Juan 10

 

10:1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta -- En este discurso Jesús sigue pronunciando juicio (9:39-41) sobre los judíos (los líderes). Los fariseos y escribas profesaban ser los únicos oficiales (pastores) y guías del pueblo (9:24, 29). Acababan de hacer uso de su autoridad al expulsar al ciego que fue sanado (9:34), pero Jesús vino al mundo para que los que profesaran ver fueran cegados (9:39). Lo que Jesús dice ahora (10:1-18) va dirigido a ellos. Desde luego, el que entra por la puerta es el verdadero pastor (10:2), y los que no entran por la puerta son falsos pastores. Se refiere a los fariseos y escribas (Mat. 15:14, los guías ciegos). Dios no autorizaba su conducta (Mat. 23) ni sus tradiciones humanas (Mat. 15:8, 9). No podían, pues, guiar las ovejas a través de la puerta.

          -- en el redil de las ovejas, -- (aule, un patio abierto delante de una casa; luego, un cercado a cielo abierto ... El redil estaba rodeado por lo general por un muro de piedra, Nm 32:16, y se situaba preferiblemente cerca de un pozo, Ex 2:16; Sal 23:2, y a menudo era protegido por una torre, 2 Cr 26:10; Mi 4:8" (WEV).

          -- sino que sube por otra parte, -- Por encima de la pared. Jesús fue enviado por el Padre, y los líderes de los judíos, a quiénes Jesús se dirigía, habían venido de su padre el diablo (8:44).

          -- ése es ladrón y salteador (leistes, 12:6, Judas; 18:40, Barrabás; Mat. 27:38, 44, los "ladrones" que fueron crucificados con Jesús; el salteador que usa violencia para robar). -- En el Antiguo Testamento hay muchos textos que hablan de falsos maestros (Ezeq. 34:1-7; Jer. 33:1-6; Zac. 11:4-11) y otros textos hablan de Dios como el Pastor fiel (Sal. 23;; 80:1, etc.), como también profetizaron del Mesías como el Pastor del pueblo de Dios (Ezeq. 37:24).

          Hay que notar la relación de las figuras del capítulo 10 con la narración del capítulo anterior: como falsos pastores los fariseos trataron al que nació ciego con crueldad; por eso, fueron juzgados como ciegos por Jesús. Por causa de su carácter malvado, estos guías, eran clasificados como ladrones y salteadores. Por causa de la falta de amor de ellos por las ovejas, Jesús habla del amor que El tiene por las ovejas, y que El da su vida por ellas. Ellos indicaron que querían dar muerte a Jesús; por eso, El dijo que nadie le quitaba la vida, sino que El mismo la daba.

 

10:2 Mas el que entra por la puerta, el (un) pastor (poimen) de las ovejas es. -- No el pastor, sino un pastor, porque no se describe la persona sino el carácter. Jesús había explicado repetidas veces que El había descendido del Padre (8:23, 42, 44; 9:30, 32, 33, 36).

          En esta alegoría (10:6) el rebaño es la iglesia, Cristo es la puerta y también el Buen Pastor, el Pastor legítimo (10:11, 14; 1 Ped. 2:25; 5:4; Heb. 13:20. 14).

          A los ancianos u obispos se les llaman pastores (Hech. 20:28; 1 Ped. 5:3).

 

10:3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; -- El bautista A. T. Robertson dice, "Oyen su voz. Oír y obedecer (versículo 27)". Véase 5:25, notas. Si los bautistas y otros calvinistas pueden entender que oír quiere decir oír y obedecer, ¿por qué no pueden entender que creer quiere decir creer y obedecer? Esta es la gran inconsecuencia de los calvinistas que enseñan que el hombre se salva por la fe sola.

          -- y a sus ovejas llama por nombre, -- Hasta la fecha los pastores orientales dan nombres a las ovejas. Los pastores de una congregación deben conocer bien a los miembros.

          -- y las saca. -- Las saca yendo delante de ellas.

 

10:4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, -- No las expulsa sin causa como los fariseos expulsaron al que nació ciego, sino que las saca para guiarles a los "delicados pastos" y a "las aguas de reposo" (Sal. 23:2).

          -- va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. -- Los pastores no son vaqueros, porque las ovejas no son vacas. Lamentablemente hay pastores que no han entendido esto. Los fieles pastores saben que solamente tienen que guiar por medio de su ejemplo (1 Ped. 5:3) y la sana doctrina para que las fieles ovejas le sigan.

