El Profeta Isaías

(El Libro de Isaías)

El profeta Isaías era  profeta en Jerusalén y en Judá, aunque él exclama tanto contra Israel como contra Judá. A estas alturas ambos son malvados. Ha sido llamado el rey de los profetas, por lo cual hay varias razones. La belleza de su lenguaje, las encumbradas imágenes de su imaginería, la riqueza de sus visiones, como un todo contribuyen a la reputación de Isaías. Pero, en nuestro pensar, más que cosa alguna, es el énfasis de Isaías en todos los temas proféticos, y especialmente sus muchos pasajes sobre la naturaleza y obra del Mesías y de Su reino, lo que le hizo el mayor de los profetas.

Su carrera comenzó en el último año de Uzías (Isa. 6:1), y permaneció hasta bien entrado el reino de Ezequías después de la caída de Samaria. En efecto, la tradición judía dice que él fue uno de los muchos inocentes asesinados durante el reinado de Manasés.

De una vez es obvio que el libro se divide en dos partes: De los capítulos 1-39 y de los capítulos 40-66. En los primeros 39 capítulos hay una buena cantidad de material que puede ser ordenado cronológicamente con la historia de los reyes. Por tanto, incluiremos estas partes en sus lugares apropiados, pero en este punto, queremos tratar brevemente la estructura total y la enseñanza del libro.

Visiones y Discursos Relativos a Israel, Judá y a las Naciones (capítulos 1-39):

Los Mensajes de Dios a Israel y Judá (capítulos 1-12):

Mediante el profeta, Jehová predica a Su pueblo, diciéndoles de la maldad que ha encontrado entre ellos. Los pecados de Israel y Judá son presentados gráficamente, pero hay brillantes rayos de luz de un mejor día en el futuro.

Los pecados de Israel son su idolatría (2:5-8; 8:19), su inmoralidad (1:15; 3:9-11; 5:8,11, 18-23; 10:1-2), su ritualismo (1:11-15), y la vanidad del estilo de vida de su pueblo (3:16-24; 5:11-12). Jehová debe castigar tal maldad para sostener Su gran nombre. Ellos se han hecho como Sodoma y Gomorra (1:10; 3:9); pues bien, deben ser tratados como Sodoma.

Pero el monte de la casa del Señor será exaltada  sobre las naciones, y la palabra del Señor saldrá de Jerusalén (2:1-4). La virgen concebirá y dará a luz Aquel que será llamado Emanuel (7:14). En las devastadas tierras de Zabulón y Neftalí, Isaías ve una gran luz resplandeciente (9:1-2), la luz de un Hijo que ha nacido, el cual será llamado Admirable, consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz (9:6-7). Saldrá una vara del tronco de Isaí. Reposará sobre Él el Espíritu de Jehová, y se deleitará en obedecer a Jehová. El lobo morará con el cordero, y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid (11:1-8). No harán mal ni dañarán en el santo monte de Dios, porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar (11:9).

Los Mensajes de Dios a las Naciones (capítulos 13-23):

 En los profetas Dios muestra con claridad que Él es Dios de todo el mundo. No reprenderá el pecado solamente entre Su pueblo y permitirá el que las naciones no sean puestas en tela de juicio. Todos los hombres son responsables ante Dios. Se trata sobre Babilonia, Filistea, Moab, Siria, Etiopía, Egipto, Edom, Arabia, y Tiro. Sus pecados y su castigo son descritos en detalle.

El Contraste Entre Israel, el Pueblo de Dios, y las Naciones (capítulos 24-27):

El juicio de Dios será contra toda la tierra, no meramente naciones individuales. Han violado  las leyes, han violado los estatutos, y han roto el convenio eterno (24:5). Con sonido y furia, Isaías describe el castigo contra las naciones en fuerte contraste con la gloria de las bendiciones del pueblo de Dios. El profeta dice: «Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.» (26:20-21).

