La Naturaleza Y Las Consecuencias Del Pecado -

- El Ejemplo De Judas

Introducción.

A. Definición del pecado: 1 Jn. 3:4, "infracción de la ley"; ¿ley de quién? de

Dios.

B. El origen del pecado: Sant. 1:14, "cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido"; el resultado: Sant. 1:15, muerte.

1. Nadie Es Forzado A Pecar.

A.      Jesús sabía que Judas lo iba a traicionar, Jn. 13:21, 26; pero no fue forzado a hacerlo, ver. 27. Nadie es forzado a pecar; cuando pecamos, no hay excusa porque la Biblia dice, "pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (1 Cor. 10:13).

B.      Judas fue "a su propio lugar"; ¿no sig­nifica esto que Judas fue predestinado a pecar y ser condenado y que no podía evi­tarlo? No, de ninguna manera. El que Jesús sabía y decía que Judas lo iba a traicionar no tuvo nada que ver con la voluntad de Judas. El pecó voluntaria-mente. Pecó porque era ladrón, amaba y el dinero y quería pecar (Sant. 1:14). En cuanto a ir a "su propio lugar", cada quien va a su propio lugar; es decir, va al lugar que voluntariamente escoge (Josué 24:15).

C.      Jn. 13:2710 explica: "Satanás entró en él". También Hech. 5:3. Uno lo permite.

Sant. 4:7, "resistid al diablo, y huirá de vosotros".

D.          Judas bien ilustra lo que Sant. 1:14, 15 dice.

E.       Jesús no causó la caída de Judas. No le indujo a caer. No puso ningún tropiezo delante de él. La caída de Judas no era inevitable. En cualquier momento, aun después de entregar a Jesús, él podía haberse arrepentido y Dios le hubiera perdonado. Todo dependía de la voluntad de Judas.

F.       Tampoco intervino Jesús para evitarlo. No trató de cultivar una amistad especial con Judas. Ni lo favorecía, no lo trató con parcialidad.

G.      Solamente dijo, "Lo que vas a hacer, hazlo más pronto", Juan 13:27. Hagamos lo mismo nosotros: ni poner tropiezo, ni consentir o favorecer al contencioso o re­belde en la iglesia. Digámosle: "Lo que vas a hacer, hazlo más pronto". Decídete.

H.      Nadie es forzado a obedecer. Nadie es forzado a desobedecer. Judas y faraón no eran títeres en la mano de Dios. Sus malos hechos tenían parte en el plan de Dios, porque Dios siempre saca bien del mal causado por Satanás, pero éstos tu-vieron su propio albedrío, igual que hoy en día.

H. El Pecado Revela El Carácter. El pecado (observable) refleja el corazón.

A. Los que tienen el carácter de Judas son capaces de traicionar a Jesús.

1.  ¿Por qué le traicionó? Porque era hipócrita. Mt. 26:14-16, 24, 25, 48-50.

2.  Alguien preguntará: "Pero ¿cómo es posible que este apóstol de Jesús podía traicionar a su Maestro?" Porque era hipócrita. Si somos hipócritas, podemos hacer lo mismo. Somos capaces de ha­cerlo.

B. ¿Cómo es posible que un apóstol de Jesús pudiera abandonar el apostolado? Mat. 10:1, Judas tenía mucha autoridad, aun sobre los demonios, pero después de andar con Jesús por más de tres años, cayó de este exaltado ministerio y aposto­lado (Hech. 1:16-25). ¿Cómo fue posible?

1.  Lo dejó porque lo despreció como Esaú despreció su primogenitura, Gén. 25:34. En 2 Corintios Pablo habla de su gran estima por el ministerio, por ejemplo en 2 Cor. 3:9-11.

2.  Pero muchos desprecian las cosas de Dios como Judas despreció el aposto­lado, y lo manifiestan cuando se apartan de la iglesia, dejando de servir a Cristo. No lo aprecian. Véanse Heb. 2:3; 12:16.

