente de obedecer al evangelio (la verdad,
la fe). Hechos 6:7; 1 Pedro 4:17; 2 Tesalonicenses 1:7-8, Cristo viene “en
llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”.
E. Les ruego a abandonar las doctrinas de demonios del Catolicismo (sacerdocio
falso y sacramentos totalmente ausentes de la Biblia) como también las del Calvinismo
que acusan a Dios de ser la causa de todo pecado(depravación total, elección
incondicional, expiación limitada, gracia irresistible, perseverancia de los
santos). Estas doctrinas salen de Satanás y sus ministros (2 Corintios 11:15).
II. LA IGLESIA DE JERUSALÉN.
A. Hechos 2:42, “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”, porque
esa doctrina en realidad era la doctrina del Espíritu Santo. Cristo prometió que
los apóstoles serían guiados a toda la verdad por Espíritu Santo. Juan
16:13, “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la
verdad”. Por lo tanto, que todos tomen nota de esto: la doctrina de los
apóstoles es la doctrina del Espíritu Santo.
B. Este texto enfatiza que la iglesia de Jerusalén es ejemplo para nosotros.
Todos perseveraban en la doctrina de los apóstoles. Hechos 4:32 agrega que “la
multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”, indicando que
estaban unidos en la práctica de la doctrina de los apóstoles.
C. Después de establecer la iglesia en Jerusalén los apóstoles predicaron el
evangelio y establecieron iglesias a través del Imperio Romano, predicando la
misma doctrina en cada lugar. Sería en extremo absurdo enseñar diferentes
doctrinas en cada ciudad. Si lo hubieran hecho habrían establecido iglesias
sectarias como las que existen ahora.
D. Esa misma doctrina de los apóstoles es la que se debe predicar ahora. Todos
los que profesan ser cristianos en iglesias que profesan ser de la religión de
Cristo, deben abandonar sus doctrinas y prácticas humanas y predicar solamente
la doctrina de los apóstoles.
III. LA IGLESIA DE ROMA.
A. Romanos 6:17, “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis
obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados…”
B. Los de Roma obedecieron la misma “forma de doctrina” que los de Jerusalén
obedecieron, la doctrina de los apóstoles inspirados por el Espíritu Santo
(Hechos 2:1-4).
C. Los líderes de las denominaciones enseñan que no hay “forma” o “patrón” de la
doctrina de los apóstoles. Creen que pueden establecer iglesias conforme a sus
propias ideas y preferencias, que para ellos son mejores que la forma de
doctrina dejada por los apóstoles.
D. Obsérvese que Romanos 16:17 dice, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis
en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros
habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”. ¿Qué persona en su juicio
cabal puede leer estos textos y seguir diciendo que no hay patrón apostólico y
que no es necesario perseverar en la doctrina de los apóstoles?
E. 2 Timoteo 1:13, “Retén la forma (el patrón) de las sanas palabras que de
mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús”. ¿No hay “forma de sanas
palabras”? Está bien que hombres y mujeres establezcan iglesias a su gusto,
tener “culto” usando coros, instrumentos musicales y teatro para atraer a la
gente? ¿Qué diría el apóstol Pablo a tales iglesias si todavía estuviera aquí en
la tierra?
IV. LA IGLESIA DE CORINTO.
A. 1 Corintios 1:10, “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre
vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y
en un mismo parecer”. ¿Hablar todos una misma cosa? ¿Qué cosa? ¿El Catolicismo?
¿Doctrina Bautista? ¿Doctrina de los Mormones o Testigos? ¿Qué era la “una misma
cosa” que los de Corinto habían de hablar? Era la doctrina de los
apóstoles inspirados por el Espíritu Santo que está registrada en el Nuevo
Testamento.
B. 1 Corintios 4:6 da la respuesta: “Pero esto, hermanos, lo he presentado como
ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis
a no pensar más de lo que está escrito”. ¿No hay patrón? ¿Lo que está
escrito no es guía para nosotros? ¿Está bien que todos tengan sus propios
“credos”, sus propias iglesias, con culto humano, gobierno humano, propósito
humano y proclamar que es la religión de Cristo?
