Repaso de la obra “Los juicios y castigos de Dios”
Una reseña del libro de Homer Hailey
Por Jim R. Everett
Versión al español, Josué I. Hernández
TABLA DE CONTENIDOS:
1.
INTRODUCCIÓN
2.
DIOS ES UN FUEGO CONSUMIDOR
3.
SODOMA Y GOMORRA (JUDAS 7; 2 PEDRO 2:6-10)
4.
MARCOS 9:48; ISAÍAS 66:18-24; MATEO 3:12
5.
PABLO SOBRE EL CASTIGO ETERNO — ROMANOS 2:6-8
6.
2 TESALONICENSES 1:6-10
7.
LIBRO DE APOCALIPSIS — APOCALIPSIS 14:9-11
8.
APOCALIPSIS 20:10-15; 21:8
9.
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
“Los juicios y
castigos de Dios”,
tal es el título del último libro en la ilustre carrera del hermano Homer
Hailey. El hermano Hailey estaba escribiendo material excelente e ingenioso
mucho después de cumplir 70 años. Sin embargo, si yo vivo hasta los 70 años,
probablemente dejaré de escribir. Eso no es para denigrar a otros que escriben
tan hábilmente cuando son mucho mayores. Sospecho que mis facultades mentales se
verán disminuidas y me molestaría mucho escribir algo que no sea producto de un
pensamiento claro.
Los escritos del
hermano Hailey han llegado mucho más allá de su vida y continuarán influyendo en
el pensamiento de miríadas de mentes. En los muchos años que lo escuché enseñar
y predicar, hizo que los profetas de Dios cobraran vida mediante una
presentación muy vívida de la justicia de Dios en el trato con las naciones
(casi se podía escuchar el traqueteo de las ruedas de los carros y el crujido
del látigo cuando Hailey predicaba). En todos esos años, ni una sola vez lo
recuerdo aludiendo remotamente a una negación del castigo individual y eterno.
De hecho, sus comentarios anteriores sobre
Apocalipsis 20:10, son exactamente
lo contrario de lo que argumenta en este trabajo que ahora estoy repasando. El
hermano Hailey hace un excelente argumento en las páginas 398 y 399, de su
comentario de Apocalipsis, comentario que será citado más adelante. Sin embargo,
en el Prefacio de su libro “Los juicios y castigos de Dios” él hace una
referencia a sus comentarios sobre Apocalipsis 20:10:
"El comentario sobre Apocalipsis
20:10
en mi
Comentario sobre Apocalipsis es correcto hasta cierto punto. Pero no es la
exégesis completa del versículo"
(p.15), sin embargo, ¡no respondió a su propio argumento! Y, parece que olvidó
lo que escribió muchos años antes, tal como podemos leer en "Hailey's Comments",
páginas 708 y 711. Su pensamiento y razonamiento sobre "La naturaleza del
castigo eterno" son muy sólidos e irrefutables en aquel comentario.
Es lamentable
que en sus últimos años el hermano Hailey produjera una obra que está siendo
utilizada por hombres como Stanley Pahyer y Edward Fudge para
promover el error. Y, aunque LeGard Smith respaldó el libro del hermano Hailey,
tuvo cuidado de alabar solo la parte que trata sobre el castigo de Dios a las
naciones y no la segunda parte que trata con la teoría de la aniquilación del
alma. Al menos, al leer los escritos del hermano Hailey, uno nunca tuvo
problemas para saber dónde estaba.
Un autor
fallecido no puede responder, por lo que revisar su material requiere una
evaluación justa y honesta de sus argumentos. Sin embargo, incluso cuando uno
muestra respeto por aquellos que han pasado de esta vida, es fundamental exponer
la falacia del razonamiento. E incluso, mientras empiezo esta desagradable
tarea, me siento como ¿"Quién soy yo" que debería discrepar con alguien cuyo
conocimiento superó con creces el mío? No obstante, los hombres más grandes
no son inmunes a las debilidades que afectan los procesos de pensamiento.
