Hechos 9

 

9:1 -- Saulo, -- Ya se mencionó (7:58, hablando de Esteban dice Lucas, "le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo"). Después (13:9) se explica que Saulo "también es Pablo". Era un verdadero israelita: "circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible" (Fil. 3:5, 6; véase también 2 Cor. 11:22). "Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios" (22:3), pero Saulo no compartía el espíritu tolerante de Gamaliel (5:34-39). "En el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres" (Gál. 1:14).

          Pablo estudió en Jerusalén pero es probable que habría regresado a Tarso antes de empezar el ministerio de Juan. Si Pablo personalmente hubiera conocido a Jesús o si hubiera presenciado la crucifixión, seguramente lo habría mencionado en alguna ocasión o en alguna carta. El dijo (2 Cor. 5:16), "aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así" pero esto no implica que lo conoció en persona sino que había comprendido que la misión del Mesías no era carnal sino espiritual (Jn. 18:36).

          -- respirando aún amenazas y muerte (homicidio) contra los discípulos del Señor, -- expresión de emoción profunda, agitación de espíritu. Aún (todavía) lo hacía; esto implica que por algún tiempo lo hacía. Lo hacía aunque es posible que hubiera oído la discusión entre Esteban y los libertos y otros o que de algún modo hubiera oído la presentación de la verdad del evangelio. Si escuchó a Esteban oyó "aquellos argumentos que estaban llamados a socavar toda la estructura religiosa del judaísmo. La mente de Saulo, tan penetrante como la de Esteban, vio la diferencia radical del antiguo orden con el nuevo, y emprendió su tarea como un vigoroso defensor de las tradiciones ancestrales de su pueblo, resuelto a destruir el movimiento revolucionario" (Bruce). "Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres" (22:4). "Yo encerré en cárceles a muchos de los santos ... y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar" (26:10, 11).

          Saulo es un ejemplo de esas personas que son muy religiosas pero equivocadas. Aunque él sin misericordia había perseguido a la iglesia él dijo, "yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy" (23:1; véase también 26:9-11).

          Algunos dicen que sus pecados han sido muchos y terribles y que, por eso, "No hay esperanza para mí", pero Pablo dice, "que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna"  (1 Tim. 1:15, 16).

          -- vino al sumo sacerdote, -- Recibió "poderes de los principales sacerdotes" (26:10) y de los ancianos (22:5). Parece que Saulo tenía más celo que los oficiales del judaísmo porque éstos no fueron a él sino él a ellos.

 

9:2 -- y le pidió cartas (autoridad, credenciales) para las sinagogas de Damasco, -- Saulo se puso muy inquieto al saber de discípulos de Cristo que vivían en paz en Damasco. Esta ciudad estaba a unos 240 kms al norte de Jerusalén. "Enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras" (26:11). Esto indica que Saulo ya había buscado discípulos en otras ciudades extranjeras antes de ir a Damasco. No se imaginaba que este sería su último viaje como perseguidor.

          -- a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres -- es decir, los que hallara (sin duda había discípulos en Damasco). Esto implica que los discípulos no se habían separado de las sinagogas, y Saulo sabía que la presencia de ellos era peligrosa para el judaísmo. Era necesario, pues, extirparlos.

          -- de este Camino, -- Jesús es el Camino, el único que lleva al Padre (Jn. 14:6) y, por eso, la religión de Jesús se llama el Camino (19:9, 23; 22:4; 24:14, 22), el camino de salvación (16:17) o el camino del Señor (18:25). Es el Camino profetizado por Isaías (35:8; 40:3).

          Lo extremo de la persecución de Saulo se ve en que persiguió aun a las mujeres (8:3; 22:4).

          -- los trajese presos a Jerusalén. -- Este capítulo narra la conversión de Saulo, pero compárese la actitud de él con la del etíope quien iba por el camino leyendo la Escritura con el deseo de entenderla. ¡Quién hubiera creído que Saulo de Tarso sería un candidato para ser siervo de Cristo!

 

9:3 -- Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, -- casi logró su propósito.

          -- repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; --  Cristo, la luz del mundo, apareció a Saulo en "un resplandor de luz", 22:5, 6. En 26:13 dice "una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol". Los comentaristas que quieren eliminar lo milagroso de la Biblia creen que esta "luz del cielo" fue simplemente relámpago, pero Lucas no dice nada de una tormenta, sino que describe una luz milagrosa más brillante que el sol. No describe la luz como un golpe de luz pasajero, sino que "le rodeó", 26:13; compárese Luc. 2:9.

          El modernista William Barclay explica el caso de esta manera: "Esa región tenían un fenómeno característico. Cuando el aire caliente de la llanura se encontraba con el aire frío de la montaña, se desataban violentas tormentas eléctricas. En ese momento hubo una tormenta de este tipo y Cristo le habló a Pablo a través de ella". ¡Qué curioso que ni Lucas ni Pablo entendieran lo que es una tormenta !

 

9:4 -- y cayendo en tierra (caímos al suelo, LBLA), -- 26:14, "Y habiendo caído todos nosotros en tierra". En 9:7 Lucas dice, "Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos", pero esto fue después de caer al suelo.

          -- oyó una voz -- 22:7, "en lengua hebrea".

          -- que le decía: Saulo, Saulo, -- compárense Luc. 10:41, "Marta, Marta" y Luc. 22:31 "Simón, Simón". Le llamó por su nombre y lo repitió. Fue un mensaje muy personal. Nos conviene considerar todas las enseñanzas que son para nosotros como personales, como dirigidas directamente hacia nosotros, individualmente.

          -- ¿por qué me persigues? -- Primero me crucificaron y ahora tú me persigues; ¿por qué? Hay pocas conversiones porque pocos se convencen de sus pecados. Todo predicador tiene la gran responsabilidad de reprender pecados e instar a todos a que se arrepientan (17:30, 31).

