.
Requisitos que llenar para ser obispos
(1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9)
1 Tim. 3:1
Si alguno anhela
(Heb. 11:16)
(haciendo esfuerzo por obtener, VM)
obispado.
¿Qué es el obispado?
Episkope, visitación (1 Ped. 2:12).
Episkopos, un supervisor (epi,
sobre, skopeo, mirar o
vigilar). Hech. 20:28; Fil. 1:1; 1 Tim. 3:2; Tito 1:7; 1 Ped. 2:25 (Cristo es
llamado "el obispo de vuestras almas").
Los ancianos de una congregación son los obispos de
esa congregación, Hech. 20:17, 28. Debe haber ancianos en cada congregación,
Hech. 14:23; 11:30. Este es el orden establecido por Dios.
Los obispos son los líderes de una congregación;
por eso, deben ser hombres fuertes y dedicados a Dios, como Moisés, Josué (1:7),
y Samuel. "Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos" (1
Cor. 16:13). "Donde no hay dirección sabia,
caerá el pueblo" (Prov. 11:14). La
obra de los obispos es la "dirección sabia" de una congregación. Sin la
"dirección sabia" la congregación, al igual que el gobierno, el hogar, la
empresa, etc., no funciona bien. Israel cayó por causa de sus pastores infieles
(Ezeq. 34).
-buena obra desea
- Hech.
20:28-30; 1 Ped. 3:1-4; Heb. 13:17; compárese Ezeq. 34:1-6 (Heb. 12:12, 13).
El obispado no
es para el hermano "al cual le gusta tener el primer lugar" (3 Jn. 9).
"Siempre ha habido quienes desean mandar, dirigir, o dar órdenes, pero no se
ocupan en hacer
la obra" (Bill Reeves), pero Pedro dice a los
ancianos, "No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino
siendo ejemplos de la grey" (1
Ped. 5:3).
Más bien, el obispado es una
obra, la de
"apacentar (poimaino)
la iglesia del Señor" (Hech.
20:28). Poimaino
quiere decir pastorear
(Luc. 17:7).
Espiritualmente el pastorear incluye (1) el instruir; (2) el exhortar o
amonestar; (3) (siendo hombres espirituales su trabajo es) buscar a las ovejas
descarriadas para restaurarlas al redil,
Gál. 6:1;
(4) el disciplinar (Rom.
16:17, 1 Cor. 5; 2 Tes. 3), y (4) proteger
(compárese Hech. 20:29, 30).
Heb. 13:17 dice que los pastores "velan por
vuestras almas"; aunque en este texto aparece la palabra
hegoumenois,
pastores es traducción
correcta porque los pastores (obispos, ancianos) son los
líderes que velan por las
almas de los miembros de la congregación.
Por lo tanto, el hermano que anhela, busca, desea
obispado ama el rebaño
(la iglesia). Ama a las ovejas y, por eso, conoce
a todas las ovejas del redil (Juan
10:4, 14), y sabe cómo alimentarlas.
La palabra apacentar (poimaíno),
significa pastorear
o cuidar. Esto incluye la dirección, la alimentación y la protección.
El trabajo de los pastores, al igual que el de los
apóstoles, profetas y evangelistas, es el edificar (perfeccionar) a los santos (Efes. 4:11, 12).
Compárese 2
Tim. 2:2 (el trabajo encomendado aquí para el
evangelista es también el trabajo de los pastores), porque estos deberían
entrenar obreros de toda clase (p. ej., maestros, directores de cantos).
Todo hermano, aun el neófito (1 Tim. 3:6), que
piense que algún día quisiera ser un anciano, debe tener delante de los ojos
todos los días los requisitos para obispos de
1 Tim. 3; Tito 1.
De esta manera estos requisitos serán la meta hacia la cual van avanzando día
con día. Desde luego, al avanzar hacia esta meta, también estará avanzando hacia
el premio final (Fil.
3:14).
-3:2 Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible
(Tito 1:6)
-- Ahora Pablo explica los requisitos para obispo.
Los hermanos que reúnan estos requisitos y sean escogidos por la congregación
para ser obispos son puestos por el Espíritu Santo (Hech.
20:28).
-anepilemptos, irreprensible,
irreprochable, intachable, no expuesto a censura, sin reprensión (6:14). Compárense
Jn. 8:46;
Hech. 20:18, 33, 34; Gén. 31:36-42; 1 Sam. 12:3, 4.
-3:7
También es necesario que tenga buen testimonio de los de
afuera. Compárese
1 Tim. 4:12; Tito 2:6-8.
Si "los de afuera" respetan a los obispos, respetarán también a la iglesia, pero
si pueden destruir al liderato, pueden destruir la congregación.
Otro término traducido
irreprensible es
aproskopos,
Fil. 1:10,
sin ocasión de tropiezo. Los pastores, como también los evangelistas y otros
miembros, que no son irreprensibles causan tropiezos (Mat.
18:6, 7).
-Es necesario que el obispo sea marido de una sola
mujer.
Si tiene que ser marido,
tiene que ser hombre y no
puede ser mujer. La mujer no puede, pues, desempeñar el papel de obispo de la
iglesia. Compárese
1 Tim. 2:11, 12.
Tiene que ser hombre
casado. El catolicismo prohíbe que sus obispos se
casen, mostrando de esta manera que esta religión pertenece a la apostasía
predicha en
1 Tim. 4:1-3.
Casi todo el mundo religioso
cree que el predicador o “ministro” es el pastor
de la iglesia, pero también piensa que el predicador
puede ser soltero. El predicador o evangelista sí puede ser soltero, pero el
evangelista soltero no puede ser uno de los obispos. “¿Cómo puede el obispo
tener hijos y gobernar su casa (1
Tim. 3:4, 5) sin ser hombre casado? Su obra en
gran parte consiste en ‘cuidar de la iglesia de Dios’ (ver. 5). Para poder hacer
esto tiene que ser hombre que haya demostrado la capacidad de hacer esto por
medio de haber gobernado bien su propia casa (ver. 5)” (BHR).
No puede ser bígamo
o polígamo, sino el marido de una sola mujer.
“Pablo
no dice ‘que haya sido casado una sola vez’. El
texto griego dice literalmente, ‘Es necesario… ser… marido de una mujer’. Pablo
no condena las segundas nupcias en sí (Rom. 7:3; 1 Cor. 7:39; 1 Tim. 5:14)”
(BHR).
Por eso, este requisito
no excluye al viudo que
vuelva a casarse. El es “marido de una sola mujer” y llena este requisito.
Otro caso semejante es
el hermano que haya repudiado a su esposa por causa de
fornicación y vuelto a casarse (Mat.
19:9). Este también es “marido de una sola
mujer” y llena el requisito de este texto.
-sobrio -- nephalios, literalmente,
estar libre de la influencia de productos embriagantes pero, metafóricamente, se
asocia con la vigilancia: ("velemos y seamos sobrios",
1 Tes. 5:6, 8).
Significa pues, templado, cordura. Esto
indica la madurez (Heb.
5:12-14) y la espiritualidad. Los hermanos
carnales (1
Cor. 3:1-3) no deben ser escogidos para
pastores.
Lit., Libre de influencias embriagantes, pero el
ver.3 dice, “no dado al vino”; por eso, aquí se entiende en sentido figurado.
2 Tim. 4:2,
“que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5 Pero
tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple
tu ministerio”.
1 Tes. 5:6,
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
7 Pues los
que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
8 Pero
nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza
de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”.
1 Ped. 1:13,
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”; 4:7,
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en
oración”; 5:8, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
Hech. 20:28,
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os
ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por
su propia sangre. 29 Porque
yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que
no perdonarán al rebaño. 30 Y
de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para
arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por
tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de
amonestar con lágrimas a cada uno”.
Hoy en día existe el mismo peligro de que los
hermanos mismos caigan en el error y causen divisiones.
Rom. 16.17.
Efes. 4:11,
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, 13 hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que
ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error”. ¡He aquí la obra de los ancianos! Trabajan para
perfeccionar a los santos, “para que ya no” sean niños fluctuantes que se puedan
llevar por doquiera.
Para tantas responsabilidades serias y solemnes los
ancianos deben ser hombres sobrios.
-prudente --
sofrona, de mente sana
o juiciosa, con dominio propio, sensato. "¿Pues, qué, no hay entre vosotros
sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos" (1 Cor. 6:5). Los
pastores deben ser hermanos sabios y juicios, no solamente para instruir, sino
en cualquier problema poder juzgar entre sus hermanos, y aun llevar a cabo la
disciplina en la iglesia (1 Cor. 5).