V. SI NO HUBO PATRÓN BÍBLICO PARA LA IGLESIA ¿CÓMO SERÍA POSIBLE LA “APOSTASÍA”?
A. 1 Timoteo 4:1-4, “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores
y a doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de
mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3 prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que
con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido
la verdad”.
1. ¿Saben de alguna iglesia o de iglesias que prohíben el matrimonio? ¿O que
prohíben el comer ciertos alimentos? Si eran y son doctrinas de demonios,
entonces se puede afirmar con toda confianza que no eran ni son “la doctrina de
los apóstoles”.
2.
La verdad es que son doctrinas de los que se han apartado de la doctrina de
los apóstoles.
B. 2 Tesalonicenses 2:1-4, “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2 que
no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni
por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido
de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en
ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el
cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de
culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios”.
1. Otra vez vemos que había cierta doctrina de los apóstoles, porque no es
posible que haya apostasía de lo que no existió. Apostasía quiere decir
apartarse y no es posible apartarse de algo que no existe.
2. Este texto habla claramente de una religión que es una apostasía, o sea, que
se ha apartado de la doctrina de los apóstoles. ¿Qué deben hacer para remediar
la situación? Obviamente deben abandonar toda doctrina que sea de los hombres
para aceptar y obedecer la doctrina de los apóstoles.
C. 2 Timoteo 4:1-4, “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que
juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques
la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.
1. ¿Qué es “la sana doctrina”? Sin lugar a dudas es la doctrina de los
apóstoles, la forma de sanas palabras, la doctrina en la que perseveraban los de
Jerusalén, la forma de doctrina que los romanos habían obedecido. Esta es la
doctrina y la única doctrina que debemos creer, aceptar y obedecer ahora.
2. ¡Qué lástima que tanta gente prefiera fábulas en lugar de la sana doctrina de
los apóstoles! Hay fábulas de toda clase del Catolicismo, del Calvinismo, y de
otros “ismos”. El Libro de Mormón es pura fábula. Las enseñanzas de los falsos
testigos de La Atalaya acerca del nuevo mundo son fábulas de principio a fin. El
reino terrenal de Jesús de mil años es pura fábula. Todas estas fábulas
dejarán a sus feligreses amargamente decepcionados en el Día Final.
D. En fin, Cristo y los apóstoles entregaron advertencia tras advertencia acerca
del peligro de apartarse, de caer de la gracia, de ser engañados por falsos
maestros. ¿De qué se apartaron? Del “evangelio de la gracia de Dios” (Hechos
20:24). De “la forma de sanas palabras enseñadas por los apóstoles como
embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20).
E. Para no apartarse es indispensable reconocer que la Biblia revela la doctrina
de Cristo y los apóstoles (doctrina inspirada por el Espíritu Santo) y que nadie
debe atreverse a cambiar ni apartarse de ella. Pablo dice “retén la
forma de las sanas palabras” (2 Timoteo 1:13). “Lo que has oído de mí ante
muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar
también a otros” (2 Timoteo 2:2). “3 Como te rogué que te
quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no
enseñen diferente doctrina”.
F. Obviamente la Biblia revela una forma (un patrón) de doctrina, la doctrina de
los apóstoles que los hombres no deben atreverse a abandonar o cambiar.
G. El apóstol Juan dice enfáticamente que los que rehúsan perseverar en la
doctrina de Cristo (que incluye la doctrina de los apóstoles) no tienen a Dios.
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a
Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al
Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina,
no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11 Porque
el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.
H. Por lo tanto, como dice Hebreos 8:5, “… se le advirtió a Moisés cuando iba a
erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo
que se te ha mostrado en el monte”. Si Moisés tenía que seguir el modelo
revelado por Dios para construir el tabernáculo, ¡cuánto más debemos adherir al
modelo de doctrina revelada por el Espíritu Santo a través de los apóstoles!
