El Profeta Miqueas

(El Libro de Miqueas)

Miqueas profetizó en los días de Jotam y Ezequías. El  e Isaías fueron casi exactamente contemporáneos. Por tanto, no es sorprendente encontrar muchas similitudes entre los dos libros que escribieron los profetas, pero también había algunos contrastes importantes. Isaías era el profeta de la corte, mientras que Miqueas era un profeta de los poblados. Isaías se dirigía a asuntos políticos; Miqueas trató casi totalmente con la religión personal y la moralidad social. Miqueas enfatizó a Judá algunas de las lecciones que Amós había predicado a Israel: la condenación de la vana adoración por parte de aquellos cuyas vidas morales estaban en bancarrota espiritual. También se afligía por su pueblo como lo había hecho Oseas.

Observe que el mensaje a Judá suena muy parecido al mensaje de Amós y Oseas a Israel. A menos que Judá se arrepienta, su juicio también es inminente. Aunque Uzías y Judá fueron buenos reyes, y Miqueas inicia su obra en los días de Jotam, el pueblo de la tierra está corrupto. La advertencia es necesaria.

Se Pronuncia Juicio contra Israel y Judá (capítulos 1-3):

Los primeros tres capítulos pronuncian una denuncia aguda  y una inevitable condenación de Israel y Judá, con Samaria y Jerusalén como las capitales de las naciones. Miqueas abre su libro con una descripción del juicio severo que se acerca del gran YO SOY: «¡Oíd! El Señor viene desde su morada. Pisoteando como un conquistador sobre la tierra. Las montañas se derriten ante Él, y los valles se apartan, como cera ante el fuego,  como agua descendiendo una ladera.» Nada se interpondrá en Su camino. Y todo esto debido a «la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel.»

La orgullosa ciudad de Samaria será hecha ruinas. Sus ídolos serán rotos en pedazos porque se vendió a otros dioses como una ramera por un precio. El profeta no vio esperanza para Samaria - « su llaga es incurable» (1:9) pero la destrucción de Samaria no se detendría aquí, llegaría incluso a las puertas de Jerusalén. Miqueas fue por las callas llorando y gimiendo con tristeza. La última parte del capítulo 1 es un largo juego de palabras mientras el profeta exclama: «No lo digáis en la ciudad del Decir (Gat), ni lloréis en la ciudad del Llorar (Jope); revuélcate en la ciudad del  Polvo (Bet-le-afra)..»

Estos nombres no querían decir literalmente lo que la interpretación de Miqueas les dio, pero como en muchos juegos de palabras, las palabras suenan como las traducciones hechas arriba. El clamor poético es  para mantener aquietadas las noticias terribles. No dejéis que los vecinos oigan de la gran caída de Israel. Ni dejéis que se sepa que también alcanzó a Judá, aun a las puertas de Jerusalén.

La clase rica malvada que oprimió a los pobres es condenada. «¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal ... pues el Señor dice: Yo pienso un mal contra este pueblo, del cual no podrá escapar.»

Los falsos profetas que proclamaban la paz eran condenados. El pueblo que escuchaba a los falsos profetas antes que al verdadero mensaje de Dios fue censurado. ¿Habéis olvidado lo que significa ser la casa de Jacob? Los atributos de Dios no cambian - todavía hace el bien a los rectos, pero vuestros pecados hacen necesario que Dios castigue.

El profeta clama al pueblo para que salga de Canaán: «Levantaos y andad, porque no es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente.» Eran mentirosos que lo harían por ganancia, aquellos que el pueblo quería por profetas.

La clase gobernante se comportaba como caníbales en sus injustos tratos con el pueblo. La ganancia, el soborno, y el dinero eran el principio y el fin de su ambición. Aun así, clamaban al Señor esperando que les protegiese del mal. Dios dijo que El no contestaría sus oraciones y que no les mostraría misericordia, lo mismo que ellos no habían mostrado misericordia con los oprimidos.

Vuestros falsos profetas claman:  «Paz,» con sólo pagarles suficiente dinero. Si alguien se rehúsa a daros el mensaje que queréis, entonces se preparan a hacer la guerra contra él. De modo que la noche vendrá sobre vosotros,  falsos profetas. No habrá visiones: «Mas yo», declara Miqueas; «estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión.»

