Hechos 7

 

Introducción.

          A. Las acusaciones contra Esteban fueron serias: que "le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios" (6:11); que "no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés" (6:13, 14). Esteban sabía que este mismo concilio había usado la acusación de blasfemia para condenar a Jesús y, sin duda, él sabía que ya estaban resueltos a apedrearle.

          B. Este capítulo es la defensa de Esteban, un hombre lleno del Espíritu Santo y de gracia, sabiduría y poder. No contesta directamente la acusación de blasfemia, pero refuta las acusaciones contra él al demostrar su respeto por Dios, por Moisés y la ley de Moisés, y por el templo. Presenta un resumen de la historia del pueblo de Dios con el propósito de ilustrar que todo hombre enviado por Dios a la nación fue rechazado y maltratado, y concluye afirmando que el concilio actual había tratado a Jesucristo de la misma manera que su padres habían tratado a Moisés y los profetas.

          ¿Cuál fue el propósito de este largo discurso? La respuesta se encuentra en el ver. 51: "Como vuestros padres, así también vosotros". Eran padres e hijos (imitadores). La rebelión de "vuestros padres" y la rebelión de "vosotros" son exactamente paralelas. La rebelión de "vosotros" se reflejaba perfectamente en esta historia de la rebelión de "vuestros padres". El pasado (lo que Esteban contó) fue un espejo claro del presente.

          C. Es el sermón más largo del libro de Hechos pero ninguna palabra sobra. Esteban, inspirado por el Espíritu Santo, juzgaba necesario contar brevemente toda esta historia de Israel para establecer la base para sus conclusiones.

          D. Al estudiar o enseñar este capítulo no conviene que el estudiante o la clase se detenga demasiado con los detalles de la historia presentada por Esteban, a menos que este relato se estudie con el propósito de compararlo con la historia del Antiguo Testamento. Al estudiarlo en su contexto es importante buscar la conexión entre las acusaciones hechas contra Esteban y su defensa.

          E. Los racionalistas (los que rechazan la inspiración de las Escrituras) dicen que Esteban cometió algunos errores en su relato de datos históricos, pero los del concilio conocían perfectamente la historia de su nación, y si Esteban hubiera dado información incorrecta pro­bablemente lo habrían interrumpido, pero, que sepamos, no lo hicieron. Es importante recordar que los judíos no solamente usaban las Escrituras hebreas, sino también la versión Septuaginta (versión griega del Antiguo Testamento), frecuentemente citada por Jesús, los apóstoles y, desde luego, todos los helenistas como Esteban. También los escritores y oradores del Nuevo Testamento a veces citan información de otras fuentes, y aunque éstas no sean inspiradas, sin embargo, los hombres inspirados citan solamente la información que es verídica. (Por ejemplo, Judas 9, 14; 2 Tim. 3:8; etcétera). Por eso las supuestas "discrepancias" no son verdaderas sino solamente imaginarias. (Las explicaciones de algunos aparentes conflictos en este capítulo vienen del comentario de J. W. McGarvey quien dedicó mucho tiempo y esfuerzo al estudio de las evidencias de la inspiración de las Escrituras).

 

7:1 -- El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así? -- Por lo menos le concedieron a Esteban el derecho de defenderse.

 

7:2, 3 -- Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: -- Aunque las acusaciones no tenían base y eran completamente absurdas, Esteban les habla con todo respeto.

          -- El Dios de la gloria -- Un blasfemador no hubiera hablado de esta manera. A través de todo el discurso Esteban habla con toda reverencia de Dios, del pueblo de Dios, de Moisés, de la ley de Moisés, y del templo. Cita Ex. 3:6, "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob". También habla con todo respeto acerca de la promesa de Dios a Abraham (ver. 17), dice que "Dios estaba con" José (ver. 9), que Moisés "fue agradable a Dios" (ver. 20) y "que el Altísimo no habita en templos hechos de mano" (ver. 48).

          -- apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. -- Esteban empieza su discurso hablando de Abraham, Isaac y Jacob y le escucharon porque nunca se cansaron de oír esta historia. Al principio del discurso no sospecharon que ellos mismos serían los acusados (7:51, 52).