Conociendo al hermano Hailey como yo lo conocí, sé que él creía que tenía razón
y que enseñaba lo que enseñaba en armonía con su conciencia. El hermano Hailey
señalaba con frecuencia a su audiencia que a él no le importaba lo que fulano
creyera o enseñara sobre un tema; lo importante siempre era lo que "El Libro"
enseña. Simplemente, él no quería que nadie aceptara su posición por quien era
él, eso sería un insulto para su persona. Al hacer referencia a sus argumentos
en este trabajo, el hermano Hailey dijo: "Por
otro lado, si mi razonamiento o deducciones son ilógicos, entonces el error será
de mi parte y con gusto me retractaré de mi interpretación" (Prefacio, p.
15). Pero estos comentarios no aparecieron hasta después de su muerte. Sus
argumentos son deficientes y sus interpretaciones no son fieles a "El Libro",
pero ya no tiene oportunidad de retractarse. Estoy convencido de que si su mente
hubiera permanecido tan clara y razonable como lo fue en años anteriores, él
nunca habría escrito este libro.
A mi juicio, la
negación del castigo eterno se convertirá en un problema real dentro de unos
pocos años. Recientemente, escribí un tratado titulado "Watering Down Hell"
que se publicó por primera vez en una serie de artículos en Biblical Insights.
En ese material respondí a los argumentos básicos que hace el hermano Hailey,
porque esos argumentos son comunes a todos aquellos que sostienen la visión de
aniquilación del castigo individual. Sin embargo, el hermano Hailey expone un
giro un poco diferente a algunos de los argumentos. Por ejemplo, afirmó que "su
gusano no muere" (Isaías 66:18-24;
Marcos 9:48) es una referencia a la persecución del pueblo de Dios bajo la
nueva alianza. Y, contrariamente a la creencia de que el alma del hombre es
condicionalmente inmortal, él cree que
Lucas 16:19-34 es una historia real, y no una parábola o mito. Parece que,
sin darse cuenta, el hermano Hailey desarrolla una mayor inconsistencia que
otros inmortalistas condicionales. Los hombres como Edward Fudge se ven
obligados a una cierta consistencia al aceptar la muerte como aniquilación: la
posición de Fudge exige que, si el alma del hombre no es inmortal, entonces
cuando muere, deja de existir. Y, en la búsqueda de la coherencia, Fudge alude a
la creencia de que, si Cristo no hubiera resucitado entonces habría dejado de
existir. El hermano Hailey no va tan lejos.
En su
Introducción, el hermano Hailey expuso lo que sería un enfoque doble en su
libro. Primero, señala que el hombre está limitado en la comprensión de las
cosas eternas, ya que solo puede razonar en una referencia mundana y temporal.
Con esto estoy de acuerdo, y así lo he afirmado en otros materiales. Pero, su
conclusión es que, dado que Gehena, el fuego eterno, el lago de fuego, y otras
expresiones similares, describen las cosas metafóricamente, porque están más
allá de nuestra comprensión, entonces no debemos interpretarlas en el sentido de
que los hombres serán castigados eternamente. Si ese fuera el caso, entonces
también debió decir que, dado que se habla de la vida eterna metafóricamente y
está más allá de nuestra comprensión, entonces no podríamos afirmar que es
eterna en duración.
El hermano
Hailey afirma que se habla del Cielo como si tuviera una calle de oro y eso no
es literalmente cierto, pero parece pasar por alto el hecho de que, aunque las
verdades eternas se transmiten de manera simbólica, no niegan la realidad de la
existencia. El cielo se describe simbólicamente al igual que el infierno se
describe simbólicamente: no comprendemos ninguno de los dos completamente. Pero,
afirmar que debido a que el infierno se describe simbólicamente; entonces el
infierno no puede significar “existencia eterna en castigo”, necesariamente
significaría también que ya que el cielo se describe simbólicamente, entonces el
cielo no puede significar “existencia eterna en la presencia de Dios”.
