Blasfemar contra el Espíritu Santo

Introducción.

      A. Dar repaso sobre los versículos anteriores:

          1. Jesús sana a un endemoniado, ciego y mudo, v. 22.

          2. La acusación blasfema de los fariseos, v. 24.

          3. La respuesta sencilla e irrefutable de Jesús, v. 25,26.

          4. ¿Por quién los echan vuestros hijos? v. 27

          5. Ha llegado a vosotros el reino de Dios, v. 28.

          6. Primero hay que atar al hombre fuerte, v. 29.

          7. No puede haber neutralidad.

      B. Ahora analizamos la blasfemia contra el Espíritu Santo como prueba o evidencia de la condición depravada de los fariseos.

I. Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, v. 31.

      A. Buenas Nuevas. La palabra "evangelio" significa "buenas nuevas"; es decir, por medio del evangelio de Jesucristo todo pecado será perdonado.

      B. Los Catálogos. Véanse los catálogos de pecados (Rom. 1:28-32; 1 Cor. 6:9-11; Gál. 5:19-21, etc.). Todos estos pecados serán perdonados por Dios si nos arrepentimos, confesamos a Cristo y somos bautizados para perdón de pecados. Los pecados de David (el codiciar, el adulterar, el matar) fueron perdonados. Los "muchos" pecados de la mujer de Luc. 7 fueron perdonados. Pedro negó a Cristo tres veces pero fue perdonado. Saulo de Tarso persiguió a Jesús pero fue perdonado.

      C. Blasfemar significa "difamar o injuriar...cualquier forma de hablar injuriosa, ultrajante, calumniador". Este pecado cometido aun contra Jesús tenía y tiene perdón, v. 32.

          1. Le acusaban de ser glotón y borracho; decían que era samaritano (término muy insultante para cualquier judío), que estaba loco, y que blasfemaba cuando perdonó pecados.

          2. Se describen aun aquellos que lo crucificaron como ignorantes (Luc. 23:34; Hech. 3:17; 13:27; 1 Cor. 2:8).

          3. Todos estos insultos, blasfemias e injurias reciben perdón si hay arrepentimiento y obediencia.

II. Pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no les será perdonada, v. 31.

      A. Al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, v. 31,32. El v. 31 dice "blasfemia" y el v. 32 dice "hablar contra". El mismo texto explica la palabra "blasfemia". Mar. 3:29 dice "cualquiera que blasfeme contra el Espíritu".

      B. Marcos 3:30 explica la blasfemia contra el Espíritu Santo: V. 31, "Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo".

          1. La blasfemia contra el Espíritu se refiere a lo que los fariseos acabaron de decir (Mat. 12:24), "Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios".

          2. Marcos 3:22, "decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios".

          3. Lo que ellos decían no era simplemente una calumnia contra Jesús, sino una blasfemia contra el Espíritu Santo.

          4. Decían Que el Espíritu Santo era Satanás (espíritu inmundo). ¡Esta es la blasfemia contra el Espíritu Santo!

      C. La Obra del Espíritu Santo es Atribuida a Satanás. Negaban los fariseos que Jesús hizo la gran obra de echar fuera los demonios por el poder del Espíritu Santo. Mas bien, según ellos, lo hizo por el poder de Beelzebú, príncipe de los demonios, o sea, Satanás mismo. Al decir esto hablaron o blasfemaron contra el Espíritu Santo, dando a entender que en realidad el Espíritu Santo era un espíritu inmundo.

      D. Dicen los Carismáticos que hablamos contra el Espíritu cuando denunciamos sus "señales y prodigios mentirosos". Esta acusación es completamente necia y absurda. Al decir esto ellos demuestran su profunda ignorancia de las Escrituras (Mat. 22:29). Desde luego, no hablamos contra el Espíritu, sino probamos los espíritus, 1 Jn. 4:1,2.

III.  ¿Por qué no se perdona este pecado?

      A. Isa. 5:20 dice, "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo!" Es precisamente lo que hicieron los fariseos. Lo que era tan obviamente bueno y de Dios -- la vida, el ejemplo, las enseñanzas y las maravillas de Jesús -- ellos lo llamaron malo y del diablo.

      B. Malicia profunda. Los motivos de ellos eran profundamente maliciosos. Jesús echó fuera los demonios Por el Espíritu de Dios (v. 28), pero los fariseos estaban resueltos a no creerlo, y se atrevieron a decir que ese poder era en realidad Satanás.

      C. Más allá de la iluminación divina. Dice el Diccionario de Vine, "cualquiera, con la evidencia del poder del Señor ante sus ojos, declarara que era un poder satánico, exhibía una condición de corazón más allá de la iluminación divina, y por ello desesperada".