          Los racionalistas (los que rechazan la revelación y, por eso, buscan "aparentes" contradicciones en la Biblia) dicen que esto contradice Gén. 12:1-4 que dice que esto ocurrió en Harán, pero salió Taré, el padre de Abram, de Ur de los caldeos -- llevando consigo a Abram y otros -- para ir a la tierra de Canaán, y vinieron hasta Harán (Gén. 11:31). ¿Por qué? Obviamente fue como Esteban lo explicó.

 

7:4 -- Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. -- Dicen los racionalistas que ésta es la segunda contradicción de Esteban. Se dice que Abraham nació cuando su padre tenía70 años de edad (Gén. 11:26); que salió de Harán cuando él mismo tenía 75 años de edad (según esto la edad de su padre sería 145 años); y puesto que Taré llegó a la edad de 205 años (Gén. 11.32) entonces vivió 60 años después de que Abraham salió de Harán, en lugar de morir (como Esteban dice) antes de que saliera. Pero estos cálculos dependen de lo correcto de las primeras cifras; Gén. 11:26 dice, "Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán"; por eso, a menos que se pueda probar que estos tres eran trillizos, no se puede afirmar que Taré tuvo 70 años cuando nació Abram. Harán era mayor que los otros dos (la esposa de Nacor era hija de Harán).

 

7:5 -- Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; -- Los judíos daban mucha importancia a la tierra que Dios les había dado (y sobre todo al templo). Por eso, algunos creen que Esteban menciona esto para recordarles que Abraham sostuvo una relación íntima con Dios toda la vida sin poseer la tierra prometida, Heb. 11:8-12. Solamente era dueño de una cueva.

 

7:6 -- Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. -- Gén 15:13-16; Ex. 12:40, 41; Gál. 3:17. Este es el primer ejemplo citado por Esteban del maltrato del pueblo de Dios (vers. 19, 34). En el ver. 9 se refiere al maltrato de José; en los vers. 27, 35, 39 habla del maltrato de Moisés y, por último, en el ver. 52, del maltrato de los profetas y de Jesús. Esto tiene mucho que ver con el tema del discurso; es decir, que los que son favorecidos por Dios son maltratados por los hombres.

 

7:7 -- Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; --  De una vez Esteban explica que Dios juzga a los que se le oponen. Este concepto se desarrolla a través del discurso y llega a su clímax en los vers. 42 y 51.

          -- y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. -- Es decir, en el monte Sinaí. Véase Ex. 3:12.

 

7:8 -- Y le dio el pacto de la circuncisión; -- Gén 17:4-11, señal y sello del pacto. Los acusadores de Esteban dijeron que Jesús "cambiará las costumbres". Aquí está la costumbre más importante de los judíos (la circuncisión) y Esteban habla de ella con todo respeto.

          -- y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.

 

7:9-13 -- los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, -- Por medio de José los hijos de Jacob entraron en Egipto y llegaron a ser una nación grande. Dios había usado la maldad de los hermanos de José para bendecir y exaltar a José. Posiblemente Esteban quería que sus oyentes se vieran a sí mismos como identificados con los hermanos de José, porque es obvio que presentó a José como el salvador de sus hermanos aunque primero fue rechazado por ellos. Lo mismo sucedió con Moisés y también con Cristo. A través del discurso Esteban les recuerda que Dios siempre había levantado hombres importantes para ser libertadores del pueblo y que estos habían sido rechazados y maltratados, como en ese momento le maltrataban a él.

 

7:14 -- toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. -- Según los racionalistas este es el tercer equívoco de Esteban, porque Gén. 46:27 dice que eran 70, pero Esteban cita la Septuaginta la cual en el ver. 20 suple los nombres de dos hijos de Manasés, dos hijos y un nieto de Efraín. Muchísimos judíos usaban esta versión.

 

7:15-16 -- Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro -- Aquí hay otro aparente conflicto con el relato de Génesis, porque Jacob no fue sepultado en Siquem sino en Hebrón, pero en la frase, "los cuales fueron trasladados a Siquem" no se incluye a Jacob, sino solamente a "nuestros Padres". El verbo "murió" es, obviamente, singular y se aplica solamente a Jacob. El plural de este verbo se entiende pero no se escribe con respecto a "nuestros padres". Entonces hablando de los padres se dice que "fueron trasladados a Siquem". Por eso, no hay conflicto.