Con mente sana, sensato, templado, cordura, con
dominio propio en todo aspecto de la vida.
2 Tim. 1:7,
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio (sofron)”.
Tito 1:8,
“sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo”.
Tito 2:2, 5,
“Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes,
sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.
3 Las ancianas asimismo
sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras
del bien”; 4
que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
5 a ser
prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de
Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean
prudentes”. 2:12,
“enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria,
justa y piadosamente”.
1 Ped. 4:7,
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en
oración”.
2 Cor. 5:13,
“Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros”.
Aquí es obvio que esta palabra se usa como lo opuesto de
locos. Significa, pues,
“estar en cabal juicio” (WEV), pensar con cordura, estar en sano juicio
(Lacueva).
Rom. 12:3,
“que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de
sí con cordura”.
-decoroso (de conducta decorosa, LBLA) -- kosmion, ordenado, bien dispuesto, decente, modesto. Desde
luego, "El ordenamiento no se refiere sólo a su vestido y comportamiento, sino a
la vida interna, ciertamente pronunciándose y expresándose de una manera
manifiesta en el comportamiento externo" (Trench, citado por WEV). (Compárese
1 Tim. 2:9).
Compárese 2 Tes. 3:6, desordenadamente.
-hospedador -- philoxenon, teniendo amor a los extranjeros.
Rom. 12:13; Heb.
13:2; 1 Ped. 4:9, "sin murmuración". El hogar
del pastor debe estar abierto a los santos que busquen consejos y ayuda. A veces
su hogar es el sitio de las reuniones de la iglesia. El hogar de los hermanos es
el "púlpito" para enseñar a otros; por eso, Juan prohíbe que se reciba en casa
al que no trae la doctrina de Cristo (2 Jn. 9-11).
Compárese 3
Jn. 5-8.
Los cristianos sufren hasta el despojo de sus
bienes materiales (Heb.
10:34) y, aparte de los hermanos, no tienen a
quién acudir; por eso, en el Nuevo Testamento hay mucho énfasis sobre la
hospitalidad, y los pastores han de ser ejemplos en esto también.
Lamentablemente algunos abusan de esta hermosa
virtud, aprovechándose de la hospitalidad de hermanos fieles. Hay hermanos
fieles que merecen la atención (como ya se explicó), pero "Entre algunos
prevalece la práctica de viajar a su gusto, llegando a hogares sin aviso, y
luego esperando que la familia les atienda gratuitamente. Tales saben que la
cultura obliga a la gente a recibirles y atenderles. Son irresponsables, y
aprovechados. Si en algún caso no son atendidos como ellos quisieran, acusan a
la casa de no ser 'hospitalaria'. Esta acusación falsa e injusta revela la
completa falta de respeto hacia la enseñanza bíblica" (BR).
-apto para enseñar.
El obispo debe
ser apto para enseñar;
es decir, capacitado, competente, calificado. El Espíritu Santo no requiere
simplemente que alguno esté dispuesto a enseñar,
sino que sea capacitado para hacerlo.
Tampoco significa simplemente
una aptitud o capacidad para enseñar.
Hay muchos hombres bien capacitados para enseñar que no reúnen los requisitos
para ser obispos. La palabra
didaskalia se refiere no
sólo al acto de enseñar sino también a lo que se
enseña:
1 Tim. 1:10, “Si
esto enseñas a
los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la
fe y de la buena doctrina que has seguido”;
6:3,
“Si alguno enseña otra cosa,
y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad”; es decir, Pablo no enfatiza simplemente
el acto de enseñar, sino también lo que se enseña, o sea, la sana doctrina de
Cristo.
El obispo debe ser “apto para enseñar”
por medio de su ejemplo.
Hech. 20:28,
“Mirad por vosotros”.
1 Ped. 5:3, “no como
teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey”. Siendo
hombre irreprensible, sobrio, prudente, hospedador, etc.,
el enseña a otros por medio de su ejemplo.
Como buen pastor “va delante de” las ovejas, y “las ovejas
le siguen”. Es imposible que el anciano enseñe a otros lo que él mismo no tiene
o practica.
El obispo debe ser “apto para enseñar”
por haber sido bien instruido
en la palabra de Dios.
2 Tim. 3:16,
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
También debe amar la verdad.
Efes. 4:15,
“siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto
es, Cristo”. Debe querer enseñar la palabra de Dios porque la quiere.
El que anhela obispado anhela enseñar la palabra de
Dios y defenderla tanto en su vida como en su enseñanza.
Hech. 20:28,
“Mirad por vosotros”. Compárese
1 Tim. 4:13 “Entre tanto
que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza ...
16 Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren”.
Ser apto para enseñar es un requisito porque
el obispo debe apacentar el rebaño.
Hech. 20:28
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os
ha puesto por obispos, para apacentar
la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia
sangre”. 1
Ped. 5:2, “Apacentad
la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando
de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino
con ánimo pronto; 3 no
como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey”.
Apacentar significa
“actuar como pastor” (WEV), (Luc.
17:7). Pero significa literalmente, “dar pasto
a los ganados. Fig. … enseñar” (Larousse).
La edificación de la iglesia depende de la
enseñanza de los ancianos.
Efes. 4:11, “Y él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros,
pastores y maestros,
12 a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que
ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina”.
Los ancianos deben estar seguros que todos los
miembros sean bien instruidos en la sana doctrina. Deben preocuparse mucho por
la edificación de
todos los miembros.
La obra del púlpito es sumamente importante, pero
para edificar bien a todos los miembros, como también a sus familias, son de
suma importancia las clases bíblicas en las cuales todos están instruidos según
su edad u otra clasificación; es decir, puede haber clases para niños y jóvenes
según su edad, clases para entrenamiento, clases para hermanas jóvenes (Tito
2:3-5), y otros grupos. En el púlpito enseñamos mucha Biblia y exhortamos y
amonestamos, pero para que todos los miembros y sus hijos aprendan el contenido
de la Biblia misma,
son muy necesarias las clases.
El hecho de que las escuelas públicas emplean este
método para enseñar es prueba de que es un medio efectivo de enseñar.
Desde luego, los ancianos no tienen que enseñar
todas las clases, pero ellos sí se encargan de ellas, pues son responsables por
el arreglo mismo de las clases, como también por la selección de maestros,
materiales que se usen, etc. En fin, son los obispos, los supervisores, de la
congregación.
De la misma manera, son responsables por el
púlpito; es decir, toman decisiones en cuanto a quién predicará y tienen mucho
cuidado en cuanto a la enseñanza impartida en el púlpito.
Son responsables aun con respecto a lo que se
enseñe en los hogares de los miembros. De estos “estudios” han resultado muchos
problemas, y hasta divisiones en las iglesias. El lugar ideal para introducir
herejías en la iglesia es por medio de tener “estudios inocentes” en los
hogares.
Ser apto para enseñar requiere, pues, que estudie
diligentemente.
Debe conocer la Biblia, pues debe enseñar “todo el
consejo de Dios” (Hech.
20:27).
Ahora no hay hombres inspirados. Ningún anciano
tiene dones del Espíritu Santo. Por eso, tiene que estudiar diligentemente las
Escrituras.
No puede enseñar lo que no sabe.
Tiene que evitar la división y la apostasía.
No sólo los evangelistas, sino también los ancianos
han de enseñar a la iglesia para que los miembros no sean llevados por tales
apostasías.
Hech. 20:29, “Porque yo sé que después de mi
partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño. 30 Y
de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para
arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por
tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de
amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y
ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene
poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados”.
1 Tim. 4:1, “Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
2 por la
hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
3 prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de
gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad”.
2 Tes. 2:1,
“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él, os rogamos, hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de
vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni
por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca. 3 Nadie
os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
4 el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
También Pedro (2 Ped. 2) y Juan (primeras dos
cartas) advierten de apostasías.
Pero
Hech. 20:30 dice que “de
vosotros mismos (los ancianos) se levantarán hombres que hablen cosas perversas
para arrastrar tras sí a los discípulos”. Tales ancianos o no están doctrinados
o no aman la verdad.
El obispo no sólo debe ser conocedor de la verdad,
sino también “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada” (Tito
1:9).
2 Tim. 1:13,
“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en
Cristo Jesús”. Esta exhortación para Timoteo es la misma que los ancianos
necesitan oír.
También debe estar enterado de las doctrinas falsas
que puedan causar división en la iglesia:
Las doctrinas falsas
de la Iglesia Católica Romana, de las iglesias “evangélicas”, los mormones, los
testigos del Atalaya, los adventistas, etc.