Luego, el
hermano Hailey sigue un procedimiento que dijo que le enseñaron por primera vez
cuando era un joven. El procedimiento es el siguiente: Tomar un pedazo de papel
y anotar en un lado lo que dice un pasaje y luego en el otro lado lo que no
dice. Sin duda alguna, este no es un mal procedimiento, pero se debe tener sumo
cuidado para no forzar una interpretación en el proceso. Por ejemplo, en los
pasajes que tratan de figuras como la vid y las ramas, el trigo y la cizaña,
etc., debe haber una coherencia en las figuras para que la buena interpretación
se mantenga. Sería una distorsión de la figura afirmar que las ramas vivieron
después de que fueron cortadas y quemadas o la cizaña sobrevivió luego de ser
arrancada. Obviamente, los pasajes tratan de la vegetación física y no de los
espíritus de los hombres. Si siguiéramos el proceso del hermano Hailey,
tendríamos que poner en el lado derecho de la página que el pasaje no dice que
las ramas viven para siempre. Y, basándonos en eso, tendríamos que concluir que
la "vida eterna" es solo una “edad
duradera”, solo mientras viva un discípulo. Las ramas físicas y el trigo no
viven eternamente, así como las ramas cortadas y la paja son consumidas por el
fuego. La objeción del hermano en contra del castigo eterno usando las parábolas
(vid y ramas, trigo y cizaña) mediante las cuales Jesús comparó las verdades
físicas con realidades eternas exige una distorsión de la parte física de la
parábola. Tanto la recompensa como el castigo se enseñan, pero la duración de
tales cosas no se describe en estas parábolas.
Como ilustración
de la falacia de requerir más de lo que el texto enseña, los calvinistas tratan
de explicar pasajes que demuestran claramente la falacia de
"una vez salvo, siempre salvo".
Un argumento sobre el proverbio que Pedro usó (2
Pedro 2:20-22) es que “los perros
son siempre perros y los cerdos son siempre cerdos”. Con esto, los calvinistas
afirman que “la razón por la que la cerda regresó a revolcarse en el fango fue
porque era una cerda, lo que significaba que la persona que Pedro describió solo
fingió ser salva, pero en realidad no lo era”. Basándonos en ese enfoque de la
interpretación de las Escrituras, podríamos decir:
"Pedro no dijo que una cerda o un perro
se convirtieron en ovejas". Me
doy cuenta de que hay otra información pertinente en todo el contexto, pero al
considerar el "proverbio" solo como una metáfora, este tipo de sofistería
retuerce la ilustración. Este es un equívoco común empleado por aquellos que
están en desacuerdo con el "castigo
eterno".
Después de mirar
pasajes en el Antiguo Testamento donde las personas en la tierra fueron
consumidas, ya sea porque la tierra se los tragó, o porque fueron quemadas por
el fuego, la conclusión del hermano Hailey bajo su categoría de "LO QUE NO SE
DICE" fue: "Que todos arden para
siempre". Sin embargo, las
referencias en contexto a las que se refirió se aplican a la existencia física
de los hombres mientras estaban en la tierra: dejaron de existir en la tierra;
sus cuerpos fueron consumidos por la tierra misma, o por el fuego del cielo que
cayó a la tierra. Incluso, la declaración del hermano Hailey verifica esa
verdad: "Estas ilustraciones revelan el
significado de 'consumir' y lo que las Escrituras significan con la frase
'Nuestro Dios es fuego consumidor'. Significaba la destrucción total y completa
de la faz de la tierra" (p. 138). Nada, en estos pasajes, sin embargo,
aborda el castigo eterno de sus almas, a menos que, tal vez, por implicación de
la enseñanza de otros pasajes que tratan con el destino eterno de los malvados
se indique tal cosa.
SODOMA Y GOMORRA (JUDAS 7; 2 PEDRO 2:6-10)
En su
clasificación en el lado derecho de la página, "LO QUE NO SE DICE", el hermano
Hailey escribió: "Nada sobre la quema
continua, o de ser quemado de nuevo en el futuro" (p. 146), sin embargo, el
hermano contradice su propia observación al afirmar en la página 179 que “los
impíos serán resucitados y arrojados al lago de fuego”. El hermano Hailey no da
más detalles sobre este pasaje, pero su conclusión se ajusta a otros que
sostienen ese punto de vista. Su posición presenta una inconsistencia evidente.
