El Nuevo Nacimiento

Introducción:

     A. El "nuevo nacimiento" (Juan 3:3-5) significa la conversión. Todos los casos de conversión en el libro de Hechos son ejemplos del "nuevo nacimiento".

     B. Cristo empleó mucho lenguaje fi­gurado para ilustrar y hacer más clara su enseñanza. Pregunta a Nicodemo, "¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?" (v. 10). Esta pregunta indica que el tema no es complicado.

I. Cristo Da Énfasis Al Nacimiento Es­piritual, No Al Nacimiento Físico.

     A. Fue necesario enseñar a los judíos que ya no serían pueblo de Dios simplemente por ser descendientes físicos de Abraham. Creían que el ser hijo de Abraham (judío) les garantizaba para siempre su lugar en el reino de Dios.

     B. Juan el bautista y Jesús dieron golpes fuertes a la falsa confianza que tenían en su linaje físico (Mat. 3:9; 8:11,12; Luc. 16:24).

     C. Jesús y Pablo enseñaron clara­mente que somos hijos de Abraham por fe y

no por sangre (Juan 8:39; Rom. 2:28,29; 4:12-16; Gál. 3:26-29; 6:15).

II. Debemos Nacer De Agua Y Del Es­píritu Para Entrar En El Reino.

     A. El agua y el Espíritu están conec­tados no sólo en Juan 3:5, sino también en Mat. 28:19; Hechos 2:38; y Tito 3:5.

     B. El agua es, obviamente, el bautismo. Juan bautizaba con agua (1:26; 3:23); Jesús y sus discípulos bautizaban (Juan 4:1,2); Jesús mismo fue bautizado en el río Jordán (Mat. 3:13-16); el bautismo de Mat. 28:19 tiene que ser en agua, porque los apóstoles no podían bau­tizar con el Espíritu Santo; los conversos en los Hechos fueron bautizados en agua (Hech. 8:36-39; 10:48).

   1. Si no hay excusa para rehusar el arrepentimiento, tampoco hay excusa para rehusar el bautismo.

       2. Si los "piadosos no bautizados" pueden ser salvos, entonces los "piadosos no creyentes" o los "piadosos no arrepen­tidos" pueden salvarse.

       3. Los que rehúsan bautizarse para perdón de pecados (Hech. 2:38) hacen burla del nuevo nacimiento.

     C. Pero el nuevo nacimiento no es meramente el bautismo en agua. Significa una sola cosa, la conversión, el nacimiento espiritual (v. 6, "lo que es nacido del Es­píritu, espíritu es"). El bautismo es el clí­max de la conversión; es el paso final, la frontera que cruzamos para entrar en el reino. Pero el nuevo nacimiento es una sola cosa, un nacimiento espiritual.

     D. El nuevo nacimiento es la misma cosa que: la conversión; volver a Dios; convertirse en niños ("si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos", Mat. 18:3); la regeneración; la crucifixión de la carne, "nuestro viejo yo" (Biblia de las Américas), la sepultura de él en el bautismo, y la resurrección del "nuevo yo" para una vida nueva espiritual (para llevar el fruto del Espíritu); el des­pojarse de la vida pasada, y el

vestirse de Cristo; la circuncisión espiritual ("echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo, sepultados con él ... resucitados con él", Col. 2:11,12); etc.

III. "¿Pero No Dice Jesús Que El Nuevo Nacimiento Es Un Gran Misterio?"

     A. Algunos maestros religiosos lo di­cen, pero Cristo no.

     B. Juan 3:8 dice "El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu".

        1. Algunos usan este verso para afir­mar que el nuevo nacimiento es un misterio, que es algo se siente y que no se puede expresar, que es más allá de la comprensión del hombre, etc.

        2. Al contrario, Jesús emplea una ilus­tración del mundo natural para hacernos ver lo sencillo del nuevo nacimiento: el viento, como el Espíritu, es invisible. No sabemos de dónde viene el viento, ni a dónde va, pero sí vemos la obra del viento (vemos el movimiento de objetos movidos por el viento, escuchamos su sonido).

        3. De la misma forma, vemos el resul­tado de la obra que el Espíritu hace en nuestras vidas por medio del evangelio; tiene gran impacto. Hace grandes cam­bios, y son cambios visibles.

        4. Si no hay verdadero cambio de vida, cambio que se puede observar, entonces no hay nuevo nacimiento (aunque uno haya sido bautizado).