          -- que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem -- Esto sí es un problema, porque Génesis dice claramente que la cueva comprada por Abraham estuvo en Hebrón. Posiblemente Esteban reúne en una sola las dos compras, los dos entierros de que habla el Antiguo Testamento (Bonnet), pero tal vez la explicación más lógica sea que algún copista, pensando en la compra de Abraham de una cueva para sepultar a su familia, puso Abraham aquí en lugar de Jacob quien sí compró terreno en Siquem. Desde luego, los incrédulos no aceptarán esta explicación y seguirán diciendo que Esteban contradice a Moisés y que esto refuta la inspiración de las Escrituras. Sin embargo, todos saben que en la reproducción de cualquier documento se puede cometer errores de esta clase; por eso, esta explicación es razonable, pero negar la inspiración no es razonable porque es apoyada por muchísimas evidencias.

 

7:17-19 -- Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, -- La promesa de este versículo es la del ver. 5, la tierra de Canaán, pero se menciona con el propósito de introducir a Moisés.

 

20-22 -- nació Moisés, y fue agradable a Dios; -- Ahora comienza la parte principal de su discurso, en la cual Esteban habla de Moisés. Decían que Esteban hablaba palabras blasfemas contra Moisés (6:11), pero todo lo que él dice de Moisés indica que lo tiene en alta estima.

          -- Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; -- La sabiduría de los egipcios incluía las ciencias naturales (comprendiendo la magia), la astronomía, las matemáticas y la medicina (Meyer). Fue importante que Moisés se educara bien y que se prepara para el trabajo muy difícil de ser el líder (libertador) de los hijos de Israel que por tanto tiempo habían sido esclavos. Moisés fue el escritor de los primeros cinco libros de la Biblia (el Pentateuco). Sin duda el estudio en Egipto de la ortografía, la gramática, etc. le preparó para este trabajo. Es muy cierto que cuando algún hombre fue inspirado para escribir, el Espíritu Santo escogió toda palabra, pero también es cierto que el Espíritu Santo escogió palabras del mismo vocabulario del escritor y utilizó la educación de él. Por eso, cada escritor tiene su propio estilo de escribir.

          Como Moisés fue educado en Egipto, Pablo fue "instruido a los pies de Gamaliel" (Hech. 22:3). La educación puede y debe ser una "herramienta" útil para el servicio de Dios, pero aunque Moisés, Pablo y muchos otros siervos de Dios eran hombres educados en el sentido secular, aceptaron, practicaron y enseñaron la verdadera sabiduría de Dios. Lamentablemente muchos predicadores aprenden y también enseñan la sabiduría humana. Moisés poseía la sabiduría verdadera; también José (ver. 10); en esto eran como Jesús (Luc. 2:41-52).

          Dice Ex. 2:7-10 que la hermana de Moisés dijo a la hija de Faraón, "¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Vé. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó (vino a ser hijo suyo, LBLA)". Es importante recordar que por un tiempo la misma madre de Moisés lo crió. La Biblia no dice por cuánto tiempo, pero lo que sabemos es que Moisés se dio cuenta de quien era y que los israelitas eran el pueblo de Dios (y el pueblo de él), y que él tenía una responsabilidad hacia ellos. Durante el tiempo que Moisés estuvo con su madre él aprendió la verdad y, por eso, no se dejó llevar por toda la sabiduría de Egipto.

          -- y era poderoso en sus palabras y obras. -- Cuando Dios dijo a Moisés, "te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel" (Ex. 3:10), él respondió, "¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua" (Ex. 4:10). Esto indica que los siervos de Dios pueden ser poderosos en sus palabras sin ser elocuentes.

 

7:23-25 -- Esta historia se encuentra en Ex. 2:11-15. Moisés quería ser el libertador de su pueblo, pero ellos lo rechazaron.

 

7:26 -- Hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? -- Una de las escenas más tristes del mundo es la de los pobres, afligidos, y oprimidos que agregan a sus calamidades altercados y pleitos entre sí mismos, pero de esta misma clase de gente comúnmente se levantan contenciones, demandas, etcétera (Barnes).

