LA MUERTE Y SEPULTURA DE JESÚS

      Consumado es: Jn. 19:30,Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es”. Corresponde a Mat 27:50, “habiendo clamado a gran voz”.

      Lenguaje de triunfo

-- Jn. 12:31, “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.  32  Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.  33  Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir”.

          -- Gén. 3:15, “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.

          -- Heb. 2:14, “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,  15  y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

        Es probable que este dicho coincida con "habiendo otra vez clamado a gran voz" (Mat. 27:50; Mar. 15:37). Juan suple las palabras referidas por Mateo y Marcos. Por eso, la expresión Consumado es eran palabras de triunfo. Consumado es el perfecto sacrificio.

      La expresión consumado es traduce la palabra tetelestai que significa "llevado a su fin completo y perfecto". El propósito divino de su venida al mundo fue perfecta y completamente llevado a cabo.      Esto es de mucho consuelo para todo el mundo, porque la muerte de Cristo pagó el precio de nuestra redención. Hech. 20:28; 1 Ped. 1:18, “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,  19  sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”

      Entregó el espíritu. Jn. 19:30,Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”.

      Jn 10:17, “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.  18  Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar”.

      Se acabó el sufrimiento. Ya no habría más azotes. No volverían a escupirle. En lugar de llevar una corona de espinas ahora llevaría la corona de Rey de reyes. Ya se acabó la humillación y pronto vendría la exaltación.

      Fil. 2:8, “estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  9  Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,  10  para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;  11  y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

      Algunos hermanos niegan la Deidad de Jesús afirmando que El  murió pero que Dios no puede morir. Pero ¿qué dice 1 Cor. 2:8? Pablo dice que los príncipes de este siglo crucificaron "al Señor de la gloria."  ¿Cristo no es el "Señor de la gloria"?  Los hermanos que dicen que Dios no muere pero que Cristo murió, lo dicen para enfatizar la humanidad de Cristo, pero la única conclusión lógica de su enseñanza es que Cristo no era Dios. Desde luego, Dios no puede morir porque El es Espíritu (4:24), pero tampoco puede morir el espíritu del hombre (Mat. 10:28), pues la muerte es solamente la separación del espíritu del cuerpo (Sant. 2:26).

      Dios es Espíritu (4:24), pero también el hombre es espíritu, porque "creó Dios al hombre a su imagen" (Gén. 1:27). Somos "linaje de Dios" (Hech. 17:29). Dios es el "Padre de los espíritus" (Heb. 12:9). Dios "forma el espíritu del hombre dentro de él" (Zac. 12:1). Al morir el cuerpo del hombre, su espíritu vuelve a Dios quien lo dio (Ecles. 12:7). Los que mueren en el Señor son "los espíritus de los justos hechos perfectos" en el cielo (Heb. 12:23).

      Desde luego, creemos en la encarnación de Cristo (que "aquel Verbo fue hecho carne") porque la Escritura así lo afirma (1:14; Mat. 1:23, etc.), pero al recordar que el hombre es espíritu, es más fácil entender la encarnación de Cristo. Cristo (Espíritu) vino a ser hombre (que también es espíritu).

      Luc. 23:46, “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto expiró”. No dice “mi espíritu humano”. Para ser hombre sólo necesitaba cuerpo, Heb. 10:4, 5.

      Algunos dicen que Jesús tuvo dos espíritus (Espíritu divino y también espíritu humano), pero este concepto es erróneo. ¿Por qué necesitaría un espíritu humano? Debido a la estrecha identidad y afinidad entre Dios y el espíritu del hombre, no era nada difícil que Cristo desempeñara el papel humano. Cristo es el Creador (1:3) del espíritu humano; ¿le sería difícil, pues, hacer el papel de ese espíritu que El mismo creó? Claro que no. Es cierto que este es un tema muy profundo que la mente finita no tiene que comprender a fondo, pero lo importante es que todos crean en la encarnación de Cristo y que no salgan con teorías y especulaciones humanas. "Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí" (Mat. 11:6).

      Muchos hermanos han tropezado en la doctrina de la encarnación de Cristo enseñada por Pablo en Fil. 2:7, como el acto supremo de humildad de Cristo. Pablo dice que Cristo "se despojó a sí mismo" e inmediatamente explica -- en la misma frase -- que esta expresión se refiere a la encarnación de Cristo ("tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres"). Pero algunos hermanos están resueltos a forzar este texto a decir que Cristo se despojó a sí mismo de sus atributos divinos o del uso de ellos (que hubiera sido la misma cosa e igualmente imposible). Cristo vino al mundo para revelar al Padre y para hacerlo demostró los atributos divinos a través de su ministerio.

      En tus manos encomiendo mi espíritu: Luc. 23:46, “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto expiró”. El Padre no le había abandonado.

