Pablo: sin temor y con temor

I.  Pablo sin temor.

          A. Hech. 20:17-27, no tenía temor porque había predicado "todo el consejo de Dios".

          B. Hech. 21:13, "dispuesto a morir"; no tenía temor de la muerte.

          C. Gál. 2:5, "ni por un momento accedimos" a los que querían imponer la ley de Moisés sobre los conversos gentiles; de estos no tenía temor.

          D. 2 Tim. 1:7, "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía".

II. Pablo con temor.

          A. 1 Cor. 2:3, "Y estuve entre vosotros con debilidad, y  mucho temor y temblor", al contemplar lo enorme del trabajo en Corinto -- y por ser hombre humilde -- era consciente de sus deficiencias; es decir, este "temor" no era ningún temor de los hombres, sino simplemente una preocupación por el éxito de su obra en esta ciudad tan importante.

          B. Gál. 4:10, 11, "Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros".

          C. 2 Cor. 12:20, 21, "Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes".

          D. 2 Cor. 11:3, "Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo". (Compárense Heb. 4:1, "Temamos, pues, no sea que" alguno no alcance la promesa; Heb. 12:28, "sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia").