LA VIUDA QUE PERSISTIÓ
Lucas 18:1-8
EL AMIGO
QUE PIDE PAN A MEDIA NOCHE, Lucas 11:5-8
LA
CANANEA QUE RUEGA POR SU HIJA ENDEMONIADA, Mat15:21-28
Lucas 18:1
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar, (por
causa de no obtener respuesta inmediata de Dios) – El capítulo anterior y los
que siguen apuntan hacia aflicciones y persecuciones para los discípulos de
Jesús. Por eso, deben estar listos a persistir en la oración sin desmayar. 1
Tes. 5:17; 1 Pet. 5:7. Muchos hijos de Dios desmayan por no orar con toda
sinceridad y persistencia.
18:2 diciendo: Había
en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3
Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía (tiempo
imperfecto, venía repetidas veces) a él, diciendo: Hazme justicia (“de
proteger a alguien de otro”, A.T. Robertson) de mi adversario. – La
Biblia habla mucho de viudas (1 Reyes 17, la viuda que sustentó a Elías; Luc.
7:11-15, la viuda de Naín cuyo hijo murió y fue resucitado por Jesús; Mar.
12:41-44, la viuda que echó a la ofrenda todo lo que tenía; 1 Tim. 5,
instrucciones en cuanto al cuidado de viudas; Sant. 1:27, la religión pura
requiere el cuidado de viudas y huérfanos. Dios es el Defensor de ellas.
18:4 Y él no quiso (“Tiempo
imperfecto de denegación continuada”, ATR) por algún tiempo; pero después de
esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, -- Era
totalmente irreverente hacia Dios e indiferente hacia la opinión popular. Los
hombres mundanos se jactan de su infidelidad. Para muchos mundanos todo lo que
pertenece a Dios es broma. En esta condición van rápidamente y con mucha risa
hacia el juicio.
18:5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no
sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. – Luc.
11:5-13; Gén. 18:23-33; Mat. 15:27, 28. Aunque ella hubiera querido, no podía
“comprarle”; siendo indefensa no podía amenazarlo; no podía o no aceptaba que
otra persona la representara; no era intimidada por el juez, sino que le hizo
saber repetidas veces lo que necesitaba; no dejó de pedir cuando el juez no le
hizo caso. ¡Qué buen ejemplo de la importunidad! La importunidad era su única
arma y la usaba sin desmayar. ¿Hasta cuándo habría persistido? ¡Hasta lograr
su propósito!
El juez injusto y la viuda.
Este juez no temía ni a Dios ni al hombre; era hombre de corazón duro,
empedernido. A él no le importaba lo que la gente pensara de él. La viuda se
presenta en la Biblia como digna de mucha compasión, pues era pobre, indefensa,
destituida, víctima de toda clase de injusticia (Mar. 12:40). La ley de Moisés
requería que el pueblo de Israel se preocupara por ellas (Ex. 22:22; Deut.
10:18).También la ley de Cristo (1 Tim. 5; Sant. 1:27).
Había tres maneras de tratar con esta clase de juez: el soborno, el intimidar o
el rogar. La viuda no podía utilizar los primeros dos medios; le quedaba
solamente el rogar como su único recurso y lo practicó al máximo. Lo hizo porque
estaba desesperada. Imagínese el cuadro: le rogaba dondequiera que lo
encontrara, en el tribunal, en el camino, en reuniones sociales o en su casa. El
simplemente no la podía escapar.
Por último, y para su propio bien, para encontrar alivio para sí mismo, le
concedió lo que le pedía, porque esto fue el único medio de escapar de su
persistencia en molestarlo. “Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea
que viniendo de continuo, me agote la paciencia”.
18:6 Y dijo el Señor:
Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a
sus escogidos, (los
cristianos, los que obedecen al evangelio) que claman a él día y noche? ¿Se
tardará en responderles? – Mejor como dice la Versión Valera 1990, “¿aunque
parezca demorar en defenderlos?” También La Biblia de Las Américas dice en el
margen: “noche, y no obstante es muy paciente en cuanto a ellos?”; “y será
paciente con ellos?” (FL); “Probablemente KAI significa
aquí ‘Y con todo’, como frecuentemente sucede (Jn. 9:30; 16:32, etc.) Dios se
toma tiempo en emprender venganza a favor de su pueblo, pero no por
indiferencia, sino por paciente longanimidad” (A. T. Robertson). MV concuerda
con esto también.