 

10:5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. -- Los extraños eran los escribas y los fariseos. Los extraños no van delante de las ovejas, sino que como tiranos las sujetan y controlan. "Al ver las multitudes, (Jesús) tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor" (Mat. 9:36). La gente tenía miedo de sus líderes religiosos (9:22) y se sometía a ellos, pero no les seguían como ovejas siguen a sus amados pastores.

          En una ocasión un visitante en Palestina dijo a uno de los pastores que las ovejas no seguían la voz del pastor, sino que le seguían porque conocían su vestido. Entonces el pastor cambió su ropa con el visitante y cuando éste llamó a las ovejas, no le hicieron caso, pero cuando el pastor les llamó se acercaron a él (BWJ).

          Los que siguen al Señor no serán engañados por falsos pastores. "Huirán como si se tratara del lobo o de la plaga" (ATR). Es indispensable que con mucha instrucción todo discípulo sea confirmado en la fe (Hech. 14:22; Col. 2:7, "arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe"), para no ser como "niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina" (Efes. 4:13). Es triste decirlo pero muchas almas inestables sí conocen la voz de extraños y han caído en error: algunos han aceptado doctrinas del calvinismo, otros han aceptado los errores del institucionalismo y la centralización de los fondos de muchas iglesias en una iglesia patrocinadora, otros han aceptado las doctrinas de conveniencia con respecto al divorcio y segundas nupcias, y aun otros han aceptado los errores de los que prohíben que la iglesia tenga clases bíblicas o que use copitas para repartir el fruto de la vid.

 

10:6 Esta alegoría -- paroimian, 16:25, 29; proverbio, 2 Ped. 2:22; pero aquí alegoría es la traducción correcta. (Juan no emplea la voz parábola).

          -- les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. -- ¿Por qué no entendieron? Eran muy orgullosos. Tenían un concepto muy alto de sí mismos y de su conocimiento (7:49). Jesús preguntó a Nicodemo, "¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?" (3:10). "La idea del cuidado amoroso era tan ajena a la naturaleza de los fariseos que ellos no podían comprender las figuras que expresaban tal pensamiento" (JWM). Aun cuando Jesús no les habló en lenguaje figurado no le entendieron (8:43), porque para ellos la enseñanza de Jesús era como un idioma extranjero. No entendieron porque no vieron con sus ojos, ni oyeron con sus oídos, etc. (Mat. 13:15). No entendieron porque "el velo está puesto sobre el corazón de ellos" (2 Cor. 3:15).

 

10:7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas (Hech. 4:12). -- Puesto que no entendieron, Jesús les habla con toda claridad, afirmando su autoridad divina, y que El es la única entrada al Padre (14:6; Efes. 2:18; Heb. 10:20), porque El daría su vida por las ovejas (10:11, 17, 18). Al revelar al Padre y su voluntad y al dar su vida por las ovejas Jesús abrió la puerta para que todos puedan entrar en comunión con Dios.

          ¿Está abierta esta puerta o cerrada? Está abierta para los ciegos (los humildes como el que nació ciego, 9:35-38), pero cerrada para los que pensaban que ya veían (9:39).

 

10:8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; -- desde luego, no se refiere a Moisés y los profetas, sino a los pastores falsos mencionados tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. A través de los siglos ellos han profesado ser los pastores de Israel, pero Ezeq. (cap. 34) denuncia a los tales como falsos pastores que se apacientan a sí mismos (34:2). Jesús les acusó de ser "ciegos guías" que devoraban "las casas de las viudas" (Mat. 23:14).

          Pero estos creían que no solamente venían antes de Cristo en cuanto al tiempo, sino que también creían que venían antes de El en cuanto a su autoridad. Lo mismo se puede decir de todos los que fundan religiones, porque de igual manera rehúsan someterse a Cristo.

          Entre los ladrones y salteadores había hombres que profesaban ser pastores (Mat. 7:15; Hech. 20:19) pero las ovejas no les hicieron caso (LBLA).