«Oíd ahora, príncipes que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que recibís soborno, y aun así decís que Dios está de vuestra parte. Debido a todos vuestros pecados, Sión y Jerusalén serán completamente derruidas.  El mismísimo lugar de la presencia de Dios (el templo) será arado como campo.»

Exaltación Futura del Pueblo de Dios (2:12-13; 4:1-5:15):

Aunque el juicio de Dios sería ardiente, su ira no quemaría para siempre. En medio de sus advertencias severas del juicio, el profeta da una promesa gloriosa del retorno de los fieles de todas las doce tribus. “De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel … su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová” (2:12-13). El capítulo 3 termina con un cuadro oscuro de la destrucción de Jerusalén; el capítulo 4 empieza con un cuadro glorioso de Jerusalén siendo exaltada sobre los montes. La expresión usada por los profetas, “en los postreros tiempos”, siempre se refiere a la era mesiánica. En este “último día” el gobierno de Dios sería restaurado (el monte de la casa del Señor será establecido); no sólo los judíos, sino todas las naciones correrán a él; la ley saldría de Jerusalén; Jehová juzgaría a todas las naciones y establecer un reino de paz (no sería un reino mantenido por la guerra); el cojo y el descarriado llegarían a ser el núcleo del reino, y el Señor reinaría sobre ellos. El plan de Dios sería llevado a cabo.

El mensaje del profeta regresa a su propio tiempo. Antes de la gloria de estos últimos días, el juicio debe caer sobre la tierra debido a los pecados del pueblo: «Duélete y gime, hija de Sión, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad...  y llegarás hasta Babilonia.» Pero de nuevo, Dios promete que un remanente regresará. Después, de este remanente físico, nacerá un remanente espiritual mediante el cual llegará el Mesías. Muchas naciones se juntaron contra Sión y quisieron verla destruida totalmente, pero Dios tenía otro propósito para Su pueblo. Les castigaría pero no les destruiría. El reino físico sería destruido, pero Dios establecería un reino espiritual nuevo y poderoso.

Observe que Miqueas dijo que la hija de Sión (el pueblo de Judá) sería llevada a Babilonia, aunque Asiria es el principal enemigo en el horizonte en ese entonces. Sin la ayuda de Dios, ¿cómo   podría saber Miqueas dónde iría Judá en cautiverio? Cuando Miqueas hablaba Babilonia era un pequeño territorio bajo el control de Asiria.  Espere el cumplimiento de esta profecía.

En el capítulo 5, Miqueas dirige su atención nuevamente a la esperanza mesiánica. Un gobernante se levantaría de una cuna humilde. Isaías profetizó que este gobernante nacería de una virgen (Isa. 7:14), y ahora Miqueas agrega información en el sentido de que nacerá en una aldea - Belén (5:2). Aunque procede de un origen humilde, será un gran gobernante - «Uno cuyos orígenes son desde los días de la eternidad» [esto es, aunque su nacimiento estaba en el futuro, desde la perspectiva de los días de Miqueas, Su existencia era desde el principio de los tiempos]. Todos los enemigos serán derrotados; ningún poder podrá oponerse a Él. La idolatría y la maldad serán quitadas. Se vengará de sus enemigos.

Esta profecía fue cumplida en Cristo. No se establecerá un reino futuro de Israel como enseñan los milenaristas.

Jehová e Israel en Controversia (pleito); El Camino de Salvación (capítulos 6-7):

El Señor proclama a los montes para que sean testigos en un pleito contra el pueblo. Las montañas habían permanecido y permanecerían; por eso, podían testificar de la maldad de la nación. La corte se convoca y el juicio empieza. Dios habla primero:

Pueblo mío, ¿qué os he hecho? ¿ En que te he molestado? Os traje de la tierra de Egipto; Os redimí de la esclavitud; envié a Moisés, a Aarón, y a María para que os guiasen; evité que Balaam os maldijese cuando el rey Balac de Moab le empleaba para que lo hiciera; os conduje de Sitim hasta la tierra de Canaán, para que conocieseis los actos justos de Dios.

El pueblo responde:

¿Qué deseáis de nosotros?  ¿Debo presentarme con holocaustos cuando me presente ante ti? ¿Os agradarás si trajera millares de carneros y diez mil arroyos de aceite? Quizá querrías que te ofreciese a mi primogénito por mis pecados. No sabemos como complacerte, Oh Dios. Hemos observado fielmente los rituales.