 

7:26-29 -- Esteban explica (ver. 25) por qué los hermanos de Moisés lo rechazaron en esta ocasión (Ex. 2:14), tal vez con la implicación de que por ignorancia los judíos rechazaron a Jesús (Hech. 3:17; 1 Cor. 2:8). Esteban repite la cita del ver. 27 (le rechazó, lo empujó, LBLA) en el ver. 35 para enfatizar que Moisés fue rechazado (vers. 35-39). ¿Qué pensaban los del concilio de ese rechazamiento? ¿No creían que por lo menos los hermanos de Moisés debieran simpatizar con Moisés por querer ser su líder?

 

7:30-32 -- Repite la historia de Ex. 3:1-10. Posiblemente al hablar de la presencia de Dios en tales lugares Esteban quería recordar a los judíos que la presencia divina no se limitaba al templo.

 

7:33-34 -- Lo que Moisés "pensaba" (ver. 25) era correcto. Dios pensaba usarlo para sacar a su pueblo de Egipto y llevarlos a la tierra prometida a Abraham (vers. 5, 17).

 

7:35 -- A este Moisés, a quien habían rechazado, -- Los oyentes de Esteban profesaban ser seguidores leales de Moisés, pero les recuerda que este mismo Moisés -- a quien Dios levantó para ser libertador de los israelitas -- fue rechazado por ellos.

          -- "A este Moisés, a quién habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?" (ver. 35). Como los padres rechazaron a Moisés, diciendo "¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?" (7:35), así también estos judíos rechazaron a Cristo diciendo, "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?" (Mat. 21:23).

          -- "Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto" (ver. 36). Aunque Moisés hizo muchas señales en Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto (Exodo 7-20) para demostrar que Dios estaba con él, el pueblo lo rechazó y así también aunque Jesús hizo muchas señales el pueblo lo rechazó.

          -- "Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor ... como a mí" (ver. 37)."Este Moisés" habló de otro profeta como él a quien el Señor levantaría (ver. 37; Deut. 18:15-18). Ahora este Profeta ha llegado y como los padres rechazaron a Moisés así también el concilio había rechazado al Profeta anunciado por Moisés. Todos sabían que esta profecía se refería al Mesías; por eso, si hubieran respetado a Moisés, habrían aceptado al Profeta semejante a él.

          -- "Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto ... al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon" (vers. 38, 39). Como los padres rechazaron a Moisés "que recibió palabras (oráculos) de vida que darnos" (7:38), así también el Profeta anunciado por Moisés vino para darnos palabras de vida eterna (Juan 6:68).

         

7:37 -- Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis. -- Deut. 18:15; Hech. 3:22, 23; Jn 5:45, 46. Al oponerse a Jesús se oponían a Moisés.

 

7:38 -- recibió palabras (oráculos) de vida que darnos; -- Si Esteban hablaba palabras blasfemas contra la ley (6:13) ¿por qué se refiere a ella como "palabras (oráculos) de vida"? Otra vez de manera indirecta Esteban se defiende a sí mismo contra las acusaciones falsas.

          La ley de Moisés era una ley que, por sí sola, no podía perfeccionar (Heb. 9:9; 10:1), "porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Heb. 10:4), pero los israelitas que eran verdaderos hijos de Abraham por creer a Dios, buscar su misericordia y llevar vidas fieles, hallaron vida al obedecer la ley de Moisés, porque los sacrificios prescritos por la ley apuntaban hacia Cristo y tenían su eficacia en El. Por eso, Pablo dice que "la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom. 7:12). Jesús insistió en que sus discípulos guardaran los mandamientos más pequeños de la ley hasta que se cumpliera (Mat. 5:17-20). Desde luego, cuando Cristo clavó la ley en la cruz (Col. 2:14; Efes. 2:15), ya no era "palabras de vida" para los judíos.

 

7:39 -- al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto. -- Ex. 32:1, 23. Este es texto clave en la defensa de Esteban, porque el concilio tenía esta misma actitud hacia Cristo (Dios) que los padres tenían hacia Moisés. Estaban igualmente inclinados a rebelarse, desobedecer y apartarse de Dios.

 

7:40 -- cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; -- Mientras que Moisés estuvo en el Monte Sinaí para recibir "palabras (oráculos) de vida", el pueblo instó a Aarón a que les hiciera el becerro de oro (Ex. 24:18; 32:1-6; 1 Cor. 10:5-7). De esta manera empezó la idolatría en Israel.

