PRESENTAR EL CUERPO COMO SACRIFICIO VIVO
ROMANOS 12:1
Introducción.
“Así
que”. Las exhortaciones que empiezan con el capítulo 12 se basan en las
enseñanzas de los capítulos anteriores y mayormente sobre la doxología de la
conclusión del capítulo 11.
“Hermanos,
os ruego por las misericordias de Dios” descritas desde el principio de esta
epístola: 1:16, el evangelio es el poder de Dios para salvación para todos; 5:1,
“justificados, pues, por la fe”, el evangelio, porque no es posible ser
justificados de otra manera; 5:8 “Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”; 6:17, 18, “habéis obedecido de
corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados
del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”, 8:1 “Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús”; 11:33-36, “¡Oh profundidad
de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!...”
“que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo”,
lenguaje de sacrificio (Levítico 2:8; 9:13). No presentarlo muerto como lo
hacían los israelitas sino en sacrificio vivo. Todos los miembros del cuerpo
deben ser presentados al servicio de Dios: Marcos 12:30, corazón, alma, mente,
fuerzas; Romanos 10:17, los oídos; Hechos 17:11, los ojos; Hebreos 13:15, los
labios; 1 Timoteo 2:8, las manos; Romanos 10:15, los pies; Hechos 21:5, las
rodillas.
Al leer este texto recordemos que nuestro cuerpo pertenece
a Dios. 1 Corintios 6:19, “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad,
pues, a Dios 3en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
1 Tesalonicenses 5:23, “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la
venida de nuestro Señor Jesucristo”.
“santo, agradable a Dios”. No como algunos israelitas que
ofrecieron animales ciegos, cojos y enfermos (Malaquías 1:8). Los miembros que
no asisten fielmente a los servicios, o llegan tarde, o duermen, o no participan
en cada acto del culto, ¿no están ofreciendo a Dios lo ciego, cojo y enfermo?
“que es vuestro culto racional”. Si nuestro cuerpo
pertenece a Dios es razonable que lo presentemos en sacrificio vivo. Dios es
nuestro Creador. “Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas … en
Él vivimos, y nos movemos y somos” (Hechos17:25, 28). Cristo nos compró (Hechos
20:28; 1 Corintios 6:20).
“No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal”
Romanos 6:12, “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad”.
Porque estamos muertos al pecado. Nuestro viejo hombre fue
crucificado con Cristo.
Fuimos sepultados con El en el bautismo.
Romanos 6:4, “Porque somos sepultados juntamente con él
para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”. De esta
manera obtenemos el perdón de pecados. Hechos 2:38, “Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Los miembros del cuerpo son instrumentos de justicia
Romanos 6:13, “sino presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de
justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros”.
No debemos presentar a Satanás lo que no es nuestro (los
miembros del cuerpo).
Somos esclavos de aquel a quien obedecemos
Romanos 6:16, “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como
esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del
pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”
Por eso, debemos consagrar todos los miembros del cuerpo al
Señor.
Romanos 12:1, “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta”.
El cuerpo no es para glotonería
1 Corintios 6:13, “Las viandas para el vientre, y el
vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios”.
El cuerpo no existe simplemente para comer. Tiene un uso
más noble.
Tito 1:12, “Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los
cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”.
Filipenses 3:18, “Porque por ahí andan muchos, de los
cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de
la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios
es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”.
Romanos 16:18, “Porque tales personas no sirven a nuestro
Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas
engañan los corazones de los ingenuos”.
El cuerpo no es para fornicación
Romanos 1:24, “Por lo cual también Dios los entregó a la
inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron
entre sí sus propios cuerpos”.
1 Corintios 7:2, “pero a causa de las fornicaciones, cada
uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 El
marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni
tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que
no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”.
1 Corintios 6:13, “Pero el cuerpo no es para la
fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”.
Nuestros cuerpos son miembros de Cristo. 1 Corintios 6:15,
“¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los
miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16
¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque
dice: Los dos serán una sola carne”.
