Levítico 5

 

      5:1 -- "Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, el llevará su pecado".

      A. Aunque vio o supo, no quiso testi­ficar, tal vez por temor, o por no con­denar al amigo o pariente, o por otra causa.

      B. Esto es pecado porque tal persona suprime la verdad. Dios ama la justicia, y quiere que el crimen y el pecado se corri­jan. No quiere que nadie ponga obstáculo o que estorbe el proceso de la justicia, para condenar al culpable o para vindicar al inocente. Dios ama la verdad; exige que con valor y sin vergüenza digamos la ver­dad, toda la verdad, y solamente la ver­dad. No hay nada en el evangelio que con­tradiga esta ley; la justicia es indispensable para que nuestra nación, o la que sea, siga en pie. La mentira, el engaño, la injusticia destruyen la nación. El libro de Proverbios contiene muchas admoniciones sobre el tema de la justicia y rectitud, hacia el prójimo, en asuntos de comercio, asuntos legales, etc. (Compárense Prov. 11:1, 18; 12:10; 1:3.)

      C. Lev. 20:4, 5, "Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de aquel varón que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su fa­milia, y le cortaré de entre su pueblo ..."

      D. Prov. 29:24, "El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; pues oye la im­precación y no dice nada".

      E. Aunque Jesús no contestó las blas­femias de los judíos, cuando fue conjurado por el sumo sacerdote, sí respondió. "Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican és­tos contra ti? Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo", Mat. 26:62-64.

      -- "llevará su pecado", es decir, sufrirá las consecuencias. Gén. 4:13, "Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado". La expresión "llevar su pecado" casi siempre significa "muerte". 10:1, 2, la muerte; 22:9, la muerte; 24:15, 16, la muerte; 20:3-5, la muerte"; 20:20, 21, "morirán sin hijos".

      5:2 -- "Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver de bestia inmunda ... será in­munda".

      A. Para entender la razón de por qué fue tan serio tocar cadáveres es necesario conectar las ideas de muerte y pecado. El pecado es la causa de toda muerte en el mundo. La corrupción del cuerpo muerto es la consecuencia del pecado; es la terri­ble cosecha de la cual Pablo habla en Gál. 6:8.

      B. El libro de Levítico abunda en refe­rencias a cosas inmundas y a toda clase de inmundicia. El tema central es "Sed san­tos" o sea, separados de toda inmundicia.

      5:3 -- "O si tocare inmundicia de hom­bre". Este tema se presenta en el capítulo 15.

      5:4 -- "O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien ... será culpable ..."

      A. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, Dios con­dena severamente el jurar "a la ligera". El juramento es algo sagrado, algo muy serio. No nos conviene nunca jurar ligeramente. El nombre de Dios no debe ser pro­fanado.

      B. Mat. 5:33-37; 23:16-22 son las pa­labras de Jesús sobre el tema.

          1. A los judíos les gustaba jurar pero no les gustaba cumplir con su juramento. Querían respaldar sus dichos con una es­pecie de juramento, pero también querían salidas para no tener que cumplir la pa­labra. Aparte de jurar falsamente en el nombre de Dios, también tenían otra práctica que Jesús denunció: juraron por el cielo, por Jerusalén, o por sus propias cabezas, creyendo que tales juramentos añadían fuerza a sus palabras, pero que no les obligaban a cumplir como si hu­biesen jurado en el nombre de Dios. Además (según vemos en Mat. 23:16-22) les gustaba hacer distinciones entre los ju­ramentos por el templo y el oro del templo, por el altar y la ofrenda. Dice Jesús que todas estas cosas tienen importancia solamente porque están relacionadas con Dios. Jesús condena esta práctica y dice que es hipocresía. En primer lugar, el juramento no debe usarse en la conversación diaria; que se diga "sí" o "no" y que el carácter sea el apoyo de la palabra.

          2. Dice Deut. 6:13, "A Jehová tu Dios temerás, y a él sólo servirás, y por su nombre jurarás". Véase también 10:20. El énfasis en el Antiguo Testamento sobre el asunto de jurar, como aquí en estos textos, es que Jehová "es el objeto de tu ala­banza, y El es tu Dios", y no los dioses ajenos (los ídolos); es decir, el pueblo de­bería jurar por el nombre de Dios y no por los ídolos, los dioses falsos.

      C. La palabra "juramento" significa (según Larousse) "afirmación o negación de una cosa que se hace tomando por testigo a Dios". Cualquier afirma­ción o negación hecha es juramento si se invoca el nombre de Dios.

          1. Pablo invocó el nombre de Dios varias veces para apoyar sus afirmaciones solemnes. Según el juicio de Pablo (y el Es­píritu Santo) fue necesario hacerlo. Rom. 1:9; 2 Cor. 11:31; Gál 1:20. Cristo Mismo, bajo juramento, confesó que El era el Hijo de Dios, Mat. 26:63, 64.

          2. Entonces, ¿por qué dice Jesús "No juréis en ninguna manera"?

                   a. Cuando El dice "en ninguna manera", explica las "maneras" conde­nadas, es decir, el juramento a la ligera, o sea el juramento de hipocresía. Lo mismo en Mat. 23:16-22, El da la explicación de su prohibición.

                   b. Compárense los textos dónde Jesús instruye a los doce para su misión a las ovejas perdidas de la casa de Israel. En Luc. 9:3 dice "No toméis nada para el camino". Pero entendemos que con­viene leer todo el texto en Mat. 10:9, 10; Mar. 6:8-10 y Luc. 9:3, 4 para entender exactamente de qué se trata.

                   c. También Rom. 13:7, "Pagad a todos lo que debéis". Si alguien afirma que el cristiano debe al gobierno el servicio de llevar armas para matar a los enemi­gos, léase lo que Pablo dice: "al que tri­buto, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra" (la sujeción).

