El Pueblo Especial De Dios
Introducción.
A. Bajo el Antiguo Testamento Israel era el pueblo de Dios, Ex. 4:22.
B. Ahora la iglesia de Cristo es el pueblo de Dios. Es su familia, su casa, Heb. 3:6; 1 Ped. 2:9,10.
I. "En Otro Tiempo No Erais Pueblo..." 1 Ped. 2:10.
A. Este texto basado en Oseas 1:9. La esposa infiel de Oseas representaba a la esposa de Dios (Israel) que cometió fornicación espiritual (Os. 2:5-8).
B. Los gentiles estábamos muertos en pecados, alejados de Dios.
1. Efes. 2:1-3, no por nacer con naturaleza corrupta, ni por nacer con pecado original, sino por "andar" (vivir) en pecados, "siguiendo la corriente de este mundo", por ser desobedientes.
2. Efes. 2:12; Col. 1:21, nos encontramos lejos de Dios.
II. "Ahora Sois Pueblo De Dios", 1 Ped. 2:10.
A. Oseas 1:10 "Sois hijos del Dios viviente". Se refiere al "remanente" de Israel. "Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar".
B. Oseas habla en este verso del "remanente" fiel, el pueblo espiritual, o sea el pueblo de Cristo, su iglesia. (Las promesas de un futuro glorioso para Israel se refieren al cumplimiento de la promesa a Abraham, Gén. 12:1-3) de que en su simiente (Cristo, Gál. 3:16) serían benditas todas las familias de la tierra.
C. Rom. 9:24-26 cita la profecía de Oseas y la aplica a la conversión de
los gentiles.
D. Un tema central de Efesios es la conversión (elección) de los gentiles y la unificación de todos los conversos judíos y gentiles en un solo cuerpo (2:14-17; 4:5), la iglesia gloriosa de Cristo (5:26,27).
III. El Pueblo De Dios Es Pueblo Santo, 1 Ped. 1:15,16.
A. "Sed santos, porque yo soy santo". Los únicos que podrán vivir con Dios en el cielo son los que se purifican y se apartan de todo pecado, 1 Jn. 3:3,4.
B. Es pueblo nacido de Dios, Jn. 3:5; 1 Jn. 3:9. Nacido espiritualmente (nadie es reconocido ahora como hijo de Dios por el nacimiento físico), para ya no ser carnales.
C. Es pueblo transformado, Rom. 12:2; 2 Cor. 3:18.
D. Es pueblo muerto al pecado, vivo para Dios, Rom. 6:3-7; Gál. 2:20.
E. Es pueblo que se ha despojado del viejo hombre, y se ha vestido del nuevo hombre, Efes. 4:22-24; Col. 3:9,10.
F. Es pueblo que no anda conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, Rom. 8:1-9; Gál. 5:16-23.
G. Es pueblo regenerado, Tito 3:8.
IV. El Pueblo De Dios Participa De La Naturaleza Divina, 2 Ped. 1:3-11.
A. ¿Cómo participamos de la naturaleza divina? Al poseer las características que son propias de Dios, demostradas por Cristo y enseñadas en el Nuevo Testamento.
B. Pedro explica cómo participamos de la naturaleza divina, comenzando en
el v. 5: añadiendo a nuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor.
1. Estas son cualidades divinas, celestiales, propias de Dios. Su pueblo verdadero pone toda diligencia para practicarlas.
2. Cristo vino al mundo para morir por nosotros. Pero El vino también con el propósito de revelar al Padre, para que todos pudiéramos conocer al Padre, cómo es, cómo habla, cómo piensa, cómo actúa en varias circunstancias, qué hace cuando lo desprecian, qué enseña, etc.
3. Cuando observamos a Cristo, estamos observando al Padre también (Juan 14:9). No es que Cristo sea el Padre, sino que vino al mundo para revelar al Padre (Mat. 11:27; Luc. 10:22).
4. Cuando imitamos a Cristo, estamos participando de la naturaleza divina, estamos demostrando que verdaderamente somos hijos de Dios.
C. Poseer el carácter de Cristo no es opcional, sino indispensable para poder entrar en el cielo; 2 Ped. 1:11, "Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".
D. Sin lugar a dudas, esta doctrina es una de las más descuidadas entre los miembros de las iglesias de Cristo. Trabajamos diligentemente para bautizar a mucha gente sin convencerles que es indispensable poseer el carácter de Cristo, y algunos se quedan con el carácter del diablo. Por esta causa hay conducta escandalosa, contiendas, disgustos, y divisiones, y toda clase de carnalidad en la iglesia que da ocasión para que los enemigos blasfemen.
V. "Hijos De Dios" Significa "Imitadores De Dios".
A. Mat. 5:44-48, debemos amar como Dios ama. El nos deja el ejemplo ("hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos".
1. Si no amamos a los que no nos aman, no imitamos a Dios.
2. Dice Cristo, "Amad a vuestros enemigos...para que seáis hijos de vuestro Padre" (v. 44,45). Si no amamos a los enemigos, no imitamos a Dios, y no somos "hijos de Dios". Dice Cristo: "para que seáis hijos". Es condicional.
B. 2 Cor. 6:14-18 Dice Dios (v. 17,18) "os recibiré...seré para vosotros por Padre" condicionalmente. Es decir, si "salimos" de en medio de los pecadores, si "nos apartamos" de ellos y dejamos de tener comunión (participación) con ellos, entonces Dios nos recibirá como hijos.
C. Efes. 5:1 "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados". Si no imitamos a Dios, no somos hijos de Dios.
D. ¿Qué somos pues? 1 Jn. 3:10 Si no hacemos (practicamos) justicia y si no amamos a los hermanos, no somos de Dios. ¿De quién somos pues?
VI. El Pueblo De Dios Creado En Cristo Para Buenas Obras, Efes. 2:10.
A. El pueblo de Dios le es útil, 2 Tim. 2:21.
B. Tito 3:1,8 "que estén dispuestos a toda buena obra...procuren ocuparse en buenas obras".
C. Sant. 2:14-26 si no hacemos buenas obras, la fe está muerta.
Conclusión:
A. Dios tiene un pueblo especial (la iglesia de Cristo):
1. Es un pueblo redimido por Cristo, comprado por Cristo.
2. Es un pueblo que ha nacido de Dios, son hijos espirituales.
3. Es un pueblo transformado, que no se conforma al mundo.
4. Es un pueblo santo, porque Dios es santo.
5. Es un pueblo que ha muerto al pecado y vive para Cristo.
6. Es un pueblo que se ha despojado de la vida pasada y se ha vestido de Cristo, para ser identificado con El en todo.
7. Es un pueblo que vive conforme al Espíritu (no conforme a la carne)
8. Es un pueblo que participa de la naturaleza divina.
9. Es un pueblo imitador de Dios.
10. Es un pueblo creado por Dios para hacer buenas obras.
B. Este pueblo será recibido por Dios en gloria, para disfrutar de Su divina presencia para siempre. Queda un reposo para el pueblo de Dios, Heb. 4:8.
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