      En verdad era Hijo de Dios: Mat. 27:54, “El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios”. Algunos dicen que el centurión no estaba confesando a Cristo como el Hijo de Dios porque falta el artículo definido (el) antes de Hijo, pero también falta en 4:3, 6. Luc. 23, “47  Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo”. Recuérdese que Lucas escribió al “excelentísimo” Teófilo, un romano de eminencia, con el propósito de predicar a Cristo como el Hijo de Dios, y con el hecho de que el centurión romano dijera que Jesús era hombre justo, lo vindicaba de la acusación de los judíos.

      El velo del templo se rasgó en dos: Mateo 27:51, “Y he aquí, el velo del templo (que separaba el lugar santo del lugar santísimo), se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;  52  y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron”.

      Abrió el camino al cielo (Lugar Santísimo). Heb 10:20 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,  20  por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,  21  y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,  22  acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones  de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Jn 14:6, “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”.

      -- y la tierra tembló, y las rocas se partieron; -- Este fenómeno no era un terremoto normal, sino acto de Dios.

      Mat. 27:52 “y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido (Jn. 11:11), se levantaron;  53  y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad (Jerusalén), y aparecieron a muchos.  Este fenómeno indicó que la muerte de Cristo venció la muerte (1 Cor. 15:55, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

      Se volvían golpeándose el pecho: Luc. 23:48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho”. Ahora hay cambio de actitud entre ellos. Estaban completamente bajo la influencia malvada de los líderes de los judíos que estaban resueltos a crucificar a Cristo, pero ahora se vuelven a la ciudad “golpeándose el pecho” para indicar su remordimiento. Fue grandemente afectados no solamente por las tres horas de tinieblas, el terremoto, la apertura de los sepulcros, etc., sino también por la conducta y las palabras de Jesús. “Su muerte había logrado lo que su vida no había podido obtener; había roto los duros corazones de los hombres. Ya se estaba cumpliendo su dicho: ‘Y yo, si fuere levantado de la Tierra, a todos atraeré a mí mismo’ (Jn. 12:32). El magnetismo de la cruz había comenzado a obrar, ya con su último suspiro” (WB).

      Con razón se compungieron de corazón: Hech. 2:37,Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?”

      Luc 23:49Pero todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea (sirviéndole, Mt 27:55) estaban lejos mirando estas cosas”. Estas mujeres piadosas estaban las últimas personas que dejaron la cruz, y fueron las primeras personas que llegaron a la tumba vacía.

      Jesús estuvo muerto. Incrédulos dicen que se desmayó, que no estuvo muerto. Un factor importante: Jn 19:31, sábado de gran solemnidad, judíos no querían dejar los cuerpos en la cruz.  “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo  (pues aquel día de reposo  era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”.

      Homicidio aceptable para ellos, pero el violar el sábado, no. Romanos dejaban cuerpos en la cruz, para ser destruidos por putrefacción o por animales y aves de rapiña.

      Pero Deut. 21:22, “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero,  23  no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”.

Por eso Pablo dice (Gál. 3:13, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”.

      Por eso, Jn. 19:31,32, quebraron las piernas de los dos criminales. De esa manera, no podían recuperarse, y los podían quitar de la cruz.

      Jesús ya estuvo muerto. Jn 19:33 “como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.” ¿Sólo desmayado?

      Otras profecías cumplidas. Jn 19:36, “Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. {Ex. 12. 46, ““ni quebraréis hueso suyo” (cordero pascual).  37  Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron. {Zac. 12. 10}

      “Hoy estarás conmigo en el paraíso” – no en  otros días o años. Por eso, murió ese día. Otra profecía (la de Jesús) cumplida.

      Juan era testigo de la muerte de Jesús. Jn 19:35, “Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis”.

Esto es muy importante: ¡Cristo murió por nosotros!  No es posible refutar el testimonio ocular del apóstol Juan.

      José de Arimatea pidió el cuerpo de Jesús. Luc 23:50-52. Miembro del concilio que no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos. Discípulo secreto de Jesús. Esperaba el reino de Dios.

Luc. 23:50, “Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo.  51  Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,  52  fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús”.

Nicodemo le ayudó. Jn 19:39, “  También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, {Jn. 3. 1-2.} vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.  40  Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos”.

Muy significativo. Apóstoles no encargados del cuerpo, sino judíos muy respetados. No hubieran sepultado a un hombre vivo (desmayado). Pilato sorprendido que Jesús muerto, Mar 15:44; preguntó al centurión; éste confirmó que estaba muerto.

      “Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.  45  E informado por el centurión, dio el cuerpo a José”.

¿Por qué tanto énfasis sobre la muerte de Jesús? Si Jesús no estuvo muerto, no resucitó y si no resucitó estamos en los pecados todavía, 1 Cor. 15:17, “si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados”.  Pero si no murió, desde luego, no resucitó.

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