          ¿Qué había hecho Jesús contra Pablo para que le persiguiera? No le había hecho ninguna injuria. El pronombre me es enfático indicando la relación estrecha entre Cristo y sus discípulos (Mat. 25:40-45). Así, pues, repetidas veces Saulo había herido al Señor Jesús.

 

9:5 -- El dijo: ¿Quién eres, Señor? -- Saulo, al igual que Cornelio, sabía que la voz venía del cielo pero pregunta "¿Quién eres, Señor?" Al decir "Señor" después (ver. 6) ya sabía quién era. Saulo vio al Señor Jesús; lo afirman Ananías (ver. 17; 22:14), y Bernabé (9:27) y Pablo mismo (26:16; 1 Cor. 9:1; 15:8).

          -- Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; -- ¡Sería imposible imaginar la reacción de Saulo al darse cuenta que Jesús de Nazaret le hablaba desde el cielo! En ese instante entendió que estaba muy equivocado, porque este Jesús a quien él consideraba un impostor y a quien perseguía con tanta intensidad, ahora le aparece en una gloriosa luz y le habla.

          -- dura cosa te es dar coces contra el aguijón. -- Esta frase se encuentra en 22:14; 26:14, pero no aparece aquí en los manuscritos más importantes. Es una expresión proverbial empleada por escritores griegos y latinos. Al dar coces contra el aguijón el animal rebelde solamente se lastimaba a sí mismo. ¿Contra qué daba patadas Saulo? Sin duda ya había escuchado pruebas abundantes de que Jesús era el Cristo. Cuando los discípulos de Cristo fueron prendidos y llevados a la sinagoga ¿no se les permitió dar su testimonio? ¿no podían hablar en su propia defensa? Saulo ya había visto y oído mucho, y al resistir tanta evidencia daba "coces contra el aguijón"; es decir, se destruía solo.

 

9:6 -- El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? (22:10) -- En la conversión de Saulo no había "gracia irresistible". El no dijo "No podía ser rebelde a la visión celestial", sino que "no fui rebelde a la visión celestial" (26:19), dando a entender que podía haber sido rebelde; tenía libre albedrío.

          Cuando los hombre sinceramente reconocen sus pecados, no ponen excusas, sino que preguntan, "¿qué haremos?" (2:37). El Señor le expuso su pecado; ahora quiere que le explique cómo obtener perdón. Con razón Saulo estaba lleno de temor porque si este personaje era Jesús, entonces hubiera sido justo que Saulo fuera castigado y aun muerto, pero lo dejaba con vida. Con toda ansiedad, pues, pregunta a Jesús, "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" En esta pregunta se enfatizan tres cosas: ¿qué quieres que yo haga, es decir, se reconoce la autoridad de Cristo; y ¿qué quieres que yo haga?, es decir, se reconoce la responsabilidad del pecador; y ¿qué quieres que yo haga?, es decir, el Señor manda y el pecador debe hacer algo (la voluntad del Señor).

          Dice el comentarista Barnes que la pregunta significa, "Ya que soy salvo, ¿qué haré con mi vida?"          Dice el Sr. A. T. Robertson (Imágenes verbales en el Nuevo Testamento), "esta rendición a la voluntad de Cristo fue la conversión de Saulo". De esta manera "razonan" los que enseñan que la salvación se basa en la fe sola, pero Lucas explica que Saulo "se levantó de la tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió" (9:8, 9). ¿Así es con el hombre cuando se convierte? ¿Por qué no podía ni comer ni dormir? Obviamente estaba lleno del remordimiento. Todos los pensamientos acerca de su vida pasada le molestaban. Estaba sumamente preocupado por su condición espiritual. ¿Rendido al Señor? Sí. ¿Salvo? Todavía no.

          Los que se convierten se regocijan. Cuando el etíope se convirtió "siguió gozoso su camino" (8:3), y cuando el carcelero se convirtió "se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios" (16:34), pero Saulo ¡todavía no se regocijaba! (El mismo Sr. Robertson dice en su comentario sobre el ver. 9, "Deben haber sido días de una terrible tensión"). Además de eso, si la rendición de Saulo fue su conversión, entonces fue por demás preguntar,"¿qué quieres que yo haga?" Y si Saulo ya se hubiera convertido en el camino, entonces el Señor le habría dicho, "No te preocupes, no tienes que hacer nada porque ya estás salvo".

          -- Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. -- Jesús no le dijo que ya era salvo por la visión, sino que en la ciudad iba a aprender lo que tenía que hacer. ¿Por qué no le explicó el evangelio Jesús mismo? Porque eso no es el plan de Dios, sino que en todo caso la gente tuvo y tiene que escuchar el mensaje de Dios predicado por los hombres.

          Ananías le predicó el evangelio y le dijo qué debería hacer (22:16). Por lo tanto, Saulo no fue convertido en el camino a Damasco, sino en la ciudad misma después de oír y obedecer al evangelio. "La fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Los milagros observados en los casos de conversión de los tres mil, del eunuco, de Saulo, de Cornelio y del carcelero solamente sirvieron para reunir al pecador con el predicador.

          "Levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecerá a ti" (26:16). Jesús apareció a Saulo porque para ser apóstol tuvo que ser testigo del Cristo resucitado (1:22). Recibió su apostolado y el mensaje que había de predicar directamente del Señor (Gál. 1:11-24).

 

9:7 -- Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos (Dan. 10:7), oyendo a la verdad la voz, -- no la voz de Pablo (como dice Bruce), sino la voz del cielo. La oyeron pero no la entendieron (22:9, "no entendieron la voz del que hablaba conmigo"), porque la comunicación fue solamente para Saulo. Compárese 1 Cor. 14:2, se oye la voz pero no se entiende. También Juan 12:29.

          -- mas sin ver a nadie. -- "Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo" (22:9). Los compañeros de Saulo no eran testigos del Cristo resucitado, pero este detalle es sumamente importante porque estos hombres eran testigos oculares de la luz que les rodeó y de la voz. Compárese Juan 12:28, 29, "Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado".