Habla el profeta:

El os ha mostrado, Oh hombre, lo que desea. ¿Qué exige el Señor de vosotros? Que actuéis rectamente, que améis la misericordia, y que caminéis humildemente con vuestro Dios.

Dios habla nuevamente:

¡Escucha, Oh ciudad! ¡Presta atención a la vara de corrección! ¿Debo olvidar vuestros tesoros conseguidos con impiedad,  y vuestras falsas balanzas y las pesas engañosas con las cuales engañáis a vuestros hermanos? ¿Debo olvidar vuestra violencia y vuestras mentiras? ¡No! He comenzado a destruiros: comerás y no te saciarás; almacenarás para vosotros, pero todo cuanto almacenares será tomado por el enemigo; sembraréis mas no cosecharás - debido a todos vuestros pecados. Por tanto, os entregaré a la ruina. Seréis la burla de las naciones.

El profeta concluye este libro, confesando los pecados del pueblo. No hay justo; todos eran malvados, pero unos pocos, un remanente espiritual, buscaba al Señor para salvación. Dios escucharía a estos pocos y les permitiría levantarse de nuevo. Entonces el profeta ofrece una oración final por las bendiciones de Dios para el remanente que regresaría: «Apacentadlos en los ricos pastos del Carmelo, en Basán y en Galaad como cuando vinieron de Egipto».

«¿Qué Dios como tú?» Dios tenía todo el derecho de destruir al pueblo. Pero les mostraría misericordia y permitir que regresara un remanente. Mantendría el pacto con Abraham y Jacob.

Aproximadamente 100 cien años pasan, y Judá todavía no ha caído en los días de Jeremías - aunque el reino se está desmoronando en ese entonces. Jeremías está clamando contra su pueblo, y sus escuchas están tan airados que están a punto de matarle. En esta ocasión los oficiales llegan y salvan al profeta. Dicen a la turba «No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado. Entonces se levantaron algunos de los ancianos de la tierra y hablaron a toda la reunión del pueblo, diciendo: Miqueas de Moreset profetizó en tiempo de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. ¿Acaso lo mataron Ezequías rey de Judá y todo Judá? ¿No temió a Jehová, y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió del mal que había hablado contra ellos? ¿Haremos, pues, nosotros tan gran mal contra nuestras almas?» (Jer. 26:17-19; Miqueas 3:12).

En este momento de la historia, aún no hemos presentado a Ezequías en el trono. Miremos y observemos como responde a las advertencias de los profetas. La mismo que el castigo fue pospuesto a los asirios cuando escucharon a Jonás, el castigo de Judá se pospuso cuando Ezequías condujo a su pueblo de vuelta a Dios por un tiempo. Pero antes de Ezequías habrá otro rey malvado, a saber,  Acaz.



JUDA

Jotam, el hijo de Uzías continúa reinando en Judá.

ISRAEL

 El Comienzo del Cautiverio de Israel (1 Crón.  5:25-26):

En los días de Peka, Tiglat-pileser III vino y llevó cautivos desde Galaad (al lado este del Jordán). Esta era el área donde se establecieron las tribus de Rubén, Gad y la tribu de Manasés.

Hay evidencia de que Peka reinaba como rival de Manahem y Pekaía. Si esto así fue, entonces esta invasión de las fuerzas de Tiglat-pileser vino antes que la que se menciona en 2 Reyes 15:29 que afectó  la parte norteña de Israel en el lado occidental del Jordán.

La Biblia dice específicamente que Dios despertó el espíritu de Tiglat-pileser contra Israel porque se habían desviado en pos de los dioses del pueblo que el Señor había destruido delante de ellos.

Guerra Entre Jotam, Rezín, y Peka

(2 Reyes 15:37)

Antes del final del reino de Jotam en Judá, Peka, rey de Israel, y Rezín, rey de Damasco, comenzaron a afligir a Judá. Esta es toda la información dada hasta ahora. Más detalles serán dados un poco después.

Acaz —  16 años (malo)

(2 Reyes 16:1-20; 2 Crón. 28:1-27; Isaías 7):

Cuando Jotam murió fue sepultado en la Ciudad de David. Fue sucedido por su hijo Acaz.

