“SEA DIOS VERAZ, Y TODO HOMBRE MENTIROSO”

ROMANOS 3:4

 

 

SIENDO JUDÍOS CREÍAN QUE NO PODÍAN PERDERSE

 

     Los judíos a los cuales Pablo se dirige en esta carta creían que para siempre serían aceptables ante los ojos de Dios porque eran circuncidados hijos de Abraham.  Es cierto que eran el pueblo especial de Dios, pueblo del pacto, aunque no eran fieles al pacto. Creían que eran privilegiados porque tenían la ley de Dios aunque no la guardaban. Los judíos creían erróneamente que el ser hijos circuncidados de Abraham les daban la plena seguridad de nunca ser rechazados por Dios. Según esto todo judío sería salvo y a consecuencia de esto creían que si algunos judíos se perdieran Dios no sería fiel a sus promesas a Abraham y sus descendientes. Para ellos el ser judío en realidad era boleto seguro al cielo. Comparten esta idea falsa con el calvinismo que enseña que los que Dios elige incondicionalmente para salvación no pueden caer de la gracia. Los argumentos de Pablo son para tumbar esa falsa confianza de los judíos.

 

 

DIOS “PAGARÁ A CADA UNO CONFORME A SUS OBRAS”

 

     Pablo explica en Romanos 2

(1) Que Dios “pagará a cada uno conforme a sus obras” (v. 6)

(2) Que “no hay acepción de personas para con Dios” (v. 11)

(3) Que la mera posesión de la ley de Dios no justificaba al judío sino que tenía que ser hacedor de la ley (v.21),

(4) Que la circuncisión no le sería de ventaja alguna si no guardaba la ley (v. 25).

 

 

¿QUÉ VENTAJA TIENE, PUES, EL JUDÍO?

 

     Romanos 3:1-4, Entonces la pregunta del judío sería: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?” Hacen esta pregunta porque les parece que según estas afirmaciones de Pablo los judíos no eran el pueblo especial de Dios y el ser hijos de Abraham no valía nada.

     Pablo contesta: “Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la Palabra de Dios”. ¡Qué bendición más importante! A ellos y solamente a ellos había sido confiada la Palabra de Dios. Deuteronomio 4:7-8, “Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” Salmo 147:19-20; Amós 3:2.

 

 

LA INFIDELIDAD DE LOS JUDÍOS NO ANULA LA FIDELIDAD DE DIOS

 

     “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” Algunos no aceptaron a Cristo como el cumplimiento de promesas hechas a Abraham. Eran incrédulos. ¿Por eso, la Palabra de Dios fue anulada y Dios no cumplió sus promesas? De ninguna manera. Aunque algunos judíos no aprovecharon la salvación que Cristo hizo posible, Dios sí cumplió sus promesas. Era fiel aunque algunos judíos eran incrédulos.

     Compárese la promesa de Dios a Abraham con respecto a la tierra de Canaán. Génesis 12:7, “A tu descendencia daré esta tierra” pero como vemos en Números 14:21-24 Dios dice que “todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá …  En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun”.

     Sin embargo, Josué 23:14, “Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas”. Algunos eran incrédulos (Números 14:11), pero como Josué explica, su incredulidad no anulaba la promesa de Dios.

     Así también algunos rechazaron a Cristo. Mateo 23:37, “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” ¿La infidelidad de los judíos no causará que Dios ignore o descuide sus promesas a Israel? Claro que no. La infidelidad de los judíos no anuló la Palabra de Dios con respecto a la salvación por medio del sacrificio de Cristo. “Es imposible que Dios mienta” (Hebreos 6:18).

       Ahora bien, Dios hizo promesas a los judíos pero eran condicionales; es decir, el cumplimiento de las promesas de Dios dependía de la fe y la obediencia de los judíos a los requisitos sobre los cuales las promesas se basaban.

     Era semejante al caso de alguna promesa condicional hecha por un padre a su hijo y el hijo pensando que el padre le había mentido cuando no cumplió su promesa aunque el hijo no hubiera cumplido con las condiciones de la promesa.

 

 

ENTONCES, ¿CÓMO AFECTA EL PLAN DE DIOS LA INFIDELIDAD DE LOS JUDÍOS?

 

     “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? Pablo no dice “todos” sino “algunos”. Aunque habían sido pueblo especial de Dios no creyeron las promesas de Dios reveladas a Abraham y los profetas acerca de Cristo y lo rechazaron.

    ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para  que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado”. La conducta del hombre (aunque sea judío) no cambia el carácter de Dios. ¡Sea Dios veraz aunque todo judío sea mentiroso al negar que Jesucristo es la prometida simiente de Abraham! (Génesis 12:3; Gálatas 3:16).

 

 

LA PALABRA DE DIOS ES VERDAD Y LOS HOMBRES SON MENTIROSOS SI SUS ENSEÑANZAS Y PRÁCTICAS CONTRADICEN LA PALABRA DE DIOS.

 

    La Biblia enseña que hay un solo bautismo (Efesios 4:5), la sepultura (Romanos 6:4) del creyente penitente en agua (Hechos 8:36; 10:47) en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19) para el perdón de los pecados (Hechos 2:38). Muchísimos religiosos creen que la enseñanza de esta verdad es extremismo. Practican la aspersión (el rociamiento) de infantes y aunque algunos practiquen la inmersión dicen que no es para perdón de pecados. ¿Así qué? ¿La enseñanza y práctica religiosa de millones de personas que profesan la religión de Cristo cambian la Palabra de Dios? “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”. Lo que muchos practican como “cristianismo” no es verdad sino mentira.

