Escoger
Buenos Amigos
Introducción.
A. La selección de amigos puede ser la selección del
destino eterno, porque éstos influyen fuertemente en nuestra vida.
B. Hay mucha presión de parte de “amigos” de que
todos los de su grupo sean iguales, que todos hagan lo mismo, que estén unidos,
que nadie sea diferente.
C. A la mayoría de jóvenes no les gusta ser
“diferentes”; no quieren ser excluidos de su “grupo”. Quieren ser parte del
grupo. Por eso, sienten la fuerza de grupo.
D. Tales “amigos” les ofrecen poder (el poder de
números, el poder de grupo). Prov. 1:12, “los tragaremos vivos”. Prov. 1:13,
“hallaremos riquezas de toda clase; llenaremos nuestras casas de ganancias”.
“Las riquezas atraen muchos amigos… todo hombre es amigo del que da regalos”,
Prov. 19:4, 6.
E. El problema es que para algunos lo que ofrecen
tales “amigos” es más atractivo de lo que los padres y hermanos puedan
ofrecerles.
I. 1 Cor. 15:33, “No os dejéis engañar: Las malas
compañías corrompen las buenas costumbres”.
A. Prov. 1:10, “Hijo mío, si los pecadores te
quisieran persuadir, no lo consientas…15 No andes en el camino de ellos; aparta
tu pie de sus senderos”.
B. Esto ocurre a diario en los ghettos de las
ciudades grandes, pero también ocurre a diario con las pandillas y
narcotraficantes de ciudades no tan grandes.
C. Muchos cometen robo y otros crímenes para
alimentar su adicción.
D. Pero el robar y el usar drogas no son las únicas
tentaciones. Muchos dicen “compremos cerveza, ir por las muchachas y tener
fiesta”.“Vayamos al cine o rentemos vídeos de pornografía y extremada
violencia”. Muchos sólo saben divertirse con “conducta indecente… tonterías…
bromas groseras, cosas que no son apropiadas” (Efes. 5:4).
II. Cuidado de no formar amistad con (o ser
compañeros de) ciertas clases de personas.
A. El necio. “El que anda con los sabios se
hará sabio, pero el que se junta con los necios será quebrantado”, Prov. 13:20.
“Apártate del hombre necio, porque en él no encontrarás los labios del saber”,
Prov. 14:7.
1. ¿Quién es el necio? “Dijo el necio en su corazón:
"No hay Dios,” Salmo 14:1.
2. Sin embargo, muchos no lo dicen con la
boca, pero con sus acciones dicen que Dios no tiene parte alguna en su
vida (como si no existiera).
B. El iracundo. “No hagas amistad con el
iracundo, ni tengas tratos con el violento, no sea que aprendas sus maneras y
pongas una trampa para tu propia vida,” Prov. 22:24, 25.
1. No se trata del individuo que se enoja por causa
legítima (aun Jesús se enojó, Mar. 3:5), sino de la persona que no tiene
control sobre su enojo. Da rienda suelta a su enojo.
2. “El de espíritu apresurado hace resaltar
la insensatez“, Prov. 14:29; “El hombre iracundo suscita contiendas, pero el
lento para la ira apacigua contiendas”, Prov. 15:18.
3. Por eso, cuando se da cuenta que alguna persona
es así, deje de asociarse con él o ella.
C. Borrachos, glotones, perezosos. “No estés
con los bebedores de vino, ni con los comilones de carne...
el dormitar hará vestir harapos”, Prov. 23:20, 21.
1. Las tres cosas se encuentran juntas… describen la
vida de una persona carnal, sin dominio propio, sin ambición sana… que está
cometiendo suicidio lento.
2. El cristiano cuida su cuerpo (1 Cor. 6:19). No
fuma, no toma, no usa drogas, no come con exceso, es industrioso; por eso
no tiene nada en común con estas tres cosas.
D. Los que enseñan caminos pecaminosos. “Hijo
mío, deja de atender la enseñanza que te hace desviar de las palabras del
conocimiento”, Prov. 19:27.
1 Cor. 15:33 enseña que no debemos asociarnos con falsos
maestros (como aquellos en Corinto que negaban la resurrección).
E. “¿No sabéis que la amistad con el mundo es
enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se
constituye enemigo de Dios”, Sant. 4:4.
III. ¿Por qué no formar amistades con tales personas?
A. Por el peligro de que se aprenda sus
caminos. “No entres en el sendero de los impíos, ni pongas tu pie en el
camino de los malos. Evítalo; no pases por Él. Apártate de Él; pasa de
largo...Porque ellos no duermen si no han hecho mal; pierden el sueño si no han
hecho caer a alguno. Pues comen pan de impiedad, y beben vino de violencia.”