 

10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará (para protección y seguridad), y saldrá (con plena libertad en Cristo), y hallará pastos (Sal. 23:2; encontramos toda bendición espiritual en Cristo, Efes. 1:3). El que cree en Cristo (Jn. 8:24), se arrepiente de sus pecados (Luc. 13:3, 5), confiesa a Cristo como el Hijo de Dios (Mat. 10:32; Hech. 8:37), y se bautiza para perdón de los pecados (Hech. 2:38) entra por la puerta en el rebaño de Cristo. Los que obedecen al evangelio son añadidos a la iglesia (Hech. 2:47). "Fuimos todos bautizados en un cuerpo" (1 Cor. 12:13).

 

10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; -- De esta manera Jesús describe el papel de los guías religiosos que maltrataban al pueblo de Dios. En la actualidad los falsos pastores y las religiones falsas siguen hurtando y matando y destruyendo a sus feligreses, porque se extravían y no perseveran en la doctrina de Cristo (2 Jn. 9). No hay esclavitud más opresiva que la esclavitud religiosa (Mat. 23:15; Gál. 4:8, 9).

          -- yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. -- "Lo opuesto a matar y destruir es dar vida. Y lo opuesto al ladrón es el buen pastor, Cristo. Por esto Jesús dice, (de gracia, 1:16; Ro. 5:17, 20; Ef. 1:7, 8; de gozo, 2 Co. 8:2; de paz, Jer. 33:6). Véase también 2:6, 7; 4:14; 6:13, 32. Estos pasajes muestran que Jesús siempre da en medida superabundante, en exceso" (WH).

          ¿Qué pensamos de la clase de vida enseñada por Cristo? ¿Creemos que es una vida aburrida, de puras prohibiciones? ¿Creemos que uno no puede hacer nada de lo que quisiera hacer? ¿Creemos que Dios siempre busca fallas en nosotros para poder castigarnos? Según parece, algunos piensan que Dios nos ha creado de tal manera que la vida de pecado sea más abundante, más rica, más placentera y mejor en todo sentido que la vida de santidad entregada al servicio de Dios. El corazón no está bien con Dios si no entiende que la vida espiritual en Cristo es abundante, una vida de gozo y satisfacción.

          Jesús vino al mundo para dar vida a los que estaban en el valle de los huesos secos (Ezeq. 37:1-14) y para ser su Pastor (34:24).

 

10:11 Yo soy el buen pastor; -- Jehová es el Buen Pastor (Sal. 23; 79:13; 80:1; 95:7; Ezeq. 34:11-16) y Cristo es el Buen Pastor. Por eso, Cristo es Dios. Con esta figura Jesús vuelve a afirmar su deidad. ¿Qué hombre se atrevería a decir, "Yo soy el buen pastor"?

          En la primera parte del capítulo 10 Jesús describe el contraste entre el carácter de los buenos pastores y los malos pastores, y ahora afirma que El mismo es el Buen Pastor.

          La palabra kalós (bueno) "llama la atención a la belleza de carácter y servicio como Error! Reference source not found. (1 P. 4:10), Error! Reference source not found. (1 T. 4:6)" (WH). Es bueno y hace buenas obras (10:32, 33).

          -- el buen pastor -- La palabra buen traduce kalós. Juan dice "el pastor, el bueno". La nota acerca de esta palabra en el margen del Interlineal de Lacueva dice, "Lit. excelente (El pastor ideal, o el modelo de pastores)". Compárense otros textos que emplean la palabra kalós: 10:32, "buenas obras" (compárese Mat. 5:16); Luc. 21:5, hermosas piedras (del templo); Mar. 9:50, "buena es la sal" (apropiada, excelente para su propósito); 1 Tim. 4:6, "la buena doctrina".

          -- su vida da por las ovejas. -- 10:15, 17, 18; 1 Jn. 3:16; el mismo verbo se usa en 13:4, "se quitó su manto".    En el ver. 14 dice, "Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen", pero el énfasis aquí en el ver. 11 es que el buen pastor su vida da por las ovejas.

          El trabajo del pastor oriental era peligroso. El era el único responsable por las ovejas. El profeta Amós (3:12) dice, "el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja". David arriesgaba su vida para proteger las ovejas (1 Sam. 17:34-36). David tenía corazón de pastor, como tipo del Hijo de David, nuestro Señor Jesucristo quien puso su vida por sus ovejas (1:29; 1 Jn. 2:2). Isa. 31:4 habla de un grupo de pastores que luchan contra el león.