-las doctrinas falsas de los hermanos liberales
(institucionales),
-las doctrinas falsas sobre el matrimonio, el
divorcio y segundas nupcias.
-las doctrinas falsas acerca de la Deidad y la
humanidad de Cristo. Dicen algunos hermanos que Cristo nunca usó atributos
divinos durante su vida terrenal, pero Cristo era adorado y perdonó pecados
porque era Dios (Jn. 1:1; Jn. 9:5; Tito 2:13; 1 Jn. 5:20).
-el uso erróneo de
Romanos 14
para promover la comunión con hermanos que enseñen estos errores.
Los ancianos deben enterarse de tales errores y
otros para poder refutarlos.
Los ancianos deben exhortar y convencer.
Tito 1:7,
“Porque es necesario que el obispo sea… 9
retenedor de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, para que también pueda exhortar
con sana enseñanza y
convencer a los que contradicen.
10 Porque hay aún
muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la
circuncisión, 11
a los cuales es preciso tapar la boca”.
Tapan la boca de los falsos al refutar su error. De
otro modo los falsos ganan la confianza de algunos de los miembros para destruir
almas y causar división.
Tienen que exhortar a los miembros infieles y si
estos no se corrigen tienen que enseñar a la iglesia con respecto a la
disciplina (Rom. 16:17; 1 Cor. 5; 2 Tes. 3:6,14).
El trabajo de los ancianos puede ser de tiempo
completo.
Pablo habla de los que “trabajan en predicar y
enseñar”. 1 Tim. 5:17, “Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar.
18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal
al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario”.
1 Tim. 3:3 no dado al vino – paroinon, borracho,
Tito 1:7; Prov. 23:29, 30.
-no pendenciero -- me plékten, no pleitista, no
luchador, no violento. Hermanos pleitistas son soberbios, egoístas y carnales
que solamente quieren imponer su opinión personal. Los tales muestran que tienen
carácter difícil (mal genio) y que no son tratables. Su regla es que "se haga lo
que yo digo sin cuestionar". Solamente quieren salirse con la suya, y ¡ya! La
iglesia que escoja al pendenciero como anciano invita problemas serios. Pablo
pidió que los hermanos oraran por él "para que seamos librados de hombres
perversos (irrazonables, LBLA, margen)" (2 Tes. 3:2). Los hombres irrazonables
no deben ser seleccionados para obispos. Algunos no pueden tener desacuerdos sin
ser desagradables.
Dice
Sant. 3:17, "La sabiduría
que es de lo alto es... pacífica, amable", epiekés,
condescendiente, LBLA, razonable, margen; moderado, equitativo,
Fil. 4:5; 1 Ped. 2:18
(ATR); comprensiva (Lacueva). El hermano, pues, que es
epiekés no es nada vanidoso
ni enaltecido, sino que se presta para ser consultados. Sus oídos están abiertos
a los santos bajo su cuidado.
No es difícil conocer el carácter del hermano bajo
consideración para el obispado. Si un hermano tiene carácter intratable en el
hogar, será igual o peor en la iglesia. Si no se lleva bien con su esposa e
hijos, y ha tenido problemas con los miembros, ¿cómo actuaría como uno de los
ancianos?
"El anciano bíblico... no resuelve problemas con
los puños" (BHR), pero esto es precisamente lo que el pendenciero quiere hacer,
empleando lenguaje carnal (palabras abusivas, insultantes), como si fuera un
borracho.
-no iracundo, Tito 1:7. "El amor... no se irrita" (1 Cor. 13:5). El
iracundo destruye lo que otros edifican; por eso, el escogerlo para ser obispo
será desastroso para la iglesia. Pablo dijo a la iglesia de Roma, "estáis llenos
de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los
unos a los otros" (Rom.
15:14); cuánto más los pastores deberían estar
llenos de bondad. Véanse
1 Tes. 2:7, 11; 2 Tim. 2:24-26.
Los hermanos sentimentales u hermanos que den rienda suelta a sus emociones no
deben anhelar el obispado.
-dueño de sí mismo --
(Tito 1:8). El hombre que no es dueño de sí mismo es víctima de sus
pasiones carnales. En lugar de promover la paz en la iglesia, promoverá
"enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías" (Gál.
5:20).
-no codicioso de ganancias deshonestas --
Tito 1:7. El pastor debe
ser hombre honrado, sincero, honesto. En su vida diaria, en su negocio o en su
empleo o en cualquier trato con otros que sea hombre de integridad. "¡Ay de los
pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos!" (Ezeq. 34:1).
Estos se aprovechaban de su puesto para fines personales.
-no avaro (no avaricioso, LBLA)
-- aphilaguron
(a=no; phil=amar;
aguros=plata); (6:6-10). El que siempre quiere más no es hombre contento, sino
avaricioso. "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora" (Heb.
13:5), pues el no estar contento indica falta
de agradecimiento.
De acuerdo con
1 Cor. 16:2
cada primer día de la semana la iglesia levanta una colecta y los ancianos
supervisan la administración de este dinero. Muchas veces uno de los ancianos
será el tesorero. Si es codicioso de ganancias deshonestas, podría aprovecharse
de este arreglo. También podría, de alguna manera, abusar de su derecho de
recibir salario (1
Tim. 5:17, 18).
1 Ped. 5:2,
“Apacentad la grey de Dios {5.2:-Jn.
21. 15-17.} que está entre vosotros, cuidando
de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no
por ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto”.
1 Tim. 5:17,
“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,
mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
18 Pues la Escritura
dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario”.
(Mat. 10:10;
Luc. 10:7). Aunque había mucha pobreza en las
iglesias, podían pagar salario a los ancianos que dedicaban su tiempo completo a
la obra. Cf. 1 Cor. 9:14.
Pero, como dice
1 Tim. 6:5,
algunos “toman la piedad como fuente de ganancia”; los ancianos podrían abusar
de esta bendición; por ejemplo, algunos podrían “anhelar obispado” pensando en
la compensación monetaria. De esa manera, se volverían “asalariados” (Jn.
10:12).
2 Cor. 2:17,
“Pues no somos como muchos, que medran falsificando (comerciando con, LBLA) la
palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de
Dios, hablamos en Cristo”.
Ezeq. 34:2,
“Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y dí a los
pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se
apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?
3 Coméis la
grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las
ovejas. 4 No
fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la
perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida,
sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia.
5 Y andan errantes
por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han
dispersado. 6 Anduvieron
perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la
faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni
quien preguntase por ellas”. Compárese Mat. 9:36.
La ofrenda de la iglesia ha de ser administrada por
los ancianos, lo cual representa otra tentación para ellos. Muchos hombres han
caído en el lazo del diablo por causa de ella.
Por lo tanto, los que se escojan para obispos
deberían ser hombres rectos en sus negocios.
Recuérdese lo que la ley de Moisés dijo sobre esto:
Lev. 19:35,
“No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.
36 Balanzas
justas, pesas justas y medidas justas tendréis”
Deut. 25:13,
“No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica,
14 ni tendrás en tu
casa efa grande y efa pequeño. 15 Pesa
exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean
prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
16 Porque abominación
es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia”.
El amor al dinero paraliza a la iglesia, tanto como
al anciano.
1 Tim. 6:9,
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas
codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
10 porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
Los que son movidos,
motivados por el amor al dinero simplemente no
pueden llevar a cabo la obra de obispos.
Estos no son movidos por el amor al rebaño; más
bien, son egoístas como los pastores descritos por Ezequiel.
2 Tim. 3:2-4
describe a los tales como “amadores de sí mismos, avaros… amadores de los
deleites más que de Dios”.
Algunas iglesias tienen mucho dinero en el banco,
porque los ancianos no quieren soltar el dinero. Quieren guardarlo. Hay muchos
cientos de miles de dólares en las cuentas de las iglesias que deben usarse para
predicar el evangelio, para ayudar a los santos necesitados y aun para reparar
el sitio de reunión o construir otro o construir salas para clases.
¿Por qué dice Pablo que la avaricia es idolatría?
Efes. 5:5,
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra,
tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”;
Col. 3:5,
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia que es idolatría”.
¿Qué es, exactamente, el ídolo? ¿Por qué Dios lo
condena tan fuertemente? Porque toma el lugar de Dios en el corazón de la gente.
Los que aman al dinero no aman a Dios de todo el corazón.
¿Por qué le mandó Jesús al joven rico, “vende lo
que tienes, y dalo a los pobres” (Mat. 19:21)? Obviamente sus posesiones habían
llegado a ser su dios.
