OBEDECER “AL INSTANTE” (Mateo 4:19, 22)

“He aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2)

 

INTRODUCCIÓN.

          A. “Urgencia… Inmediata obligación de cumplir una ley o un precepto”.

          B. Con respecto a los asuntos de Dios muchos dicen “mañana”, “otro día”, “después”, “no hay prisa”, “ya no”, “cuando sea conveniente” (Hechos 24:25, “cuando tenga oportunidad”), etc..

          C. Pero la Biblia enfatiza que los asuntos de Dios requieren y demandan la urgencia, atención inmediata. Son miles de veces más importantes que cualquier asunto o actividad terrenal.

 

I. URGENCIA EN LA VIDA Y OBRA DE JESÚS.

          A. Lucas 2:49, “y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre…46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”

          B. Lucas 4:42-44, “Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado”.

          C. Lucas 13:31-34,  “Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra. 33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.  ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!”

          D. Juan 4:30-35, “Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. 31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”.

          E. Sanó “al instante”. Marcos 1:31, “Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella.  31 Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.

          F. Marcos 1:40-42, 40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.

          G. Marcos 10:52, “Y en seguida (Bartimeo) recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino”.

          H.  Lucas 8:43, 44 “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,

44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.

 

II. APÓSTOLES COMPRENDIERON LA URGENCIA DE LOS ASUNTOS DE CRISTO.

          A. Mateo 4:19, 22,  Jesús dijo, “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres ..  Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.

          B. Gálatas 1:15, 16 “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre”.

          C. Hechos 5:42 “Y  todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”.

 

III. HOY ES EL DÍA PARA OÍR LA PALABRA

          A. Hebreos 1:1, 2 Dios nos ha hablado, nos urge escucharle.

          B. Hebreos 3:7, 8, 15 “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”.

          C. Santiago 1:19, 22, “Todo hombre sea pronto para oír… Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores”

 

IV. HOY ES EL DÍA PARA TRABAJAR

          A. Mateo 4:19, “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres… Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”.

          B. Mateo 21:28 “Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña”.

          C. Juan 9:4, “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”.

 

V. HOY ES EL DÍA PARA EXHORTAR

          A. Hebreos 3:13, “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”.

          B. Hebreos 12:12, “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas”.

          C. Hebreos 13:22, “Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación”.

          D. 2 Timoteo 4:2, “que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”.

 

VI. HOY ES EL DÍA PARA OBEDECER

          A. Lucas 19:5, 6, 9, “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso… Hoy ha venido la salvación a esta casa”.

          B. Hechos 2:40, 41, 47, “Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas… Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.

          C. Hechos 8:12, “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”. ¿Cuándo debe uno obedecer al evangelio? Aquí está la respuesta: “cuando creyeron”. Marcos 16:16 “el que crea y sea bautizado será salvo”.

          D. Hechos 8:35-38, “Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó”. Obedeció inmediatamente. Es de toda urgencia. No se debe posponer.

          E. Hechos 16:13-15,  Y un día de reposo  salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.

14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos”. Muy obviamente estas personas obedecieron inmediatamente porque la obediencia es de gran urgencia. Ella no dijo, “Vengan el siguiente día de reposo, voy a pensarlo”. No es difícil entender el evangelio. Es cuestión de someternos a Cristo y su voluntad.

          F. Hechos 22:16, “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”. Muy buena pregunta para muchos: ¿Por qué te detienes?

          G. 2 Corintios 6:2, “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”.