Una Serie de Amonestaciones y Promesas con Respecto al Futuro de Israel (capítulos 28-35):

¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín» (28:1). Esa corona será pisoteada con los pies el día en que sea juzgado. Jehová será por corona de gloria  para su pueblo.

Su pueblo rehúsa ser enseñada. Se quejan: «Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón.» Por tanto, les serán enseñadas en una lengua extraña.

Jehová destruirá las mentiras y falsedad de las cuales se ha hecho dependiente Su pueblo, y pondrá por fundamento una piedra de cimiento estable (28:16).

Jehová mostrará cuán necios son sus «sabios» y que tan ciegos son sus guías. Él dice: «Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios» (29:13-14).

En los capítulos 30-31 el Señor pregunta por qué los Israelitas confían en Egipto. «¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu» (30:1). Por tanto, serán avergonzados por el pueblo que no les ayuda (30:5).

El Señor dice a Su pueblo: «No tenéis forma de escapar de vuestra suerte, en manera alguna, a menos que os volváis a mí. Puedo derrotar a los Asirios. En Tofet he preparado la pira funeraria de Asiria. El soplo de Jehová, como torrente de azufre lo enciende» (30:27-33).

En el capítulo 32 el Señor cuenta de un rey justo que gobernará, y los necios no serán más llamados nobles. Párrafos similares a 32:1-8 son hallados a menudo en los profetas. Se señala el punto de cómo se distorsionan  los pensamientos e ideas del hombre cuando Dios es olvidado.

Así como en 3:16-24, las mujeres de Jerusalén son advertidas en 32:9-15. Son reprendidas por su descuido. Su tierra será golpeada y deshabitada hasta que el Espíritu del Señor sea derramado sobre ella de nuevo.

Jehová será la ayuda en medio de las dificultades: «Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación» (33:2). La tierra es devastada, pero el Señor dice: «Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.»

En el capítulo 34 Dios les habla de la venganza que tomará contra Edom. Será totalmente abandonado, un lugar donde los chacales y patio para los avestruces. [Recuerde que Edom es ampliamente usado en los profetas para contrastar el futuro de las naciones de los hombres no regenerados y el futuro del pueblo de Dios.]

Por tanto, en el capítulo 35, Dios habla de las bendiciones que vendrán a Sión. «El yermo se gozará y florecerá como la rosa» (35:1). Los ojos de los ciegos serán abiertos, y los ojos de los sordos se abrirán. El Señor preparará calzada y camino por el desierto, llamado «camino de Santidad.» Será tan claramente demarcado que nadie se extraviará siguiéndolo. Ni leones ni fieras se hallarán allí, mas los redimidos lo caminarán, y vendrán con alegría a Sión, y gozo perpetuo será sobre sus cabezas. Tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán (35:8-10).

Sección Histórica: Ezequías y Judá Encaran a Asiria; Su Liberación; la Enfermedad de Ezequías; Visitantes de Babilonia (capítulos 36-39):

Esta sección es tratada extensamente en el texto, de modo que no añadiremos ningún comentario adicional.

Una Serie de Visiones Identificando a los Siervos de Jehová Mediante los cuales Liberará a Sión y Cumplirá Su Voluntad Entre las Naciones (Capítulos 40:66):

Jehová Liberará a Israel: Su Incomparable Grandeza (capítulos 40-48):

Jehová reconforta a Su pueblo [los fieles dejados todavía entre los malvados]. Isaías mira hacia un día en que el Señor, habiendo castigado a Israel la restaurará a su gloria. Quien garantiza este futuro es el Señor. «He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas» (40:10-11).

¿Pero quién más es como Jehová? No hay nadie. ¿Puede El ser comparado a un dios que es tallado de un madero? Jehová se sienta  en el círculo de la tierra. Isaías pregunta: «Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán» (40:29-31).