Léase
Luc. 12:15-21
y obsérvense los pronombres personales (“yo”, “mis”, etc.)
La iglesia debe apartarse de los avaros.
1 Cor. 5:9,
“Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;
10 no
absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los
ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo. 11 Más
bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal
ni aun comáis”.
¿Cómo se
puede saber si algún hermano es avaro?
Si deja de asistir a las reuniones, no ofrenda; de
esa manera él roba a Dios. Compárese
Mal. 3:8-10.
Si algún hermano no ofrenda como Dios le haya
prosperado, es avaro.
1 Cor. 16:2; 2 Cor. 9:6, 7; 2 Cor. 8:1-9.
Si algún hermano no comparte con el que tiene
necesidad, es avaro. Es mezquino, tacaño.
Efes. 4:28,
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”.
Rom. 12:13,
“compartiendo para las necesidades de los santos”.
1 Jn. 3:16,
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
17 Pero el que tiene
bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
18 Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”. Véase Luc. 6:35.
Si algún hermano recibe aumento de sueldo o si su
negocio prospera mucho, ¿qué hace con el aumento de dinero? ¿Hace más por el
Señor o sólo más por sí mismo? Parece que muchos hermanos ya tienen planes bien
hechos para el dinero que ganen o reciban.
También son avaros los hermanos que no quieren
proveer salario adecuado para evangelistas. A veces ni siquiera quieren
ayudarles con los gastos para ir a predicar a algún lugar.
Si no estamos contentos, ¿qué somos?
Heb. 13:5, “Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No
te desampararé, ni te dejaré; 6 de
manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre”. La palabra
contentos se pone en contraste con
avaricia.
Fil. 4:11,
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera
que sea mi situación. 12 Sé
vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como
para padecer necesidad. 13 Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”.
La
avaricia es otro “cáncer” del corazón.
Mar. 7:22,
“los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades
de dentro salen, y contaminan al hombre”.
Josué 7,
el caso de Acán es un ejemplo claro de cómo el problema empieza en el corazón:
“Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos
de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y
tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el
dinero debajo de ello”. Entonces, todo el pueblo apedreó a Acán.
Rom. 1:29
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia,
maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades”. Este
mal se encuentra entre las condiciones depravadas del mundo de los gentiles.
-sino amable -- epieikés, en contraste a ser pendenciero, equitativo, justo
que examina humana y razonablemente los hechos de un asunto. Tito 3:2 ("que no
sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre"); Sant. 3:17 (como
cualidad de la sabiduría que es de arriba); 1 Ped. 2:18 (en asociación con lo
que es bueno). Rom. 15:14, llenos de bondad. El hermano
amable es cortés, educado,
tratable, y los miembros estarán dispuestos a acercarse a tal pastor con sus
preguntas, problemas u otras consultas. Compárese la manera de Pablo con los
hermanos, 1 Tes. 2:7, 11. ¿Cómo debe ser "el siervo del Señor" con la gente? 2
Tim. 2:24-26. Es indispensable que los pastores estén dispuestos a
escuchar a los miembros, y
que les hablen con buenas palabras. Léase lo que Santiago dice acerca del que
"es sabio y entendido entre vosotros" (Sant. 3:13-18). Los pastores deben
meditar mucho sobre este texto, porque lamentablemente parece que algunos
prefieren gobernar como dictadores e imponer su voluntad a fuerza de pulmón.
Cada predicador y cada anciano debe preguntarse a sí mismo, "¿Qué me cuesta
escuchar al hermano que tenga alguna queja?" Aun los miembros más maduros y
fieles tendrán sus desacuerdos y diferencias de opinión sobre algún asunto. Los
obispos que quieren gobernar bien escucharán para poder juzgar con "la sabiduría
que es de lo alto".
-apacible (no contencioso, LBLA) -- ámachon,
(no rencilloso, VM).
-que gobierne bien su casa,
que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad”.
Que gobierne,
proistamenon,
“lit. ‘estar de pie ante’, y, de ahí, conducir, ocuparse de (indicándose
atención y diligencia)”. “Los ancianos que
gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”
1 Tim. 5:17;
“el que preside, con
solicitud”,
Rom. 12:8; “que reconozcáis a los que trabajan
entre vosotros, y os presiden
en el Señor, y os amonestan”,
1 Tes. 5:12.
Lamentablemente en muchos hogares la mujer gobierna y en otros los hijos
gobiernan; desde luego, los hombres que permitan tal perversión del plan de Dios
no califican para ser ancianos.
Dice
Prov. 29:15 que “el hijo
consentido avergonzará a su madre”, pero también avergonzará a su padre, porque
el tener hijos consentidos muestra que no califica
para ser obispo. Si la iglesia escogiera para
obispos a los hermanos que consientan a sus hijos, éstos consentirían también a
los miembros de la iglesia, permitiendo el error y prácticas mundanas.
Los obispos deben ser hombres valientes para
enseñar la verdad
que a veces no es nada
popular, exponer el error, condenar el pecado y disciplinar a los miembros
desobedientes. Por eso, si algún hermano no tiene valor para disciplinar a sus
propios hijos, no califica para anciano.
De hecho, el padre que no disciplina a sus hijos
contribuye a su desobediencia.
1 Sam. 3:13, Dios dice acerca de Elí, “Y le mostraré que yo juzgaré su casa para
siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y
él no los ha estorbado”.
-que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la
iglesia de Dios? El hermano que llene este requisito para pastor es fiel
al Señor, es un buen ejemplo y ejerce la autoridad en su familia. El es la
cabeza, el director (Efes. 5:24-25; 6:4). El provee para su familia (5:8), no
solamente alimento, ropa, techo, etc., sino también la instrucción y la
disciplina necesarias.
Tito 1:6,
“tenga hijos fieles/creyentes (pista)”.
A veces esta palabra se traduce
fiel(es); es decir,
cumplidos, confiables (dignos de confianza), firmes y, como dice la segunda
parte de Tito 1:6, “no acusados de disolución ni de rebeldía”. Dice Larousse,
“Que llena sus compromisos: fiel a sus juramentos.
(Sinónimo, Leal).
Constante, perseverante: fiel a sus costumbres...
Exacto… Seguro… Honrado: criado fiel”.
Compárense los siguientes textos:
Mat. 25:21, 23,
"Bien, buen siervo y fiel";
Luc.
16:11.12, “Pues si en las riquezas
injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno
no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
Hech. 16:15,
"Si habéis juzgado que yo sea fiel
al Señor"; 1
Cor. 4:2, "que cada uno sea hallado fiel";
1 Tim. 1:12,
"me tuvo por fiel";
1 Cor. 4:17,
"Timoteo ... fiel en
el Señor";
Gál. 3:9, "los de la fe son bendecidos con el
fiel Abraham"
(Interlineal, F. Lacueva; American Standard Version) (véanse también Efes. 6:21;
2 Tim. 2:2). Por eso, esta palabra puede
describir la fidelidad de los hijos a su padre.
Este punto no debe ser omitido en este estudio. Pablo habla del gobierno del
padre y de la necesidad de tener a sus hijos en sujeción; por lo tanto, es
lógico que al hablar de los hijos se enfatice su obediencia o fidelidad al
Padre.
También se traduce
creyente(s):
Hech. 16:1,
"Timoteo, hijo de una mujer judía creyente";
2 Cor. 6:15,
"¿O qué parte el creyente
con el incrédulo?";
1 Tim. 5:16, "Si algún
creyente o alguna
creyente tiene viudas ... ";
1 Tim. 6:2, "Y los que tienen amos creyentes,
no los tengan en menos por ser hermanos"; aquí obviamente estos amos no son
simplemente fieles, sino creyentes (cristianos) porque son hermanos; (véanse
también 1
Tim. 4:3, 10; Hech. 10:45, obviamente "los
fieles de la circuncisión" eran cristianos). Por lo tanto, la palabra
pista
puede ser traducida, creyentes,
como en 1 Tim. 6:2 ("amos
creyentes"),
pero la más apropiada traducción de
pistá en Tito 1:6,
de acuerdo con el contexto, es la palabra
“fieles”.
“¿Pero no deben ser cristianos los hijos de los
ancianos?”
El hermano calificado para anciano es
irreprensible, sobrio, prudente, etc. Es muy buen hombre, buen ejemplo, amoroso
con sus hijos, y además, es apto para enseñar.
No solamente enseñará a sus hijos a no ser rebeldes y disolutos, sino que
también los enseñará el evangelio, y si no obedecen hay
que dudar en cuanto a su ejemplo o su capacidad para
enseñar.
