Razón De La Esperanza

Introducción:

     A. Pedro escribió esta carta para hablar de la persecución como una reali­dad que todo cristiano debe esperar. Pero afirma que podemos llevar vidas triun­fantes a pesar de tales pruebas.

     B. En 1 Ped. 3:15 nos dice, "Estad. siempre preparados para presentar de­fensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la es­peranza que hay en vosotros".

I.      La Exhortación Es Para Nosotros Tam­bién. Tenemos la misma esperanza.

     A.  La palabra "esperanza" significa deseo y expectación. Hay muchos que "desean" ir al cielo, pero el cristiano ver­dadero "espera" ir al cielo.

           1. No se ve, sino se espera, Rom. 8:24,25. La palabra "ve" significa lo que se ha realizado, lo que se ha experimentado.

      2. 1 Jn. 2:25, tenemos la promesa de la vida eterna.

     B. Rom. 8:23 Esperamos la redención de nuestro cuerpo (la resurrección).

          1. Hech. 23:6; 26:6-8, era y es la única esperanza de Israel.

           2. Jn. 5:28,29, todos resucitados, pero no todos resucitados para la vida eterna.

          3. De esta esperanza Pedro habla en 1 Ped. 1:4,5, la resurrección de los muertos en aquél día; y esta esperanza se basa en la resurrección de Jesús.

     C. ¿Podemos explicar esta "razón" a otros? ¿Podemos citar algunos textos que hablan de ella? Es lo que 1 Ped. 3:15 re­quiere.

1.     No hemos construido algún castillo de aire, fundado sobre la nada.

     2. No son fábulas inventadas por los apóstoles.

II. En El Tiempo Presente Tenemos Sufrimiento, Sacrificio.

A. 1 Ped. 1:6, "afligidos en diversas pruebas".

     B. Muchas referencias en esta carta al sufrimiento:

          1. El ejemplo de Jesús, 2:19-24. Debemos seguir Sus pisadas.

          2. Es "normal", es de esperarse, que el cristiano sufra, 4:12-16.

     C. Pero como dice Pablo en Rom. 8:18, "las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse".

III. ¿Quiénes Deben Estar Preparados Para Presentar Defensa?

A.   Los apóstoles estuvieron prepara­dos, Hech. 3,4; Fil. 1:17.

B.    Los ancianos deben estar bien preparados, 1 Tim. 3:2; Tito 1:9-11.

C.   Los evangelistas deben estar bien preparados, 1 Tim. 4:13-16.

     D. Pero Pedro está hablando a todos los cristianos, a todos los que sufren por Cristo, a todos los que creen y tienen es­peranza. Si usted cree y tiene esperanza, debe estar preparado para dar defensa de la esperanza.

IV. ¿Por Qué Debemos Estar Preparados Para Dar Defensa?

A. Es mandamiento divino, y todo mandamiento es importante, Sant. 2:10.

B. Pero aparte de ser mandamiento es muy importante hacerlo porque cuando explicamos nuestra esperanza al mismo tiempo explicamos nuestra vida.

     1. 1 Ped. 1:15-17, 2:11, somos santos, separados del mundo, y nuestra esperanza lo explica. 2 Cor. 6:17, tenemos que apartarnos del mundo, no para ser gente curiosa, sino para que la vida coincida con la esperanza.

         2. 1 Ped. 4:1, "Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pen­samiento". Ya hemos acabado con el pecado, y a consecuencia de esto, los del mundo se nos oponen y nos persiguen. No entienden nuestra vida, nuestra conducta, porque no entienden nuestra esperanza.

        3. 1 Ped. 4:2 "A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan". Por lo tanto, debemos explicar­les nuestra esperanza, para que entiendan nuestra conducta.

            a. Nos ultrajan (insultan), llamán­donos "santos", "hermanos", "los aleluya", dicen "ustedes creen que son mejores que otros", etc.

            b. Quieren saber por qué no hemos seguido viviendo como antes, por qué cambiamos, por qué dejamos tantos "placeres" del mundo.

            c. Esto nos da la oportunidad de "presentar defensa con mansedumbre y reverencia...de la esperanza que hay en vosotros".

     4. 1 Tim. 2:10 Pablo habla de "mujeres que profesan piedad". Dice el mundo, "ustedes profesan piedad; ¿por qué?"