     C. Pero el nuevo nacimiento no es un misterio. Los casos de conversión en los Hechos (el día de Pentecostés, los samari­tanos, el eunuco, Cornelio, Lidia, el carcelero, etc.) todos son ejemplos del nuevo nacimiento.

IV. ¿Cómo Se Lleva A Cabo El Nuevo Nacimiento?

     A. El proceso del nuevo nacimiento es el proceso de la conversión.

B. Primeramente, se predica el evan­gelio, porque "la simiente es la palabra" (Lucas 8:11). Se requiere simiente para producir el nuevo nacimiento (vida espiri­tual).

           1. 1 Cor. 4:15 "en Cristo Jesús yo os engendré ("llegué a ser vuestro padre", Biblia de las Américas) por medio del evangelio". La palabra "gennao" (traducida "engendrar") significa "nacer" o "hacer nacer".

           2. 1 Ped. 1:3,23 "nos hizo renacer... renacidos... de simiente... incorruptible, por la palabra de Dios".

     C. Cuando el evangelio se predica y se entiende, es como simiente que produce una nueva vida. La palabra entendida y aceptada nos mueve a creer y entonces la fe nos mueve a obedecer.

          1. La palabra de Dios es instrumento moral, llega al corazón.

     2. El corazón es la inteligencia, la vo­luntad, las emociones y la conciencia. La palabra tiene impacto sobre toda facultad del corazón. Cuando el oyente recibe la palabra, este instrumento divino cambia el entendimiento, la voluntad, las emociones y la conciencia, y a través del corazón cambia la vida. La palabra tiene gran poder, pero tiene que ser recibida.

     D. Si no hay cambio de corazón, no hay nuevo nacimiento y no hay vida espiritual. Los que "se bautizan" sin cam­bio de corazón no nacen otra vez, no son espirituales, sino siguen sus vidas carnales, aunque sean miembros de la iglesia. ¡esta es la causa de la ruina de muchas congre­gaciones!

V. La Regeneración.

     A. La palabra "regeneración" significa "nuevo nacimiento".

      B. Mat. 19:28, en la "regeneración" los apóstoles ocuparían tronos.

          1. ¿Cuándo? "cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria". En el día de Pentecostés Pedro dijo que Cristo estaba en su trono (Hech. 2:30-33); y la iglesia perseveraba en la doctrina apostólica (v. 42).

         2. En ese día se predicó el evangelio en su plenitud por primera vez (ya se podía predicar a Cristo crucificado, resuci­tado y exaltado). Así empezó la etapa de la "regeneración"; en ese mismo día 3000 personas nacieron otra vez, llegaron a ser nuevas criaturas (2 Cor. 5:17).

     C. Tito 3:5 "nos salvó... por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo".

     1. El "lavamiento de la regeneración" es el agua del nuevo nacimiento (Jn. 3:5), o sea, el bautismo en agua para perdón de pecados.

          2. Efes. 5:26 "habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra". El bautismo es el paso final de la conver­sión a Cristo. Se bautiza (se sepulta) el "viejo yo" ya crucificado.

         3. Dicen los Bautistas que el bautismo es solamente un "retrato" de la rege­neración. Según esto Pablo dice que Dios nos salvó por el "retrato" de la rege­neración. Pero Pablo dice, "nos salvó... por el lavamiento (baño) de la rege­neración". Nos salva por el bautismo (1 Ped. 3:21).

         4. "y por la renovación en el (dice el griego "del") Espíritu Santo. Esta expre­sión corresponde al "don del Espíritu Santo" de Hech. 2:38. El Espíritu Santo nos enseña el plan de salvación, y cuando oímos, creemos, nos arrepentimos, confe­samos nuestra fe y somos bautizados, Dios nos perdona (nos salva), y el Espíritu Santo sigue renovando nuestro corazón, así dándonos la vida nueva, la vida espiri­tual, por medio de las enseñanzas inspi­radas y por toda provisión (bendición) es­piritual que gozamos en Cristo (Efes. 1:3).

       5. Es muy importante dar énfasis al proceso entero, y no solamente al bautismo. El nuevo nacimiento debe pro­ducir un corazón nuevo. Es como David dijo en el Sal. 51:10 "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí".

       6. Luego el propósito final del nuevo nacimiento se ve en el v. 7, "para que justi­ficados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna".         

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