"No Estáis Bajo La Ley, Sino Bajo La Gracia"

Rom. 6:14

I. "No Estáis Bajo La Ley" De Moisés.

A. Rom. 2:17-29, Pablo habla de los judíos y de la ley de Moisés.

B. Rom. 3:20, "por las obras de la ley ningún ser humano será justificado", porque bajo la ley de Moisés no había sal­vador. No estáis bajo la ley de Moisés.

1.      Heb. 10:3, 4, "en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los ma­chos cabríos no puede quitar los pecados"; por lo tanto, Cristo vino para ser nuestro perfecto Sacrificio.

2.      Los sacrificios de animales bajo la ley apuntaban hacia Cristo, Heb. 8:5.

C. Gál. 3:10, "todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas es­critas en el libro de la ley, para hacerlas". El judío tenía que guardar la ley sin pecar una sola vez para poder justificarse por la ley. Al pecar una sola vez, llegaba a ser pecador y necesitaba del perdón de Dios. Necesitaba a un salvador, pero no había salvador bajo la ley de Moisés.

D. En el contexto inmediato de Rom. 6:14, véase Rom. 7:1-7 para ver clara-mente que Pablo habla de la ley de Moisés (el ver. 7 dice, "no codiciarás", uno de los diez mandamientos de la ley de Moisés).

II. Estamos Bajo La Gracia, El Evangelio, La Ley De Cristo.

A.        Muchos maestros falsos tuercen Rom. 6:14, haciendo que la palabra "ley" se refiera también a la ley de Cristo. Dicen que no estamos bajo ninguna ley.

B.        Pero léanse Rom. 8:2; 1 Cor. 9:21; Gál. 6:2, cartas escritas por el apóstol Pablo, quien habla tanto de la gracia; también léanse Sant. 1:25; 2:10, 12.

C.          Rom. 3:27, "la ley de la fe" excluye la jactancia, porque el pecador no merece el perdón, sino el castigo (6:23). Un criminal perdonado no puede jactarse de su liber­tad. Pero obsérvese que Pablo dice "la ley

(NOMOS) de la fe".

D.          El Nuevo Testamento habla mucho de la gracia, pero en muchos textos habla también de la "ley", de "obediencia", de "obras", etc. La gracia y la ley de Cristo no están en conflicto en ningún sentido: la gracia se nos otorga a través del evangelio. Y ¿qué es el evangelio? Algunos sinóni­mos de la palabra "evangelio" son: la ver-dad, la palabra de su gracia (Hech. 20:32), el consejo de Dios (Hech. 20:27); el nuevo pacto o testamento, etc.

E.           Todo mandamiento es esencial. Sant. 2:10, "cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace cul­pable de todos"; Santiago no habla de la ley de Moisés, sino de la ley de libertad (1:25; 2:12). Sería absurdo afirmar que una carta para cristianos exigiera que se guardara toda la ley de Moisés. El ver. 10 es la conclusión de la enseñanza de los versículos 1-9 dirigida a los "Hermanos míos".

F.           Si la gracia no requiere que guarde­mos la ley, entonces permite que que­brantemos la ley. ¿Cuál será? ¿Qué nos "enseña" la gracia? (Tito 2:11, 12).

G.          Si la gracia es condicional, forzosa-mente tiene que tener "ley", porque la ley de Cristo es sencillamente la expresión de la voluntad de Cristo, lo que Dios espera de nosotros, lo que Dios aprueba y lo que desaprueba.

III. ¿Quiénes Son Los Legalistas?

A.     Muchos aplican esta palabra a los que enseñan la importancia de la ley de Cristo, la obediencia, las buenas obras, etc. Dicen que los tales no creen en la gra­cia, sino que son "legalistas", que quieren salvarse por ley.

B.     Es increíble que algún hermano sea criticado por hacer todo lo posible por obedecer toda ley de Cristo. Mat. 7:21 "no todo el que dice Señor, Señor ... sino ...  hace la voluntad ..." ¿Debemos guardar la ley o debemos quebrantar la ley? (1 Jn. 3:4).

C.       Según Larousse, el legalista es el "Que antepone a todo el cumplimiento literal de las leyes". Y, de veras, nos acu­san de ser "literalistas", de buscar no el "espíritu" de la ley, sino "la letra" de ella. Tales maestros tuercen 2 Cor. 3:6; en este texto la palabra "letra" se refiere a la ley de Moisés; y la palabra "espíritu" se re­fiere al evangelio. El contexto hace obvia esta conclusión.

D.       También la palabra "legalista" se re­fiere al que hace leyes humanas, cosa condenada en muchos textos, Mat. 15:8, 9; Col. 2:20-23; 1 Tim. 4:3, 4; Rom. 14:3, 4, etc.

E.        Pero en cuanto a la acusación de ser "legalista", "esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman" legalismo (tratando de guardar estrictamente todas las enseñanzas de la ley de Cristo) "así sirvo al Dios de mis padres". Mat. 7:21; Jn. 14:15, 21.

 

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