          "En su libro The Land and the Book, el Dr. W. M. Thomson escribe: 'He escuchado con profundo interés sus descripciones gráficas de las luchas crueles y desesperadas con estas bestias salvajes. Y cuando se acercan el ladrón y el salteador (cosa que hacen, por cierto) el pastor suele tener que arriesgar su vida para defender al rebaño. Conocí más de un caso en el cual la entregó en la lucha. Un pobre muchacho luchó la primavera pasada entre Tiberias y Tabor, contra tres salteadores beduinos hasta que lo destrozaron con sus armas y murió entre las ovejas que defendía'" (WB).

          Probablemente algunos de los oyentes supieran de casos de pastores que perdieron su vida por las ovejas. Se podría decir que arriesgaban su vida por las ovejas, pero no se podría decir de ninguno que querían morir por las ovejas. Habrá casos de pastores que murieron tratando de defender las ovejas, pero no obstante el gran peligro, muchos pastores no mueren por sus ovejas.

          Pablo dice (Hech. 20:29, 30) que de entre los mismos pastores (ancianos) de la iglesia se levantarían lobos rapaces. Así es que los enemigos que atacan a las ovejas no siempre vienen de afuera.

          En la muerte de un pastor de Palestina no había eficacia; más bien, si los asaltantes o fieras pudieran dar muerte al pastor, podrían acabar con las ovejas. Pero la muerte de Cristo efectuó nuestra salvación (Isa. 53:12; Mat. 20:28).

          Ningún pastor -- aun de los más fieles y dedicados --, podría levantarse de entre los muertos. Cristo es el único Pastor que podía hacerlo.

 

10:12, 13 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, -- Los fariseos y otros líderes judíos eran extraños, ladrones, asaltadores y además, asalariados. No se condena el recibir salario, porque "el obrero es digno de su salario" (Luc. 10:7), pero "el asalariado" no ama las ovejas sino solamente su salario. En el cap. 5 vemos que los fariseos no amaban al inválido de Betesda; en el cap. 8 vemos que no amaban a la mujer pecadora; en el cap. 9 vemos que no amaban al que nació ciego; y estos casos eran solamente tres entre muchos, porque así eran ellos. El bienestar de la gente no les importaba.

          Muchos pastores no eran dueños de las ovejas que pastoreaban, pero habían de cuidar de ellas (y aun dar su vida por ellas) como si fueran propias. ¡Así era el trabajo del pastor! Pero el asalariado no está dispuesto a sufrir por el rebaño, sino que solamente quiere sacar provecho personal. Compárese 1 Ped. 5:2, "Apacentad la grey de Dios ... no por ganancia deshonesta" (1 Ped. 5:2).     Uno de los requisitos de los obispos es que no sea "codicioso de ganancias deshonestas" (1 Tim. 3:3).

          -- ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. -- No ama las ovejas sino el salario. (Ezeq. 34:5; Zac. 11:6). No le importa la oveja, sino que solamente ama su salario y quiere salvar su propia vida. Pero el Buen Pastor no permite que el lobo las arrebate de sus manos (10:28, 29), y en lugar de dispersarlas El las recoge en un rebaño (10:16).

         

10:14, 15 Yo soy el buen pastor; -- Entre los más hermosos textos de la Biblia son aquellos que hablan de Dios como el Pastor de su pueblo: p. ej., Sal. 23:1, "Jehová es mi pastor; nada me faltará ... "; Isa. 40:11, "Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos ... "; Ezeq. 34:11-16, "Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas ... ".

          Cuando los líderes no son fieles, el pueblo de Dios se compara a ovejas sin pastor: Núm. 27:15-17, "Ponga Jehová ... un varón sobre la congregación ... para que ... no sea como ovejas sin pastor"; 1 Reyes 22:17, "Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor"; Ezeq. 34:5, "Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado"; Mat. 26:31, "Jesús les dijo: ... heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas".

          Al pecar el pueblo de Dios se compara con ovejas descarriadas: Isa. 53:6, "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino"; Jer. 50:6, "Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por lo montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles"; Ezeq. 34:6, "Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas"; Luc. 15:4, "¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?"

          Lo valioso y lo precioso de una oveja se ve en 2 Sam. 12:2, 3, "El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija".

          Para destacar la persecución que los apóstoles habían de sufrir, Jesús les dice, "Yo os envío como a ovejas en medio de lobos" (Mat. 10:16).

