Comunión con el pecado y el error

Uso incorrecto de Romanos 14

Introducción.

      A. Siempre hay hermanos que quieren tener comunión con los que practican el pecado o enseñan el error, pero 1 Jn. 1:5, 6 dice que Dios no tiene comunión con las tinieblas.

      B. Hoy en día la controversia tiene que ver con el matrimonio, el divorcio y segundas nupcias.

      C. ¿Cuál es la ley de Dios sobre el tema? Mat. 5:32; 19:9; Rom. 7:3

I. Algunos errores con respecto al tema del divorcio, segundas nupcias.

      A. Algunos enseñan que el fornicario repudiado puede volver a casarse. Mat. 19:9, “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. Jesús autoriza que la parte inocente puede divorciarse del fornicario y volver a casarse, pero no autoriza que el fornicario repudiado vuelva a casarse.

      B. Algunos enseñan que si el incrédulo se divorcia del creyente no por causa de fornicación, el creyente puede volver a casarse, pero 1 Cor. 7:15 no dice tal cosa. “Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios”. Pablo dice que el hermano o la hermana no está sujeto(a) a servidumbre en tales casos; es decir, literalmente, “no se ha esclavizado” al cónyuge incrédulo, porque Cristo es su único Amo (v. 23). Por eso, si el incrédulo se separa, que se separe, pero Pablo ya había dicho lo que el cristiano(a) tiene que hacer cuando hay separación: quédese sin casar o reconcíliese con su cónyuge. Si Pablo hubiera enseñado que si el incrédulo se separa, la cristiana puede volver a casarse, habría contradicho lo que Jesús dijo en Mat. 5:32; 19:9. Pablo no lo hizo. El no nombró otra excepción aparte de la fornicación.

      C. Algunos enseñan que Mat. 5:32; 19:9 es “ley de reino” o “doctrina de pacto”; es decir, que esta enseñanza no se aplica al matrimonio de los inconversos. Según esta herejía, los inconversos que se hayan divorciado y vuelto a casarse dos o tres o cinco veces, pueden venir a Cristo, ser bautizados y seguir viviendo en su matrimonio actual. Sin embargo, Gén. 2:24, citado por Jesús en  Mat. 19:6 enseña claramente que el matrimonio no fue dado para cristianos sino para el hombre (la humanidad). Es para todos. No es un sacramento u ordenanza de la iglesia. Además Jesús dice (Mat. 19:9) “Cualquiera …” Su ley es para toda la humanidad. Todos serán juzgados por su ley (Juan 12:48).

      D. Algunos enseñan que al bautizarse los que estén mal en segundas nupcias (viviendo en adulterio) ya son perdonados y pueden continuar en su matrimonio actual. El bautismo, sin embargo, es para el perdón de los pecados que dejamos. Si una pareja está mal antes del bautismo, estará mal después del bautismo. El bautismo no lava o santifica el matrimonio si es una unión adúltera.

      E. Algunos enseñan que el adulterio de estos textos (Mat. 5:32; 19:9) no es sexual, sino que consiste en los dos actos legales de divorciarse y volver a casarse. De esta manera los testigos y otros sectarios tuercen las Escrituras, cambiando el sentido de palabras bíblicas. Toda palabra bíblica ha de entenderse en su sentido literal a menos que el contexto nos obligue a entenderla en sentido figurado. En Mat. 5:32; 19:9 la palabra “adulterio” significa lo mismo que en Exodo 20 (los diez mandamientos).

      F. Hay varios otros errores. Véase el estudio en este libro.

II. Algunos hermanos citan Rom. 14 para enseñar que debemos tener comunión con los que enseñan y practican estos errores con respecto al divorcio y segundas nupcias. Algunos hermanos afirman que la enseñanza de Rom. 14 no se limita a los asuntos no pecaminosos, sino que trata también de asuntos de “la fe”, asuntos doctrinales, asuntos de la moralidad. Esta es enseñanza muy peligrosa, porque abre las compuertas para que haya comunión con todo pecado y error. (Otros enseñan que Rom. 14 requiere que tengamos comunión con los que usan el instrumento de música, los que creen en el reino milenario, con iglesias donde predican las mujeres, etc. Estos hermanos han caído en el error de la llamada “Unidad en la diversidad” del llamado “Nuevo movimiento de la Unidad” (el movimiento ecuménico).

      A. ¿Qué enseña Rom. 14 y cuál es su relación a la controversia sobre el matrimonio, el divorcio y segundas nupcias?

          1. El punto principal de este texto es que debemos recibir el uno al otro (tener comunión) sin tener disputas sobre las opiniones con respecto a comer o no comer ciertos alimentos y con respecto a guardar o no guardar ciertos días. Judas 3 dice “Contender por la fe” y Rom. 14:1 dice “no .. contender sobre opiniones”.

          2.  Los hermanos que rehusaban comer ciertos alimentos y que todavía guardaban ciertos días eran débiles en su entendimiento y en su conciencia. La iglesia del primer siglo estaba compuesta de judíos y gentiles, de culturas y costumbres muy distintas. Desde luego, en cuanto a doctrina tenían que estar unidos, pero en cuanto a costumbres no reguladas por el evangelio, había libertad. Tales cosas no debieran estorbar la comunión entre ellos.

