Levítico 12

 

      12:2 -- "La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; con­forme a los días de su menstruación será inmunda".

      A. Gén. 1:28 dice, "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos" (lo repite en 9:1). Siempre ha sido bendición de Dios, indicio de su favor, el dar a luz, y vemos en el Antiguo Testamento que la mujer estéril sufrió reproche (por ejem­plo, Gén. 30:1-24; 1 Sam. 1).

      B. Por lo tanto, no hemos de concluir que esta ley menosprecie en manera al­guna el concebir y dar a luz hijos. En los capítulos 13 y 14 estudiaremos el pro­blema de la lepra en conexión con la in­mundicia. En el cap. 15, más impurezas físicas, y esta vez trata de asuntos masculi­nos (la "emisión de semen") y el acto se­xual (ver. 18).

      C. Una explicación posible del asunto es como sigue: en la descomposición que sigue a la muerte, el efecto del pecado se hace manifiesto en el cuerpo. Así pues el cuerpo muerto era inmundo, y conta­minaba al que lo tocara. La lepra que es llamada "la muerte viviente" produce to­dos los síntomas de la descomposición del cuerpo, aun durante la vida del leproso, y contaminaba como la muerte misma. También todas las secreciones en cone­xión con la procreación (tanto del hombre como de la mujer) que hacían que la gente se contaminara y fuera inmunda se ase­mejan en cierta medida a la disolución o descomposición del cuerpo.

          1. Desde luego, como ya se afirmó con referencia a los animales limpios e inmundos, no tenemos que explicar el por qué de estas reglas. Basta con notar lo que Dios dice. El no explica por qué.

          2. Sin embargo, un tema central que se descubre a través de las páginas de la Biblia es que el pecado contamina al hombre y lo separa de Dios. Aunque estas reglas promovieron la higiene, no eran, en primer término, reglas higiénicas, sino que tuvieron relación con el pecado en sentido de una semejanza entre las secreciones del cuerpo y los efectos del pecado. Esta se­mejanza es aun más notable en el caso de la lepra.

 

      12:3 -- "Y al octavo día se circuncidará al niño". Gén. 17:12 dice, "Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje".

 

      12:8 -- "Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos ..." Compárese Luc. 2:24.

 

 

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