El Descuido De La Salvación

Introducción:

     A. Heb. 2:1-4 nos da una advertencia solemne: "¿Cómo escaparemos si des­cuidamos una salvación tan grande?" Si descuidamos la salvación hasta la muerte, no podremos escapar, nunca.

     B. Algunos cristianos hebreos la des­cuidaban para volver al judaísmo. Por lo tanto, esta carta fue escrita para exhor­tarles y animarles a ser fieles.

     C. ¿Qué es el descuido? ¿Cómo se define? ¿Cuáles palabras son sinónimas?

I.                  "No Cuidar De", Heb. 2:3.

A.   El descuido cuesta, causa mucha pérdida.

                 1. Hay sembradores que prosperan más que otros porque cuidan de su maqui-

naria, engrasándola y mantenién­dola en buena condición. Muchos gastan excesivamente en los automóviles porque no los cuidan. El valor de la casa dismi­nuye y se pierde mucho dinero cuando no se mantiene pintada y reparada.

                2. El descuido de la salud cuesta dinero y sufrimiento. Los dientes se pierden si no se cuidan. Mucha gente gasta más dinero en dulces para sus hijos que en el cuidado de sus dientes.

                3. Debemos cuidar el dinero, el em­pleo, la reputación y toda cosa de valor.

Debemos enseñar a los hijos a cuidar de su ropa, a no maltratar los mue­bles. Los más chiquitos deben aprender a cuidar de sus juguetes. Lo cuidado dura, lo descuidado se destruye y se pierde.

             B.        1 Tim. 4:14, "No descuides el don que hay en ti". El evangelista no tiene

ahora dones milagrosos, pero no debe de­scuidar el talento que tiene para predicar y enseñar. Debe cultivar y desarrollarlo, para ser obrero eficaz.

             C.  Hay muchos miembros que po­drían ser ancianos, diáconos, evangelistas,

maestros, directores de cantos, etc. si no descuidaran sus talentos.

             D.  Mat. 13:12 "a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más", porque se

aprovecha de su bendición de oír la Pa­labra, obedece, no descuida la gran salvación. Otros pierden ("se les quita") porque descuidan.

             E.  Dios nos bendice y nos enriquece con grandes oportunidades que nunca

deben ser descuidadas. Los "talentos" de Mat. 25:15 son oportunidades. De esta manera Dios nos "visita" con bendiciones, pero las palabras de Jesús en Luc. 19:44 se aplican a muchos hoy: "no conociste el tiempo de su visitación".

II. "Desatender", Hech. 6:1, "viudas de aquéllos eran desatendidas".

     A. No debemos desatender a los en­fermos, hambrientos, etc., por no desa­tender a Cristo, Mat. 25:34-46.

     B. Sant. 1:27 nos exhorta a visitar (con ayuda) a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones. No deben ser desa­tendidos.

     C. Hay padres que tienen gran éxito en criar a sus hijos porque no descuidan la instrucción y la disciplina. Si esto se des­cuida todos sufren, tanto los hijos como los padres. Tenemos que segar lo que sembramos (Gál. 6:7,8). El descuido cuesta.

     D. Muchas iglesias sufren y no cre­cen porque desatienden la obra, las clases bíblicas, la obra personal o la disciplina de miembros infieles (Rom. 16:17; 1 Cor. 5; 2 Tes. 3:6-14).

     E. Los miembros que desatienden la asistencia (Heb. 10:24,25), la lectura bíblica (Heb. 5:12-14), la oración (Heb. 4:15,16) están descuidando la gran salvación. Heb. 5:12-14 describe la "niñez" de los miembros que no avanzan en el conocimiento. Tales miembros pueden perder su salvación porque son llevados por el error (Efes. 4:13,14), o simple­mente por estar desalentados (Heb. 12:12,13). No debemos descuidar nunca el privilegio exaltado de ofrecer a Dios el "fruto de labios que confiesan su nombre" (esto seguramente incluye los

Cantos de alabanza).

     F. Hay muchos predicadores que desatienden la predicación impopular:

          1. Por ejemplo, la condenación del divorcio no por causa de fornicación (Mat. 19:9) y segundas nupcias, la falta de mo­destia, el baile, la jugada, el tomar "socialmente" bebidas alcohólicas y la mundanalidad en general.