Sin embargo, si esperamos designar ancianos en las
iglesias, tenemos que quitar este obstáculo de
opiniones divisivas sobre cuántos hijos
bautizados (todos, unos) y cuántos no, qué si hay un solo hijo, si los hijos
casados no perseveran su padre debe renunciar, etc. Estas “cuestiones” no vienen
al caso si pistá se traduce
“fieles” en lugar de “creyentes”.
Hay que “usar bien la Palabra” (2 Tim. 2:15). Les
invito a estudiar este tema (“Fieles o Creyentes”) de la manera más objetiva y
sin prejuicio.
¿Fieles o Creyentes?
Uno de los requisitos para ser anciano mencionado
en Tito 1:6 es
tekna pistá, hijos fieles
o creyentes. Hay mucha discusión entre hermanos sobre la palabra
pistá.
Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español
(Lacueva), “hijos tenga fieles”
Versión Valera Revisada 1960,
“que tenga hijos creyentes”.
La Biblia de las Américas, “que tenga hijos
creyentes”.
Versión Hispano-americana: “que tenga hijos
fieles”.
King James and New King James Version, “having faithful children.”
New American Standard, “having children who
believe.”
PISTÁ
La palabra traducida “creyentes” o “fieles” es
pistá.
Algunas versiones dicen “creyentes” y otras versiones dicen “fieles”. Muchos
hermanos creen que este término significa creyentes bautizados
(no creyentes como Juan 12:42 sino creyentes
bautizados como 1 Tim. 6:2), pero el texto no
dice esto. Por el contrario, al considerar con
cuidado el
texto mismo, el contexto, texto paralelo y la gramática
es más lógico y razonable concluir que “hijos fieles” equivale a “tenga a sus
hijos en sujeción con toda honestidad” en el texto paralelo; es decir, los hijos
deben ser fieles a su padre. Deben estar en sujeción a su padre aunque sean
menores de edad (antes de ser de la edad responsable para ser bautizados).
Estudiemos por un momento la palabra casa (1
Tim. 3:4). Dice el Diccionario del Sr. Vine: “por
metonimia, de los miembros de una casa o de una familia
(p. ej.,
1 Tim. 3:4, 5, 12”). “Es
necesario que (el obispo) gobierne bien su casa”. ¿A quiénes y a cuántos debe
gobernar? A todos los de su casa o familia,
comenzando con su esposa (Efes. 5:22) e incluyendo a todos sus hijos (naturales
y adoptivos), de cualquier edad, parientes dependientes (por ej., viuda(s),
1 Tim. 5:16,
en fin, todos los que compongan su familia,
Hechos 11:14.
Si los diáconos deben gobernar a “sus hijos y sus casas” (1 Tim. 3:12),
¿cuánto más los ancianos?
Pistá,
traducida “creyentes”
o “fieles”, no siempre significa ser creyentes. Véanse Mateo 24:45; 25:21,
“siervo fiel”;
Lucas 16:11, 12; Efes. 6:21, “fiel ministro”.
Obviamente en estos textos el término significa confiable, digno de confianza, y
esto es precisamente lo que Pablo dice en 1 Tim. 3:4 y Tito 1:6.
La traducción “creyentes” abre las compuertas
para una variedad de opiniones que impiden la selección de ancianos.
En realidad el requisito doméstico se usa como excusa para invalidar el
mandamiento de designar ancianos en cada iglesia.
Entre tales opiniones las principales son como
sigue:
-“que
no haya hijos no bautizados; es decir, aunque
haya hijos bautizados, si hay otro(s) hijo(s) no bautizado(s), entonces el padre
queda descalificado para ser anciano”. Pero esto no es el punto del texto.
Sin excepción TODOS los que estén en la casa del
hermano bajo consideración están obligados a estar en sujeción a él.
Aun los de seis o siete años de edad no pueden ser
rebeldes. Si son desobedientes y rebeldes el padre no gobierna bien su casa y
está descalificado.
-“que
haya más de un hijo”, pero la “casa” del
hermano está compuesta de todos los que estén bajo su gobierno, sean cuántos
sean y todos
deben estar sujetos a él.
-“que
todos los hijos sean fieles después de salir de la casa de su padre;
es decir, que si un hijo adulto casado estando en su propia casa dejara de
asistir a los servicios el padre debe renunciar su puesto como anciano”. La
respuesta obvia a esta regla humana y divisiva es que
el obispo no gobierna a los miembros de otras
congregaciones; tampoco gobierna las casas de sus hijos casados.
-Y sin duda hay otras opiniones sobre “hijos creyentes”
que se pueden agregar a esta lista. Pero son irrelevantes. Toda esta
controversia gira alrededor de hijos pero aunque Pablo menciona hijos, no por
eso está compuesta la casa solamente de hijos. Como ya explicamos, en primer
lugar la esposa (no mencionada en este texto) tiene que estar en sujeción a su
marido y si no, su marido queda descalificado para ser anciano. ¿Hasta cuándo
será designado para ser anciano el hermano que está dominado por su esposa?
-Además, toda la discusión sobre “creyentes” se
enfoca en el bautismo, pero es muy posible que en la casa bajo consideración
haya algún pariente dependiente (madre, suegra, tía) y estos tienen que estar
sujetos al padre de familia, pero ¿tenemos que insistir en que la madre o la
suegra o la tía se bauticen para probar que el hombre manda en su casa? Desde
luego que no.
Además, tengamos cuidado con lo que enseñemos sobre
el tema del bautismo de los adolescentes.
Hechos 8:12 dice
que “se bautizaban hombres y mujeres” pero no hay texto que hable del bautismo
de los hijos adolescentes. Es posible que algún hermano bien calificado para ser
anciano en cuanto a los demás requisitos y que tenga dos o tres hijos ya
bautizados pero a la vez tenga otro(s) hijo(s) ya adolescentes maduros no
bautizados pero “fieles” a él (respetuosos y obedientes al padre). Es muy
posible que la iglesia tome la decisión de aceptar a tal hermano como anciano.
(Este servidor tuvo un hijo de diecisiete años de edad que todavía no había sido
bautizado, aunque otros dos de los hijos sí habían sido bautizados. Esto no
significaba que no era hijo “fiel”
a su padre, sujeto, sumiso, obediente, no acusado
de disolución ni de rebeldía).
Los hijos no son títeres del padre. Tienen libre
albedrío y toman decisiones muy importantes,
tienen que vivir sus propias vidas. Aunque los
padres sean del todo cumplidos en la crianza de sus hijos (Efes. 6:4, etc.) y
aunque el padre sea muy “apto para enseñar”, no hay garantía que puedan
convertir a todos sus hijos y evitar que nunca caigan. Jesús, el perfecto
Maestro, enseñó a multitudes pero pocos fueron convertidos y aun de los
convertidos no todos perseveraban.
Los requisitos humanos (Mat. 15:9) son el resultado
de enseñar que
pistá tiene que
ser traducida “creyentes” (bautizados) en lugar de “fieles” (al padre). Los que
expresen estas opiniones no dicen nada de hijos menores que muchas veces son
rebeldes, ni mucho menos de parientes dependientes que son de la casa (familia).
¿Paralelo o dos juegos de requisitos?
Nosotros tenemos los dos textos y los aceptamos y
los aplicamos, pero para entender el verdadero significado de la palabra
pistá,
los puntos siguientes son bien relevantes y deben ser considerados en este
estudio.
1 Timoteo
3:4, “que gobierne bien su casa, que tenga a
sus hijos en sujeción con toda honestidad”.
Tito 1:6,
“y tenga hijos creyentes o fieles que no estén acusados de disolución ni de
rebeldía”. ¿Rebeldes contra quién? Muchos textos hablan de la rebeldía contra
Dios (por ej.,
Núm. 14:9, pero
Deut. 21:18,
“si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que
no obedeciere a la voz de su padre…”
(padre terrenal).
¿Es el requisito nombrado en Tito 1:6 paralelo con
el requisito nombrado en
1 Tim. 3:4?
O ¿son dos juegos de requisitos, el uno distinto
del otro? ¿Por qué enseñar en Tito 1:6 que todos los hijos deben ser bautizados
y fieles aun después de salir del hogar y no
decir nada de esto a Timoteo?
¿Es completa o incompleta la instrucción a Timoteo?
¿Es completa o incompleta la instrucción a Tito? Con la instrucción que Timoteo
recibió ¿podía él designar ancianos en Éfeso? Con la instrucción que Tito
recibió ¿podía él designar ancianos en Creta?