Al decir que, puesto que Sodoma y Gomorra sufrieron la venganza del "fuego
eterno", lo cual resultó en la aniquilación de las ciudades y sus habitantes,
necesariamente entendemos que no habrá resurrección de los impíos, porque si han
sido aniquilados por fuego y azufre, y ese fue su castigo eterno, entonces serán
quemados y se irán para siempre. Por un lado, argumenta que "la
venganza del fuego eterno" es la
destrucción de las ciudades que tuvo lugar en solo unos minutos:
"Si sirven como ejemplo, ¿qué enseñan
excepto que aquellos que sufren el castigo del fuego eterno ya no existirán?"
(p. 142). Por otro lado, él cree que los injustos serán resucitados para
sufrir el "castigo eterno" cuando sus
cuerpos resucitados experimenten la segunda muerte.
Por ejemplo, en
sus comentarios sobre Apocalipsis 20:10
(páginas 178 y 179), hace referencia a
Lucas 16:19-31, como una verdadera representación del estado de los muertos
y que los malvados comienzan su sufrimiento consciente en el Hades. Eso
necesariamente significa que los habitantes de Sodoma y Gomorra fueron al Hades
después de que fueron destruidos por el
"fuego eterno". Pero, si fue
"castigo eterno" cuando fueron consumidos por el fuego y el azufre, y a
consecuencia de ello, ya no existían, ¿cómo habrá
un "castigo eterno" en su
resurrección? Y, si la destrucción física es igual al castigo eterno, uno nunca
puede afirmar la resurrección de los impíos, ¡porque en el momento en que son
consumidos, ese es su castigo eterno! Algunos aniquilacionistas aceptan esa
conclusión. Otros, sin embargo, como el hermano Hailey, que tienen un mayor
respeto por las Escrituras, se dan cuenta del dilema en el que la postulación
los coloca en virtud de la afirmación de Jesús en
Juan 5:28,29 y otros pasajes, por lo
que teorizan que los malvados serán resucitados y luego arrojados al Gehena
físico, y ejecutados nuevamente.
Obviamente, las
ciudades físicas, y las personas que las habitaban, fueron destruidas por el
fuego y el azufre; sin embargo, si la imagen de Judas no va más allá de los
eventos registrados en Génesis 18 y 19, no habría necesidad de describir
el fuego como "fuego eterno", porque
cualquier fuego habría logrado la destrucción de las cosas.
MARCOS 9:48;
ISAÍAS 66:18-24; MATEO 3:12
Para minimizar
la duración del castigo eterno como lo enseñó Jesús, la interpretación única del
hermano Hailey de Marcos 9:48 es que
la expresión "su gusano no muere" se
refiere a la persecución de los justos fieles durante el reinado actual del
Mesías (páginas 154, 155 y 156). Hay un par de falacias en la forma en que el
hermano une los pasajes en esta sección. Por ejemplo, mezcla Mateo 3:12
con Marcos 9:48, diciendo: "Él
caracterizó el fuego ‘que nunca se apaga' con el fuego 'inextinguible' indicado
por Juan el Bautista (Mateo 3:12)",
y de esto concluye que la ira de Dios siempre
"consume".
Si
bien ambos pasajes mencionan "fuego
inextinguible", pertenecen a figuras diferentes. Habría sido inconsistente
con la figura que Jesús usó en Mateo
3:12, haber dicho que el fuego sigue quemando la paja eternamente.
En cuanto a su
interpretación de que la frase, "su
gusano no muere", se refiere a la persecución de los justos bajo el reinado
actual del Mesías, es destruida por un simple hecho. En las declaraciones de
Jesús en Marcos 9:43-48, es Gehena
el futuro anticipado y eterno de aquellos que viven para los placeres del mundo.
Es allí, en el infierno, donde “su gusano
no muere, y el fuego nunca se apaga",
no sucede tal cosa en el
reinado actual del Mesías.
