Lección XXXIX

La música instrumental

 

Introducción.  Hemos señalado este tópico especial para el es­tudio de este asunto con objeto de examinar algunas de las posiciones favoritas de los amantes de la música instrumental mecánica que muchos han añadido a la música usada en el culto cristiano.

 

El argumento que nunca se ha esgrimido:

 

  Nadie ha argüido o contendido jamás que la música instru­mental deba ser añadida al culto porque las Escrituras del Nuevo Testamento que nos han sido dadas por la providencia de Dios, enseñen que deba hacerse tal cosa.

  Ningún pasaje se ha demostrado que siquiera de manera indi­recta mencione los instrumentos mecánicos musicales.

  No pudiendo sostener estos argumentos, quienes usan instru­mentos musicales se han visto obligados a defender su posición sobre otro terreno.  Los siguientes son los argumentos en pro del uso de la música instrumental:

 

I. Era la práctica usual bajo la ley de Moisés en los tiempos del Antiguo Testamento:

 

          1. Este mismo argumento, si fuera válido, autorizaría a ofre­cer incienso, a la membresía de infantes en la iglesia, sacrificios de animales, poligamia y todas las demás cosas que caracterizan el período de vigencia del Antiguo Testamento.  "Lo que prueba demasiado, no prueba nada".

          2. Practicar cualquier cosa enseñada por Moisés, más no en­señada por Cristo, es fatal para el cristianismo, porque pone la autoridad de Moisés a la par con la autoridad de Cristo.

                   (1) Pretender vivir tanto bajo la ley de Moisés como bajo la ley de Cristo es un adulterio espiritual (Rom. 7:1-4).

                   (2) Justificar lo que hacemos invocando la ley de Moisés es separarnos de Cristo y caer de la gracia (Gál. 5:4).

                   (3) Volver a la ley de Moisés para fundamentar algunas prácticas que no fueron enseñadas por Cristo y sus apóstoles es negar la plena suficiencia de las Escrituras del Nuevo Testa­mento y menospreciar la autoridad suprema y absoluta de Je­sucristo (Hech. 3:22; Mat. 17:5; Efes. 1:22,23).

                   (4) Depender de la autoridad del Antiguo Testamento para fundamentar las prácticas cristianas equivale a resucitar una ley que no está en vigor y negar por ello la eficacia de la muerte de Cristo en la cruz (Col 2:13-17;  Efes. 2:14-16).

                   (5) Depender de la Antigua Ley es adherirse a una som­bra y hacer a un lado la substancia (Heb. 10:1).

 

II.  La música instrumental no está expresamente prohibida en el Nuevo Testamento:

 

          1. Este argumento se basa en el silencio de las Escrituras acerca de la música instrumental y trata de crear una atmósfera de respeto más bien para lo que la Biblia no enseña que para lo que dice expresamente. Puesto en forma afirmativa tendría esta apariencia:  uno tiene el derecho de practicar cualquier cosa que la Biblia no prohiba expresamente.  Esto deja el campo abierto para rezar el rosario, portar hábitos religiosos, quemar incienso, orar a la virgen María, cambiar la cena del Señor en una comida común, observar el sábado, ofrecer sacrificios de animales,  bautizar a los infantes, bailar, beber bebidas embria­gantes y hacer muchas otras cosas que en modo alguno pueden justificarse como parte del sistema cristiano.

          2. No debemos ir más allá de lo que enseñan las Escrituras (2 Juan 9-11; 1 Cor. 4:6).

 

III. La música instrumental es sólo una ayuda para el canto:

 

          1. No es sólo una ayuda; es un agregado de otra clase de música que el Espíritu Santo no ha pedido.

          2. No puede considerarse a la par con los libros, asientos, luces, etc., porque mientras todas estas cosas se usan, sola­mente la música vocal ha sido ofrecida propiamente.  Pero cuando el instrumento musical mecánico ha sido añadido ya no tenemos únicamente canto, sino canto y acompañamiento mecánico.  Se ha hecho un adición al plan divino.

          3. La música instrumental no ayuda  en el cumplimiento del propósito que Dios ha asignado a la música vocal en el culto.

                   (1) No tenemos la certidumbre de que esto agrade a Dios como alabanza.

                   (2) Esto hace que "enseñándoos y exhortándoos" y "hablando entre vosotros" en  el canto, sea más difícil para oírse y entenderse. Por lo tanto hay interferencia con el propósito di­vino de cantar, más bien que una ayuda que no es necesaria.

 

IV. Un asunto de libertad cristiana:

 

          1. La libertad cristiana significa manumisión de la ley y de los rudimentos del mundo (Gál. 3:13; 4:3,10).

          2. No debe ser usada como ocasión para las pasiones car­nales (Gál. 5:12).

          3. No debe ejercitarse para ningún asunto que ofenda la conciencia de un hermano (1 Cor. 10:28-11:1).

 

V. Practicada en el hogar:

 

          1. Hay muchas cosas que son moralmente correctas, pero malas religiosamente.

                   (1) Lavamiento de manos (Mar. 7:37; (2) lavamiento de pies (Jn. 13:5; 1 Tim. 5:10).