Carácter de Acaz (2 Reyes 16:2-4; 2 Crón. 28:1-4):

Sin duda alguna, Acaz fue el rey más malvado que hubiera visto Judá. En efecto, hizo cosas que ni siquiera hizo Acab. Adoró a Baal y ofreció a sus hijos en sacrificio a dioses falsos. Es la primera mención de tal tipo de adoración por parte de rey alguno de Judá. También es la primera mención del

17° año de Peka.

Israel

Nota Cronológica:

La cronología sigue siendo un problema en este período. La situación con respecto a los reinos de Judá y Acaz en Judá y los reinos de Peka y Oseas en Israel es complicada debido a un número de dudas y sólo podemos dar algunas soluciones posibles.

Según 2 Reyes 15:30, Oseas mató a Peka en el vigésimo (20) año de Jotam, pero Jotam sólo reinó 16 años. Peka gobernó 20 años en Israel y Acaz el hijo de Jotam comenzó a reinar en Judá en el décimo séptimo (17) año de Peka (2 Reyes 16:1). Esto habría sido el décimo sexto (16) año o el último año de Jotam. Muchos arguyen que

 

Judá

valle de los hijos de Hinom como el lugar en que se efectuaba esta adoración.

Israel

Jotam dejó de reinar en el décimo sexto (16) año o el último año de Jotam. pero vivió cuatro años más contabilizando los 20 años mencionados en 2 Reyes 15:30. Sin embargo, otras explicaciones se han dado.

De acuerdo a 2 Reyes 17:1, Oseas comenzó a reinar en el décimo segundo (12)

año de Acaz. Pero Oseas hirió a Peka en el tercer año de Acaz. Algunos explicarían esto, diciendo que hubo un vacío de nueve años entre el reinado de Peka y el de Oseas. Otros combinarían 2 Reyes 15:30 y 17:1 y dicen que el último año de Peka, el primer año de Oseas, el décimo segundo (12) año de Acaz y el vigésimo  (20)  año  de Jotam fueron todos el mismo año. No hay certeza sobre la verdadera explicación. No sería prudente entrar en esta discusión en la mayoría de las clases.

Guerra Entre Acaz, Peka de Israel y Rezín de Siria

(2 Reyes 16:5-6; 2 Crón.  28:5-15; Is. 7:1-17)

Hemos observado ya que las hostilidades habían comenzado entre las dos fuerzas de Rezín rey de Siria y Peka rey de Israel por un lado y aquellas de Jotam por la otra (2 Reyes 15:37). Este conflicto continuó con Acaz el hijo de Jotam.

Una coalición había sido formada entre Rezín y Peka casi seguramente para protegerse a sí mismos de la amenaza asiria, la cual era enorme a estas alturas. La razón más probable para el conflicto con Acaz fue la de no aceptar unirse a la coalición, aunque estos detalles no son clarificados en las Escrituras. Parece que Rezín y Peka trataron de matar a Acaz y de poner a un hombre en el trono de Judá, el cual les ayudaría en su coalición (ver Isa. 7:6).

Cuando Acaz (rey de la casa de David) se enteró de la coalición de Rezín y Peka, estuvo muy atemorizado y preocupado. Isaías le pidió que se reuniera con él en las afueras de Jerusalén. Allí el profeta le dijo que no era necesario que se preocupara por Rezín y Peka. Los reyes no eran más que dos cabos de tizón que humean. Los reyes y sus reinos iban a caer pronto. Isaías dijo a Acaz que confiara en Dios para liberación. « Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis» (Is. 7:9).

Isaías dijo a Acaz que pidiese una señal de Jehová para fortalecer su fe. Acaz rehusó hacerlo. Por tanto,  Dios declaró que Él daría una señal a la casa de David. Antes de que una virgen concibiese un hijo, lo diera a luz, y antes que tuviese tiempo de crecer hasta la edad del discernimiento, las tierras pertenecientes a Rezín y Peka serían abandonadas (Isa. 7:13-17).