18:8 Os digo que pronto les hará justicia. – Los
escogidos que claman a Dios son los cristianos que son perseguidos por causa de
Cristo (Mat. 5:10-12; 1 Ped. 3:12; Apoc. 6:9, 10). La palabra “pronto” ha de
entenderse de acuerdo a los pensamientos de Dios (Isa. 55:8, 9: 2 Ped. 3:9).
Tenemos la plena seguridad que Dios “hará justicia a sus escogidos”, pero será
en el tiempo que El escoja. Los judíos que eran perseguidores de la iglesia
fueron castigados severamente cuando en el año 70 del primer siglo los romanos
destruyeron su ciudad. En cuanto a los perseguidores romanos, “Lactancio
tiene veinte páginas de las más interesantes discusiones de los terribles
castigos, juicios y miserias que sufrieron los famosos perseguidores de la
iglesia, dando los detalles de lo que sucedió con Nerón, Domiciano, Decio,
Valeriano, Aureliano, Diocleciano, etc” (JBC).
EL AMIGO
QUE PIDE PAN A MEDIA NOCHE.
Lucas 11:5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que
tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle
delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me
molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo
levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a
dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le
dará todo lo que necesite. –
Luc. 18:1-8 narra una parábola gemela, las dos enseñando la necesidad de la
persistencia (importunidad) al orar a Dios. Luc. 18:1, “ También les
refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”. 1
Tes. 5:17, “orad sin cesar”.
El amigo a medianoche. Probablemente el amigo que llegó a
medianoche viajaba de noche para escapar el calor del sol. Su llegada no era
nada esperada. No había comida en la casa, pero la hospitalidad era y es
sagrada; los más pobres comparten su pan con huéspedes. Entonces ¿qué hacer? Ir
con el amigo vecino para pedirle pan, pero éste responde, “No me molestes”.
Muchas casas eran de un solo cuarto que estaba todo oscuro, los niños dormían en
el piso, se batallaba aun para abrir la puerta. Si se levantaba tendría que
buscar una antorcha y algo con que prenderla, despertaría a los niños y algunos
estarían llorando. En fin, sería mucha molestia.
Pero el caso era urgente. La hospitalidad es sagrada. No podría volver
avergonzado a casa con manos vacías. Tenía que obtener pan. No podía ser tímido.
Por eso, persistió. Seguía golpeando la puerta hasta que su “amigo” le diera
pan.
¿Cuál es la lección para nosotros? El vecino dormido no quería ser
molestado pero al hablar de Dios, dice el Salmo 121:3, “Ni se dormirá el que te
guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a
Israel”. Sal. 34:15, “Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos
sus oídos al clamor de ellos” (1 Ped. 3:12). Rom. 8:32, “El que no escatimó ni a
su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas?”
En estas parábolas Jesús razona desde lo menor a lo mayor, desde lo peor a lo
mayor. Si aun los hombres más malos – un “amigo” que no se portaba como amigo, o
un juez de corazón duro -- saben dar cosas buenas a otros, ¿cuánto más vuestro
Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Mat. 7:11,
“¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le
pidan?”)
LA
CANANEA QUE PIDE POR SU HIJA ENDEMONIADA
Mateo
15:21-28,
Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. – “Los
celos de Herodes (14:1s), la hostilidad de los fariseos (12:14; 15:1,12; también
4:12; Juan 43:1-3), y las ideas fanáticas de las masas (Juan 6:15) aun obligaban
a Jesús a retirarse de Galilea, como antes en 14:13” (JABurton). Esta es la
primera vez que salió de Palestina para andar en un país extranjero. Algunos
suponen que no salió de Palestina, pero Mar. 7:31 dice, “31 Volviendo a
salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la
región de Decápolis”. Mar. 7, “24 Levantándose de allí, se fue a la región
de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese”.