     La Biblia enseña que hay una sola iglesia. Cristo prometió edificarla (Mateo 16:18) y la edificó (Hechos 2:47; 5:11; 8:1; 11:26; Romanos 16:16, etc.), pero hay millones que supuestamente practican la religión de Cristo, pero en “iglesias” desconocidas en la Biblia. ¿Serán aceptadas por Cristo por ser numerosos? ¿No importa la iglesia que fue comprada por la sangre de Cristo? (Hechos 20:28). ¿Una iglesia es tan buena como otra? ¿Todos pueden unirse a la iglesia de su preferencia, la que le convenga más? ¿La mentira es tan buena como la verdad de Dios?

     ¿Si algún error es practicado por millones llega a ser verdad y deja de ser error? ¿La verdad está determinada por la popularidad? Es cierto que gobiernos son establecidos y controlados por la opinión de hombres. Lo que es popular gana. Pero ¿así es con la verdad de Dios? ¿La aceptación o el rechazo de la Palabra de Dios son los factores que determinan lo que es verdad?

 

     Dios había legislado que el arca del pacto fuera llevada por los hijos de Coat. David desobedeció ese mandamiento y el resultado fue una tragedia (1 Crónicas 13:7-10). El requisito de Dios no fue cambiado por el descuido del famoso rey David. La actitud de todos parece haber sido “¿Qué importa quién lleve o cómo se lleve el arca del pacto?” Pero al pensar así ellos en realidad estaban pensando “¿Qué importa lo que el Dios Todopoderoso diga?”  En el capítulo 15 del mismo libro vemos que lo transportaron conforme a la Palabra de Dios y les fue muy bien. Sin duda Nadab y Abiú (Levítico 10) pensaban que “fuego es fuego, ¿qué importa cuál usemos?” Pero era cuestión de vida y muerte. ¿Extremismo? ¿Fanatismo? Mucho cuidado de cómo hablan de los requisitos de Dios. La desobediencia del hombre no los cambia. Por más que hagan burla de la necesidad del bautismo para el perdón de pecados, tal insensatez no afecta en lo más mínimo lo que Dios revela en Marcos 16:16; Hechos 2:38 y otros textos?

 

     La palabra de Dios nos dice que en la adoración de Dios la iglesia debe cantar himnos, alabando a Dios y exhortando los unos a los otros. Efesios 5:19; Colosenses 3:16. Luego Colosenses 3:17 dice, “Y todo lo que hacéis, sea de palabra  o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”. ¿Pero no sabe usted que la gran mayoría de las iglesias adoran a Dios usando instrumentos de música? ¿No entiende usted que esto cambia los requisitos nombrados por Pablo? No, Señor, los que piensan así están rotundamente equivocados. Ellos no cambian ninguna enseñanza bíblica, pero lo que sí hacen es quebrantar e invalidar la Palabra de Dios con prácticas humanas (Mateo 15:3; Marcos 7:13) y de los tales Jesús dice “en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (v. 9).

 

    La lista es larga. Podemos agregar que la Palabra de Dios no impone el diezmar sobre la iglesia sino el ofrendar cada primer día de la semana según Dios nos haya prosperado (1 Corintios 16:1, 2). La Palabra de Dios no enseña la “misa”; más bien, con palabras sencillas y claras la Palabra de Dios nos enseña que la iglesia debe reunirse cada primer día de la semana (Hechos 20:7) para participar de la cena del Señor (1 Corintios 11:23-27). La Palabra de Dios enseña claramente que cada congregación es autónoma (los apóstoles escogieron ancianos en cada congregación, Hechos 14:23; 20:28). Aunque millones rechazan este patrón divino y establecen organizaciones eclesiásticas basadas en las del gobierno y otras empresas humanas, esto no afecta, mucho menos cambia, la Palabra de Dios.

 

     Repito: Aunque millones quebrantan e invalidan la Palabra de Dios, en realidad ellos no cambian la verdad de Dios por la cual serán juzgados en el Juicio Final (Juan 12:48; Romanos 2:16).

 

 

LA CONFIANZA DE MILLONES AHORA

 

     Hemos hablado de la falsa confianza de los judíos. Millones cometen la misma falta ahora, confiando en los grandes números de miembros de su iglesia y de lo muy preparado de sus líderes, etc. No se puede negar que algunas denominaciones pueden jactarse de muchos millones de miembros.

     También confían ciegamente en sacerdotes, pastores y otros líderes religiosos que tienen muchos años de entrenamiento y que están muy preparados en cuanto a lo académico. Sus feligreses simple y sencillamente no pueden creer que los tales podrían ser equivocados en lo que enseñan y practican. Sin embargo, otra vez, Pablo dice, “sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”. Son bien preparados pero ¿en qué? No en la verdad sino en múltiples errores doctrinales y el mal se aumenta más al tomar en cuenta que sus errores son el resultado de pervertir las Escrituras (2 Pedro 3:16).

 

 

CONCLUSIÓN

 

     Mateo 7:21-24, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. 24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”.

     Lucas 6:46, “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”

 

¡SEA DIOS VERAZ Y TODO HOMBRE MENTIROSO!