Acaz no escucharía a Isaías y no pondría su confianza en Jehová. Pronto las fuerzas de Rezín y Peka atacaron he hicieron mucho daño en Judá. Parece ser que hubo más de una campaña por la coalición contra Judá. En cierto punto el texto dice que Rezín y Peka marcharon contra Jerusalén pero no pudieron vencer a Acaz, pero los esfuerzos continuaron, y Rezín tomó a Elat quitándosela a Judá y tomó control de ella. Luego Rezín venció a Acaz y se llevó un gran número de cautivos a Damasco. Peka también logró victorias. Mató a 120.000 valientes hombres en un día y se llevó a 200.000 cautivos a Samaria. Pudieron vencer a Acaz «por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres.»

Un profeta llamado Obed se encontró con el ejército de Peka que llevaba los cautivos y dijo:  «Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira que ha llegado hasta el cielo. Y ahora habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a Jerusalén como siervos y siervas; más ¿no habéis pecado vosotros contra Jehová vuestro Dios? Oídme, pues, ahora, y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos; porque Jehová está airado contra vosotros.»

Algunos de los líderes de Efraín confrontaron a aquellos que regresaban de la guerra. Dijeron: «No traigáis aquí a los cautivos, estáis a punto de cometer una falta que traerá la ira de Jehová contra nosotros. ¿Tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre nuestras culpas?»

Los soldados entregaron los cautivos delante de los oficiales  y de toda la asamblea. Los líderes de Efraín tomaron comida y bebida del botín y les alimentaron y vistieron. Les dieron primeros auxilios a los heridos y condujeron en asnos a los débiles. Luego los llevaron de regreso a la ciudad de Jericó y los regresaron a sus hermanos en Judá.

JUDA

Invasión de los Edomitas y Filisteos (2 Crón.  28:17-19):

En algún punto de este turbulento período, Edom y Filistea invadieron también a Judá y llevaron consigo cautivos. Obviamente, Judá estaba sufriendo muchos reveses en este tiempo. Es igualmente obvio que era por los pecados de Judá y de Acaz (2 Crón. 28:19). 

Acaz Pide ayuda de Tiglat-pileser (2 Reyes 16:7-10; 2 Crón. 28:16, 20-21):

Acaz había rehusado buscar ayuda de Jehová, o de unirse en una coalición con Asiria. Ahora envió mensajeros a Tiglat-pileser: «Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.»

Acaz  tomó oro y plata de los tesoros del templo y del palacio y los envió como obsequio al monarca asirio. Tiglat-pileser debe de haber estado satisfecho de recibir dinero para atacar un área que ya quería.

ISRAEL

Peka continúa reinando en Israel.

Nota Histórica - Incursiones a través de Canaán: 

Tiglat-pileser hizo tres incursiones a través de Canaán en tres años sucesivos (734-732 a. de C.). Marchó al mar, giró al sur a lo largo de la costa y conquistó a los filisteos. Dejó tropas en la frontera de Egipto pero no invadió allí. Después regresó y asestó a Israel un golpe directo. Los asirios tomaron Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, y Galilea (2 Reyes 15:29). Los asirios no sólo tomaron control del área, sino que redujeron las ciudades a cenizas y se llevaron cautivo al pueblo.

Si encuentra estos lugares en los mapas verá que toda la parte norteña de Israel fue tomada. Lo mismo ocurrió con toda la parte oriental y los valles costeros. La única parte dejada a Israel fue el territorio alrededor de

Judá

Tiglat-pileser Destruye a Damasco

(2 Reyes 16:9): 

El ejército asirio regresó. Esta vez tomaron a Damasco. Rezín fue muerto y el pueblo de Siria fue tomado cautivo. El área fue constituida como otra provincia Asiria. La profecía de Isaías con respecto a la caída de Israel y Siria se hacía realidad.

Acaz continúa en su Maldad

(2 Reyes 16:10-18; 2 Crón. 28:22-25):

Acaz estaba tan complacido de que Tiglat-pileser hubiese efectuado los ataques, que fue a Damasco para reunirse con él. Sin embargo, la Biblia declara que la relación no ayudó a Acaz. 

Mientras Acaz estaba en Damasco, ofreció sacrificios a los dioses de los sirios. Él dijo: « Pues que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también ofreceré sacrificios a ellos para que me ayuden.» En lugar de ello, los dioses resultaron ser un paso más en la caída de Acaz.