PABLO SOBRE EL
CASTIGO ETERNO — ROMANOS 2:6-8
Aquí pasaré por
alto los comentarios del hermano Hailey sobre el contexto general de Romanos y
la responsabilidad ante la ley, y abordaré los puntos particulares de
controversia que se encuentran en Romanos 2:6-8. Pablo aquí defiende la
justicia de Dios. Él hace una aplicación específica al juicio eterno de los
hombres: Dios será absoluta y perfectamente justo con todos los hombres en el
juicio final. En la evaluación de Pablo de la justicia de Dios, hay un
equilibrio de contrastes que deben ser observados. Dios dará a aquellos que
persistieron en hacer el bien, la vida eterna. El equilibrio en contraste con la
"vida eterna" es una aplicación a
todos aquellos, tanto judíos como gentiles injustos e impíos, que hacen el mal:
recibirán "tribulación y angustia". Cuando
Pablo dice "tribulación"
indica la condición de "aflicción, opresión", y cuando dijo "angustia" señaló la
condición de "aflicción extrema". Ambas palabras describen apropiadamente los
sentimientos conscientes experimentados por los malvados en el infierno.
Jesús usó el
mismo tipo de equilibrio en contrastes en
Mateo 25:46, y al elegir la palabra
"eterno" para describir ambos estados, necesariamente dio una calificación, de
DURACIÓN a ambos estados. En ambas expresiones hay conceptos cuantitativos y
cualitativos. Pero, la aniquilación de los malvados no es un equilibrio
apropiado en contrastes con la vida eterna para los justos. Es decir, si los
justos experimentan gloria, honor y paz por la eternidad, entonces, en un
equilibrio de contrastes, los malvados experimentan aflicción y angustia durante
el mismo período de tiempo.
El hermano
Hailey observó aquí que "El juicio del
día final traerá terribles sufrimientos a los impíos" (p.162). Eso, dentro
de sí mismo, es un reconocimiento de angustia consciente de cierta duración. Sin
embargo, la aniquilación no es sufrimiento, es inexistencia. O, tal vez,
podríamos concluir de su declaración que Dios va a alargar, por algún tiempo, su
indignación e ira, y que va a prolongar la vida física de los malvados para que
puedan sufrir, de alguna manera, los terribles fuegos de Gehena, lo cual no
consumirá inmediatamente sus cuerpos. No obstante, ¿cuánto tiempo, teóricamente,
se supone que les tomará a los malvados sufrir terriblemente? Argumentar a favor
de alargar la duración del sufrimiento de los injustos es destruir la posición
más comúnmente sostenida del aniquilacionismo; es decir, que el cuerpo se
quemará inmediatamente, y, por lo tanto, los impíos se extinguirán para siempre.
El hermano
Hailey vacila entre sus conclusiones estudiadas al principio de su vida sin
poder correlacionar lo que escribió más adelante en la vida, mezclando los dos
cuerpos de información, sin ser consciente de las contradicciones. Aquí presenta
una incongruencia inconsciente, porque cuando se supone que Dios debe matar a
los malvados, entonces, una vez que han sido asesinados no hay conciencia,
porque no hay existencia. Por lo tanto, no puede haber “tribulación” y
“angustia”.
Los comentarios
del hermano Hailey aquí se centran, principalmente, en la palabra "destrucción"
mediante una breve definición y una comparación con otros pasajes donde se usa
la palabra. Un simple hecho que parecía haber pasado por alto es que cuando
Pablo une la palabra “eterna” (gr. “aionios”) a “perdición” (gr.
“olethros”) no se interpretaría razonablemente como "aniquilación", porque si la
palabra "perdición" por sí misma, en
este contexto, significa "aniquilación", entonces necesariamente sería de
naturaleza eterna; sería redundante llamarla aniquilación
"eterna". Sin embargo, la destrucción
"eterna" se asocia en este contexto
con un tiempo cuando los malvados serán castigados con la separación eterna de
la presencia del Señor, “excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de
su poder” (v.9).
