El Espíritu Santo y la Palabra
I. Lo que el Espíritu Santo hace la Palabra de Dios hace (es decir, el Espíritu Santo obra a través de Su palabra, Efes.6:17).
A. En la creación: Espíritu Santo: Gén. 1:2; Job 33:4 – Palabra: Heb. 1:3; 2 Ped. 3:5
B. Vivifica (da vida): Espíritu Santo: 2 Cor. 3:6 – Palabra: Sant. 1:18 … pero la palabra no vivifica a todo oyente, pues tiene que ser implantada, v. 21 (Luc. 8:15).
C. Nacer de: el Espíritu Santo: Juan 3:8 – Palabra: 1 Ped. 1:23-25.
D. Salvación: Espíritu Santo: Tito 3:5 – Palabra: Sant. 1:21
E. Santificación: Espíritu Santo: 1 Cor. 6:11; 2 Tes. 2:13 – Palabra: Juan 17:17.
F. Mora en nosotros: Espíritu Santo: Rom. 8:11 – Palabra: Col. 3:16.
G. La verdad: Espíritu Santo: 1 Jn. 5:7 – Palabra: Juan 17:17.
II. Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y la Palabra de Dios son inseparables.
A. 2 Sam. 23:2, “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua”.
B. Neh. 9:30, “y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas”.
C. Fil. 2:13, “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. 1 Tes. 2:13 es texto paralelo (enseña la misma cosa), “recibisteis la palabra de Dios que oísteis … la cual actúa en vosotros los creyentes”. Dios produce; palabra actúa.
D. Rom. 1:16, “evangelio … es el poder de Dios para salvación”.
E. Juan 18:6, “cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. ¿Cómo convenció al mundo de pecado? Lo hizo por la palabra de los apóstoles, comenzando el día de Pentecostés (Hechos 2:22, 37).
F. Rom. 8:14, “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. Somos guiados por la palabra del Espíritu Santo.
G. Efes. 5:18, “sed llenos del Espíritu” … Col. 3:16, texto paralelo (sobre el cantar himnos), “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros”. Llenos del Espíritu = palabra mora en abundancia.
H. Hech. 7:51, ¿cómo resistir al Espíritu Santo? Resistir a los que predican la Palabra.
I. Efes. 6:17, la espada del Espíritu (el instrumento que usa) que es la Palabra de Dios.
III. La Palabra es la expresión de la voluntad de Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo).
A. Lo mismo se puede decir del hombre: su palabra = su voluntad; por eso, inseparables.
B. Es decir, “hacer la voluntad de Dios” equivale a obedecer su Palabra. Son la misma cosa.
C. Mat. 7:21, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Hace voluntad = obedecer su Palabra.
D. Por eso, decir que Dios obra aparte de su Palabra equivale a decir que Dios obra aparte de su voluntad revelada. Si decimos que Dios obra aparte de su Palabra revelada, tendremos que enseñar también que la Escritura no es la completa revelación de la voluntad de Dios.
E. OJO: Es cierto que en ocasiones la voluntad de Dios se expresa primero en hechos, pero en esos casos el resultado se revela en palabras. Por ej., Jn. 10:7, “Llenad estas tinajas .. Sacad ahora, y llevadlo al maestresala”. El hecho fue el resultado de simplemente ejercer su voluntad (que sepamos no dijo nada), pero tenemos revelación de este hecho.
F. Los mandamientos son acompañados de promesas de bendición. Por ej., Efes. 6:2, 3.
G. Dios sí oye nuestras oraciones y nos cuida, pero todo de acuerdo a su Palabra. Por ejemplo, 1 Ped. 1:5, “sois guardados por el poder de Dios mediante la fe”. Esto se refiere a los hechos de Dios en guardarnos (cuidarnos, protegernos, etc.). Podemos saber estos hechos “mediante la fe”, que viene por el oír la palabra de Dios (Rom. 10:17).
H. Por eso, el decir “Dios lo hizo” debe ser basado firmemente en la Palabra de Dios.
IV. Tengamos cuidado de no enseñar el calvinismo.
A. Calvinismo dice: “¿Por qué es necesaria la influencia del Espíritu en adición a la de la Palabra y distinta de ella? La necesidad surge simplemente de la depravación del corazón humano … los hombres son pecaminosos – profundamente depravados; de esto viene la necesidad de una influencia especial divina, en adición a y distinta a la Palabra”. Pero el hombre no nace corrupto.
B. No debemos afirmar algo acerca de la obra del Espíritu Santo que no está afirmado en las Escrituras. 2 Tim. 3:16, 27; 2 Ped. 1:3; 1 Ped. 4:11, “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios”. (Aparte de las Escrituras no sabemos nada del Espíritu Santo).
C. Porque tal afirmación no sería basada en revelación (la mente y voluntad de Dios), sino en el pensamiento humano. Isa. 55:8, 9. Esto sería especulación (“teoría”, Larousse).
D. Hay mucho emocionalismo en la religión. Muchos hablan de “lo que creo”, de “lo que pienso”, de “lo que siento en mi corazón”, etc. Esto es religión subjetiva, religión basada en los sentimientos y en la opinión humana. Mat. 15:8, 9; Col. 2:20-23.