A Acaz le gustó tanto el altar a los falsos dioses que envió un modelo de éste al sacerdote Urías en Jerusalén. Urías mandó a hacer una réplica de éste. Estuvo lista para cuando Acaz regresó. Acaz hizo que el altar de bronce del Señor fuese movido del frente del templo al lado norteño. Acaz mandó entonces a Urías que ofreciese varios de los sacrificios en el nuevo altar,  y que guardase el antiguo altar de Jehová por el cual pudiera consultar a Dios. Luego comenzó a ofrecer sacrificios a los dioses de Damasco.

Acaz continuó haciendo a un lado el sacrificio de Jehová. Desmanteló los tableros de las basas, y quitó el mar sobre los bueyes de bronce del Señor sobre el cual se sentaba. Finalmente cerró las puertas de la casa de Jehová.

12° año de Acaz. 

Muerte de Acaz (2 Reyes 16:19-20; 2 Crón. 28:26-27):

Cuando Oseas había reinado unos tres años, murió Acaz y fue sepultado en Jerusalén pero no en los sepulcros de los reyes.

Israel

Samaria. Posiblemente, aun esta parte habría sido tomada si los mismos israelitas no hubiesen quitado a Peka del trono y acordado pagar impuestos. La Biblia dice que un hombre llamado Oseas conspiró contra Peka y le mató.

Meguido no es mencionada como una de las ciudades quemadas, pero hay evidencia de que también cayó. La ciudad fue quemada y una nueva ciudad fue construida según el estilo de arquitectura asirio. Llegó a ser el centro administrativo para la nueva provincia Asiria constituida por todo el norte de Canaán y Samaria y el  oeste  del Jordán. Isaías habló de las regiones como «Galilea de los Gentiles» (Isa. 9:1).

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Oseas - 9 años (malo)

(2 Reyes 15:30; 17:1-18:1; 18:9-12)

Oseas conspiró contra Peka y le mató. Oseas reinó durante nueve años, pero fueron nueve años excesivamente tumultuosos. Oseas era malvado pero no tanto como los reyes que le precedieron.

En los registros Asirios, Tiglat-pileser manifiesta haber puesto a Oseas en el trono de Dios. Aunque el rey Asirio no mató a Peka cuando le venció, su vasallo Oseas lo hizo por él y con su aprobación.

Israel

3er año de Oseas

Judá

Ezequías - 29 años (recto)

(2 Reyes 18:1-20:21; 2 Crón. 28:27-32:33; Isaías 36-39):

Carácter de Ezequías (2 Reyes 18:3-7; 2 Crón. 29:9)

     Ezequías fue el mejor rey que Judá había visto desde los días de David. El quitó los lugares altos, destrozaba las piedras sagradas y cortado los símbolos de Asera. También despedazaba la serpiente de bronce que Moisés había hecho muchos años antes en el desierto (Núm. 21:4-9), debido a que el pueblo  le quemaba incienso. Él la llamó Nehustán que significa «cosa de bronce» para enfatizar que no era un dios.

Ezequías confió en Jehová y le sirvió como ningún rey antes o después. Guardó los mandamientos que el Señor le había dado a Moisés de modo que el Señor estaba con él y fue exitoso en todo cuanto emprendió.

Limpieza del Templo (2 Crón.  29:3-19):

Recuerde que Acaz había abandonado el templo totalmente. En el primer mes del primer año de su reino, Ezequías abrió las puertas del templo y las reparó.

    Reunió a los sacerdotes y Levitas y dijo: «En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó. E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental. Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia. Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas. Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel. Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, a execración y a escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.  Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de él y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso.»

Judá

¿Está fijándose que Ezequías ha comprendido el punto que los profetas habían estado haciendo?  Él dice: «Somos malvados - de modo que somos castigados. La única esperanza es volver a Jehová.» El pacto no había sido renovado desde los días de Jeoiada cuando el niño Joás fue hecho rey (2 Reyes 11:17-20; 2 Crón. 23:16-21).

Los levitas  comenzaron a ser activos y purificaron el templo. Los sacerdotes entraron al templo y sacaron las cosas inmundas al patio de la corte. Los levitas las tomaron de allí y las arrojaron al Valle de Cedrón. Duraron dieciséis días completando este trabajo.

Luego fueron a Ezequías y reportaron: «Ya hemos limpiado toda la casa de Jehová, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposición con todos sus utensilios. Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su infidelidad había desechado el rey Acaz, cuando reinaba; y he aquí están delante del altar de Jehová.»