          2. Otros predicadores desatienden la predicación contra el liberalismo en la iglesia. La mayoría de las iglesias quieren enviar dinero de sus fondos a las institu­ciones (escuelas, asilos, casas de publi­cación), a alguna iglesia patrocinadora, o invertirlo en construir salones para recreo y eventos sociales. Y ¿dónde están los predicadores? ¿Sobre qué están predi­cando? Muchos de ellos son como "perros mudos, no pueden ladrar" (Isa. 56:10).

         3. También muchos predicadores desatienden la doctrina de la libertad del cristiano. Temen que sea una doctrina peligrosa. Temen que muchos miembros abusarán de su libertad si explicamos que cada miembro tiene que usar su propio criterio y su propio juicio en la aplicación de las Escrituras en asuntos de opinión. Por eso, creen más conveniente callar so­bre Rom. 14 y 1 Cor. 8. No hay otra doc­trina más desatendida que la de la libertad del cristiano.

      4. Nos conviene, pues, decir con el apóstol Pedro, "yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas" (2 Ped. 1:12).

III. "No Escuchar, No Hacer Caso De", Mat. 18:15-17, "Si no oyere a la iglesia". En este caso la "negligencia" (como una versión inglesa dice) es ignorar o pasar por alto, como también desatender.

     A. Es la definición y a la vez la expli­cación del descuido. Descuidamos porque no escuchamos a Dios. No escuchar sig­nifica desechar (Heb. 12:25).

B. Mat. 22:5 "Mas ellos, sin hacer caso, se fueron..."

     C.  Jn. 15:22 "Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado".

     D. "¿Tierra, tierra, tierra! oye pa­labra de Jehová" (Jer. 22:29). Si nosotros pudiéramos observar, como lo hizo Jeremías, la ruina de Jerusalén, el asolamiento de la ciudad y el templo, y la matanza de la gente, podríamos apreciar mejor la importancia de esta exhortación.

     E. Oseas 4:6 dice "Mi pueblo fue de­struido, porque le faltó conocimiento", pero ellos mismos tenían la culpa.

     F. Rom. 10:16-21, los judíos del primer siglo cometieron el mismo error: "¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos".

IV. La Palabra Se Traduce "Os Engañéis" en 2 Crón. 29:11.

     El rey Ezequías estaba quitando la idolatría para restablecer el culto ver­dadero y amonesta a los sacerdotes y levi­tas con las palabras, "Hijos míos, no os en­gañéis ahora

(literalmente, "no seáis neg­ligentes").

V. La Indolencia, La Negligencia.

     A. Isa. 32:9; 47:8 ("confiadamente"); Jer. 48:10 "Maldito el que hiciere

indolentemente la obra de Jehová".

     B. Amós 6:1-7 "¿Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte

de Samaria...!”

C. Núm. 32:6 "¿Irán vuestros her­manos a la guerra...os quedaréis aquí?"

     D. Josué 18:3 "¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová?"

      E. Jueces 5:23 "Maldecid a Meroz...porque no vinieron al socorro de Jehová, al socorro de Jehová contra los fuertes".

     F. 2 Crón. 24:4,5 "Joás decidió restaurar la casa de Jehová...poned dili­gencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron diligencia".

     G. Neh. 3:5 "pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor" (literalmente, no trajeron sus cuellos al yugo).

     H. Obsérvense con cuidado los mu­chos textos en el Nuevo Testamento que condenan el no hacer la voluntad de Dios: Mat. 7:26; 25:27; Luc. 12:47; Sant. 2:14; 4:17, y muchos otros.

Conclusión:

     A. Si descuidamos la gran salvación, no escaparemos. El castigo será ineludible y eterno.

     B. Los que descuidan la salvación serán castigados en el mismo infierno donde sufren los borrachos, homicidas y adúlteros. No hay pecado más terrible en los ojos de Dios que el descuido. Es ofen­sivo. Todos saben que es ofensivo cuando alguna persona nos ignora y no nos hace caso.

     C. Recordemos estas varias palabras que describen el descuido (no tener cuidado, pasar por alto, ignorar, no tomar en cuenta, indolente, negligente) y resolvamos hoy a nunca caer en este error.

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