NO AVERGONZADOS DE CRISTO Y SUS PALABRAS

 

   * Lucas 9:22-26, “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.  Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. 25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? 26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles”.

   *¿Tener vergüenza de Cristo? ¡Qué pensamiento tan absurdo! De que el hombre tenga vergüenza de Cristo. Es fácil comprender cómo Cristo puede tener vergüenza del hombre pero ¿tener vergüenza de Él? ¡Increíble!

   * ¿Por qué esta advertencia? Jesús les habló de lo que Él iba a sufrir, la humillación, el sufrimiento vergonzoso causado por la injusticia de los judíos y les da esta advertencia

   Si sus discípulos le seguían fielmente, obviamente tendrían que participar de ese sufrimiento. Si se avergonzaban de Cristo y sus palabras, podrían escapar de esa humillación, pero entonces Cristo tendría vergüenza de ellos en el Día Final.  

    * Muchos volvieron atrás. Juan 6:66, “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él”. Decían “Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”

   No hay diferencia entre el avergonzarse de Cristo y el avergonzarse de sus palabras. Son inseparables. Tanta gente piensa que creen en Cristo y honran a Cristo aunque pisotean sus enseñanzas.

   * Pablo no tuvo vergüenza del evangelio. Romanos 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.

   Pensando como el mundo piensa hay aspectos del evangelio que pudieran ser causa de vergüenza. Cristo era nativo de un lugar del cual se preguntaba, “¿De Nazaret puede venir algo de bueno?” (Juan 1:46). En cuanto a bienes materiales Jesús no tenía donde recostar su cabeza (Mateo 8:20). Murió como criminal entre dos ladrones (Mateo 27:38). Su mensaje no tenía nada en común con la retórica de los filósofos griegos.

   Para algunos el evangelio es locura. 1 Corintios 1:18, “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”, pero la actitud de Pablo era la de Dios: “Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos”.

   El romano se jactaba del poder de Roma, sobre todo el poder de fuerza (militar). Habían dominado el mundo. Pero Pablo no era nada intimidado por este capital sofisticado del mundo. El evangelio $ERA mil veces más potente que todo el poder imperial de Roma.

   * El significado verdadero del evangelio. La palabra “evangelio” se refiere a las buenas nuevas de salvación de la ira de Dios (Romanos 1:18; 2:5, 8) provocada por los pecados del hombre. La salvación significa el perdón de pecados hecho posible por la muerte de Cristo como sacrificio por los pecados del hombre.

   El evangelio del cual no debemos tener vergüenza consiste de 1) hechos que creer, 2) mandamientos que obedecer, y 3) promesas que disfrutar.

   * Este evangelio debe ser obedecido (Hebreos 5:8, 9; 1 Pedro 4:17). Si la salvación fuera por medio de la fe sola, ¿por qué dice Pablo (2 Tesalonicenses 1:8) que Cristo viene en llama de fuego para dar retribución a los que no obedecen al evangelio?

   El mundo denominacional proclama sin cesar que para ser salvo se requiere la fe “sola” o “solamente”, pero ¡maravilla de maravillas que el apóstol Pablo haya sido ignorante de estas palabras cuando explicó los requisitos del evangelio!

   * ¿De qué consiste la obediencia al evangelio? Para obedecer al evangelio es necesario oír el evangelio puro del Nuevo Testamento (Romanos 10:17); creerlo (Juan 3:16), arrepentirse de los pecados (Lucas 13:3), confesar que Cristo es el Hijo de Dios (igual a Dios, Juan 1:1; 5:8; 14:9) y ser bautizado (sepultado, Romanos 6:4) en agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19) para el perdón de los pecados (Hechos 2:38).

   El que se avergüenza del evangelio duda que sea el poder de Dios para salvación.

   * Los que establecen religiones (iglesias) humanas tienen vergüenza de Cristo y sus palabras. Los que enseñan el “calvinismo” y la operación directa del Espíritu Santo sobre el corazón del hombre tienen vergüenza del evangelio de Cristo.