Timoteo estaba en Éfeso cuando recibió esta
instrucción. Si con esta instrucción designó ancianos en Éfeso, ¿fueron
escogidos por el Espíritu Santo?
Hechos 20:28. ¿Los
ancianos de Éfeso habrían calificado para ser ancianos en Creta?
No es nada probable que sean dos juegos de
requisitos, uno para Timoteo y el otro para Tito. Estas cartas fueron enviadas
más o menos al mismo tiempo y la instrucción es la misma,
como la instrucción sobre el cantar en
Efesios 5:19 y
Colosenses 3:16 o la instrucción para siervos,
Efesios
6:5-8 y Colosenses 3:22. Los textos no son
idénticos, palabra por palabra, pero dan la misma enseñanza.
Obviamente la expresión, que “tenga hijos fieles” (Tito
1:6)
significa que gobierna bien su casa y tiene a sus hijos en
sujeción (1
Tim. 3:4). No son acusados de disolución ni de
rebeldía. Más bien, son fieles a él, confiables, con buen comportamiento. Esto
demuestra que el hermano puede cuidar de su casa, por eso, él con los otros
ancianos pueden gobernar la congregación.
Si Pablo hubiera dicho, “que no tenga hijos
infieles, acusados de disolución y rebeldía”, ¿habría duda en cuanto al
significado de “infieles”? Tampoco debe haber confusión sobre la palabra
“fieles” porque Pablo la explica: “no acusados de disolución ni de rebeldía”.
Una afirmación puede expresarse de manera positiva
y luego de forma negativa. Por ejemplo,
Santiago 1:4,
manera positiva: “Mas tenga la paciencia su obra
completa, para que seáis perfectos y cabales”; forma negativa,
sin que os falte cosa alguna”.
Lo mismo en
Tito 1:6, forma positiva: “que tenga hijos
fieles”; forma negativa: “no acusados de disolución ni de rebeldía”. Si alguno
desconecta la expresión negativa de la forma positiva no usa bien la Escritura (2
Tim. 2:15).
La sujeción al padre terrenal no significa ser
cristiano, porque el ser cristiano no significa
la sujeción al hombre sino a Cristo. Es posible
estar en sujeción al padre terrenal sin ser cristiano.
Aun los hijos menores de edad deben estar sujetos a su
padre, y cuando lo hacen son “fieles”.
La traducción “creyentes” (bautizados)
omite por completo a los hijos menores de edad,
como si no fueran importantes pero el hombre no está calificado para anciano
si tiene hijos menores de edad que son rebeldes e
irrespetuosos hacia su padre. Tampoco toma en
cuenta que la casa del hermano sea compuesta no sólo de su esposa e hijos sino
también de parientes dependientes (madre, suegra, tía).
Pablo no menciona estas personas pero la definición de la palabra “casa” bien
puede incluirlas y en muchísimos casos sí las incluyen. ¿Cuántos de los que
están leyendo este estudio tienen su madre, suegra, tía u otros viviendo con
ellos? Son de su casa y el hombre es cabeza de la familia y debe cuidar de ella
y gobernarla bien. Esto es precisamente lo que Pablo quiere decir en
Tito 1:6. Si la
suegra no es bautizada, esto no descalifica al hermano, pero si ella es rebelde
y causa confusión en la familia y él no la controla, esto sí lo descalifica.
El punto principal en estos textos es
que
haya prueba de la capacidad del padre para gobernar
bien y esto es algo que se puede hacer si nadie
en la casa es cristiano. Muchos incrédulos hacen esto. Gobiernan sus casas en el
sentido de tener a sus hijos y otros familiares en sujeción y que no estén
acusados de disolución ni de rebeldía.
Contexto, Texto Paralelo, Gramática
Una de las reglas básicas de la traducción es que
se debe examinar con mucho cuidado el contexto. En este caso, el contexto es de
suma importancia porque Pablo agrega algo más a esta expresión. Pablo no
solamente dice
pistá, sino que agrega
una explicación de
pistá, “que no estén
acusados de disolución ni de rebeldía”. Esta cláusula
define lo que Pablo tiene
en mente cuando dice
pistá.
Uno de los problemas en el estudio de los
requisitos para ser anciano ha sido y es el no tomar en cuenta esta definición o
explicación de
pistá. Muchos hermanos
enseñan que
pistá significa “creyentes” (bautizados) sin
tomar en cuenta esta explicación de Pablo.
Otra regla importante para entender el significado
de algún término es que estudiemos textos paralelos. En este caso, sin duda
1 Tim. 3:4,
“que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad” es texto paralelo con
Tito 1:6 “tenga hijos
fieles que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”.
En estos dos textos Pablo enseña la misma cosa.
Para que algún hermano califique para ser anciano debe gobernar bien su casa,
teniendo a sus hijos en sujeción o como dice a Tito, que tenga hijos fieles, no
acusados de disolución ni de rebeldía.
Si algún hermano gobierna bien su casa y tiene a
sus hijos en sujeción, entonces tiene hijos fieles no acusados de disolución ni
de rebeldía.
En
cuanto a la gramática, la expresión “que tenga hijos fieles” es
frase participial usada como adjetivo para modificar
“marido”. Pablo dice, “marido de una mujer, y
teniendo hijos fieles no acusados de disolución ni de rebeldía”.
La frase no tiene conexión gramatical con Cristo
o Dios sino con
“marido”.
Traducir
pistá como
“creyentes” (bautizados) no hace caso de este punto gramatical, como tampoco del
contexto y del texto paralelo. ¿Los hijos obedecen al evangelio porque reconocen
que su padre los gobierna o porque reconocen la
autoridad de Cristo?
En cuanto a “disolución” Pablo tenía en mente a los
hijos adolescentes maduros y aun adultos porque estos son los que son capaces de
ser disolutos, pero Pablo agrega las palabras “ni de rebeldía”. Por eso, la
designación de “hijos fieles” incluye a todos sus hijos.
¿Los hijos menores de edad no deben estar en
sujeción al padre o está bien que sean rebeldes?
¿Está bien que un hijo de diez años hable
irrespetuosamente a su padre?
El hijo debe estar en sujeción a la autoridad y las
reglas del padre desde que nazca hasta que salga de la casa del padre. El
hermano que permita que sus hijos de seis o diez años de edad le hablen
irrespetuosamente no califica para anciano.
Ahora bien, alguien puede oponerse a esto diciendo
que los hijos menores de edad deben ser “creyentes” como en Mateo 18:6, pero en
esta controversia, no se habla de los “hijos creyentes”
de
Tito 1:6
como simple creyentes como niños pueden creer; más bien quieren decir
creyentes bautizados.
Todos saben esto y no lo pueden negar, pero
“fieles” cubre la sujeción de los hijos al padre desde que nazcan hasta que
salgan de la casa, y también la sujeción de toda la casa.
“Pero ¿no deben los hijos adolescentes
maduros y adultos ser obedientes al evangelio?
Claro que sí, pero eso tiene que ver con los
otros requisitos (aparte de lo que Tito 1:6 dice acerca de “hijos fieles”).
Lo que estoy aclarando es que pistá no
necesariamente significa creyentes bautizados en este contexto. La palabra
pistos
(singular) y
pistá (plural) se usan en
docenas de textos y significan “fieles” en varios sentidos. Nadie cree que
siempre equivalen a “creyentes bautizados”.
1 Tim. 3:4 y
Tito 1:6 tienen que ver con la sujeción de los
hijos a las
reglas de su
padre y el padre no les obliga a obedecer al
evangelio (que es asunto entre los hijos y
Cristo). El
padre sí puede prohibir la conducta escandalosa (el ser disolutos y rebeldes) en
su casa, pero no le toca obligar a sus hijos a bautizarse.
(A veces parece que algunos padres creen que al cumplir doce años de edad los
hijos ya deben ser bautizados, pero recuérdese que la hija de Jairo tenía 12
años de edad y era niña,
Marcos 5:42).
Si no puede obligarles a bautizarse, ¿puede
obligarles a acompañarles a los servicios? Claro que sí y debe hacerlo, porque
estando sus hijos en su casa él los cuida y los gobierna. Siendo “apto para
enseñar” el padre no sólo enseña a sus hijos en casa sino que también aprovecha
las clases bíblicas que la iglesia ofrece y, desde luego, la predicación y los
demás actos de culto. No deja solos a sus hijos para se salgan con la suya. Más
bien, puede exigir que todos los hijos vengan a la mesa para comer juntos, los
puede enviar o llevar a la escuela, también con el médico y dentista y al
trabajo. Igualmente
los lleva al culto porque estas son actividades
normales y necesarias de familia. Hijos
adolescentes maduros y adultos que no quieran acompañar a sus padres al culto
deben salir de la casa y valerse por sí mismos porque tal conducta es rebeldía
contra el padre.