      D. No había sacrificio bajo la ley de Moisés para el pecado cometido "con soberbia". Núm. 15 describe la expiación para los pecados de "yerro", pero en el v. 30 dice (según la Ver. Biblia de las Américas), "Pero aquel que obre con desafío (lit., con mano levantada) ... ése blasfema contra el Señor, y esa persona será cortada de entre su pueblo". Véanse también 1 Sam. 3:14; Isa. 22:14. En esto vemos que el concepto de estar más allá de la salvación no era idea nueva.

      E. En la presencia de Dios. Al ver las obras de Jesús y al oír sus enseñanzas, los escribas y fariseos estuvieron en la misma presencia de Dios, pero indicaron que más bien estuvieron en la presencia de Satanás. No hay depravación más profunda que esta.

IV. Ni en este siglo ni en el venidero, v. 32.

      A. Nada de purgatorio. No hay la más mínima sugerencia en este texto de que haya manera de recibir el perdón de Dios después de morir. Recuérdese Luc. 16:23-31.

      B. Marcos 3:29, "no tiene jamás perdón, sino que es reo (culpable) de juicio eterno". Es claro, pues, que la expresión "ni en este siglo ni en el venidero" enfatiza el hecho de que nunca habrá perdón.

V. O haced el árbol bueno y su fruto bueno, o haced el árbol malo y su fruto malo, V. 33.

      A. La causa de la blasfemia. ¿Por qué blasfemaron los fariseos? ¿Por qué hablaron así? Porque el árbol (el carácter) era malo, y por eso el fruto (el habla) era malo.

          1. El árbol y su fruto son inseparables, Sant. 3:10-12.

          2. El árbol infunde en su fruto su propia naturaleza.

      B. El árbol bueno. Jesús es un perfecto ejemplo del árbol bueno. Su fruto (su habla, su enseñanza) siempre era bueno.

          1. Si Jesús hubiera obrado no por el Espíritu Santo, sino por Satanás, entonces sus enseñanzas habrían sido corruptas.

      C. El árbol malo. Los fariseos eran un perfecto ejemplo del árbol malo. Su fruto (su habla, su enseñanza, y en este texto el blasfemar contra el Espíritu Santo) siempre era malo.

          1. El punto es que cuando ellos blasfemaron contra el Espíritu Santo, en ese mismo acto exhibieron su fruto y demostraron que el árbol era malo.

          2. Demostraron que eran una generación de víboras, V. 34; Mat. 3:7; 23:33.

          3. ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? El hablar es el fruto. No podía haber buen fruto porque el árbol (ellos) era malo. Solamente podían llevar fruto enfermo y corrupto.

          4. Porque por el fruto se conoce el árbol, Mat. 5:16-20.

VI. El tesoro del hombre corresponde al hombre mismo, v. 35.

      A. Otra figura, la misma lección. El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro del corazón, y el hombre malo saca malas cosas del suyo.

          1. El "tesoro" de cada quien es la acumulación de todos sus pensamientos, deseos, planes, intentos, ambiciones, etc.

          2. De este "tesoro" (malo o bueno) saca buenas o malas palabras. Los fariseos sacaron de su "tesoro" malo (malicioso) la blasfemia contra el Espíritu Santo. Al escuchar por muy poco tiempo las palabras de cualquier individuo sabemos mucho acerca de ellas. La boca revela el corazón.

      B. Las palabras revelan el carácter, corresponden al carácter. Lo que los fariseos dijeron reveló lo que eran: la clase de árbol que eran, la clase de tesoro que tenían.

          1. Prov. 26:18,19, "Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma".

          2. "No quise decir eso". A veces alguien se enoja y pronuncia palabras malas que hieren y ofenden. Luego pide perdón diciendo, "Perdóneme, yo no quise decir eso". La verdad es que lo que decimos cuando no estamos en guardia, cuando no cuidamos las palabras y no nos preocupamos por lo que decimos es cuando revelamos la verdadera condición del corazón.

          3. "Si el corazón es puro". También se cree que Dios no condena nuestra mala conducta o nuestras palabras malas si nuestro corazón es recto. Pero aquí está precisamente el problema. La mala conducta y las malas palabras demuestran que el corazón no es puro ni recto.

 VII. Juzgados por las palabras, v. 36,37.

      A. Juzgados por los hechos, Mat. 25:31-46, pero aquí juzgados por las palabras que revelan los pensamientos y el carácter.

      B. Toda palabra ociosa. La palabra "ociosa" se usa del árbol estéril, de la tierra no sembrada y del hombre perezoso.

          1. No se refiere a la conversación inocente acerca de asuntos sociales y seculares (en contraste con conversación seria).

          2. Más bien como vemos en este contexto se refiere a las palabras de malicia, de calumnia, etc.

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