¿Debemos orar a Cristo?

I. La Biblia enseña que debemos pedir al Padre en el nombre de Cristo.

      A. Jn. 14:13, “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  14  Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

Véanse también Jn. 15:16; 16:23.

      B. Algunas versiones traducen Jn. 14:14, “si me pedís”, pero otras versiones no (Versión Valera 1960, 1990; Versión Moderna; Versión Hispanoamericana, como también la versión inglesa, American Standard). Es cuestión de manuscritos griegos.

      C. No conviene enseñar como DOCTRINA (como p. ej., el bautismo para la remisión de pecados) lo que no se basa en evidencia CONCLUSIVA.

II. Algunos suponen que el nombre “Señor” en el Nuevo Testamento siempre se refiere a Cristo.

      A. Esta conclusión se basa en Efes. 4:5, “un Señor”.

      B. Por eso, concluyen que los textos que hablan de orar al Señor significan orar a Cristo. P. ej.,  Hech. 1:24; 2 Cor 12:8; Apoc 6:9, orar al Señor.

      C. 1 Cor 8:6 dice “un Señor, Jesucristo”, pero también dice,  “sólo hay un Dios, el Padre”. Si este texto enseña que el Padre no es el Señor, entonces también enseña que Cristo no es Dios.

D.          Hech. 4:24, alzaron la voz a DIOS, diciendo Soberano SEÑOR.

E. Hech. 17:24 El Dios que hizo el mundo … siendo (tiempo presente) Señor del cielo y de la tierra.

F. 1 Tim. 6:14-16, Dios es el Señor de señores... “que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,  15  la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores”. Señor de señores se refiere a Cristo en Apoc. 17:14, pero en 1 Tim 6:15 se refiere al Padre. ¿Cómo puede haber DOS Señores de señores? De la misma manera que puede haber dos principios (primeros) y dos fines (postreros), Apoc. 1:17; Isa. 41:4; 44:6; 48:12. Esto no es problema. Tanto el Padre como el Hijo se llaman “Señor”.

G. Esta es la enseñanza, la doctrina de los apóstoles acerca de cómo adorar: alabar a Dios en el nombre de Cristo. No se puede afirmar que el NT no usa “Señor” del Padre. En toda la Biblia “Señor” es sinónimo de Dios.

III. Hech 7:59, “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu”.

      A. Cuando Esteban clamó a Jesús, los apóstoles predicaban a Cristo como el prometido Cristo y el Señor, pero la doctrina acerca de Cristo como nuestro Mediador o Sumo Sacerdote no se había desarrollado. Desde luego, Cristo siendo Dios, Esteban no cometió ningún error clamando a El en esos momentos, pero no conviene usar el caso de Esteban como patrón de cómo orar, porque muchos textos explican el papel de Cristo como nuestro Mediador; es decir, que debemos orar al Padre en el nombre de Jesucristo.

      C. Jn. 16:13 el Espíritu Santo había de guiar a los apóstoles a toda la verdad, pero apenas comenzó el día de Pentecostés. Nosotros tenemos el Nuevo Testamento completo y entendemos que Cristo es nuestro Mediador. (Al decir esto no afirmamos que Esteban ignoraba que Cristo es Mediador. Desde luego, no decimos que hizo mal. De ninguna manera juzgamos esta acción de Esteban. Sólo decimos que a la luz de otros textos no debemos enseñar que la oración de Esteban es patrón para la oración en general).

IV. 1 Jn. 3:21,22, “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;  22  y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”

      A. Oramos a Dios.

B. 1 Jn 5:13-15, continuación del tema presentado en 3:21,22, tenemos confianza en Dios y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos porque guardamos sus mandamientos (5:14, confianza, porque pedimos conforme a su voluntad). Juan no diría en 3:21, 22 orar al Padre y luego cambiar en 5:14, diciendo orar directamente a Cristo. Todo el énfasis en estos textos es que Dios nos oye con tal que hagamos su voluntad. Al leer 1 Jn. 5:14, aun sin tomar en cuenta 3:21, 22, uno recuerda que Jesús había dicho clara y definitivamente en Jn. 14:13, todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré.

V. Es indispensable que tengamos un MEDIADOR

      A. Jn. 10:9; 14:6; Efes 2:18; 1 Tim 2:5.

      B. El INTERCEDE por nosotros, Heb 7:25, y urgentemente necesitamos de su intercesión.

      C. Al pecar tenemos ABOGADO (1 Jn. 2:1).

      D. La Biblia no dice que si oramos directamente a Cristo, Dios el Padre intercederá por nosotros. Si oramos directamente a Cristo NO TENEMOS mediador.

      E. Es muy cierto que Cristo es Dios, pero cada Persona de la Deidad tiene su PAPEL O FUNCIÓN. El Padre y el Espíritu Santo no nacieron de una virgen y no murieron por nosotros. Sólo Cristo es la PROPICIACION por nuestros pecados. Cristo reconocía el papel especial del Padre (p. ej., Jn. 3:16; Hech 1:7). El papel del Espíritu Santo se explica claramente en Jn. 14:26; 16:13; 1 Cor. 2:11-14, etc.

F. Una pregunta muy importante: AL NO ORAR  AL ESPIRITU SANTO ¿LE DESHONRAMOS? Tampoco cuando no oramos directamente a Cristo. Cuando oramos al Padre en el nombre de Cristo, no deshonramos a Cristo. Más bien lo exaltamos.

VI. Los himnos

      A. Es cierto que en algunos himnos nos dirigimos a Cristo (“O Cristo, tu ayuda …”)

      B. También es cierto que los himnos son una clase de oración, pues en ellos nos dirigimos a Dios, pero la Biblia hace distinción entre el orar y el cantar (Sant. 5:13).

      C. Hay gran diferencia entre cantar uno que otro himno que se dirige a Cristo y el hacer una oración formal dirigida no al Padre sino a Cristo. Por ejemplo, en la oración congregacional alabamos a Dios, damos gracias, hacemos peticiones, súplicas e intercesiones. Estas oraciones se dirigen al Padre en el nombre de Cristo nuestro Mediador.

VII. Invocar al nombre del Señor.

      A. Hech. 2:21, esta es la conclusión de la profecía de Joel y “Señor” equivale a Dios. También en Rom. 10:13. 1 Cor. 1:2, sí habla de invocar el nombre del Señor Jesucristo.        B. Pero en estos textos es obvio que “invocar su nombre” no se refiere simplemente a la oración (porque uno no se salva por la oración sola), sino que reconocemos la autoridad de Cristo y acudimos a El para obtener la salvación.

      8. Recordemos la sencilla instrucción de Mat. 6:9, “oraréis así: Padre nuestro”.

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