 

9:8 -- Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, -- No había pensado llegar a Damasco en esta condición. Pensaba llegar "respirando amenazas y muerte contra los discípulos del Señor", pero ¿cómo llegó? El conquistador llega conquistado por Cristo. No llegó con ojos para buscar a los discípulos de Jesús, sino como ciego. No dirigió a otros para que persiguieran a los discípulos y no llevó discípulos atados hacia Jerusalén, sino que él mismo fue llevado por la mano. Pensaba llegar muy confiado para limpiar la ciudad de los discípulos de Jesús, pero llegó muy humillado y pronto tendría comunión con ellos. Pensaba perseguir pero llegó como penitente, ayunando y orando por tres días. El hombre propone pero el Señor dispone. Fue destrozado "en un instante todo el sistema de ideas, sentimientos, anhelos, amores y odios que había sido forjado a lo largo de los años por su gran inteligencia y fuerte personalidad, dentro del marco de su lealtad a las tradiciones de sus padres y sus sincero deseo de servir a Jehová" (Trenchard).

 

9:9 -- donde estuvo tres días -- Como los judíos calculaban el tiempo estos "tres días" eran el resto de ese día, todo el día siguiente y hasta que Ananías llegara el tercer día.

          -- sin ver, y no comió ni bebió. -- Lucas deja a la imaginación del lector la triste condición de Saulo. Muchas palabras vienen a la mente -- como abrumado, aturdido, deprimido -- para describirlo. "Había pasado por una experiencia que puede asemejarse a un poderoso movimiento sísmico en lo más profundo de su ser" (Trenchard). Con razón no comió ni bebió. El tenía apetito solamente para orar a Dios.

          Este es otro texto que destruye por completo la falsa doctrina de que la salvación se basa en la fe sola, porque seguramente Saulo creyó al Señor cuando le apareció pero obviamente estaba todavía en sus pecados durante los tres días. Todavía era uno de "los quebrantados de corazón ... los ciegos ... los oprimidos" (Luc. 4:18) durante esos tres días y, por eso, solamente oraba y no comió ni bebió. El no comer ni beber indica la miseria que sentía al meditar en lo enorme de su pecado. Durante estos tres días no demuestra el gozo de una persona perdonada y purificada sino la agonía del pecador que está consciente de sus pecados.

          Saulo estaba plenamente convencido de que este Jesús que hablaba con él y a quién había perseguido es el Cristo (el Mesías de los judíos). También estaba consciente de su pecado de haber perseguido a los discípulos de Jesús, entendía que estaba equivocado en sus creencias religiosas, que estaba equivocado en su concepto de las profecías acerca del Mesías y reconocía que tuvo que hacer cambios radicales, pero como él dijo después, "Por lo cual, o rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial" (26:19). El aceptó todas las consecuencias de su decisión de seguir a Jesucristo.

 

9:10 -- Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. -- "Varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban" (22:12). Ananías sería el instrumento usado por el Señor para dar la vista a Saulo y para instruirle y bautizarlo. No convenía que Saulo fuera instruido por los doce apóstoles ni siquiera en cuanto a la obediencia al evangelio. Dedica la mayor parte de los primeros dos capítulos de su carta a los gálatas para probar la independencia de su apostolado y de su conocimiento del evangelio.

          -- Y él respondió: Heme aquí, Señor.

 

9:11 -- Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, -- Sin duda, oraba como nunca en su vida había orado. Saulo era hombre muy religioso y, por eso, un hombre de oración. Aunque era fariseo nunca fue hipócrita y seguramente al llegar a Damasco su oración era como la del publicano (Luc. 18:13). Muchas de las oraciones ofrecidas por los judíos eran simplemente oraciones recitadas. Convencido ahora de lo enorme de sus pecados y no sabiendo qué hacer, lo más razonable sería orar, pero la oración no era suficiente para obtener el perdón de pecados. Le dijo Ananías, "levántate y bautizáte y lava tus pecados, invocando su nombre" (22:16).

          Al orar Saulo no pedía una "experiencia de gracia", porque ya estaba abrumado por una experiencia inolvidable. El estaba afligido y muy arrepentido y sin duda quería el perdón de Dios más que cualquier otra cosa, pero cuando él dijo, "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" la respuesta fue que alguien le diría qué hacer para ser perdonado.

 

9:12 -- y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. -- Lucas explica aquí el verdadero propósito de la imposición de manos sobre Saulo; fue para que recobrara su vista. Ananías había recibido el poder de sanar por la imposición de las manos de los apóstoles.

 

9:13 -- Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; -- 26:10. La reacción de Ananías era muy natural. Bajo circunstancias adversas como éstas era difícil ver todo el cuadro como el Señor lo vio. Ananías juzgó conforme a su conocimiento de Saulo, pero el Señor sabía el gran potencial de Saulo para servirle como apóstol especial. Probablemente los hermanos de Jerusalén se dieron cuenta del propósito de Saulo de ir a Damasco y avisaron a los hermanos.

          Esta es la primera vez que los discípulos de Cristo se llaman santos y, desde luego, no se refiere a los llamados canonizados (por la Iglesia Católica Romana) sino a los hermanos vivos de aquel tiempo. Después de esto el término se usaría comúnmente porque recalca la necesidad de la santidad para poder ver a Dios (Heb. 12:14).

 

9:14 -- y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. -- 2:21; Rom. 10:13, "los que invocan tu nombre" no solamente oran a Dios, sino que le obedecen.

 

9:15 -- El Señor le dijo: Ve, -- No le aprovechó nada discutir con el Señor.