Jesús no entró en Tiro y Sidón para predicar, sino porque quería tener tiempo
para relajarse y descansar de las actividades de las semanas pasadas en Galilea.
Sin embargo, Marcos añade la frase, “pero no pudo esconderse” (“no pudo quedar
oculto”, FL). Le sobró fama (Mat. 4:24), y aun allí lo conocían.
15:22 -- Y he aquí una mujer cananea (Mar. 7, “25 cuya hija tenía un espíritu
inmundo, luego que oyó de él ... 26 La mujer era griega, y
sirofenicia de nación; que había salido de aquella región;)
clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, (9:27;
12:23; 20:30; 21:9, 15; este nombre equivale a Mesías. Ella tenía mucha fe en
Cristo, v. 28) ten misericordia de mí! Mi hija (hijita, Mar. 7:25, Versión
Moderna) es gravemente (terriblemente, WEVine) atormentada por un demonio
(muy endemoniada). – Dijo, “ten misericordia de mí”, pero en realidad pedía
por su hija; una madre fiel sufre cuando sus hijos sufren. “Hace suyo propio el
caso de su hija” (JABurton); “Hizo del problema de su hija el suyo
propio” (ATRobertson). Como esta madre y su hija fueron inseparables, así
también deben ser los discípulos de Cristo. Los demonios atormentaban a sus
víctimas física y mentalmente, pero no podían hacerles pecar. Eran imparciales,
pues en este caso estaba atormentando a una niña gentil.
15:23 Pero Jesús no le respondió palabra. – ¿Por
qué la demora en responderle? Compárese 9, “27 Pasando Jesús de allí, le
siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros,
Hijo de David! 28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y
Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho”. Que
sepamos Jesús no dijo nada a estos dos ciegos en el camino. Después, “llegado a
la casa”, les hizo caso y abrió sus ojos. Jn. 6, “5 Cuando alzó Jesús los
ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde
compraremos pan para que coman éstos? 6 Pero esto decía para
probarle; porque él sabía lo que había de hacer”. Jn 11:6, 15. Jesús
probaba la fe de la gente, y dejaba que la fe madurara y se refinara. En este
caso dejó que la fe de esta mujer se expresara. Si Jesús hubiera sanado su hija
inmediatamente, no habríamos tenido la hermosa expresión de humildad y fe de los
vv. 26, 27. “El silencio de Dios nunca debe ser interpretado como indicación de
que El no está dispuesto a contestar nuestras oraciones. Aun cuando El calla,
posiblemente esté arreglando la misma respuesta que deseamos. Su silencio puede
indicar su deseo de que nosotros aprendamos la disciplina de la oración paciente
y el esperar humilde. Dios contesta nuestras oraciones pero tal vez no lo hace
de acuerdo al programa de tiempo que tratamos de imponer sobre El” (HFowler);
“El efecto fue desarrollar, esforzar, y manifestar su fe” (JABurtton). Entonces
acercándose sus discípulos (probablemente los doce), le rogaron,
diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Sin duda Jesús ya sabía lo
que iba a hacer (como en los textos citados arriba), pero los apóstoles no
comprendían nada de eso. Tal vez ellos dicen esto en base a que “Jesús no le
respondía palabra”. Al principio Jesús “no le respondió palabra”, pero no
la despidió.
15:24 El respondiendo (a
sus discípulos), dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa
de Israel. – En varios textos el pueblo de Israel se llama el rebaño de
Dios, Sal. 79:13; 1 Reyes 22:17; Ezeq. 34:1sig. El ministerio personal de Cristo
en la tierra era para los judíos, Mat. 10:5, 6; Rom. 1:16. Jesús no vino
al mundo para predicar a todas las naciones. Ese ministerio sería llevado a cabo
por los apóstoles después (28:19). Jesús nació, vivió, trabajó y sufrió entre
los de su propia nación, los judíos, pero al mismo tiempo estaba entrenando a
los apóstoles para que trabajaran entre todas las naciones. Dijo claramente a
los judíos que tenía “otras ovejas que no son de este redil”; se refiere a los
gentiles. Jn. 10, “16 También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
Pero como Juan dice, Jn. 1, “11 A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron” aunque El trabajó casi exclusivamente entre ellos. ¿Cuánto más lo
habrían rechazado si hubiera trabajado igualmente entre los gentiles?