Prov. 4:14-17.
B. Algunos dicen, “No, eso no me afecta. Yo nunca
haría como ellos.” ¿Qué no? Entonces, ¿por qué le gusta asociarse con ellos? “El
que vive con cojos aprende a cojear”.
“El que corre con lobos aprende a aullar”. “El que se acuesta con perros
se levanta con pulgas”.
C.
Por el peligro de sufrir daño y aun destruirse... “El que anda con sabios,
sabio será; pero el que se junta con necios será quebrantado”, Prov. 13:20. Hay
consecuencias pesadas en esta vida. Fumar, tomar, usar drogas, pelear, robar.
Hay que sufrir las consecuencias.
D. Para no avergonzar a sus padres. “El que
guarda la ley es hijo inteligente, pero el que se junta con glotones avergüenza
a su padre,” Prov. 28:7. Aléjense de los que se alejan de Dios. Apártense de los
que se apartan de Dios. Sean compañeros de los que aman y sirven a Dios.
IV. Escoger amigos buenos.
A. Aquellos que temen a Dios. “Compañero soy
yo de todos los que te temen y guardan tus ordenanzas,” Salmo 119:63. A veces
parece que algunos hermanos dicen, “Primero que todo, soy compañero de mi
familia, aunque inconversa, y luego de los que temen a Dios.”
1. Si los miembros de la iglesia forman lazos muy
fuertes con familiares inconversos, están en peligro de dar prioridad a ellos y
aun caer bajo su influencia mundana.
2. Mat. 10:37, “El que ama a padre o a madre más que
a mí no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí no es digno de
mí”. ¿No asistir el domingo en ninguna parte para poder estar con ellos?
Mat 6:33?
B. Seamos amigos de los hijos de Dios. Buscar su
compañerismo para la obra del Señor, para actividades sociales, la diversión, en
todo. Estaremos con ellos en el cielo.
“Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno
por nombre”, 3 Juan 14. Al decir “amigos” Juan habla de los hermanos en Cristo.
C. “El hombre de {muchos} amigos se arruina, pero
hay amigo más unido que un hermano”, Prov. 18:24. Recuerde el ejemplo de
David y Jonatán. 1 Sam. 18:1, “el alma de Jonatán se quedó ligada a la de
David, y Jonatán le amó como a sí mismo”.
V. ¿Cómo debemos tratar a los buenos amigos para mantener
la buena amistad y no perderlos?
A. No olvidarlos. Prov. 27:10, “No abandones
a tu amigo ni al amigo de tu padre”. Esto se refiere a los amigos de años, bien
conocidos y estimados.
B. La constancia. “En todo tiempo ama el
amigo”, Prov. 17:17. Que no seamos amigos nada más de “buen tiempo” (“amigos” de
pura conveniencia). La segunda parte del versículo dice, “y el hermano nace para
el tiempo de angustia”. Comparte el gozo y la tristeza con amigos de confianza.
Los “amigos” de Job no eran muy constantes. Les dijo, “consoladores gravosos
sois todos vosotros”, 16:2. ¿Qué tal aquel que no quería levantarse a medianoche
para prestar pan a su “amigo” para la visita (Luc. 11:5-7). Su amistad era una
de pura conveniencia. Salmo 41:9, “Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, el
que de mi pan comía, contra mí ha levantado su calcañar” (Juan 13:18). ¿Cuántos
son amigos de esta clase?
C. No perderlos. “Lo que es deseable en un hombre es
su bondad”, Prov. 19:22. Tiene gentileza, es paciente y compasivo con las fallas
de otros.
D. Con franqueza. No esconde la verdad cuando
conviene hablarla. “Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos
del enemigo”, Prov. 27:6.
E. Dispuesto a morir por ellos. “Nadie tiene mayor
amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos”, Juan 15:13. Esta es la
prueba de la amistad.
Conclusión.
A. Jesús era “amigo de los… pecadores” (Mat. 11:19),
pero no se asociaba con ellos para participar de sus malos hechos, sino para
enseñarles y para salvarles.
B. Debemos imitar a Cornelio. “Cornelio los estaba
esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos” para oír la
predicación del evangelio, Hech. 10:24.
C. Somos amigos de Jesús si le obedecemos. “Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”, Juan 15:14.
D. ¿Quiere ser “amigo de Dios”? “Ves que la fe (de
Abraham) actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las
obras... Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue
contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios”, Sant. 2:22, 23