VI. EJEMPLOS DE ABANDONAR IGLESIAS ESTABLECIDAS POR HOMBRES PARA PREDICAR Y
PRACTICAR LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES.
A. El llamado “Movimiento de Restauración” de los siglos 18 y 19.
1. Han recibido mucha noticia ciertos predicadores que eran de varias
denominaciones que poco a poco iban abandonando doctrinas y prácticas originadas
por hombres para enseñar solamente la doctrina de los apóstoles.
2. La verdadera iglesia de Cristo nunca dejó de existir; por lo tanto no
sería posible “restaurarla”. Mateo 16:18, cuando Pedro confesó la Deidad de
Cristo, Jesús dijo, “sobre esta roca (su Deidad que Pedro confesó)] edificaré
mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. La
iglesia es el reino del cual el profeta Daniel dijo, “el Dios del cielo
levantará un reino que no será jamás destruido” (Daniel 2:44).
B. Sin embargo, es muy importante estudiar la historia del llamado “Movimiento
de Restauración” porque muchos predicadores de varias denominaciones renunciaron
las doctrinas de los hombres para enseñar y practicar la doctrina de los
apóstoles.
1. James O’Kelley, en 1793 rechazó el credo de la Iglesia Metodista y estableció
una iglesia en el estado de Virginia, insistiendo en que la Biblia sea
nuestra única guía, que Cristo sea la única Cabeza de la iglesia, y que cada
congregación tenga ancianos (obispos).
2. A fines de ese mismo siglo Elias Smith, Abner Jones y otros predicadores
Bautistas renunciaron el Calvinismo para practicar la doctrina de los apóstoles
y establecieron iglesias en New England. Para el año 1809 esas iglesias
comenzaron a tener comunión con las de Virginia.
3. Barton W. Stone, otro nombre bien conocido, era Presbiteriano pero tuvo
fuertes dudas acerca de la supuesta depravación total y la elección
incondicional. Luchaba contra la obvia contradicción entre esas doctrinas y
el esfuerzo de persuadir a los no elegidos a arrepentirse. Otro asunto que
Stone y los demás tuvieron que tratar era el bautismo. No solamente
tuvieron que rechazar el llamado “bautizo infantil” sino también el
rociamiento/derramamiento en lugar de la inmersión. Estas prácticas tenían
raíces profundas pero lentamente los predicadores que estaban resueltos a
predicar solamente la doctrina de los apóstoles hicieron los cambios necesarios.
Con toda diligencia Barton W. Stone predicó que todos deben aceptar la Biblia
y solamente la Biblia como guía al cielo.
4. Thomas Campbell dejó la Iglesia Presbiteriana en 1808, pero siguió predicando
y los temas favoritos eran la suficiencia de las Escrituras como guía. Denunció
el pecado de división. Es famoso por el lema “Hablamos donde la Biblia habla
y callamos donde la Biblia calla”. Era muy opuesto a la división y enseñó
que para tener unidad todos deben aceptar el Nuevo Testamento como su único
credo, como “una
constitución perfecta para la adoración, disciplina y gobierno de la iglesia del
Nuevo Testamento y una regla práctica perfecta para sus miembros, de la misma
manera que el Antiguo Testamento lo había sido para la comunidad del Antiguo
Testamento”.
5, A
fines del siglo 18 y a principios del siglo 19 Robert y James Alexander Haldane
de Escocia, se esforzaron diligentemente para eliminar toda práctica humana
que las iglesias habían originado y apegarse a la doctrina pura de los apóstoles.
Abandonaron el “bautizo infantil” y el rociamiento en lugar de la inmersión,
enseñaron la autonomía de cada iglesia y participaron de la cena del Señor cada
domingo.
6. Alejandro Campbell, hijo de Thomas Campbell, vino a Estados Unidos en 1809.
Había aprendido mucho de los Haldane y llegó a este país como hombre
independiente, ya alejado de la Iglesia Presbiteriana. Padre e hijo se
regocijaron al darse cuenta que estaban de acuerdo en la necesidad de hablar
donde la Biblia habla y callar donde la Biblia calla.