El tema que caracteriza esta sección es : Jehová infunde confianza a su pueblo bajo la base de quien Él es - El Señor Poderoso. Dios reta a los ídolos a preveer el futuro, o a declarar el pasado de hace mucho tiempo, ¡sí, dejadlos hacer algo! Ellos nada son. Jehová es el único Salvador en quien pueden confiar los hombres. Algunas de las sátiras más ingeniosas contra los ídolos se hallan en estos capítulos.

Comenzando al final del capítulo 44,  Ciro [el primer rey de Medo-Persia] es llamado por Dios como Su siervo, el cual « Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado» (44:28). Ciro liberará al pueblo exiliado de Dios del yugo de Babilonia. Ellos regresarán a casa, pero Babilonia será juzgada.

De  nuevo, el Israel presente es censurado por su dependencia de los ídolos. Sin duda alguna es Jehová quien juzgará,  y Él libertará. Ciro, a quien Jehová ama: «ejecutará su voluntad en Babilonia» (48:14).

El Siervo Sufridor de Jehová Quien Salvará a Israel Mediante Su Sacrificio (capítulos 49-57):

Esta sección comienza con la voz del Siervo de Dios, el Cristo. El Siervo de Dios no será dado solamente para el beneficio de Israel, sino también para los gentiles. Dios habla estas palabras a Él: «Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra» (49:6).

El Señor  anima a Sion que siente que «El Señor me ha abandonado.» En preciosas y tiernas palabras Él consuela a Su pueblo. Jehová no ha abandonado a Israel. Él cumplirá Su voluntad.

Una y otra vez, la voz del Siervo Sufridor de Jehová habla: «Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos» (50:6).

Quizá el pasaje mesiánico más famoso en el Antiguo Testamento es Isaías 52:13-53:12. Este precioso y sublime pasaje puede ser bosquejado como sigue:

El Siervo de Jehová asombrará a las naciones (52:13-15).

Su venida será muy distinta de lo que esperan los hombres (53:1-3).

Fue herido por nuestras transgresiones (53:4-6).

Fue afligido aunque no había hecho mal (53:7-9).

Mediante Su muerte cumplió la voluntad de Dios (53:10-12).

Jehová continúa consolando a Su pueblo. Él dice: «Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento» (54:8). Sin embargo, él restaurará, y la herencia del siervo de Jehová es: «Ninguna arma forjada contra ti prosperará» (54:17).

Israel - todo Israel - es animado a buscar al Señor. Guardad Su justicia y haced lo recto, y Jehová bendecirá. Aun el eunuco que dice: «Soy un árbol muerto,» y los extranjeros que se unan a Jehová serán bendecidos y hallarán misericordia.

Qué grande ha sido la paciencia de Jehová, ya que Su pueblo ha llegado a ser hijos de adivinadores, los descendientes del adúltero y la prostituta. Han pecado en toda forma concebible. Han buscado otros dioses y han enviado a sus embajadores a todo lugar, pero no se han vuelto a Dios. Aun así, Jehová perdonará a un corazón arrepentido.

La Sion Glorificada en  una Nueva Dispensación de Redención Universal en el Reino Espiritual de la Simiente de David, El Cristo (capítulos 58-66):

Es difícil ver una clara separación entre los capítulos 57 y 58. Aun así muchos eruditos comienzan esta última sección en el capítulo 58. Muchos señalan que el tema es básicamente el mismo. En algunos aspectos parece que la sección previa debería extenderse hasta el capítulo 59, y después comenzar la sección que trata de la Sion glorificada. En realidad, Keil y Delitzsch dice que esta sección consiste de tres visiones proféticas: (1) Capítulo 58, (2) Capítulo 59, (3) Capítulos 60-66.

En el capítulo 58 Jehová censura al pueblo por su adoración egoísta. Adoran a su manera, no a la de Él. ¿La idea de Dios con respecto al ayuno es el que un hombre incline su cabeza como junco, y desparrame cilicio y ceniza bajo sí? (58:5, 6). La idea de Dios con respecto al ayuno es cortar las ligaduras de impiedad y hacer el bien a otros.