          3. Algunos hermanos creen que al decir “yo afirmo” en lugar de decir “yo juro” están bien, pero el decir "yo afirmo" en lugar de decir "yo juro" no cambia nada, porque como dice Larousse, el juramento consiste en usar el nombre de Dios. Si uno dice "yo afirmo" y luego concluye su afirmación o negación haciendo referencia a Dios, en eso juró.

          4. El juramento legítimo se requería en el Antiguo Testamento y no se prohibe en el Nuevo Testamento. Toda la con­fusión existe sencillamente por no definir la palabra "jurar" o "juramento".

 

      5:5 -- "Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó".

      A. La confesión de pecados siempre se ha requerido en toda dispensación. En­contramos varias veces en la Biblia la ex­presión, "Yo he pecado".

      B. Mat. 3:6, "y eran bautizados por él (Juan) en el Jordán, confesando sus peca­dos". Luc. 18:13, "Mas el publicano, es­tando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, di­ciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador". Sant. 5:16, "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros". 1 Jn. 1:9, "Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".

      C. Nótese: "confesará aquello en que pecó". Debe confesar clara y precisa­mente la cosa en que pecó. Núm. 5:7, "confesará el pecado que cometió". David dijo, "Pequé contra Jehová" sin nombrar su pecado, pero los pecados que él cometió eran conocidos.

 

      5:7 -- "Y si no tuviere lo suficiente ..." El Señor no espera lo imposible del pobre pero sí espera que él haga conforme a su poder. El hombre más pobre tenía que traer algo para la expiación de sus peca­dos.

 

      5:11 -- "la décima parte de una efa de flor de harina para expiación". Todo el mundo, sin excepción alguna, puede obtener la expiación de sus pecados. Dios la pone al alcance de todos.

 

      5:15 -- "Cuando alguna persona cometiere falta". La palabra "ashan" ("cometiere falta") enfatiza el daño he­cho por el transgresor mientras que la palabra "pecare" enfatiza el pecado mismo. La diferencia principal entre las dos cosas era la restitución requerida cuando se cometía falta (6:4, 5). (Véase "Observación" al fin del capí­tulo).

      -- "un carnero", el único animal acep­table para esto (ver. 18; 6:6). El carnero es un animal costoso, de más valor que la oveja o cordero y mucho más costoso que la tórtola o el palomino. El pecado cuesta, y aún más cuando otras per­sonas se afectan. Pero aun así no se re­quería el becerro (que sería imposible para algunos).

 

      5:16 -- "y pagará" primero. Se hace la restitución antes de la expiación.

      -- "se añadirá a ello la quinta parte". Hubo cierta ganancia para él durante el tiempo que lo tenía o usaba; por eso se pagaba la quinta parte como interés. En las cosas que pertenecían a Dios el pago fue hecho a los sacerdotes (5:16), y en las que pertenecían a los hombres, a ellos mismos (6:5).

 

      5:18 -- "le hará expiación". La sangre fue rociada sobre el altar del holocausto (7:2), la grosura fue quemada allí (7:5) y el resto de la carne fue comida por los sacerdotes (7:6).

 

      5:19 -- "Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová" aunque fuera pecado "por yerro". Era perdonable pero no por eso habían de creer que Dios no le haría caso. El hecho de que Dios tiene misericordia y está dispuesto a per­donarnos no quiere decir que El pasará por alto nuestros pecados. Muchos no reconocen esta ver­dad. Dice Ex. 34:6, 7, "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y ver­dad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que ningún modo tendrá por inocente al malvado".  Véase Hech. 17:30, 31. Es muy cierto que Dios perdona, tiene compasión y tiene misericordia, pero esto no quiere decir que, por eso, el hombre puede ser indife­rente y que puede seguir en pecado. Dios no perdona al pecador en sus peca­dos.

      Observación. Es muy difícil distinguir entre los pecados referidos en 5:14-6:7 y los de 4:1 - 5:13. La diferencia más obvia es el asunto de la restitución (5:15). El sacrificio "por la culpa" tenía que ver con pecados que violaron los derechos de al­guien: 5:15, "en las cosas santas de Je­hová" (los derechos de Dios); 6:1-7, los derechos del prójimo; Núm. 5:5-8 habla del "daño", "indemnización del agravio"; Lev. 19:20-22, "Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere rescatada, ni le hu­biere sido dada libertad ..." Es caso de vio­lar los derechos del prójimo y se menciona aparte de los textos que hablan del adulte­rio; Lev. 14:12, el caso del leproso es aun más difícil; si la idea de "derechos" cabe aquí también, entonces trata acerca de los derechos del leproso mismo que fueron todos perdidos al afligirse con la lepra. Lo mismo en Núm. 6:12 cuando el nazareo fue contaminado por el contacto con un cadáver. En todos estos casos es evidente que la satisfacción se hace y que ciertos derechos se restauran. (Véase Keil & Delitzsch, Vol. II, págs. 313-317.)

      Lo que se afirmó acerca de "yerro" se aplica aquí también. El sacrificio por la culpa servía solamente en los casos de esta categoría (5:15, 17, 18).

 

 

Al Estudio Anterior: Notas sobre Levítico - Capítulo 4
Comentarios Index
Al Siguiente Estudio: Notas sobre Levítico - Capítulo 6