          -- porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; -- Cristo escogió a Saulo para ser su abanderado o portaestandarte. "En la expresión 'instrumento (vasija) escogido', para llevar el nombre de Jesús ante gentiles, reyes e israelitas, compara a Saulo con un estuche cuidadosamente elegido en el que se ha depositado una rica joya digna de ser obsequio para un rey; esa joya es el precioso nombre de Jesús. El joyero siempre guarda las gemas costosas en estuches de valor correspondiente; y así al querer enviar el Señor Su nombre a reyes y a los grandes de la tierra, escogió a este Saulo perseguidor como vasija más adecuada en que depositarlo. Para Ananías tal selección fue de lo más sorprendente, aunque los sucesos posteriores probaron su prudencia. Mucho tiempo después Saulo mismo emplea la misma metáfora, que sin duda la tomó de labios de Ananías; pero materialmente la cambia, diciendo: 'tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros' (2 Cor. 4:6, 7). Si para Cristo era vasija escogida, a sus ojos no era sino de barro" (McGarvey).

          El resto de la comisión de Saulo se encuentra en 26:15-20.

9:16 -- porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. -- (Mat. 5:10-12; 10:17:28). Como Saulo había perseguido a los discípulos, ahora él mismo había de ser perseguido por el nombre de Cristo.

 

9:17 -- Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, -- En lugar de violentamente echarle mano a todo discípulo como pensaba hacer, tiene las manos de Ananías puestas bondadosamente sobre él para que reciba su vista.

          -- dijo: Hermano Saulo, -- no hermano en Cristo, sino hermano judío. McGarvey está equivocado al decir que Ananías le dice hermano "no por ser hermano israelita, sino por ser hermano creyente en el camino hacia la obediencia". No hay texto alguno que enseñe esto. Ananías le dijo hermano a Saulo como Pedro y Pablo en muchas ocasiones se dirigían a los judíos como hermanos (por ej., 2:29; 13:36).

          -- el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, -- Ananías confirma el hecho de que Saulo vio a Cristo.

          -- me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. -- En esta ocasión la obra de Cristo se realiza en dos sentidos: pregonó vista a los ciegos tanto en sentido físico como espiritual (Luc. 4:18).

          El ver. 12 dice que Saulo "ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista". El ver. 17 no contradice esto. Ananías no le impuso las manos para que recibiera al Espíritu Santo, sino solamente para que recibiera la vista. Este texto no se refiere al bautismo con el Espíritu Santo sino a la promesa del Espíritu Santo después del bautismo en agua (2:38). El ver. 18 explica el ver. 17.

 

9:18 -- Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; -- El recibir su vista otra vez fue una gran bendición física, pero también indicó el favor de Dios.

          -- y levantándose, fue bautizado. -- "Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre" (22:16). "Nos lavó de nuestros pecados con su sangre" (Apoc. 1:5) pero ¿cuándo? Cuando somos bautizados. Por eso, dijo Ananías, "bautízate y lava tus pecados" (22:16). Somos bautizados en su muerte (Rom. 6:3) donde se derramó su sangre. Entonces los que rechazan el bautismo para perdón de pecados no pueden ser lavados con la sangre de Cristo.

          El comentarista Lenski dice que "naturalmente Saulo se levantaría para el acto bautismal", pero que no se levantó para ir al río Abana u otro lugar para ser sumergido, sino que "Un vaso lleno de agua fue traído, una parte del agua fue aplicada a Saulo como Jesús había mandado en Mat. 28:19, en el nombre del Padre, etc. y el acto bendito fue terminado". Lo insensato de tales argumentos es que el bautismo simple y sencillamente no es aspersión sino una sepultura (Rom. 6:4; Col. 2:12). En el capítulo anterior (8:38, 39) ya se había explicado claramente que para bautizar Felipe y el eunuco "descendieron ambos al agua" y "subieron del agua". ¿No había en el coche del eunuco por lo menos un vaso de agua que pudiera haber servido para la aspersión? Entonces, ¿por qué descender ambos al agua de algún río o arroyo? Habiendo explicado tan claramente lo que es el bautismo en el relato anterior no fue necesario repetirlo en los casos de Saulo, Cornelio, Lidia, el carcelero, etc.

          Fue bautizado para recibir el don del Espíritu Santo (2:38). El bautista A. T. Robertson habla del bautismo "como símbolo de la nueva vida en Cristo ya comenzada". Abiertamente rechaza el bautismo "para perdón de pecados". Según los evangélicos el orden de los eventos fueron así: convertido en el camino a Damasco, tres días sin comer y beber, recibe la vista y al Espíritu Santo y, por último, recibe el bautismo como símbolo o prenda de la salvación que ya había recibido en el camino. El orden establecido por Jesús es (1) creer, (2) bautizarse y (3) salvación. El orden establecido por muchos evangélicos es (1) creer, (2) salvación y (3) bautizarse. ¡Estos andan desordenadamente!

          Lucas no dice que Ananías era un evangelista sino un "discípulo"; por eso, no es necesario que la gente sea bautizada por evangelistas.

 

9:19 -- Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. -- ¿Antes o después de ser bautizado? Sin duda quedó convencido en el camino a Damasco. Si él fue salvo en el momento de creer en Cristo, ¿por qué no tomó alimento inmediatamente para recobrar fuerzas? ¿Por qué tuvo que seguir tan angustiado por tres días? La respuesta es sencilla: ¡No comió porque estaba completamente abrumado por causa del remordimiento por sus pecados! Ahora come porque esa terrible carga se ha quitado. Ahora sabe perfectamente que sus pecados han sido perdonados y tiene paz y tranquilidad en su alma.

          -- Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. -- Ya no respira "amenazas y muerte contra los discípulos del Señor", sino que es uno de ellos. No estuvo con ellos para recibir un curso de instrucción en el evangelio (todo el argumento de Gál. 1:11-23 refuta esta idea), sino para colaborar con ellos. Saulo fue instruido directamente del cielo por el Señor.

 

9:20 -- En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, -- En lugar de presentar las cartas de los principales sacerdotes (¿qué habrá pasado con ellas?) él presentó el evangelio de Cristo. En seguida empieza a edificar lo que había destruido. El "predicaba a Cristo" "declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo" (17:3). A los judíos no les gustó que se predicara que el Cristo iba a padecer porque ellos esperaban a un Mesías vencedor, un Mesías que quitaría el yugo de Roma para dar libertad e independencia a los judíos. Tampoco les gustó oír que Jesús de Nazaret era el Cristo porque aunque El cumplió todos los requisitos nombrados por la ley, los profetas y los salmos (Luc. 24:44), El no cumplió los requisitos según la esperanza de los judíos.