El Templo es Dedicado de Nuevo (2 Crón. 29:20-36):

    La misma siguiente mañana después que el trabajo de purificación había concluido, el rey Ezequías  reunió a los principales de la ciudad y se ofrecieron sacrificios. Se hicieron ceremonias que establecieron de nuevo la adoración. Entonces la asamblea trajo sacrificios. De modo que el servicio en el templo fue restaurado. Ezequías y el pueblo se regocijaron sobre cómo Dios había bendecido su obra ya que fue hecha tan rápidamente. 

 mujeres fueron llevados cautivos por esto. Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que  aparte

Israel

Ezequías Prepara La Fiesta de la Pascua

a la Cual Invita a Israel y a Judá

(2 Crónicas 30:1-12)

La fiesta de la Pascua debía ser celebrada en el primer mes de cada año, pero no había suficientes sacerdotes consagrados, ni había sido reunido el pueblo. Estaban en el proceso de limpiar el templo en el primer mes. Por tanto, Ezequías y sus príncipes decidieron celebrar la fiesta en el segundo mes, que era como especificaba la ley que debía ser hecho si alguno no podía participar de ella en el primer mes (Ver Núm. 9:10-11). También decidieron enviar invitaciones por todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, invitando a todo Israel a participar en la Pascua. La Pascua no había sido guardada durante un largo tiempo.  El decreto decía:

 Pueblo de Israel, volved al Señor, al Dios de Abraham, de Isaac e Israel, para que Él pueda volver a vosotros que quedáis, que habéis escapado de las manos de los asirios. No seáis como vuestros padres y hermanos, que fueron infieles a Jehová de modo que Él les abandonó. Venid a Su santuario. Servid al Señor para que su gran ira sea alejada de vosotros.

Fueron enviados mensajeros por todo Efraín y Manasés, aun a Zabulón, pero el pueblo les ridiculizó. Sin embargo, hubo algunos de Aser, Manasés y Zabulón que se comportaron humildemente y fueron a Jerusalén. También la mano de Dios movió a Judá a actuar con un solo corazón para cumplir los mandatos de los príncipes, siguiendo la palabra del Señor.

La Celebración de la Pascua

(2 Crónicas 30:13-27)

Una gran multitud se congregó en Jerusalén para guardar la fiesta de los panes sin levadura (la Pascua). Quitaron los altares de los dioses falsos y los altares del incienso y los arrojaron en el Valle de Cedrón. Los sacerdotes y levitas estaban avergonzados por su negligencia y se apresuraron a consagrarse y ofrecieron  holocaustos. Luego ocuparon los puestos prescritos para ellos en la ley de Moisés.

Muchos en la congregación no fueron consagrados, de modo que los levitas sacrificaban los corderos pascuales por aquellos que estaban ceremonialmente impuros. La mayor parte del pueblo de Efraín y Manasés, Isacar, y Zabulón no se habían purificado. De todos modos comieron la Pascua porque Ezequías oró a Dios en su favor, diciendo: «Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios, a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según los ritos de purificación del santuario.» Jehová escuchó la oración y sanó al pueblo, y hubo gran regocijo.

Después de los siete días prescritos por la ley para las fiestas, toda la asamblea congregada adoptó la extraordinaria medida de continuar con el festival siete días más. Ezequías mismo proveyó mil  novillos y siete mil ovejas. Sus príncipes agregaron otros mil novillos y diez mil ovejas. Gran número de sacerdotes se consagraron. Toda la asamblea, tanto los de Judá como los de Israel se regocijaron, porque que no había habido nada como esto desde los días de Salomón.

Los sacerdotes y levitas bendijeron al pueblo, y Dios les escuchó, porque su oración llegó al cielo, Su santa morada.

La Asamblea Destruye los Ídolos de la Tierra

(2 Reyes 18:4; 2 Crónicas 31:1)

Cuando la fiesta concluyó, todos los israelitas se marcharon a las ciudades de Judá y Benjamín e incluso a Efraín y Manasés. Destruyeron las piedras sagradas. Destruyeron las imágenes de Asera, los muchos lugares altos, y altares que estaban por toda la tierra. Luego regresaron a sus propias casas.