 

7:42 -- Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; -- La rebelión es seguida por el juicio de Dios (les entregó a sus enemigos). Este texto suena como Rom. 1:26-28.

 

7:44-47 -- Esteban no se refiere a las acusaciones contra él (6:13, "Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo"), pero indica que él reconocía el origen divino del tabernáculo y del templo, pero también les explica la naturaleza verdadera del templo, que no era la habitación literal de Dios, sino solamente el símbolo de su presencia. A través de los años los profetas exhortaban al pueblo que creía que un culto externo en el tabernáculo o templo agradaba a Dios y, en realidad, tenían conceptos idólatras del templo (Jer. 7:4), pero Esteban les recuerda que "el Altísimo no habita en templos hechos de mano", 1 Reyes 8:27; 2 Crón. 6:18; Isa. 66:1, 2. Explica que es imposible confinar a Dios y la adoración de Dios en un templo hecho de manos. Dios es Espíritu (Jn. 4:24) y puede ser adorado en todo lugar. La conclusión lógica de lo que Esteban decía fue que el templo podía perder su significado y aun ser destruido. La fuerza de lo que Esteban dice quedó fortalecido por la cita de Isaías, un profeta muy estimado por el concilio.

 

7:51-53 -- Algunos creen que Esteban no pensaba cerrar su discurso aquí y que algo que observó en la reacción del auditorio le hizo cambiar de pensamiento y de una vez comenzar a reprenderles, pero esto no se puede probar. Probablemente él ya había llegado a la conclusión de su defensa. Había dicho lo que pensaba decir y lo que dijo acerca del templo fue el clímax de todo. Llega a la conclusión de su discurso en la cual hace aplicación directa y fuerte de su lección a sus oyentes. Había demostrado que a través de la historia el pueblo de Israel había rechazado a los siervos de Dios y ahora el que fue acusado llegó ser el acusador. Les dice que como los padres habían rechazado a Moisés (vers. 25-28, 35, 37-39) y practicado la idolatría (vers. 42, 43) y como habían perseguido a los profetas, de esa misma manera ellos (el concilio) habían rechazado y maltratado a Jesucristo, el Profeta final.

          -- duros de cerviz, -- Ex. 33:3, 5; 34:9. Como eran los padres, así son los hijos, como animales obstinados que endurecieron sus cuellos en lugar de someterse al yugo, Ex. 32:9; 33:3, 5; 34:9; Deut. 9:6, 13; 10:16.

          -- incircuncisos, -- Lev. 26:41; Deut. 10:16; Jer. 6:10; Ezeq. 44:7, 9. Como eran los padres, así son los hijos. Esta fue una acusación dura, fuerte y muy ofensiva. Los judíos se gloriaban mucho de ser los circuncisos, pero Esteban les dice que en cuanto a su actitud hacia Dios (su rebelión contra Dios) eran iguales a los gentiles incircuncisos.  Esteban denuncia al concilio con las palabras reservadas para los gentiles y para israelitas apóstatas. No hubiera sido posible escoger palabras más cortantes.

          -- Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo -- porque rechazaron la enseñanza del Espíritu Santo entregada por los apóstoles y otros como Esteban.

          -- como vuestros padres, así también vosotros -- Sus antepasados habían perseguido y dado muerte a los profetas del Antiguo Testamento quienes profetizaban de Cristo, y ahora estos del concilio habían crucificado al Mesías de quien los profetas hablaron.

 

7:52 -- ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? -- Mat. 23:37-39; Luc. 13:34; 19:47; 1 Tes. 2:15; Heb. 11:36.

          -- Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo (3:14) de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; -- 4:10; 5:30.

 

7:53   -- recibisteis la ley por disposición de ángeles, -- Heb. 2:2; Gál. 3:19.

          -- y no la guardasteis -- Otra vez Esteban elogia la ley, pero los del concilio no la guardaban. Por eso, Jesús les llamó hipócritas, Mat. 23 (véanse también Rom. 2:21-24; Gál. 6:13).