          -- diciendo que éste era el Hijo de Dios. -- ¿Cuál es el significado de la palabra Hijo cuando a Cristo se le llama el Hijo de Dios? Los siguientes textos nos ayudan a entender este tema: "Decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (Juan 5:18); "para que todos honren al Hijo como honran al Padre" (Juan 5:23); cuando Jesús dijo, "Yo y el Padre uno somos", los judíos le querían apedrear "por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios" (Juan 10:30, 33). Jesucristo era verdadero Dios y verdadero hombre. Sin dejar de ser Dios llegó a ser hombre. "Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Fil. 2:6-7); la expresión "se despojó a sí mismo" no quiere decir que Cristo se despojó de atributos divinos, sino que se explica con los dos gerundios que inmediatamente siguen: "tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres". Este texto no se refiere a otra cosa sino a la encarnación de Cristo. Estando en la tierra Jesucristo demostró los atributos de Deidad al perdonar pecados (sólo Dios puede perdonar pecados, Mar. 2:7), al ser adorado (sólo Dios es adorado, Mat. 4:10), etc.

 

9:21 -- Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? -- La conversión de Saulo es una demostración gráfica del poder del evangelio. Los judíos se quedaron muy impresionados por el gran contraste entre lo que Saulo era antes y lo que fue después de su conversión. Antes era el más temido perseguidor de la iglesia y después podía decir, "he trabajado más que todos ellos" (1 Cor. 15:10), porque él había logrado sembrar la simiente del reino en las ciudades más estratégicas del imperio. Nosotros debemos dar evidencia clara del cambio de nuestra vida cuando nos bautizamos.

          El testimonio de Saulo de que había visto a Jesús resucitado es otra evidencia irrefutable de la resurrección de Jesús. ¿Qué pueden decir los incrédulos para refutar su testimonio? Pueden aseverar que Saulo fue engañado y que en realidad no vio la luz ni oyó la voz del cielo y que no quedó ciego por tres días, pero había testigos de todo esto. Además de eso, ¿por qué razón hubiera querido Saulo engañar a los cristianos y judíos inconversos? Como perseguidor de la iglesia él no fue perseguido, pero a consecuencia de su testimonio acerca de Cristo él sufrió mucho, en pueblo tras pueblo. ¿Por qué se atrevería algún hombre a fabricar una mentira que solamente le traería sufrimiento?

 

9:22 -- Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo. -- ¿Cómo fue posible que le permitieran que Saulo -- ya convertido -- hablara en la sinagoga? Esto demuestra el proceder de las sinagogas. A cualquier persona competente se le permitía hablar, pero si enseñaba algo controversial, otros de la sinagoga hablarían para refutarle.

          Primero, los judíos estaban atónitos, y después confundidos y desarmados. No podían resistir la sabiduría de Pablo como no podían resistir la sabiduría de Esteban (6:10). No podían contestar sus argumentos acerca de las profecías que hablaban del Mesías y acerca del cumplimiento de estas profecías por Jesús de Nazaret. El demostró que Jesús era el Cristo al comparar las profecías con la vida de Jesús. Sus argumentos fuertes enmudecieron a los judíos.

 

9:23 -- Pasados muchos días, -- Probablemente cabe dentro de estos "muchos días" la estancia de Pablo en Arabia, Gál. 1:15-17. Algunos comentaristas han tenido conceptos erróneos de esos días. Por ejemplo, dice Bonnett: "¿Cuál debía ser entonces la necesidad profunda de su alma? ¿Predicar en las sinagogas (v. 20), disputar con los judíos? ¡de ningún modo! El, que por graves razones no quería que el obispo fuera un recién convertido (1 Tim. 3:6), se sentía aún demasiado débil en el conocimiento y la experiencia cristiana; sentía la necesidad del recogimiento, de la oración, de una silenciosa comunión con Dios, que le permitiera recibir nuevas luces, nuevas fuerzas, aun nuevas revelaciones". Pero Lucas dice que Saulo "En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas" de Damasco, y que "confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo" (v. 20). ¿Por qué no podía hacer lo mismo dondequiera que fuera? Desde luego, seguía orando y seguramente recibía revelaciones del Señor, pero no hay nada que implique que por algún tiempo estuviera relativamente inactivo.

          No se puede probar que el fue a Arabia para "un período de reposo y de reclusión parcial debido a la violencia del cambio y a la emoción de su nueva ocupación" (JFB), ni simplemente para meditar y reflexionar, como otros suponen. Lo que sabemos es que en aquellos días él recibió la revelación de la voluntad de Cristo (Gál. 1:11-17) y predicó el evangelio (Gál. 1:23).

          -- los judíos resolvieron en consejo matarle (tramaron deshacerse de él, LBLA); -- 2:23; 5:33, 36; 7:28. "Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre", ver. 16. Llegó a Damasco para arrastrar a los discípulos y ahora él mismo está en peligro de ser arrastrado. No podían refutar sus argumentos y, por eso, querían matarlo (compárese el caso de Esteban, 6:11-14). Cooperaba con ellos el gobernador: "En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme"(2 Cor. 11:32), pero no lograron hacerlo.

 

9:24 -- pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. -- En otras ocasiones cuando los judíos querían matarlo, él se dio cuenta de ello (14:6; 23:16).

          -- Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle. -- 2 Cor. 11:32, 33.

 

9:25 -- Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta. -- "y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos" (2 Cor. 11:33). Compárese Josué 2:15.