C.    ¿Es posible que un apóstol fuera ladrón? Jn. 12:3-6. ¿Cómo fue posible tal cosa? Porque era avaricioso, amaba al dinero. 1 Tira. 6:6-10. Los que aman el dinero pueden imitar a Judas y caer como él cayó.

D.    El pecado nace en el corazón (Sant. 1:14). El que aborrece al hermano, es homicida (1 Jn. 3:15); el que codicia a una mujer, adultera en su corazón (Mat. 5:28); la avaricia es idolatría (Col. 3:5). Los pecados del corazón son verdaderos pecados que nos condenarán si no nos arrepentimos.

E.     La persona que peca en su corazón también pecará de hecho cuando venga la circunstancia oportuna y favorable; es de­cir, si no hay temor del castigo ni de que alguien le descubra. Muchos están dis­puestos a pecar si las circunstancias son favorables. No quieren ser avergonzados o castigados por los hombres, pero no temen a Dios, aunque todos saben que El conoce el corazón.

III. Las Consecuencias Del Pecado Siem­pre Son Más Pesadas Que Lo Que Uno Había Pensado.

A.   Judas aprendió esto. Mat. 27:3-10. Si hubiera sabido lo terrible de la conse­cuencia de negar a Cristo, ¿lo habría hecho?

B.   Adán y Eva. Si hubieran sabido las consecuencias, ¿habrían comido del fruto prohibido?

    C. Caín dijo, "Grande es mi castigo para ser soportado". Si hubiera compren­dido y

meditado sobre lo amargo de la consecuencia de matar a su hermano, tal vez no lo hubiera hecho.

    D. Acán (Josué 7): Su pecado llevó fruto amargo: la desgracia, la ruina para su familia, y la muerte. ¿Podía anticipar lo terrible de estas consecuencias?

    E. Sansón 'jugaba" con el pecado, pen­sando que no podía caer. Creía que era invencible. Estaba muy confiado, creyendo que sabía cuándo desistir de "jugar" con la tentación. Léanse Prov. 6:27 y 1 Cor. 15:33. ¡Qué cuadro negro la Biblia pinta de las consecuencias de la conducta de Sansón! Fue prendido, cegado, escla­vizado, y hecho juguete de los filisteos. (Como él jugó con el pecado, así los filis­teos jugaron con él). ¿Podemos aprender una lección de su experiencia?

F. El hijo pródigo: ¿podía ver el fin del camino que escogió? ¿Sabía que pronto estaría con los cerdos? ¿Halló gozo en su decisión de dejar la casa de su padre?

IV. Uno Se Disgusta De Su Pecado Al Ver Las Consecuencias.

A. Cuando Judas pensaba vender a Cristo, sin duda esperaba recibir mucha satisfacción al recibir el dinero. Entonces, ¿por qué devolvió el dinero? El resultado de su conducta no fue lo que él imaginaba. Antes de pecar estaba esperando con placer el resultado de su pecado, pero después de pecar ¿qué pensaba?

C.    Obsérvese la miseria que sigue el pecado: en el caso de David, Sal. 32:3; en el caso de Pedro, Mat. 26:75; Job 42:6.

D.    ¿Por qué devolvió el dinero Judas? ¿La plata no le trajo felicidad? ¿hemos aprendido que "el engaño de las riquezas ahoga la palabra"? (Mat. 13:22)?

E.     A veces los criminales se entregan ellos mismos a las autoridades. ¿Por qué? ¿No encuentran la satisfacción que espe­raban?

     F. Muchos quieren tomar venganza. Quieren "arreglar cuentas" con alguien, pero después de vengarse, ¿cómo se sien-ten? ¿Qué pecado hay que verdadera-mente satisface el corazón?

    G. El pecado parece atractivo cuando uno lo está premeditando; en el acto mismo, da algo de satisfacción; pero ya después, llega a ser una verdadera pe­sadilla.

V. ¿Qué Se Puede Decir De Los Amigos, Los Socios, Los Cómplices?

A.   Los principales sacerdotes y ancianos eran los socios y cómplices de Judas en su acto de traición, pero después del hecho, ¿qué consuelo dieron a Judas cuando él reconoció su pecado y estaba muy de­primido? Mat. 27:4, "¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!" Así son los amigos mundanos. Es muy común esta actitud. El que peca no recibe simpatía de sus cóm­plices.