Lógicamente,
para que los malvados estén separados de la presencia del Señor, deben existir,
¿no es así? No se puede decir de las almas inexistentes que estén separadas de
la presencia del Señor. Además, el castigo de los malvados con la destrucción
eterna de la presencia del Señor, se ofrece como una explicación de la justicia
de Dios (v.6). Allí se dice que Dios recompensaría la aflicción a aquellos que
los estaban afligiendo – la aflicción no puede ser impuesta a quienes ya no
existen.
En
1 Timoteo 6:9, que también contiene
la palabra "destrucción" (gr.
“olethros”) —
"...codicias necias y dañosas, que hunden
a los hombres en destrucción y perdición"
– el hermano Hailey comenta: "Un
hombre ahogado ya no está consciente, sino que está muerto".
Obviamente, ya no es consciente de la existencia de este mundo; sin
embargo, el hermano Hailey cree que incluso un hombre ahogado sigue existiendo.
Luego, conecta Romanos 9:22,
donde Pablo usa la figura de hombres que son vasijas de ira aptas para la
destrucción y dice: "Una vasija
destruida por la ira de uno ya no es una
vasija, sino una pila de fragmentos".
La palabra "destrucción" (gr.
“apoleia”) sugiere no la pérdida del ser, sino la pérdida del bienestar:
mientras que la vasija ya no existe como vasija, siempre existe en fragmentos,
es decir, está “arruinada”.
LIBRO DE
APOCALIPSIS APOCALIPSIS 14:9-11
Apocalipsis
14:9-11
— "Si alguno adora a la bestia y a su
imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino
de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será
atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el
humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día
ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la
marca de su nombre".
El hermano
Hailey no refuta su argumento anterior sobre el texto, porque es irrefutable.
Leamos:
Debe observarse
que "serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos".
Tormento
(gr. “basanizo”) transmite la idea de tortura, angustia severa y dolor de cuerpo
y mente. El tormento de las langostas "era como tormento de escorpión cuando
hiere al hombre" (Apoc. 9:5); Y aquellos que adoraban a la bestia serían
atormentados con fuego y azufre, y el humo de su tormento ascendería por los
siglos de los siglos (Apoc. 14:10 y sig.). Y ahora el diablo y sus antiguos
ayudantes sufren el tormento del lago de fuego y azufre por los siglos de los
siglos.
Hay muchos que
cuestionan la duración eterna de este tormento, pero estos deben explicar la
enseñanza bíblica. Jesús dijo que en el juicio a los que estaban a su izquierda
se les diría: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles… E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida
eterna" (Mateo
25:41,46).
Tanto el castigo como la vida son eternos. En Apocalipsis se dice de estos dos
grupos que los que están delante del trono "le sirven día y noche" (Apoc.
7:15), y los impíos "no tienen descanso ni de día ni de noche" (Apoc. 14:11), y
que con el diablo son atormentados (Mat. 25:41,46), un tormento "por los siglos
de los siglos… día ni de noche". No hay día allí, porque es "tinieblas de
afuera" (Mateo
22:13;
25:30).
Puesto que el día está en el cielo y la noche en el infierno, y puesto que un
grupo le sirve día y noche mientras que el otro grupo es atormentado noche y
día, se deduce que la noche dura tanto como el día. Pero, como Dios es la luz
del día eterno, el día (y, en consecuencia, la noche) nunca terminará. El
período de este tormento, "por los siglos de los siglos", es el mismo en
duración que Dios, porque Él vive "por los siglos de los siglos" (Apoc. 4:9). Si
hay una aniquilación total del diablo y de los impíos, no se revela" (Comentario
de Apocalipsis, páginas 398-399).
Observe partes
significativas de estas declaraciones:
1.
"Si alguno"
– Hay partes de Apocalipsis que tratan de la destrucción de una nación bajo el
símbolo de la bestia y la ramera. Sin embargo, este contexto trata con el estado
eterno de los individuos que abrazan la idolatría de la nación.
2.
"será
atormentado"
— Ser atormentado requiere necesariamente existencia.
3.
"el humo de su
tormento asciende para siempre"
— La posición del hermano Hailey en su libro hace un cambio muy sutil en la
redacción aquí para explicar la referencia del marco de tiempo
"por los siglos de los siglos".