   Asimismo los que dicen que el pecador solamente tiene que creer, que solamente tiene que recibir a Cristo como su Salvador, o que solamente tiene que orar la oración de pecador, etc. Todos estos se avergüenzan del evangelio verdadero y lo sustituyen con sus propias ideas de cómo Dios debe salvarnos. Igualmente los que acepten la religión católica romana, los “testigos de la atalaya”, los mormones, los adventistas, los pentecostales, etc. Todos estos obviamente tienen vergüenza de las palabras de Cristo porque las rechazan y establecen las doctrinas y prácticas predilectas de ellos.

   La gran mayoría de la gente en el mundo religioso (los que profesan ser “cristianos”) simple y sencillamente se avergüenzan del evangelio puro y lo rechazan. (Mateo 15:8,9).

   * Tienen vergüenza de Cristo y el evangelio puro porque quieren imponer partes de la ley de Moisés (Hechos 15:1-4; Gálatas 1:6-9). Por ejemplo, la circuncisión, guardar el sábado (a su modo), el diezmo, instrumentos de música, sacerdocio especial, etc. Estos se avergüenzan del evangelio de Cristo y practican un evangelio pervertido (Gálatas 1:7).

 

SER PERSEGUIDO POR CRISTO Y EL EVANGELIO NO ES VERGONZOSO

    * 1 Pedro 4:15, 16, “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello”.

    * 2 Timothy 1:8, “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”. Pablo no quiere decir que Timoteo se hubiera avergonzado de dar testimonio del Señor, sino que el seguir predicando la verdad y participando de las aflicciones por el evangelio daba evidencia de que no tenía vergüenza del evangelio.

   * 2 Timoteo 1:12, “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”.

   Se usan cadenas y la cárcel para criminales. Por eso hay peligro de que el cristiano maltratado como criminal tenga el sentimiento de vergüenza del preso mismo y de otros asociados con él.

   Por eso, estos textos por Pedro y Pablo son de mucho consuelo.

   * 2 Timoteo 1:16, “Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas” pero otros como Himeneo y Fileto sí se desviaron de la verdad (2 Timoteo 1:17, 18) y sin duda tenían vergüenza del evangelio.

   Si somos fieles al evangelio, esto trae conflictos, dificultades, oposición de toda clase.

   * Es posible que la familia se avergüence de nosotros. Lucas 14:26, “ Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”.

   * Entre los del mundo en general el evangelio puro no es popular. La iglesia del Nuevo Testamento no es popular, mayormente si es una congregación pequeña que se reúna para los servicios en la casa de uno de los miembros o en algún salón rentado. El bautismo para el perdón de pecados no es popular. El cantar himnos en el culto sin instrumentos de música no es popular. Siempre habrá comentarios negativos con respecto a la religión verdadera de Cristo.

   * Cristo enseña clara y enfáticamente que son pocos los que acepten la puerta estrecha y el camino angosto.

   * “Obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

2 Timoteo 2:15,Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Debemos defender la verdad con toda confianza.

   * Estar bien preparados. No seremos avergonzados cuando defendemos la verdad si estamos bien preparados. Entendemos la verdad y podemos exponer y refutar el error.

   Pero si no estamos bien preparados, no podemos defender la verdad y exponer el error y quedamos avergonzados, no solamente nosotros mismos sino también la verdad.

   También hay peligro de usar mal la palabra, aun pervirtiéndola (2 Pedro 3:16) y esto es vergonzoso.

   * No nosotros sino el adversario. Tito 2:8, “palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”. Así debe ser. En lugar de avergonzarnos de la palabra, debemos proclamarla efectivamente para que el adversario se avergüence siendo derrotado por la verdad.

   * Filipenses 1:20, “conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte”.

   Pablo dice esto porque estaba bajo sentencia de muerte. En lugar de avergonzarse de su situación él piensa solamente en magnificar a Cristo.

 

NO AVERGONZADO EN EL DÍA FINAL

   * Romanos 5:5, “la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.

   *Pero muchos serán decepcionados y avergonzados. Mateo 7:22, 23 habla de esperanza falsa que avergüenza. “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

   * Hebreos 2:11, “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré”. Cristo tan santo, perfecto, exaltado acepta como hermanos a los que ha redimido. Nos acepta como “familia”. ¡Qué consuelo!

   * Hebreos 11:16, “Pero anhelaban una (patria) mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.”

   * 1 Juan 2:28, “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”.