JUDA

Reformas Adicionales de Ezequías                                                       

(2 Crón. 31:2-21):

    Las reformas particulares mencionadas en este pasaje, eran asuntos concernientes al servicio  del   templo,  las  responsabilidades sacerdotales, y los holocaustos. Dios había ordenado la obra de los sacerdotes como esenciales para la vida espiritual de Israel. El templo, los sacerdotes, y los holocaustos eran todos una parte necesaria de su bienestar espiritual.

Después de haber consagrado el templo, Ezequías arregló la distribución de los sacerdotes en sus turnos y les asignó sus deberes.

Tan pronto como la orden salió, el pueblo contribuyó generosamente de las primicias de sus cosechas y una décima parte de todas las cosas. En efecto, dieron tanto que se formaron montones. Comenzaron sus contribuciones en el tercer mes y continuaron hasta el séptimo mes. Ezequías y los príncipes bendijeron a Dios y bendijeron al pueblo cuando vieron la cantidad aportada.

Ezequías preguntó a los sacerdotes acerca de los montones y Azarías el sumo sacerdote contesto:  «Desde que comenzaron a traer las ofrendas a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque Jehová ha bendecido a su pueblo; y ha quedado esta abundancia de provisiones.»

Ezequías dio ordenes para que se prepararan almacenes en el templo para aquello sobrante, y los sacerdotes y levitas guardaron cuidadosamente las ofrendas mientras el pueblo continuaba dando con liberalidad.

Así Ezequías comenzó su reinado con un esfuerzo muy vigoroso para traer al pueblo de vuelta a Dios. Su celo inspiró al pueblo a servir a Dios con fidelidad por un tiempo, aunque no habían servido a Dios por muchos años - aun con buenos reyes en el trono (tales como en los días de Jotam).

Israel

Oseas sigue reinando en Israel.

Nota histórico – Tiglat-pileser muere:

     Tiglat-pileser III murió en el año 727 A. de C. El sucesor de él fue su hijo Salmanasar V.

La caída de Samaria (2 Reyes 17:3-6):

     Oseas llegó a ser siervo de Salmanasar V, pero entonces se decidió a rebelarse, pensando que sería mejor si se unió a una alianza con Egipto. Egipto, sin embargo, no podía ayudarle.

     Cuando Oseas dejó de pagar tributo a Salmanasar, el rey asirio llegó, lo prendió y le aprisionó (17:4).

Israel

   

     Fue en el séptimo año que Salmanasar invadió la tierra y sitió la ciudad de Samaria. La ciudad resistió por tres largos años antes de derrumbarse. De esa manera Israel estaba en cenizas. Era 721 años antes de nacer Cristo.

     Shalmanasar murió antes de que la tarea de tomar Samaria se completara. Un hombre llamado Sargón II llegó al trono (ver Isa. 20:1). Sus registros que narran la caída de Samaria se encontraron a mediados alrededor del año 1850. “Al principio de mi reinado, en el mismo primer año que reinaba … yo sitié y conquisté Samaria …llevé en cautividad 27.290 personas que vivieron allí; tomé 50 carruajes finos para mi equipo real” (Documents From Old Testament Times, edit. By D. Winton Thomas; ed. 1958, p. 59).


Razones Para la Caída de Israel

(2 Reyes 17:7-18)

La palabra de Dios se cumplió. El reino de Israel ha caído, para nunca ser reconstruido. Su pueblo fue dispersado por los cuatro vientos del imperio. Dios esperó hasta que Su pueblo le dio la espalda completamente a Él. Entonces, el juicio era inevitable - de la manera que los profetas habían advertido. Vea 2 Reyes 17:7-18 para un análisis inspirado de por qué cayó el reino.

Israel cayó porque adoró a otros dioses y siguió los caminos de las naciones que el Señor sacó de la tierra delante de ellos.  También siguieron los malvados caminos introducidos por sus propios reyes de Israel.

Ignoraron y rechazaron con persistencia a todo profeta que el Señor les envió para advertirles del juicio pendiente. Rechazaron los mandamientos de Dios y el pacto que Él hizo con sus padres.

Jehová culpó de manera especial a Jeroboam el hijo de Nabat, el primerísimo rey de Israel. Él hizo extraviar a Israel debido a que él introdujo los becerros de oro y les inició en la senda de la idolatría.

Por tanto, Jehová estaba airado con Israel y les quitó de Su presencia. Sólo quedó Judá, y aun Judá dejó de guardar los mandamientos del Señor como era debido.

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