 

9:26 -- Cuando llegó a Jerusalén, -- No fue el propósito de Lucas describir los pensamientos de Pablo durante este viaje, pero al meditar sobre este relato nos preguntamos cómo le habrá afectado a Pablo llegar al sitio donde Jesús le apareció, y qué habrá pensado al llegar a la ciudad de Jerusalén donde Jesús fue crucificado y donde Esteban fue apedreado y al encontrarse con los judíos que habían sido sus compañeros pero que ahora serán sus peores enemigos y con hermanos que habían sido sus enemigos y que ahora cuando tengan confianza en él serán sus mejores amigos.

          -- trataba de juntarse con los discípulos; -- Quería tener plena comunión con los hermanos. Quería que lo aceptaran como hermano.

          -- pero todos le tenían miedo, --  Cuando salía de Jerusalén respiraba amenazas y muerte contra los discípulos; por eso, es fácil entender la actitud de ellos ahora cuando Pablo trataba de juntarse con ellos. Si habían oído de su conversión, no estaban convencidos.

          -- no creyendo que fuese discípulo. -- Una carta de los hermanos de Damasco, como la que se escribió para Apolos (18:27) le hubiera ayudado pero, que sepamos, no llevó tal carta. Los hermanos desconfiaban de Pablo.

          Este texto ilustra cómo cada iglesia debe preocuparse por la pureza de la comunión de la congregación. No debe aceptar como miembro a todo el mundo que se presente como cristiano. Es necesario investigar y saber que son hermanos fieles. Casi toda congregación quiere más miembros, pero hay personas que causan tropiezos y divisiones (Rom. 16:17).

 

9:27 -- Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, -- Explica Pablo a los gálatas (1:18, 19) que estuvo con Pedro quince días "pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor". Jacobo y Bernabé (14:4) se llaman apóstoles aunque no eran de los doce apóstoles; eran apóstoles en sentido secundario.

          -- y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. -- Urgentemente Saulo necesitaba un amigo y Bernabé era ese amigo. Los apóstoles le habían puesto ese nombre "que traducido es, Hijo de consolación" (4:36). Bernabé "era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe" (11:24). Lucas no nos explica por qué Bernabé estaba convencido de la conversión de Saulo, pero él persuadió a Pedro. Entonces Saulo (Pablo) estuvo con Pedro por dos semanas pero, como explicó a los gálatas, él no recibió su apostolado de los otros apóstoles porque ya lo había recibido de Cristo (Gál. 1:11-17). Durante estas dos semanas seguramente Saulo aprendió muchas cosas de Pedro acerca de Jesús, su vida y ministerio sobre la tierra.

          ¿Habrá recordado Pablo la amistad de Bernabé cuando escribió que el amor "todo lo cree, todo lo espera" (1 Cor. 13:7)? Bernabé creyó lo mejor de Pablo y creyó lo mejor de Juan Marcos (15:37-39), pero al decir esto no se critica en lo más mínimo el juicio de Pablo con respecto a Marcos, 15:38, porque el trabajo que iban a llevar a cabo era muy exigente y según el juicio de Pablo, Marcos quedó descalificado. Después recobró la confianza de Pablo, 2 Tim. 4:11. El que escribe este comentario ha quedado varias veces muy decepcionado por haber creído lo mejor de algunos hermanos cuando en realidad no lo merecían, y ha pedido perdón a Dios por haber trabajado con ellos y por haberles recomendado a otros. Es necesario "creer lo mejor" de algún hermano pero, al mismo tiempo, juzgar los méritos de su servicio (Fil. 2:22).

          Jesús tenía confianza en sus apóstoles y esperaba mucho de ellos, pero era muy necesaria la paciencia.

 

9:28, 29 -- Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía, y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos (helenistas, judíos de habla griega); -- Como lo había hecho Esteban (6:9), haciendo los mismos argumentos hechos por Esteban que él (Saulo) no podía refutar.

          -- pero éstos procuraban matarle. -- Exactamente como él procuraba matar a Esteban. Lo que ahora sucede con Saulo es duplicación de la experiencia de Esteban (7:53-60); aun los oponentes (los helenistas) fueron los mismos. Estos griegos querían callar a Saulo como el concilio había callado a Esteban. Como discípulo nuevo por segunda vez su vida peligraba. Aquí cabe 22:17-21, "Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban". El quería quedarse en Jerusalén para predicar a los judíos. El creía que seguramente le escucharían puesto que él había sido uno de los principales perseguidores de la iglesia, pero como el Señor no le hizo caso a Ananías (9:13-15) no le hace caso a Saulo. "Pero me dijo: Vé, porque yo te enviaré lejos a los gentiles".

 

9:30 -- Cuando supieron esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso. -- Como él había causado que los discípulos de Jesús huyeran, ahora él mismo tiene que huir para salvar su vida. Esto indica que los hermanos de Jerusalén ya habían aceptado a Saulo como hermano y se preocupaban por su vida. Estando en Tarso predicó "la fe que en otro tiempo asolaba" (Gál. 1:23). Posiblemente durante este tiempo logró convertir a algunos de sus parientes (Rom. 16:7, 11, 21). Cuando Bernabé vio el éxito de la obra en Antioquía, "fue a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía" (11:24).

 

9:31 -- Entonces las iglesias tenían (la iglesia gozaba de, LBLA) paz por toda Judea, Galilea y Samaria; -- Aquí Lucas emplea la palabra iglesia en singular aunque no habla de la iglesia universal ("mi iglesia", Mat. 16:18). La palabra se puede usar pues para hablar de los discípulos de una área (Judea, Galilea y Samaria). "Esta primera ola de persecución parece haber acabado con la conversión del perseguidor" (Bruce).

          -- y eran edificadas (era edificada, LBLA) -- La paz es muy necesaria para la edificación de la iglesia. La predicación de la palabra edifica (20:32). La cooperación de cada miembro edifica (Efes. 4:16). El plan de Dios es que haya ancianos (obispos) en cada iglesia (14:23). Cuando Pablo y Bernabé llevaron el socorro de Antioquía para los hermanos de Judea, lo enviaron "a los ancianos" (Hechos 11:29, 30). Había ancianos en la iglesia de Jerusalén (15:4). Siempre las iglesias son edificadas cuando se organizan con ancianos y diáconos que reúnen los requisitos nombrados por el Espíritu Santo (Fil. 1:1; 1 Tim. 3; Tito 1).