          3. Hoy en día hay hermanas que cubren la cabeza para orar, hay hermanos que siempre oran arrodillados, algunos ayunan, etc. Tales cosas no deben estorbar la comunión entre hermanos.

          4. Es muy obvio que Pablo se refiere a ciertas prácticas que en sí mismas no eran pecaminosas; es decir, en cuanto a revelación de Dios (declaración, mandamiento, ejemplo aprobado o inferencia) no eran condenadas. Lamentablemente ahora hay hermanos que dicen que este capítulo trata también de asuntos de pecado y de error doctrinal.

                   a. v. 3, debemos recibirnos los unos a los otros, porque Dios recibe a ambos.

                   b. v. 6, el que hace caso del día, lo hace para el Señor, y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace; el que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. ¡De ninguna manera se puede decir que el que comete adulterio lo hace para el Señor y da gracias!

                   c. v. 14 No son prácticas inmundas (“nada es inmundo en sí mismo”, es decir, ninguna de estas cosas bajo consideración). Esto excluye al adúltero, que seguramente es un acto inmundo. (Los que dicen que este capítulo tiene que ver también con el pecado y el error doctrinal lo tergiversa (tuerce), 2 Ped. 3:16).

                   d. v. 16 Vuestro bien (es decir, la práctica del hermano fuerte). Esto excluye al adúltero.

                   e. v. 20 Todas estas cosas son limpias (“todas las cosas a la verdad son limpias”). Esto excluye al adúltero. ¿Qué dice Heb. 13:4?

          4. En cuanto a estas cosas el hermano débil sí cometería pecado si violara su conciencia (14:23).

          5. También alguno podría causar que el hermano débil pecara (14:20). Esto sería pecado.

      B. Por eso, las dos cosas prohibidas por Pablo son las siguientes:

          1. Que el hermano fuerte no menosprecie al hermano débil.

          2. Que el hermano débil no juzgue al hermano fuerte.

III. Cuando alguno no enseña la doctrina de Cristo, no debemos tener comunión con él.

      A. 2 Jn. 9-11. Muchos de los que enseñan error no lo hacen en el púlpito, sino solamente en las casas.

      B. Efes. 5:11, “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”.

      C. 2 Cor. 6:17, “Por lo cual,  Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,  Y no toquéis lo inmundo;  Y yo os recibiré”.

IV. ¿Cuáles son los argumentos de los hermanos que citan Romanos 14 para justificar la comunión con el error y pecado en cuanto al divorcio y segundas nupcias?

      A. Que Rom. 14:4 habla de “caer” (pecar); por eso, que debemos tener comunión aun con los hermanos que hayan caído en el error y pecado. Es increíble que algún hermano en Cristo saque tal conclusión que contradiga tantos textos que enseñan que no podemos tener comunión con el pecado y el error. Tal explicación es otro error, pues la expresión “para su propio señor está en pie o cae” significa que el hermano débil (abstinente) no es el juez del hermano que come, y por eso, no debe juzgarlo. Su juez es el Señor, y El no le juzga (condena) si come ciertos alimentos, porque la ley de Moisés fue clavada a la cruz (Col. 2:14). Desde luego, si las Escrituras condenan cierta práctica, todos tenemos que juzgarnos de acuerdo a esa revelación.

      B. Otro argumento es que el hermano débil creía que era pecado comer ciertos alimentos (por eso, que no es cuestión de opinión sino de fe o doctrina), y que Pablo dice en los primeros versículos, antes de explicar que hay libertad para comerlos, que los hermanos fuertes deberían recibir (tener comunión con) los hermanos débiles. Este argumento es aun más débil que el otro, pues todo el capítulo es corto y Pablo explica de diversas maneras que el alimento bajo consideración no era inmundo. El hermano débil sí creía, pero era su fe subjetiva. La unidad entre hermanos no se basa en la fe subjetiva sino en la fe objetiva. La fe objetiva es el evangelio, lo que está claramente revelado por medio de la afirmación explícita, mandamiento, ejemplo apostólico o inferencia necesaria.

      C. También para vindicar su práctica de tener comunión con hermanos que enseñan error, hablan mucho de ciertas controversias entre hermanos que no han dividido la iglesia; por ejemplo, si la mujer debe cubrir su cabeza cuando ora; si es pecado que el cristiano sirve al gobierno como soldado o policía; si el que repudia a su mujer por fornicación puede volver a casarse, etc. Pero estas cosas no se pueden comparar con el adulterio, que en sí es pecado. Más bien, son creencias que sólo afectan la conciencia (Rom. 14:23). De otro modo, si fueran asuntos de “la fe” entonces serían causa de división.

Conclusión.

      A. Romanos 14 no tiene nada que ver con el matrimonio, el divorcio y segundas nupcias.

      B. Los que violan la enseñanza bíblica sobre este tema están en pecado y no puede haber comunión con ellos hasta que se arrepientan.

      C. Después de escribir Rom. 14, poco después y en la misma carta, Pablo también escribió Rom. 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”. Este texto no tendría sentido alguno si Rom. 14 enseña que debemos tener comunión con los que enseñan error y practican pecado.

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