     5. Cuando explicamos nuestra espe­ranza, explicamos también nuestra vida.

     C. 1 Ped. 4:3, en la vida pasada no había esperanza (Efes. 2:12).

         1. El cristiano, pues, con su vida con­sagrada, tiene gran oportunidad de enseñar a los del mundo acerca de su es­peranza que es el corazón del evangelio.

         2. Pero si los miembros de la iglesia llevan vidas mundanas, no habrá ninguna razón por qué los del mundo les pregun­ten acerca de sus vidas.

         3. En este caso, la vida del "cristiano" no les extrañará nada.

V. ¿Cuándo Debemos Estar Preparados Para Dar Defensa?

A.   Dice Pedro "estad siempre preparados".

B. Dice Pablo "a tiempo, y fuera de tiempo" (2 Tim. 4:2). Debemos estar preparados y listos para el momento opor­tuno.

C. El cristiano debe tener su Biblia a la mano, disponible -- no sólo en la casa, sino también en el trabajo, en el au­tomóvil, etc. -- y es bueno cargar en su persona por lo menos un Nuevo Testa­mento.

D. Pero en muchas conversaciones el cristiano tiene que enseñar lo que sabe de memoria. En una conversación improvisa aunque tenga su Biblia, no tendrá sus apuntes. Lo que importa es lo que uno ha aprendido bien.

VI. ¿A Quiénes Debemos Dar Razón De La Esperanza?

A. Mat. 7:6, "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos". Hay personas que no son sinceras. La "razón de la esperanza" no les interesa. Sólo quieren burlarse de nosotros.

B. Pero hay muchos sinceros que pre­guntan, quieren saber. Debemos estar bien

preparados para darles una buena explicación.

VII. ¿Cómo Podemos Estar Seguros De Nuestra Esperanza?

A. Heb. 11:1 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". Nuestra fe es el fundamento que apoya nuestra esperanza.

          1. Esta fe se demuestra en Heb. 11. Es una fe obediente y activa.

          2. No es una fe ciega. Se basa en la Palabra de Dios (Rom. 10:17).

B. 1 Ped. 2:6, "El que creyere en él, no será avergonzado".

C. 1 Ped. 1:22,23, Tenemos la plena seguridad de que nuestros pecados se han perdonado, hemos nacido otra vez, fuimos rescatados, y ahora tenemos comunión con Dios porque andamos en la luz (1 Jn. 1:7). Debemos hablar de esta confianza a todos los que nos demanden razón de nosotros.

VIII. "Con Mansedumbre Y Reverencia"

A. No seamos arrogantes nunca. Te­nemos confianza, sí, porque hemos aprendido

la verdad, y tenemos una es­peranza viva. Con humildad hablemos de ella.

B. "Y reverencia", con el temor de no ser agradables a Dios. El nos conoce, conoce

el corazón. No podemos en­gañarle.

           1. Por lo tanto, el primer paso nece­sario es que santifiquemos a Dios el Señor en el corazón, y no simplemente en los labios.

           2. Mucha gente dice "Cristo, Cristo" cuando no les importa lo que Cristo enseña. No les interesan las enseñanzas de Cristo. Los tales no han santificado a Cristo en sus corazones.

     3. El Señor debe estar entronado en nuestros corazones. Una vida fiel y consecuente lo demostrará. Esto nos "abre puertas"; si Cristo vive en nosotros, ten­dremos oportunidades de dar razón de nuestra esperanza.

Conclusión:

     A. El pensamiento principal en este estudio es que cuando obedecemos al evangelio,

          1. recibimos el perdón de los pecados, y una esperanza viva de ser resucitados en aquél día, Heb. 6:18,19.

          2. a consecuencia de esto nuestra con­ducta tendrá muchos cambios; dejaremos

las cosas del mundo, para andar en las pisadas del Maestro.

          3. otros se dan cuenta de este cambio en nuestra vida, y nos preguntan ("demandan razón"), porque nuestra nueva vida les extraña.

          4. por lo tanto, debemos estar prepara­dos para dar razón de la esperanza, y esta "razón" también explica nuestra nueva vida.

     B. Pero al mismo tiempo este texto nos hace ver que si no somos fieles, si llevamos vidas mundanas, esto indica que no tenemos esperanza, y desde luego, no nos preguntarán nada. ¿Por qué preguntar si vivimos como ellos?

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