Del mismo modo dice Jehová que si ellos dejan de hacer lo que quieren en Su santo día, el día de reposo, y comienzan a hacer lo que Él desea, entonces les bendecirá.

En el capítulo 59 Isaías dice: «He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír» (59:1-2).

Isaías prosigue a confesar los pecados de la nación. «Vuestras manos están contaminadas de sangre.»  Él dice: «Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras» (59:5).  «Por esto  se alejó de nosotros la justicia. Gruñimos como osos, gemimos como palomas, y no hallamos descanso, porque nuestras rebeliones se han multiplicado» (59:9-15).

Viendo Jehová esta situación pecaminosa, estaba disgustado, y ya que ningún hombre se levantó a hacer algo al respecto, El mismo se puso su armadura y se vistió con los vestidos de la venganza. Retribuirá a sus enemigos según sus hechos. «Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él. Y vendrá el Redentor a Sión, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová» (59:19-20). El pacto de Jehová con los redimidos será  el de que Su Espíritu y Sus Palabras no faltarán de las bocas de los redimidos de generación en generación» (59:21).

En los capítulos 60-66, la nueva y glorificada Sión es descrita.  Jehová la preservará y guardará en medio de las naciones que se oponen a ella. De nuevo es escuchada la voz del Mesías diciendo lo que sería su obra: «predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya» (61:1-3).

Sión no será llamada Desamparada, y su tierra no será llamada más Desolada. Tendrá un nuevo nombre. Será llamada  Hefzi-bá (Mi complacencia está en ella), y su tierra será llamada Beula (Desposada).

Jehová  guardará aa Sión en medio de las naciones. En los tiempos pasados El Señor cuidó de Su pueblo; y Él lo hará nuevamente.

Isaías clama a Dios por ayuda en estos días. De nuevo confiesa: «somos como suciedad... Nuestras maldades nos llevaron como viento» (64:6). El profeta dice: «nosotros somos barro, y tú el que nos formaste ... o te enojes sobremanera» (64:8-9).

Jehová explica que Su pueblo ha sido rebelde. Ellos « me provocan de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos» (65:3-4). Se dicen el uno al otro: «Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú» (65:5). Los tales son humo a la nariz de Dios. Les retribuirá. No los destruirá a todos; un remanente será perdonado.

Un nuevo orden será creado por Dios: nuevos cielos y nueva tierra. Las bendiciones espirituales de este orden son declarados figurativamente en 65:17-25. Jehová juzgará a los malvados. «Vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor» (66:15). Sión, en contraste, será engrandecida y bendecida.

Esté alerta a la mención frecuente del remanente que volverá. Es mencionado una y otra vez en los profetas. Veremos que esa profecía se hace realidad también.


JUDA

Jotam — 16 años (recto)

(2 Re. 15:5, 32-38; 2 Crón.  26:21; 27:1-9):

Jotam tenía 25 años cuando comenzó a reinar. Hizo lo recto delante del Señor. Anduvo en los caminos de Uzías, excepto que no entró ilegalmente en el templo de Dios.

La idolatría y la inmoralidad eran entonces una parte inseparable del  común de las gentes. «El pueblo vivía en corrupción.»

Jotam continuó la construcción de fortificaciones que su padre había comenzado.

Subyugación de los Amonitas

(2 Crón.  27:5-6):

Recuerde que los amonitas vivían al este de Israel, en los márgenes del desierto.

Desde los días de los Jueces, los amonitas habían deseado los ricos campos de Galaad. Le causaron dificultades a Israel a través de los años.

Jotam hizo la guerra al rey de los amonitas y les conquistó. Los amonitas fueron obligados a pagar cien talentos de plata, diez mil  coros de trigo y diez mil de cebada durante tres años consecutivos.

Jotam se hizo poderoso ya que caminó rectamente delante del Señor su Dios.

ISRAEL

2° año de Peka



 

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