-- Alejandro
era hombre bien letrado y preparado, reconocido por todos como hombre de
superior intelecto y habilidad de predicar, debatir y persuadir. Publicó sus
convicciones en periódicos, estableció una escuela y tuvo debates con hombres de
mucha influencia. Era reconocido como uno de los mejores debatistas de su
tiempo.
-- “Campbellistas”. De esa manera Alejandro Campbell ha sido erróneamente
considerado como el fundador de las iglesias de Cristo pero tal “fama” es en
extremo absurda. Él simple y sencillamente insistió en que todos acepten y
obedezcan las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles y que rechacen todos los
credos, sínodos, concilios, etc. de los líderes de las iglesias populares y por
medio de su escuela, sus periódicos y mayormente sus debates él convenció a
mucha gente.
-- Pero no somos en ningún sentido “Campbellistas” y tal acusación necia contra
nosotros solamente exhibe la tontería de los acusadores. Los tales no pueden
nombrar ni una sola doctrina que predicamos y practicamos que tuviera su origen
con los Campbell.
-- Si estos hermanos mencionados en este artículo hablaron como las Escrituras
hablan (1 Pedro 4:11) y su doctrina era conforme al patrón original, entonces
gracias a Dios por ello, pero esto no significa que ellos hayan “restaurado” la
iglesia de Cristo porque la iglesia de Cristo nunca dejó de existir (Mateo
16:18; Daniel 2:44; Hebreos 12:28).
1 Timoteo 4:1, “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán”,
pero no dijo que la iglesia en su totalidad dejaría de existir y que tendría
que ser restaurada. Los registros humanos trazaron el desarrollo de las
iglesias falsas (catolicismo, calvinismo, pentecostalismo, mormonismo y docenas
de otros “ismos”) pero sólo Dios conoce su verdadero pueblo (2 Timoteo 2:19),
quiénes son, cuántos son, dónde viven, etc., y Cristo dice, “Porque donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo
18:20).
Los historiadores humanos no tienen interés en iglesias pequeñas, muchas de
ellas reuniéndose en casas.
VII. POR LO TANTO, NO “RESTAURACIÓN” SINO “SI ALGUNO HABLA, HABLE CONFORME
A LAS PALABRAS DE DIOS”
A. El término “restaurar” significa (según el Diccionario de la Real Academia Española) “volver a poner algo en el estado o estimación que
antes tenía”, pero las iglesias humanas no pueden volver al estado original
de la iglesia del Nuevo Testamento porque nunca eran iglesias del Nuevo
Testamento. Han sido fundadas por hombres y deben ser descartadas y
abandonadas.
B. Se habla mucho de la necesidad de “volver al Nuevo Testamento” pero no
pueden “volver” a China los que nunca estuvieron en China. No es cuestión de
“volver” sino que todos los miembros de iglesias humanas, iglesias que ni
siquiera se mencionan en la Biblia, se arrepientan de aceptar religiones falsas
y obedecer al evangelio para ser añadidos a la iglesia que Cristo estableció
(Hechos 2:47).
C. En cuanto a los hombres que hemos mencionado que hicieron precisamente eso,
nosotros debemos reconocer que les somos deudores. En realidad a no ser
por esos campeones de la verdad probablemente nosotros no seríamos cristianos
porque la obra de ellos comenzó en los estados del este del país y lentamente se
extendió a través de todos los Estados Unidos. Muchos de nosotros hemos oído de
los principios de la obra en varios estados. Nos encanta saber de cómo su
predicación llegó a nuestros abuelos (o bisabuelos). ¡DEUDORES SOMOS!
D. Luego hermanos de Estados Unidos han llevado el mensaje a otros países
incluyendo los países latinos. Por lo tanto, esta breve pero interesante
historia que presento aquí debe ser de mucho interés a todos los hermanos
hispanos.
E. Pero repito: No predicamos “Restauración…” sino “Si alguno habla, hable
conforme a las palabras de Dios.