15:25 -- Entonces ella vino y se postró ante él, (era
mujer muy humilde; adoró a Cristo, véase 14:33, notas) diciendo: ¡Señor,
socórreme! (Este es otro ejemplo de la importunidad -- perseverar en
oración -- enseñada por Jesús en Luc. 11:5-8; 18:1-8. En tales casos de
importunidad vemos la diferencia entre la verdadera oración que agrada a Dios y
la oración como mera formalidad. Sea en privado o sea en la reunión de la
iglesia, si vamos a “tener oración”, nos conviene orar – la expresión
sincera y ferviente del corazón -- y no simplemente “decir una oración”.
Esta mujer bien sabía que Cristo era su única esperanza y nosotros ¿que?
¿tenemos otra?). 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de
los hijos, y echarlo a los perrillos. (Jesús no dice “perros” como en 7:6,
sino que usa la forma diminutiva, “perrillos”, animal de casa, mascota. Jesús no
compartió el prejuicio de los judíos contra los gentiles como se puede ver en
8:10-12; Luc. 4:25, 26) 27 Y ella dijo: Sí, Señor (debemos siempre estar
de acuerdo con el Señor no importa lo que nos diga); pero aun los perrillos
(debajo de la mesa, Mar. 7:28) comen de las migajas que caen de la mesa de sus
amos (aun durante la comida. Ella aceptó que Jesús fue enviado a los judíos,
pero aunque estaba sumisa a lo que El decía, buscaba otra verdad, otro aspecto
de su voluntad para seguir apelando a El por su hija. Por eso, su argumento fue
que aun durante su ministerio a los judíos, podría dar “migajas” a un pobre
gentil. Esta mujer era humilde pero también muy lista. Al decir
“perrillo” Jesús “le dio a la mujer un asidero argumentativo lo cual ella no
demoró en agarrar” (JWMcGarvey). Ella no manifestó resentimiento ni preguntó,
“¿por qué”. No negó lo que Jesús dijo, pero simplemente aprovechó esta buena
oportunidad para expresar su humildad y fe. ¿Por qué no se ofendió ella? ¿Por
qué no dijo como muchos dicen en semejante caso, “Muy bien, si no quiere
ayudarme y sólo quiere insultarme, es cosa suya, ya me voy”? Porque esta mujer
no era egoísta, sino que amaba a su hija fervientemente y por esa razón tuvo un
propósito firme y singular: quería de todo corazón que Jesús sanara a mi hija;
por esa razón persistió.
15:28 -- Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; (8:10,
“ni aun en Israel he hallado tanta fe” como la del centurión, un gentil; aquí en
esta mujer Jesús encuentra otro caso de una fe excepcional, y otra vez en un
gentil. La fe de esta mujer venció varios obstáculos: los discípulos dicen,
“despídela”; Jesús no le hizo caso; luego dio respuesta negativa. Hablaba con
Jesús como Jacob hablaba al ángel: Gén. 32, “26 No te dejaré, si no me
bendices”. “El mundo está siempre admirando y alabando la grandeza, pero la de
inteligencia o imaginación, la de ambición o fuerza de carácter, hermosura o
amabilidad, la de erudición o descubrimientos, posesiones o conquistas; aquí
tenemos la más noble alabanza de la más verdadera grandeza” (JABurton). “La fe
puede hallar ánimo aun en lo que es desalentador, y acercarse a Dios cogiendo la
mano que se extiende para retirarla” (MHenry).
-- hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. (8:13;
9:22).
Estos son textos que dan énfasis a la importancia de
persistir en oración, de orar sin desmayar, de orar “sin cesar”.
En los tres ejemplos se hacen peticiones a hombres que se
molestan y no son nada compasivos. Ellos se ponen en contraste con Dios quien
desea y nos enseña a persistir en oraciones.