          -- andando en el temor del Señor, -- No querían desagradar al Señor; no querían enseñar ni practicar nada que fuera contrario a su voluntad. Por eso, perseveraban en la doctrina de los apóstoles (2:42).

          -- y se acrecentaban fortalecidas (exhortadas y consoladas, 4:36; 13:15; 15:31) por el Espíritu Santo. -- Es decir, por las palabras de los hermanos inspirados por el Espíritu Santo. Somos guiados (exhortados y consolados) por el Espíritu Santo (Rom. 8:14) al escuchar las enseñanzas inspiradas del Espíritu Santo. Nosotros tenemos sus enseñanzas inspiradas en el Nuevo Testamento, pero en aquel tiempo los discípulos recibieron la instrucción del Espíritu Santo a través de las enseñanzas habladas y escritas por hombres inspirados (prin­cipalmente los apóstoles).

          Las iglesias del Señor deben andar en el camino de reverencia hacia el Señor y su palabra. Si hacen esto seguirán creciendo. Habrá conversiones. Habrá nuevas congregaciones. Habrá crecimiento espiritual. (Com­párense 2:41; 4:4; 5:14; 6:7; 8:25).

 

9:32 -- Aconteció que Pedro, visitando a todos (o a todas aquellas regiones de Galilea, Samaria y Judea), vino también a los santos que habitaban en Lida. -- Ahora Lucas continúa el relato del trabajo de Pedro; este texto es la continuación de 8:25. Al hacer esto Pedro obedecía lo que Jesús le dijo: "apacienta mis corderos ... Pastorea mis ovejas ... Apacienta mis ovejas", (Jn. 21:15-17).

          Por segunda vez Lucas dice santos. La repite en el ver. 41. Este es el término empleado por Pablo. El no habla de los "miembros de la iglesia", sino de los santos. ¿Cuántas veces hemos dicho que el hermano fulano visitó a los santos que habitan en tal o cual lugar? Decimos "la iglesia", o "los hermanos", pero ¿hablamos de los santos? ¿Evitamos la palabra porque no somos tan santos? Si habláramos de los santos de tal o cual lugar tal vez nos sentiríamos obligados a modificar la palabra santos con algún prefijo (los casi-santos, los medio-santos, etc.), pero búsquese la palabra en la concordancia. ¡Cuántas veces Pablo y otros hermanos del primer siglo hablan de los santos! Cuando Pablo escribió a los romanos, mencionó los santos unas siete veces y nunca se refirió a los hermanos como "los miembros de la iglesia"; en las cartas a los corintios sí habla de los miembros del cuerpo (1 Cor. 12:14-27), pero habla de los santos unas diez veces; en Efesios, nueve veces; en Colosenses, cuatro veces, etc. ¿Por qué tanto énfasis sobre santos? Pedro lo explica: "Porque escrito está: Sed santos porque yo soy santo" (1 Ped. 1:15, 16).

 

9:33 -- Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. -- Nadie podía cuestionar la validez del milagro porque la gente sabía que "por ocho años estaba en cama".

 

9:34 -- Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo (no Pedro sino Jesús) te sana; -- Para "Lucas, el médico amado" la palabra sana era palabra favorita (Lucas 5:17; 6:19; 9:2; 11:42; 14:4; 22:51; Hechos 10:38; 28:8).

          -- levántate, y haz tu cama. -- Debería levantarse y hacer su cama para demostrar su completa sanidad (compárense Mar. 2:11; Jn. 5:8). Ahora Eneas podía hacer por sí mismo lo que otros habían hecho por él por ocho años.

          -- Y en seguida se levantó. -- Compárese 3:6. Así eran los milagros de Jesús y los apóstoles.

          A Eneas le fue restaurada la fuerza a su cuerpo que había quedado paralizado. Así fue la naturaleza de los milagros. Al ciego le fue restaurada la vista (Mat. 20:29-34); al sordo le fue restaurado el oído y al mudo le fue restaurada el habla (Mar. 7:32-37); al hombre con mano seca "le fue restaurada sana como la otra" (Mat. 12:10, 13); y a Dorcas le fue restaurada la vida (ver. 40).

 

9:35 -- Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor. -- El milagro confirmó el mensaje predicado por Pedro y otros (Mar. 16:20; Hech. 13:4; Heb. 2:3, 4). Convertirse significa todo el proceso de creer, arrepentirse, confesar la fe y ser bautizados para perdón de los pecados.

 

9:36 -- Había entonces en Jope (Jonás 1:3) una discípula llamada Tabita (su nombre arameo), que traducido quiere decir, Dorcas (palabra griega para gacela, nombre bonito para una vida bonita). Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía (continuamente, LBLA). -- Con las buenas obras ella demostraba su fe (Sant. 2:18) y que era discípula verdadera de Cristo. "Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová" (Sal. 41:1). La primera mujer mencionada por nombre en Hechos es Safira; Dorcas es la segunda. Sus "buenas obras" eran "las túnicas y los vestidos que hacía cuando estaba con ellas" (ver. 39). Esta hermana no predicó públicamente pero ella proclamó el amor de Dios a través de sus obras de benevolencia. Sirvió al Señor con su aguja. Fue un servicio muy aceptable al Señor; "Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios" (Heb. 13:16). Ella no ofreció un servicio mínimo, sino que abundaba en buenas obras (1 Cor. 15:58). Lo hacía continuamente.

 

9:37 -- Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada (la purificación de los muertos), la pusieron en una sala. -- La costumbre normal era sepultar pronto. ¿Tendrían fe que Pedro podría levantarla otra vez?

 

9:38 -- Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. -- Porque a más tardar tendrían que sepultar el día siguiente. Tenían la confianza de que Pedro les haría caso. No sabemos si pidieron algo de Pedro (aparte de que viniera pronto).