B.   Léase con cuidado Prov. 1:10-18 acerca de los amigos mundanos. "A sus almas tienden lazo".

C.   Muchos jóvenes hablan de "amor" para seducir a una jovencita, pero entonces cuando la jovencita le dice, "estoy en-cinta", ¿dónde está el "amor" del joven? Muchos dicen, "¿Qué me importa? ¡Allá tú!" Toda señorita debe meditar seria-mente sobre esto: si ella consiente y for­nica, no debe esperar que su compañero sea responsable de ayudarla y apoyarla cuando ella le diga que está embarazada. Muchísimas señoritas han quedado de­cepcionadas con los que profesaban "amarlas" cuando en realidad solamente querían sus cuerpos.

D.   Luc. 15:15, 16 "pero nadie la daba". No hay palabras más tristes que éstas, pero expresan la realidad en cuanto a los compañeros, amigos y cómplices en el pecado. Cuando llega el momento de pa­gar por el pecado, el pecador está desam­parado por sus amigos y tiene que pagar solo.

VI. No Podemos Escapar De Los Pecados. Heb. 2:3 "¿cómo escaparemos ...?"

A.   Muchos creen que pueden pecar con impunidad, sin ninguna consecuencia des-favorable. Creen que pueden decir, "Ya se acabó" y cerrar el libro sobre ese capítulo. Es el fin de la historia. Pero al pecar "no se acabó" y no es el fin de la historia; más bien, es solamente el primer capítulo.

B.   Gál. 6:7, 8 "No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".

C.   2 Ped. 2:4-10 "si Dios no perdonó a los ángeles ... si no perdonó al mundo an­tiguo ... si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra ..." ¿cree usted que podemos nosotros escapar del juicio de Dios?

D.   ¿Escapó David después de pecar? Léase 2 Sam. 12:10; 18:33.

E.   Núm. 32:23, "vuestro pecado os al­canzará".

VII. La Conciencia No Nos Deja En Paz.

A.    ¿Quién trajo a Judas a los oficiales para que devolviera el dinero? ¿cuál após­tol fue a buscarlo? Fue traído por su propia conciencia. No lo dejaba en paz; trajo el dinero, y se ahorcó.

B.     Gén. 42:21, la conciencia de los hermanos de José les movió a decir, "Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le es­cuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia".

C.    Es muy importante tener conciencia limpia. Hech. 24:16; Ef. 4:19; 1 Tim. 4:2.

VIII. No Podemos Deshacer El Pecado. El Tiempo No Lo puede Borrar.

A.    Judas trajo el dinero, pero lo que hizo quedó hecho. No podía deshacerlo.

B.     Prov. 6:29-35, "no perdonará en el día de la venganza ..."

C.    Si alguien mata a otro, ¿puede re­sucitar la víctima? Después de chismear alguien, ¿puede deshacer el daño hecho? Sería tarea imposible, como la de recoger un saco de plumas desparramadas por el viento. Recuérdense los casos de Adán, Acán, David, Giezi, y muchos otros para aprender bien la lección de que no es posible deshacer los pecados.

IX. Por Lo Tanto, Es Urgente Que Busquemos El Perdón De Dios Y Dejar De Pecar.

A.   Todo pecado es contra Dios: José, "¿Cómo haría este grande mal y pecaría contra Dios?" Gén. 39:9.

B.   Sal. 51:4 "contra ti"; Luc. 15:18 "contra el cielo".

C.   ¿Cómo obtener el perdón de Dios? Hech. 2:38; 22:16.

Conclusión:

A. Un día nació un niño inocente, puro. Pero llegó a ser hombre, y nunca aprendió estas lecciones que hemos estudiado. ¿Qué dice Jesús de él? Mat. 26:24, "Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido".

B. La mayoría de la gente no aprovecha las advertencias encontradas en tales ejem­plos. Muchos repiten la misma historia en sus propias vidas.

 

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