V. El Espíritu Santo y la “Providencia”.
A. Algunos creen que el Espíritu Santo obra aparte de la Palabra en lo que se llama “la providencia de Dios”, pero todo lo que sabemos del Espíritu Santo y su obra está revelado en las Escrituras. Hay mucha superstición. Por ej., “El Espíritu Santo me reservó sitio de estacionamiento”.
B. También se dice que Dios obra aparte de la Palabra en contestar oraciones.
1. Pero recuérdese que la Palabra de Dios es simplemente la expresión de la voluntad de Dios. ¿Hace Dios algo aparte de su voluntad?
2. Decir que Dios obra aparte de su Palabra significa que Dios hace cosas que no son reveladas, pero si no son reveladas, no podemos saber cuáles son.
3. El texto principal que debemos recordar sobre el cuidado de Dios es Sant. 1:17, “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”; es decir, TODA cosa buena en esta vida viene de Dios, y esto incluye pruebas (Rom. 5:3-5; Sant. 1:2-4). Véanse también Mat. 5:45; Hech. 14:17; 17:25, 28.
C. Recuérdese que la Palabra de Dios es la expresión de su pensamiento y voluntad. Desde luego, Dios no hace nada aparte de su voluntad. Lo que hace es la expresión de su voluntad, y lo único que sabemos de la voluntad de Dios es lo que la Escritura revela.
D. Rom. 1:16, El “evangelio … es poder de Dios para salvación”, poder revelado en su Palabra.
VI. El Espíritu Santo Mora en el Cristiano. 1 Cor. 3:16, 17; 6:19, 20; Efes. 1:13, 14 “arras”, “prenda divina de toda su futura bendición” (Diccionario de W. E. Vine).
A. También el Padre mora en el cristiano. Jn. 14:23; 2 Cor. 6:16; 1 Jn. 4:12,15.
B. También Cristo mora en el cristiano. Jn. 14:23; Gál. 2:20. ¿Cómo lo hace? Efes. 3:17, “para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones”.
C. Significa que tenemos comunión (participación) con Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo). 2 Cor. 13:14, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. Heb. 6:4, “fueron hechos partícipes del Espíritu Santo”.
D. Significa que estamos bajo el control de la enseñanza del Espíritu Santo, porque su Palabra mora en el cristiano para guiar y controlar su vida. Col. 3:16, la palabra mora o controla.
1. Compárese Rom. 7:17, “el pecado que mora en mí”, es decir, controla la vida.
2. Apoc. 2:13, “donde mora Satanás”. ¿Dónde mora Satanás? Donde tiene control.
E. Morar el Espíritu Santo en nosotros significa que al recibir al Espíritu Santo recibimos todos los beneficios, privilegios y honores de la salvación y la participación en cosas celestiales.
VII. El NT Usa la Figura de “Metonimia” Para Describir la Obra del Espíritu Santo.
A. Los escritores del Nuevo Testamento dicen simplemente “Espíritu Santo”, quien es la causa o autor de muchos beneficios, honores y privilegios espirituales; es decir, en lugar de nombrar estos efectos o resultados de su obra (los beneficios, honores, privilegios, etc.), dicen “Espíritu Santo”.
B. Por ejemplo, 1 Tes. 5:19, “no apaguéis al Espíritu”. ¿Quién puede apagar al Espíritu? Obviamente Pablo se refiere a los dones del Espíritu (los efectos), pero pone la causa (el Espíritu) en lugar de los efectos (los dones). Está diciendo, pues, que no menospreciaran los dones del Espíritu, como indica la siguiente frase: “no menospreciéis las profecías”.
C. Gál. 4:19, “Cristo formado en vosotros”; dice “Cristo” pero se refiere al carácter espiritual ejemplificado y enseñado por Cristo. La causa o autor se pone en lugar del efecto o resultado.
D. Hech. 2:4. ¿Qué pasó cuando los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo? Recibieron el poder del Espíritu Santo (Luc. 24:49; Hech. 1:8), como Jesús había prometido.
E. Hech. 10:45, 46, “se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo”. ¿Qué se derramó? Por supuesto, el Espíritu Santo mismo no se puede derramar, pero se derramó el poder de hablar en lenguas.
F. Luc. 16:29, “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos”. “Moisés y los profetas” (causa) se pone en lugar del efecto (sus escritos).
VIII. Comunión del Espíritu Santo = Participación en las cosas espirituales.
A. 2 Cor. 13:14; Heb. 6:4.
B. Comunión con Padre. 1 Jn. 1:1-4.
C. Comunión con el Hijo. 1 Cor. 1:9.
D. 2 Ped. 1:14, participantes de la naturaleza divina.
IX. Lo que está escrito es lo que el Espíritu Santo dice.
A. Apoc. 2:1, 7.
B. Mat. 22:31, no habéis leído lo que fue dicho …
C. Heb. 10:15-17
D. Hech. 13:27
E. Luc. 16:29-31.
X. Cristo es el Verbo (la Palabra de Dios)
A. La perfecta, completa revelación de Dios.
B. Juan 1:18, le ha dado a conocer.
C. Jn. 14:9, si me habéis visto a mí habéis visto a mi Padre.
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