Pablo cumple su ministerio

2 Tim. 4:6-8

Introducción.

            A. Todas las instrucciones de estas dos cartas a Timoteo tenían aun más importancia en vista de lo Pablo dice ahora. El estaba entregando las “riendas” a Timoteo, pues ya estaba terminando su obra terrenal.

            B. Desde luego, toda palabra que Pablo hubiera pronunciado o escrito era de suma importancia para Timoteo, pero estas palabras finales serían muy solemnes y llevarían mucho peso para el joven evangelista.

I. Porque yo ya estoy para ser sacrificado (derramado como una ofrenda de libación, LBLA).

            A. Ya por muchos años Pablo había presentado su cuerpo como “sacrificio vivo” al Señor (Rom. 12:11), y ahora se refiere a su muerte como libación sobre el sacrificio, Núm. 15:1-10; 28:4-8.

            B. Había dicho algo semejante a los filipenses (2:17), “Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros”.

II. Y el tiempo de mi partida está cercano.

            A. “Considera este período final bajo el simbolismo de la salida de un barco de muelle, el cual en sus idas y venidas está sujeto a las estaciones (cf. Hch. 27:12) … El sentido primario de la frase usada en el original es ‘de mi desatadura’ o ‘de mi relevo’. Piénsese en la desatadura de las cuerdas o cables de un barco al levar las anclas. De donde la palabra desatadura adquiere el sentido secundario partida” (GH).

            B. Fil. 1:23, “Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”. Sería mejor porque entonces estaría presente con Cristo;  2 Cor. 5:8, “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor (residir junto al Señor, FL)”. Los muertos “duermen” en Cristo; 1 Tes. 4:14, “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.  Luc. 16:22, “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham”. Luc. 23:43, “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”; Jn. 14:2, “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”.

            C. Al acercarse al tiempo de su “partida” los fieles no tienen temor porque saben que la muerte significa descanso después del trabajo.

III. He peleado la buena batalla

            A. 1 Tim. 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna”. 2 Tim. 2:3, “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”. Efes. 6:10-18 describe la armadura del cristiano como soldado.

            B. Al enseñar, exhortar, amonestar, reprender, etc. Pablo estaba luchando. Col. 1:28, “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;  29  para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.  2:1  Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros”. 1 Cor. 15:32, “batallé en Efeso contra fieras” (de dos patas). Judas 3, “contendáis … por la fe” (pelear, luchar, la palabra usada por Pablo en 2 Tim. 4:7, pero intensificada); por eso, se agrega la palabra ardientemente.

            B. “Había sido una batalla contra Satanás; contra principados y potestades, gobernadores de las tinieblas de este mundo en lugares celestiales; contra el vicio y la violencia de judíos y paganos; contra el judaísmo entre los gálatas; contra el fanatismo entre los tesalonicenses, contra las contiendas, la fornicación y los litigios entre los corintios; contra el gnosticismo incipiente entre los efesios y colosenses …” (GH).

            C. 1 Cor. 9:25, “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible  26 Así que … de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,  27  sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. Pablo estaba completamente resuelto a recibir la corona incorruptible. Su oponente principal en la lucha era sí mismo. Con estas palabras concluye la afirmación de que “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (v. 22).

IV. He acabado la carrera.

            A. Hech. 20:24; “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Ahora está acabando esa carrera de tantos obstáculos. (Hech. 13:25, “Juan terminaba su carrera”.)

            B. Pablo hizo todo lo posible por no correr en vano (Gál. 2:2; 5:7; Fil. 2:16). 1 Cor. 9:24, “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis … 26  Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura”. Estos textos indican que Pablo estaba completamente resuelto a no correr en vano. Pensaba completar la carrera y obtener el premio.

            C. Heb. 12:1, “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,  2  puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Esto es precisamente lo Pablo hizo, hasta terminar la carrera victoriosamente.

            D. Pablo imitaba a Jesús. Jn. 17:4, “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese”; 19:28, “Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.  29  Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.  30  Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”.

V. He guardado la fe. Esto se puede entender de dos maneras.

            A. Había retenido su fe y confianza en Dios y en su palabra y, por eso, había seguido fiel hasta ese momento. Siempre guardó limpia su conciencia (Hech. 23:1; 24:16; 2 Cor. 1:12).

            B. También él mismo obedeció el mandamiento que dio a Timoteo: 1 Tim. 6:14, “que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo”; 2 Tim. 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.  14  Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”. Había guardado, predicado y defendido el evangelio que se le había encomendado. No lo cambió. No lo modificó. No se comprometió con los judaizantes y otros falsos para escapar de las persecución (Gál. 6:12).

VI. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día.

            A. Le estaba guardada la corona de “justicia”, porque él había peleado y corrido “legítimamente” (2 Tim. 2:5) hasta el fin.

            B. El Señor es “juez justo”. Pablo había tenido mucha experiencia con jueces injustos (el concilio de los judíos, Festo, Félix, el emperador), pero él no sólo apeló al emperador, sino al “juez justo” (1 Cor. 4:3-5). El único veredicto importante es el veredicto del Señor Jesucristo.

VII Y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

            A. Esta es la promesa de la vida eterna. 1 Tim. 6:12; Sant. 1:12; 1 Ped. 1:3-5; 5:4; 2 Ped. 1:10, 11; Apoc. 2:10, etc.

            B. Esta promesa es para todos los que aman su venida, 1 Jn. 3:2-4.

            C. El perfecto amor echa fuera el temor, 1 Jn. 4:18.

            D. Apoc. 22:20, “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”. Todos los que aman su venida dicen “Señor, ven pronto”.

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