          -- como vuestros padres, así también vosotros. -- Así fue el tema del discurso: como los hermanos de José lo rechazaron; como el pueblo de Israel repetidas veces rechazó a Moisés y a los profetas, "así también vosotros". Como Jesús había dicho, "¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!" Es decir, la crucifixión de Jesucristo "llenó la medida" de la rebelión de los padres que rechazaron y persiguieron a Moisés y los profetas. En ese momento el concilio demostraba que eran verdaderos hijos de sus padres perseguidores.

 

7:54   -- oyendo estas cosas se enfurecían en sus corazones, -- ahora hubo una explosión de furia, daban rienda suelta a su pasión carnal.

          -- y crujían los dientes contra él. -- Como lobos hambrientos. Job 16:9.

 

7:55 -- Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo -- esta es la quinta vez que se dice esto de Esteban, 6:3, 5, 10; 7:51, y se demuestra claramente que Dios está obrando a través de él.

          -- puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios. -- Dios le ayuda y consuela con una visión gloriosa para sostenerle en su prueba suprema.

 

7:56 -- y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. -- Este es otro texto que refuta el error de los "Sólo Jesús", porque Esteban vio a dos personas.

 

7:57 -- Entonces ellos, dando grandes voces, se tapaban los oídos -- para no oír a Esteban.

          -- y arremetieron a una contra él -- "arremeter impetuosamente como lo hicieron los cerdos acantilado abajo cuando los demonios entraron en ellos (Lc. 8:33)" (ATR).

          De esta manera "se despidió" esta asamblea augusta, la corte suprema de los judíos .

 

7:58 -- Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; -- Lev. 24:14; Heb. 13:13. No querían contaminar la "santa ciudad" con la sangre (inocente) de Esteban. Algunos incrédulos rechazan este relato de la muerte de Esteban porque dicen que el concilio no tenía el derecho de ejecutar criminales sin el permiso de los romanos, pero es obvio que el proceder del concilio y otros en esta ocasión no era legal, sino que fue la acción de judíos alborotados.

          -- y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. -- Los testigos habían de arrojar las primeras piedras, Deut. 13:10; 17:7; Lev. 24:16. Quitaron sus mantos exteriores para tener más libertad de movimiento para arrojar piedras.

 

7:59 -- Señor Jesús -- Esteban oró a Jesús, como hacemos frecuentemente en los himnos.

          -- recibe mi espíritu. -- Pidió que el Señor recibiera su espíritu, el alma, el hombre interior, la parte del hombre que vuelve a Dios (Ecles. 12:7; Jn. 19:30; Luc. 23:46; Fil. 1:21-24). Jamás hubiera dicho "Señor Jesús, recibe mi aliento" como enseñan los testigos del Atalaya.

 

7:60 -- Señor, no les tomes en cuenta este pecado. -- Luc. 23:34; 1 Ped. 2:20-23. Imitó a Jesús. En lugar de maldecir a sus enemigos, Jesús y Esteban pidieron que Dios les perdonara. Desde luego, se implica que éstos tendrían que humillarse y obedecer al evangelio. La oración de Jesús comenzó a ser contestada el día de Pentecostés cuando los tres mil obedecieron al evangelio, y por lo menos uno de los que participaron en la muerte de Esteban obedeció (9:19; 22:16).

          -- Y habiendo dicho esto, durmió. -- Hay contraste aquí entre la furia de los judíos y la calma de su víctima. Jn. 11:10-12; 1 Tes. 4:13-14.

 

          Esteban nos ha dejado un buen ejemplo. (1) Primero, lo vemos como siervo (6:2-5), como uno de los siete hermanos escogidos para "servir mesas"; (2) entonces se ve como un conocedor de las Escrituras que contendía eficazmente por la fe y, al mismo tiempo, se presentó como un fuerte debatista cuya sabiduría los oponentes no podían resistir; (3) en el cap. 7 demuestra no solamente su conocimiento de la historia de Israel, sino también su comprensión de las lecciones que esa historia enseña; (4) al concluir su breve ministerio se ve dispuesto a sufrir y aun morir por la causa de Cristo; (5) pero al morir no demuestra un espíritu vengativo ni amargado hacia sus enemigos, sino un espíritu de perdón; (6) y, por último, Esteban es un buen ejemplo de la íntima comunión con el Señor (6:15, los del concilio "vieron su rostro como el rostro de un ángel" y 7:59, "apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu".

 

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