          -- y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, -- Los falsos pastores no conocían al que nació ciego. No se preocupaban por él cuando "se sentaba y mendigaba"(9:8) y cuando recibió la vista solamente querían acosarle.

          -- así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; -- Jesús podía revelar al Padre porque conocía al Padre.

          La relación entre el Buen Pastor y sus ovejas es semejante a la relación entre El y el Padre. Hay mutuo amor y comprensión. Compárese 17:21-23; debe haber unidad entre el pueblo de Dios como la unidad entre el Padre y el Hijo. El nos conoce, conoce nuestros nombres, dónde vivimos, etc., y nosotros lo conocemos y llevamos su nombre, tenemos la mente de Cristo, porque somos guiados por su voluntad.

          Conocemos al Señor si aprendemos su voluntad y cumplimos con la misma. Conocemos a Dios y somos conocidos por Dios (Gál. 4:9). En el Día Final a algunos que creían que lo conocían les dirá, "Nunca os conocí; Apartaos de mí" (Mat. 7:23). "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (1 Jn. 2:4).

          -- y pongo mi vida por las ovejas. -- Otra vez Jesús anuncia su muerte (Mat. 16:21; 12:31). El amor verdadero se puede observar en sus acciones.

 

10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. -- Durante su ministerio personal Jesús envió a los apóstoles a predicar, diciéndoles, "Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mat. 10:5, 6; véase también Mat. 15:24). Pero Jesús preparaba el terreno para poder derribar la pared de separación entre judíos y gentiles: p. ej., recordemos lo que Jesús dijo del centurión (Mat. 8:10) y cómo enseñó a los samaritanos (Jn. 4); el que ayudó al hombre caído por el camino fue un samaritano. Véase Mat. 8:11; Luc. 13:28.

          ¿Por qué envió el evangelio a los judíos primero? Rom. 1:16. En primer lugar, porque eran el pueblo escogido de Dios, y era de esperarse que les diera la preferencia. Pero otro motivo muy importante era la gran ventaja de ganar discípulos primero entre judíos para que las sinagogas sirvieran como lugares estratégicos para alcanzar también a los griegos. Esto se ve durante los viajes de Pablo y sus compañeros (13:42-48; 17:4).

          Los judíos eran de "este redil", y las "otras ovejas" son los conversos gentiles (11:52; 12:32; Hech. 18:10; Efes. 2:14-16). Las "otras ovejas" no serían traídos al redil del judaísmo, sino que los que "son de este redil" y "las otras ovejas" que iba a traer iban a componer un nuevo rebaño. "Derribando la pared intermedia de separación ... para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo" (Efes. 2:14-16).

          Jesús y los apóstoles emplean varias metáforas para ilustrar diferentes aspectos de la relación entre Dios y su pueblo.

          -- reino: "vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán ... en el reino" (Mat. 8:11).

          -- cuerpo. (Efes. 1:22, 23; 2:16; 4:4).

          -- templo. (1 Cor. 3:16; 6:19; Efes. 2:19-21).

          -- casa. (1 Tim. 3:15; Heb. 3:6).

          -- iglesia. (Mat. 16:18; Efes. 1:22, 23).

 

10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. -- Por eso, el Padre lo amó y lo exaltó (Fil. 2:9-10). Jesús no iba a perder su vida por circunstancias que estuvieran fuera de su control; más bien, todos los detalles de su vida terrenal estaban bajo su control, y El dio su vida. Jesús murió porque por ese motivo vino al mundo. El nació para morir.

          ¿Por qué les dijo que podía volver a tomar su vida? Posiblemente para evitar que se jactaran cuando El fue crucificado. Ellos no ganaron ninguna victoria sobre Jesús. Todo sucedió de acuerdo al plan de Dios. No podían darle muerte hasta que llegara su hora, de la cual habló varias veces. En esta misma ocasión "los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle" (10:31) "pero él se escapó de sus manos" (10:39). Todo aspecto de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo fue programado por Dios. El dirigió el drama, desde el principio hasta el final.

          También al explicar que volvería a tomar su vida evitaría el exceso de tristeza entre sus discípulos.

          Para Jesús la cruz ya era una realidad, y su resurrección era igualmente una cosa segura. De ella no tuvo ninguna duda.