Lo que decimos en este estudio es que un obstáculo
grande que evita que haya ancianos en las iglesias son los
requisitos domésticos convertidos por muchos hermanos en
reglas humanas basadas en opiniones y eso a consecuencia de insistir en que
pistá tiene que
ser creyentes (bautizados). Pablo tenía en
mente una sola cosa muy sencilla: que para calificar para anciano el hermano
haya mostrado que él cuida de su familia, que él gobierna bien su casa o sea,
que tenga a sus hijos “en sujeción” a él (por eso,
Tito 1:6, hijos
fieles en lugar de ser acusados de disolución o rebeldía). Obviamente tales
hijos ya son adolescentes maduros o adultos (no leemos de niños disolutos,
asotia,
entregados a los vicios,
Efes. 5:18, 1 Ped. 4:4,).
Sin embargo, todos los hijos deben estar “en sujeción” al padre y
si hay hijos de seis o siete años de edad que son
rebeldes, desobedientes y que hablan irrespetuosamente a su padre, obviamente no
están “en sujeción” al padre y, por eso, no le son fieles
(y necesitan disciplina).
De ninguna manera está calificado para ser anciano
el padre que permita tal conducta.
Dicho de la manera más breve, Pablo
no dice “hijos creyentes
que hayan sido bautizados”, sino “hijos fieles que no estén acusados de
disolución ni de rebeldía”. Hay que armonizar
Tito 1:6 con 1 Tim.
3:4 y dejar que Pablo se explique solo.
Hermanos calificados en los demás requisitos para
ser ancianos no deben ser rechazados por tener hijitos no bautizados. Repito, si
tiene hijo de seis o siete años de edad que es rebelde, el hermano no gobierna
bien su casa y está descalificado, pero si el hijo es obediente y respetuoso
(pero no ha llegado a la edad madura y responsable para ser bautizado), entonces
ese hijo NO descalifica al hermano porque es
hijo fiel.
Mucho cuidado con esto. Hay adolescentes de trece o
catorce años (o más) que no son nada maduros y no conviene empujarlos hacia el
bautisterio. Algunos de esa edad todavía piensan y hablan y juegan como niños
pero sin bautizarse pueden ser fieles a su padre.
Otra objeción: algunos dicen que
el hermano no califica si tiene hijos ya salidos de
casa que no perseveran, pero el requisito es que gobierne su “casa” y los hijos
adultos ya se casaron y tienen su propia casa.
¿Es responsable el anciano de miembros que ya
salieron y son miembros de otra congregación?
También algunos enseñan que “hijos” no incluye
“hijo” pero si hay anuncio de que todos los hermanos
que tengan hijos por favor levanten la mano y algún
hermano tiene un solo hijo ¿no levanta la mano? Varios textos bien ilustran este
punto. Dice
Mateo 22:24, “Moisés dijo: si alguno muriere
sin hijos, su hermano se casará con su mujer”, pero si el difunto dejó un solo
hijo, ¿podía su hermano casarse con su mujer?
Tales leyes humanas están
basadas en la traducción “creyentes” (y se agrega
“bautizados”) y
son una de las causas principales de no designar ancianos en cada iglesia.
Que nadie me acuse de no aceptar el requisito
doméstico. Tampoco que yo esté disminuyendo la fuerza de la palabra
pistá.
Por el contrario, estoy insistiendo en que se respete lo amplio de lo que
significa, aun incluyendo el requisito de que todos los pequeños y grandes como
también parientes dependientes (madre, suegra, tía) que estén en su casa, y por
eso bajo su gobierno no sean rebeldes ni en hecho ni en palabra sino que estén
en sujeción al padre de familia.
Pistá cubre esto si se traduce “fieles” pero no lo cubre
si se traduce “creyentes” (bautizados).
Una vez más: Traducir
pistá
como “creyentes” abre las compuertas para varias opiniones (y varios requisitos
o tradiciones de hombres) que son uno de los principales obstáculos que bloquean
el camino de designar ancianos en cada iglesia. Dicho de otro modo, estas reglas
humanas se usan como excusa para invalidar el mandamiento de designar ancianos
en cada iglesia.
-con toda
honestidad (dignidad, LBLA)” (2:2; 3:8, 11;
Tito 2:2, 7, "serios"), con toda gravedad, porque el criar hijos es una
obligación solemne. Los padres deben tomar muy en serio esta responsabilidad.
-(pues el que no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
En el hogar, el lugar de prueba, el hombre muestra
que es capaz de cuidar de la iglesia. El hermano que no instruya ni discipline a
sus hijos descuidaría las mismas cosas si fuera anciano en la iglesia.
Posiblemente el hermano que reúna el requisito
doméstico para ser obispo no podrá reunir otros requisitos. Son escasos los
hermanos que reúnen este requisito (el doméstico) y, por eso, la congregación
con mucho deseo de estar organizada de acuerdo con el patrón bíblico debe evitar
el error de escoger a tal hermano para anciano si no reúne los otros requisitos.
Tengamos presente que la expresión, “gobernar su
propia casa” es, básicamente, un requisito
doméstico. No es, en primer término, un requisito
espiritual, sino doméstico. El hombre muestra que puede gobernar la casa de Dios
porque puede gobernar su propia casa. Este es el sencillo punto de este
requisito, pero a veces durante el estudio de los requisitos para obispos parece
que este pensamiento se olvida, porque todo el
énfasis está sobre la capacidad del hermano de
convertir a sus hijos
en lugar de gobernarlos y tenerlos en sujeción; es decir,
el gobernar su casa se explica como el equivalente de convertir a sus hijos.
Pero piénselo por un momento: Si Pablo hubiera
querido enfatizar la habilidad del hermano para persuadir a sus hijos a ser
cristianos, habría dicho simplemente, “que haya convertido a todos sus hijos en
cristianos”. ¿Por qué no lo dijo?
Hay muchos miles de padres
no cristianos que gobiernan
bien a sus hijos en cuanto a tenerlos sujetos y que no estén acusados de
disolución ni de rebeldía. Básicamente este requisito no es espiritual sino
doméstico. Al gobernar
su casa el hombre muestra que podría gobernar la casa de Dios.
-que no
estén acusados de disolución ni de rebeldía. En
nuestra época es cada vez más difícil criar a los hijos "en disciplina y
amonestación del Señor" (Efes. 6:4),
porque los jóvenes tienen que vivir en un ambiente de mucha disolución y
rebeldía. Son perseguidos los jóvenes cristianos que no se conforman a las
actitudes y prácticas populares.
Se discute mucho la pregunta, “¿es necesario que el
hermano tenga más de un hijo creyente?” pero esta pregunta no viene al caso si
pista se traduce
“fieles”, porque obviamente el hombre que tenga un solo hijo disoluto o rebelde,
esto lo descalifica para anciano.
El hermano debe gobernar su propia casa; es decir,
a todos los que estén en su casa (esposa, hijo(s), parientes dependientes). Si
su esposa no está sujeta a él, él no califica para anciano. Si tiene un solo
hijo rebelde, él no califica para anciano. Si vive con ellos otro familiar
dependiente (suegra, tía, etc.) y alguno de ellos no está en sujeción a él,
entonces él no gobierna bien su casa y no califica para anciano. Es tiempo de
que todos dejemos de pensar solamente en hijos bautizados y concentrarnos más
bien en la sujeción de la familia al padre.
Sin lugar a dudas eso es el punto del apóstol Pablo.
Para los que insistan en que
pista
se traduzca “creyentes” es necesario explicar que en
cuanto a “hijos” o “hijo”, el sustantivo hijos
es un término genérico e incluye uno o más; es decir,
el singular se incluye en el plural:
p. ej., (1) 1 Tim. 2:15, “se
salvará engendrando hijos”; hay mujeres que pueden tener un solo hijo. (2)
1 Tim. 5:4,
10, “si alguna viuda tiene hijos, o nietos,
aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a
recompensar a sus padres”; si alguna viuda tiene un solo hijo o un solo nieto,
este hijo o este nieto debería cuidar de ella. (3)
Tito 1:6,
“tenga hijos fieles/creyentes que no estén acusados de disolución ni de
rebeldía”; ¿califica el padre para anciano si tiene solamente un hijo acusado de
disolución o de rebeldía? ¿Tiene que tener dos hijos acusados de estos pecados
para que esté descalificado para anciano? (4)
Efes. 6:4,
"no provoquéis a vuestros hijos, sino criadlos, etc."; sin duda alguna esta
enseñanza es para los padres que tengan solamente un hijo. (5) "¿Quién dijera a
Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos?" (Gén.