Por eso, “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que
el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio
cuerpo peca” (1 Corintios 6:18).
Como lo hizo José. Génesis 39:7-12. Literalmente huyó.
Salió corriendo.
La fornicación es “prostitución”, porque algo sagrado (algo
dado por Dios como santo y bueno) es “prostituido” para satisfacer los deseos
sensuales.
La “evolución” contribuye fuertemente a este mal porque
enseña que el hombre es un mero animal que debe satisfacer al máximo sus deseos
físicos.
¿Cómo huir?
-- (1) no asociarse con personas que tientan a fornicar;
-- (2) no mirar a la mujer para codiciarla (Mateo 5:28);
-- (3) si es necesario aun cambiar de empleo;
-- (4) evitar toda forma de pornografía (revistas,
televisión, internet);
-- (5) evitar el baile que es antesala de la fornicación;
-- (6) 2 Timoteo 2:22, “Huye también de las pasiones
juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor”.
-- (7) y sobre todo, ocuparse en lo bueno para evitar lo
malo. Leer la Biblia, orar, asistir fielmente a los servicios, hacer obra
personal. “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12)
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo
Juan 2:19, “Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré. .. 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
1 Corintios 6:19, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no
sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son
de Dios”.
Cuando Cristo nos compró, no sólo el alma sino también el
cuerpo fue comprado.
El cuerpo dedicado a Dios le glorifica más que el templo de
Salomón.
Hechos 7:48, “el Altísimo no habita en templos hechos de
mano”.
Hechos 17:24, “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas
que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos
hechos por manos humana”. Pero sí habita en nuestros cuerpos que están
consagrados a Él.
2 Corintios 6:14 – 7:1 Dios habita en nosotros si nos
apartamos del pecado.
El cuerpo no debe ser despreciado o maltratado
Colosenses 2:20-23. En esto vemos el principio de
tendencias gnósticas y católicas: la austeridad, el duro trato del cuerpo (ropa
rústica e incómoda), el prohibir alimentos (y practicar ayunos prolongados), el
prohibir el matrimonio, llevar vida monástica, penitencias.
Dice Pablo que no vale. No funciona. No ayuda. Todo esto no
promueve la santidad. Solamente promueve la soberbia.
Lo que sí funciona y lo que Dios requiere es el dominio
propio, Colosenses 3:5-10.
1 Corintios 9:27, “que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser
eliminado”.
Este es lenguaje figurado. De esta manera Pablo describe su
dominio propio. Hay que controlar todos los apetitos del cuerpo para no caer en
pecado.
Es necesario cuidar el cuerpo (la salud)
1
Timoteo 4:8, “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la
piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la
venidera”.
Desde luego, el alma vale mucho más que el cuerpo, pero el
cuerpo sí vale mucho.
La
piedad promueve la buena salud del cuerpo, porque promueve salud mental, el
bienestar económico, una vida social feliz.
Además, la piedad promueve la belleza verdadera. 1 Pedro
3:3, “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro
o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios”.
Somos mayordomos del cuerpo que pertenece a Dios. Por lo
tanto, hay que cuidarlo: alimentación buena (evitando el exceso de comer), el
ejercicio, el descanso (no en exceso), evitar vicios (uso de drogas, tomar,
fumar).
Debemos hacer todo lo posible para cuidar la salud y
prolongar nuestros días para el servicio de Dios.
Para tener cuerpos espirituales como el cuerpo de Cristo
Romanos 8:23, “gemimos dentro de nosotros mismos, esperando
la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.
1 Corintios 15:42, “Así también es la resurrección de los
muertos. … 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay
cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual”.
Filipenses 3:20, “Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas”.
1 Juan 3:2, “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se
ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo
aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es
puro”.
Por lo tanto, recordemos siempre la oración de Pablo: 1
Tesalonicenses 5:23, “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo
vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida
de nuestro Señor Jesucristo”.
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