          2. La música instrumental no es mala en sí misma.  Si esto fuera verdad sería malo usarla en cualquier parte; pero es malo añadirla al culto cristiano cuando Dios no nos ha dicho que lo hagamos.

 

VI. Es un expediente.  Para que una cosa cualquiera sea auto­rizada como un expediente, desde el punto de vista Escritural, debe ser también:

 

          1. Lícita (1 Cor. 6:12).

          2. Debe también edificar (1 Cor. 10:23).

          3. No debe ofender la conciencia de otros (1 Cor. 10:28).  La música instrumental por sí misma no es un expediente auto­rizado en ninguno de estos tres puntos mencionados.

 

VII. Hay música instrumental en el cielo:

 

          Conceder esto no prueba que debemos tenerla en la iglesia o, de otro modo, deberemos tener ángeles, infantes, incensarios de oro, etc. en la iglesia.

 

VIII. "Psallo", la palabra griega de la cual tenemos la traduc­ción "canto" en nuestras Biblias, también significa acompañar el canto con la música instrumental:

 

          Si fuera esto cierto, entonces la música instrumental se ha dado a la iglesia por mandamiento y no es asunto de selección para todos los que obedezcan a Dios.  Sería un imperativo para cada uno que canta tener su propio instrumento y tocarlo él mismo, puesto que el mandamiento es individual y personal en su significado.  Nadie más podría tocar para otra persona como tampoco otros podrían cantar aceptablemente por él.  Llevar el  argumento hasta sus conclusiones lógicas resulta absurdo y ridículo.

          1. Las traducciones de la Biblia más completas no dan ese significado a la palabra.

          2. Esto haría necesario el aprendizaje y adopción de la lengua griega para aprender a adorar a Dios.  Luego habrá que hacer una selección:  nuestra fe puesta en la palabra de Dios o en la palabra de los hombres sobre este particular (1 Cor. 2:5).

          3.  Tal argumento implica que nuestras traducciones de la Biblia son defectuosas y, si esto es así, la verdad no ha sido hecha accesible a los hombres de hoy.

          4. Solamente quienes contienden y mantienen que la provi­dencia de Dios ha ocultado el conocimiento de la verdad a los hombres pueden ahora afirmar este argumento falso.

 

Objeciones finales a la música instrumental:

          1. La música instrumental transgrede y falta al respeto a la autoridad de Cristo injertando algo al culto cristiano que el Señor y sus apóstoles nunca enseñaron. (2 Juan 9-11).

          2. La música instrumental corrompe y hace vano nuestro culto al practicar lo que Dios jamás enseñó (Mat. 15:7-9).

          3. Crea la disensión y la división por ser ofensiva a la con­ciencia de muchos (1 Cor. 10:28).

          4. No podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad y usar la música instrumental, porque ésta no forma parte alguna de "toda la verdad" revelada a los apóstoles por el Espíritu Santo  (Juan 16:13; 4:24).

          5. No podemos andar por fe y practicar "lo que no es de fe", porque esto no se enseña en la palabra de Dios y porque la fe "es por  el oír la palabra de Dios" (Rom. 10:17; 2 Cor. 5:7).

          6. La música instrumental no forma parte del patrón divino de adoración y al usarla corrompemos el plan que Dios diseñó para su casa y trabajamos en vano cuando la empleamos en nuestra alabanza (Heb. 8:1-7; Sal. 127:1).

 

Preguntas

 

          1. Exhiba el argumento que jamás se ha presentado para de­fender el uso de la música instrumental en el culto cristiano.

          2. Muestre la falacia de volver a la ley de Moisés para de­fender su uso.

          3. ¿De qué manera este argumento repudia la autoridad de Cristo?

          4. Presente y refute el argumento de que "no está expresa­mente prohibida en la Biblia".

          5. ¿Qué sucede si vamos más allá de las cosas que están es­critas en el Nuevo Testamento?

          6. Presente el argumento de "una ayuda en el culto".

          7. ¿Está a la par con las bancas, lámparas, himnarios, etc.?

          8. Defina la libertad cristiana y muestre cuándo ésta es vio­lada.

          9. Presente y refute el argumento "hay música en el cielo" para justificar el uso de música instrumental en el culto.

          10. Demuestre que la palabra griega "psallo" no justifica el uso de instrumentos mecánicos.

          11. Exprese sus objeciones contra el uso de la música ins­trumental en el culto cristiano.

 

 

 

 

Al Estudio Anterior: La iglesia del Nuevo Testamento: Página número 45
Libros Index
Al Siguiente Estudio: La iglesia del Nuevo Testamento: Página número 47