21:7); dice hijos
aunque Sara tuvo solamente un hijo. (6) "Cuando
alguno muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija" (Núm.
27:8); desde luego, si hubiera tenido un solo
hijo, la herencia habría sido de él. (7) "Si alguno muriere sin hijos, su
hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano" (Mat.
22:24);
con un solo hijo habría tenido descendencia. Estos textos son suficientes para
probar que el singular se incluye en el plural.
El punto a estudiar no tiene que ver con cuántos hijos el hombre tenga, sino con
la cuestión de qué ha hecho
con el o los que tenga.
Otra pregunta entre los que insistan en que
pista
se
traduzca “creyentes” es la siguiente: “¿es necesario que todos sus hijos sean
creyentes?” Desde luego, si pista
se traduce “fieles” (como es lo más lógico y razonable),
entonces esta pregunta no es relevante porque sin lugar a dudas todos sus hijos
deberían ser fieles, sujetos a él y no acusados de disolución ni de rebeldía
Hay padres con hijos creyentes (bautizados) que
también tienen hijos pequeños no bautizados,
pero si los pequeños están en sujeción a su padre, de ninguna manera
descalifican a su padre para ser anciano. (Muchos niños pequeños son rebeldes y
hablan irrespetuosamente a sus padres; los tales no están en sujeción y si el
padre lo tolera él no gobierna bien su casa y no califica para ser anciano).
Hay padres cuyos hijos están en sujeción a él que
no obedecen al evangelio de Dios. Al obedecer al evangelio, los hijos no se
someten a la autoridad de su padre terrenal, sino a la del Padre Celestial. Su
padre terrenal no requiere que sus hijos obedezcan al evangelio. Es posible que
algunos hijos hayan obedecido al evangelio por temor de sus padres terrenales,
pero esto no agrada a Dios.
Hay padres cuyos
hijos no perseveran en la fe, sino que caen en
error doctrinal o vuelven al mundo. Algunos citan
Prov. 22:6
(“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él”) para probar que el hijo bien instruido en la verdad no se apartará del
Señor y que, por eso, si el hijo se aparta del camino, el padre tiene la culpa.
De esta manera los padres son cargados con toda la responsabilidad de la vida
del hijo aun cuando éste sea adulto.
Tal interpretación de
Prov. 22:6
contradice
Isa. 1:2, pues
aun Dios dice, “Crié hijos… y se rebelaron contra mí”. Tal interpretación casi
es el equivalente de la doctrina de la llamada “perseverancia de los santos” (o
“una vez salvo siempre salvo”).
¿Qué enseña
Prov. 22:6?
Dice literalmente, “Dé instrucción al hijo conforme a su camino, para que cuando
fuere viejo no se apartara de él” (K-D). Es un modismo o hebraísmo que
simplemente expresa la regla general de que si el joven es entrenado según su
camino (su naturaleza, temperamento y aptitudes), él seguirá por ese camino. No
es correcto culpar al padre por todas las decisiones malas tomadas por los hijos
ya grandes, pues éstos tienen libre albedrío.
Algunos preguntan, “¿puede calificar para anciano
el hermano que tenga hijos creyentes si tiene otros hijos no creyentes?” Otra
vez el mismo problema: insistiendo en que
pista
tenga que ser traducida “creyentes” (bautizados). Todos
los hijos deben estar en sujeción al padre. Ninguno de ellos puede ser disoluto
o rebelde.
Pablo no habla aquí simplemente de algún hijo que
no quiera asistir a los servicios o que no obedezca al evangelio. Las palabras
que él usa son términos feos y fuertes. La palabra
disolución (asotia)
significa “prodigalidad” (recuérdese el hijo pródigo) o “desenfreno” (Efes.
5:18, “No os embriaguéis con vino, en lo cual
hay disolución (desenfreno, FL)”; “no en acusación de libertinaje” (ATR). La
palabra rebeldía (anupotakta), “contumaces” (VM),
“porfiado” (Larousse); “desorden público” (ATR).
¿Puede un hombre no
cristiano gobernar bien su casa y tener a sus hijos
en sujeción? Claro que sí. Hay muchos miles de hombres que lo hacen. ¿Pueden los
hijos de un padre no cristiano ser fieles
(como el siervo de
Mat. 24:45; o los siervos
de Mat.
25:21, 23)? Claro que sí. Lamentablemente, a
veces los hermanos discuten mucho la cuestión de “hijos creyentes” (bautizados)
sin tomar en cuenta este punto básico, pero los textos citados arriba (Mat.
25:21, 23; Hech. 16:15; etc.) nos obligan a
considerar este significado. No es cuestión de escoger entre “fieles” y
“creyentes” porque en este contexto caben los dos significados.
Puede que un buen hermano esté gobernando bien su
casa, teniendo a sus hijos en sujeción, y que algunos obedezcan al evangelio y
otros no. Por su buen ejemplo y por su enseñanza él logra convertir a algunos de
sus hijos, pero él no puede obligar a sus hijos
a que obedezcan al evangelio. El hecho de que alguno de ellos no obedezca al
evangelio no prueba que él no puede gobernar su casa.
El padre puede obligar
a sus hijos a estar sujetos pero no puede obligarles a obedecer al evangelio.
Los requisitos domésticos son importantes, pero
también son importantes los requisitos de que los ancianos no sean iracundos ni
pendencieros, sino amables, apacibles etc. La necesidad principal en cuanto al
liderazgo de las iglesias es que haya hermanos maduros y espirituales que
simplemente pueden congeniar. Si los hermanos escogidos por la iglesia para ser
ancianos no se llevan bien, obviamente no pueden servir como ancianos. Los
hermanos que prefieran pelear en vez de trabajar en armonía no deben ser
escogidos para ser obispos.
1 Tim. 3:6 no un neófito (neofuton, nueva planta).
El recién convertido puede
anhelar el obispado, pero
todavía no está preparado para las tales responsabilidades. Más bien, debe estar
estudiando estos requisitos y creciendo y madurando para que un día sea
calificado.
Los corintios no maduraron porque estaban
envanecidos (1
Cor. 4:6, 19; 5:2; 8:1; 13:4). Compárense Rom. 12:3; 1 Tim. 6:4; 2 Tim. 3:4.
-no sea que envaneciéndose caiga en la condenación
del diablo --
Por no estar lo suficientemente preparado y maduro
para esta obra el hermano neófito podría cometer muchos errores. Incluso podría
caer en el error mencionado por Pablo en
Rom. 12:3,
lo en los casos peores, podría caer en el error de Diótrefes (3
Jn. 9, 10). Aun a los ancianos fieles era
necesario la exhortación de no buscar señorío sobre la iglesia (1
Ped. 5:3).
1 Tim. 3:7 También es necesario que tenga buen
testimonio de los de afuera --
1 Cor. 5:12; 2 Cor. 7:5; Col. 4:5; 1 Tes. 4:12. Si algún hermano dice, "A mí no me importa lo que
los vecinos y otros piensen de mí", ni siquiera es cristiano y seguramente no
puede ser un obispo de la congregación, pues los fieles toman muy en serio su
influencia (Mat.
5:13-16; Fil. 2:15, 16; 1 Ped. 2:12-16; 3:1-4).
Tito 1:9-11
El obispo debe
defender la verdad. Debe contender por la fe, Judas 3. Debe enseñar y defender
lo que Pablo afirma en
Efes. 4:3-6. Debe
entender y defender le plan de salvación (y exponer errores, p. ej., el
calvinismo); la vida que debe llevar el cristiano; las cinco actos de culto; la
organización de la iglesia (y exponer los errores de la centralización, las
instituciones iglesia de Cristo, la iglesia patrocinadora); la obra de la
iglesia (adorar, edificarse, evangelizar); la enseñanza bíblica sobre el
matrimonio, el divorcio y segundas nupcias, etc. El pastor tiene que velar y
proteger el rebaño de los lobos (Hech.
20:28-31).
El obispo debe tener convicciones y valentía para
defenderlas, para no ser movido por la presión que los miembros ejerzan sobre
él. Tampoco debe ser movido por las circunstancias inesperadas, ni por las
consecuencias de haber practicado la disciplina.
Los obispos deben defender la verdad de Cristo en lugar de hacer leyes basadas en sus opiniones.
A lo anterior: Ancianos son el producto de una iglesia madura y fuerte. |
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