 

10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder (autoridad, LBLA) para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. -- Hech. 2:22. La muerte de Jesús ocurrió conforme al plan de Dios. Era la voluntad de Dios que Jesús diera su vida por el hombre, Cristo quería dar su vida por el hombre, y El tenía poder o autoridad para llevar a cabo su propósito de morir por los hombres, y nadie ni nada pudiera evitarlo.

          En esto vemos la unidad de lo que el Padre hace y lo que el Hijo hace: el Padre entregó al Hijo y el Hijo entregó su vida; el Padre levantó al Hijo y el Hijo volvió a tomar su vida. Lo que el uno hace, el otro hace también. Los hermanos que enseñan que Jesús no tenía poder inherente (poder propio) enfatizan mucho que el Padre tuvo que levantarlo y rehúsan hacer caso de este texto que afirma que Cristo mismo tenía "poder para volverla a tomar". Si Cristo tenía poder para volver a tomar su vida (poder para resucitar de entre los muertos), ¿por qué algunos de nuestros hermanos se esfuerzan tanto en negar el poder inherente de Cristo? Los evangelistas y todo cristiano debemos hacer todo lo posible por exaltar y magnificar el nombre de Jesucristo, pero parece que algunos hermanos están resueltos a despreciarlo, porque enseñan que cuando Cristo vino a la tierra, era simplemente como uno de los apóstoles, porque el único poder que tenía era el poder que recibió del Padre o del Espíritu Santo. Esta doctrina falsa niega la deidad de Cristo y, por eso, no debe ser tolerada.

          Jesús tenía poder para poner su vida y para volverla a tomar, pero nosotros no tenemos tal poder. Al morir somos como el agua derramada sobre la tierra que no se puede recoger.

 

10:19 Volvió a haber disensión (división, LBLA) entre los judíos por estas palabras. -- ¿Qué cantaron las huestes celestiales cuando Jesús nació? ¿En la tierra paz, buena voluntad para con los hombres (como dice nuestra versión (la Versión Reina-Valera de 1960)? ¿Jesús iba a traer paz y buena voluntad a la humanidad? La versión LBLA es más correcta: "en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace". Esto concuerda mejor con Mat. 10:34-36. Desde luego, Jesús quiere que haya paz en la tierra, pero lo que causa la disensión es la mente carnal de los hombres.

          A través de este relato Juan llama la atención a la disensión entre los judíos mismos con respecto a Cristo: 6:52, 69, 66; 7:12, 25, 43; 8:22; 9:16, 17; 10:19, 24, 41; 11:37; 12:19, 29, 42; 16:18, 19.

 

10:20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? -- Los demonios hacen prodigios pero son mentirosos (Mat. 24:24; 2 Tes. 2:9).

 

10:21 Decían otros: Estas palabras (que el Buen Pastor conoce y ama a sus ovejas y da su vida por ellas) no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? -- Solamente Dios abre los ojos de los ciegos (Ex. 4:11; Sal. 146:8). Por eso, esta pregunta esperaba una respuesta negativa: "Seguramente no creen que el demonio abre los ojos de los ciegos, ¿verdad?" Los demonios quitan la vista pero no la dan. Algunos de los judíos, pues, razonaban correctamente sobre este punto, pero otros persistían en decir que Jesús estaba endemoniado (esto equivalía decir que estaba loco).

          Todo el mundo se enfrenta con la cuestión que inquietaba a los judíos: ¿Jesús de Nazaret era un loco o un ser divino? No hay término medio. Es en extremo absurdo decir que Jesús era uno de los mejores hombres y maestros del mundo pero que era simplemente un hombre. Esto no puede ser. Aun estos judíos, aunque fanatizados, entendían mejor el punto, y optaron por acusarle de estar endemoniado (loco). Es una conclusión lógica: si no era el Hijo de Dios, entonces estaba loco.

          Entonces, ¿qué se piensa de sus palabras (sus enseñanzas)? Son enseñanzas de un loco?

          ¿Sus acciones? ¿Son acciones de un loco?

          ¿Qué efecto ha tenido sobre otros? ¿Qué otro loco ha tenido la influencia que Jesús ha tenido sobre la humanidad?