 

9:39 -- Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando -- "Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos" (Sal. 116:15), y "Bienaventurados ... los muertos que mueren en el Señor ... descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (Apoc. 14:13), pero la muerte de los santos es dolorosa para los hermanos y hermanas que tanto los extrañan.

          Cuando Pedro acompañó a Jesús a la casa de Jairo, observó "el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho" por la muerte de la hija de Jairo (Mar. 5:38). En este caso las viudas lloraban la muerte de Dorcas, pero no se entristecieron como los que no tienen esperanza (1 Tes. 4:13).

          -- y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas (Apoc. 14:13). -- Aquí está la grandeza verdadera (Mat. 20:26-28). Las túnicas y los vestidos costaron tiempo, trabajo y dinero. Este relato por el Espíritu Santo indica que Dorcas era una de las personas más grandes en el reino y que su servicio era "olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios" (Fil. 4:18; Heb. 13:16). Antes de morir Dorcas había erigido su propio memorial, no de piedra sino de ropa que hacía para personas necesitadas. Las viudas mostraban las túnicas y los vestidos que Dorcas les había hecho (la voz media del verbo griego indica que las mostraban sobre sí mismas). ¿Cuál es el ayuno que Dios quiere? "¿No es que ... cuando veas al desnudo, lo cubras?" (Isa. 58:7). Al proveer ropa para las viudas Dorcas lo hacía para Cristo (Mat. 25:36, 40). Al servir a estas discípulas de Cristo ella sirvió a Cristo mismo, como la "mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza" (Mar. 14:3). Seguramente el "olor fragante" de las buenas obras de esta hermana llenó el cuarto donde estaban. Ella no había dicho a las viudas, "Id en paz, calentaos" (Sant. 2:16) sin proveerles la ropa necesaria.

          Las viudas estaban mostrando su reconocimiento de la benevolencia de Dorcas y su gratitud hacia ella. Cuántas personas reciben y reciben sin mostrar gratitud (no la muestran porque no existe). Por esta causa algunos discípulos bondadosos se desaniman y preguntan, "¿para qué hacerlo", pero Cristo nuestro perfecto ejemplo seguía haciendo buenas obras aunque nueve de los diez leprosos limpiados por El no le dieron gracias (Luc. 17:6, 7, "Y los nueve, ¿dónde están?"). Los que ayudan a otros no deben sonar trompetas, pero los que reciben tales favores sí lo pueden hacer.

          Este texto no implica que Dorcas y estas viudas eran una "Sociedad Femenil" (o "Club de costureras") para hacer buenas obras. Lucas no habla de ropa hecha por "ellas" sino de la que "Dorcas hacía".

 

9:40 -- Entonces, sacando a todos (Luc. 8:54), -- Los que pretenden hacer milagros hoy en día nunca harían tal cosa, sino que juntarían multitudes de gente para una gran exhibición.

          -- Pedro se puso de rodillas y oró; -- Lucas enfatiza mucho la oración. Relata las muchas veces que Jesús oró (Luc. 3:21; 5:15; 6:12; 9:18, 29; 11:1; 23:34); también en Hechos enfatiza mucho la oración (1:24; 4:31; 6:4; 8:15, 22; 9:40: 10:2, 9; 12:5; 14:23; 16:13, 25; 20:36; 21:5; 22:17).

          -- y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita (su nombre hebreo), levántate. -- Jesús había dicho Tabitha cumi y Pedro dice, Talitha cumi. Compárense Luc. 8:54; Jn. 11:43.

          -- Y ella abrió los ojos, -- como si se despertara del sueño.

          -- y al ver a Pedro, se incorporó. -- Estos son detalles de un testigo ocular; sin duda Pedro los contó a Lucas. El Señor había obrado a través de Pedro para sanar al cojo (3:7) y al paralítico (9:34); le dio autoridad para impartir el poder del Espíritu Santo (8:17); pero esta es la primera vez (que sepamos) que el Señor dio a los apóstoles autoridad sobre la muerte misma.

 

9:41 -- Y él, dándole la mano (Mar. 1:31), la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. -- "Ni la pluma gráfica de Lucas podría describir la escena que siguió. Si devolver a un santo al pequeño grupo que ha dejado es cosa indescriptible, ¿qué decimos o pensamos de la hora en que los santos todos se levanten en gloria y se saluden mutuamente sobre las playas de la vida? ¿No lleva la intención este evento de Jope de darnos sabor de antemano de los goces en la mañana de resurrección?" (McGarvey). En este milagro Pedro demuestra "las señales de apóstol" (2 Cor. 12:12).

          Se nos ocurre la pregunta, ¿por qué levantar a Dorcas y no levantar a Esteban o a Jacobo? pero Dios contesta, "mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos" (Isa. 55:8).

 

9:42 -- Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor. -- A través del libro Lucas enfatizó que el propósito de los milagros era confirmar la palabra (véase 14:3). Compárense Mar. 16:20; Heb. 2:3, 4. Estos milagros siguen convenciendo a la gente sincera porque han sido relatados por testigos oculares y registrados en este libro inspirado por el Espíritu Santo.

 

9:43 -- Y aconteció que se quedó muchos días en Jope -- Obviamente encontró una puerta abierta después de levantar a Dorcas y aprovechó su oportunidad.

          -- en casa de un cierto Simón, curtidor. -- El oficio de curtidor se consideraba inmundo porque se trabajaba con los cadáveres de animales. Los judíos más estrictos evitaban este oficio. Simón tenía su casa junto al mar (10:6) porque la ley requería que su taller estuviera por lo menos cincuenta codos del muro del pueblo. Si alguno se casaba sin decir a su novia que era curtidor, ella podía cancelar el compromiso de matrimonio. Es interesante observar que el apóstol Pedro aceptaría vivir con Simón; esto nos hace pensar que en la práctica Pedro ya estaba bajando la pared de separación erigida por las leyes sobre cosas inmundas.

 

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