Se refiere a la declaración de David acerca de "el
humo de las fosas nasales (de Dios) y el
fuego que salió de su boca (que) consumió" (Salmo
18:8). Luego dice: "Es el humo de su
ira que continúa por los siglos de los siglos; Él nunca cambia" (p.175).
Note que la respuesta del hermano Hailey cambia de lo que les está sucediendo a
los adoradores de la bestia a lo que viene de Dios, un cambio que distorsiona
significativamente el significado del texto.
4.
"y no tienen
descanso ni de día ni de noche los que adoran a la bestia".
Para que este lenguaje sea exacto, se requiere EXISTENCIA de los malvados en la
eternidad. No se puede decir de aquellos que ya no existen, que no tienen
descanso ni de día ni de noche.
5.
Esto se dice de
los mismos individuos de los versículos 9 y 10 que adoran a la bestia y sobre
quienes se derrama la ira de Dios. Estos son los mismos que serán atormentados
con fuego y azufre. El lenguaje del ángel no tendría sentido si los que adoran a
la bestia fueran aniquilados a la inexistencia.
Esta es una
sección interesante porque pone al hermano Hailey en desacuerdo con Fudge,
aunque Fudge elogia el libro del hermano Hailey por una "escucha
cuidadosa y honesta", y luego dice:
"Los lectores bendecidos con un espíritu bereano (Hechos
17:10,11) no le darán menos". Tal
vez Fudge no sea tan bendecido, porque el hermano Hailey afirma claramente, no
solo la existencia del mal después de la muerte, sino una existencia continua en
tormento en el Hades, como lo demuestra
Lucas 16:19-31 (páginas 178 y 179). El hermano Hailey dice del relato de
Lucas: "Debe ser visto como
históricamente cierto para las personas conocidas sólo por Jesús y los del reino
invisible. Sin embargo, la verdad es la misma, ambos enseñan la misma lección.
Una de las lecciones aprendidas es que el tormento de los condenados comienza en
el Hades con la muerte del individuo. Se consuma en la resurrección y el juicio
final cuando el individuo es arrojado al lago de fuego, que es la segunda muerte
(Apocalipsis 20:14-15)".
Al explicar
Apocalipsis 21:8, el hermano Hailey dice que se refiere a la muerte espiritual
asociada con los pecados enumerados en el versículo (p.179). Luego, explica la
muerte espiritual haciendo referencia a
Efesios 2:1; Col 2:13-14 -- "Y
él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados"
-- y la mujer que se entrega al placeres "viviendo
está muerta" (1 Timoteo 5:6). Su
conclusión es que la muerte espiritual es la extinción, como será el caso de la
muerte y el Hades, pero esa conclusión no se desprende lógicamente de sus
premisas. Note que el hombre NO ESTÁ EXTINTO cuando está espiritualmente muerto
en pecados, así también, la mujer que se entrega al placer NO HA DEJADO DE
EXISTIR.
La muerte (gr. “thanatos”)
por definición significa "separación". La muerte física es la separación del
cuerpo y el alma (Santiago 2:26)
pero, como afirma el hermano Hailey, el alma sigue existiendo. A diferencia de
lo que sucede con la muerte y el Hades al final de los tiempos, cuyos propósitos
han terminado como el tiempo ha terminado, la segunda muerte no es la extinción,
es la separación eterna de Dios. Y el "lago
de fuego" para los individuos será el tormento y la aflicción de una
existencia consciente.
Si el hermano
Hailey tiene razón y el infierno no es más que un momento de sufrimiento que
termina en la extinción total, entonces el castigo eterno es una fantasía
irrelevante, inventada por el hombre.
Todo aquel que
afirma encontrarse acosado por graves inconsistencias, que eventualmente le
obligan a cuestionar la fuente misma de toda verdad inspirada (que él mismo usa
para defender su posición), con el tiempo, si es lógicamente consistente, negará
la preciada esperanza de la vida eterna. Sin un ancla para su alma queda a la
deriva sin un propósito más noble que la indulgencia egoísta y sin peor
anticipación de castigo por sus errores que, en un momento, ser extinguido a la
inexistencia.