10:22, 23 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. -- "Fue instituida por Judas Macabeo para celebrar anualmente la purificación del Templo (165 a.C.), que había sido profanado en 162 por orden de Antíoco Epifanes. Era parecida a la de los Tabernáculos, y los judíos la celebran hasta hoy" (VE). "No era una de las grandes fiestas, y podía ser observada en cualquier lugar sin acudir a Jerusalén" (ATR).

          -- Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. -- Los detalles de esta clase son importantes porque indican que Juan era testigo ocular.

 

10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma (¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso LBLA)? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente -- Querían que Jesús hiciera una declaración formal para poder acusarle. Jesús dijo con toda claridad a la mujer samaritana (4:26) y al que nació ciego (9:37) que El era el Mesías, pero si hubiera hablado tan explícitamente a los fariseos afirmando que era el Mesías, habrían entendido que El estaba dispuesto a ser su rey para librarles de los romanos.

 

10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho (que El es el Mesías), y no creéis (10:27; Luc. 22:67; no creyeron por causa de su malicia y porque se habían tapado los oídos y los ojos); las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; -- 5:36; 10:37, 38, "aunque no me creáis a mí, creed a las obras". "Cualquiera puede discutir acerca de las palabras; pero no cabe ninguna discusión acerca de las obras. Cualquiera puede dudar y discutir con todo derecho sobre las afirmaciones que alguien hace acerca de sí mismo; pero no puede discutir cuando se enfrenta con las obras de esa misma persona" (WB).

          Las obras de Jesús decían la misma cosa que sus enseñanzas. No había diferencia alguna entre su mensaje y sus obras, pero los judíos no estaban dispuestos a juzgar las palabras de Jesús a la luz de sus obras las cuales probaron que Dios estaba con El.

          Desde luego, diariamente Jesús se identificaba a sí mismo con el Padre (p. ej., 5:19; 8:58), y su enseñanza y sus obras demostraban que El era el Mesías. Cuando le preguntaron, "¿Tú, quién eres?", El contestó, "Lo que desde el principio os he dicho" (8:25).

          Las obras que Jesús hacía eran las señales ("Un obra hice, y todos os maravilláis ... sané completamente a un hombre", 7:21, 23), y eran las obras del Padre (5:36; 9:4; 10:32, 37, 38). Después de sanar al paralítico de Betesda dijo, "No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre" (5:19). "Como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida" (5:21).

          Por lo tanto, el Padre dio su testimonio acerca del Hijo por medio de las obras milagrosas (señales) hechas por el Hijo. De esta manera el Padre confirmó que lo había enviado. "Sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él" (3:2).

          Los principales sacerdotes dieron su testimonio acerca de las señales de Jesús: "¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales" (11:47). Recuérdese lo que este texto dice: ¡Este hombre hace muchas señales! Entonces ¿por qué no aceptaron que El era el Mesías? Porque ellos esperaban otra clase de mesías.

          Había mucha disensión entre los judíos a causa de las señales de Cristo. "Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos" (9:16). "Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?" (10:19-21).

          Las obras (señales) no solamente confirman la revelación de Dios, sino que ellas mismas son una revelación de Dios. Las señales hechas por Cristo decían y dicen que El es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios.

          Los judíos no negaron la realidad de las señales. Más bien, negaron el mensaje (la revelación) de las señales; es decir, reconocieron que Jesús hacía milagros, pero rehusaron aceptar que Jesús era el Mesías, porque El no era el mesías que ellos esperaban. Por lo tanto, rehusaron ser justos y sinceros en cuanto al significado de los milagros de Jesús.

          Juan registra siete señales hechas por Cristo:

          1) Convirtió el agua en vino (2:1-11) y al hacerlo se manifestó como el Señor de la creación. Siendo Creador El había creado la vid por la cual el agua debe pasar para formar la uva. El mismo Creador podía convertir el agua en vino sin que pasara por la vid.

          2) Al sanar al hijo del oficial del rey  (4:46-54), se manifestó como el Señor sobre la distancia y el espacio, porque lo sanó desde lejos. Compárese Luc. 7:6-10. No había barreras que estorbaran el poder de Cristo.

          3) Al sanar al paralítico de Betesda (5:1-9) se manifestó como el Señor sobre el tiempo. Si "hacía treinta y ocho años" o treinta y ocho minutos "que estaba enfermo", para Jesús era lo mismo. Había gran diferencia entre la tradición de la gente con respecto a la agitación del agua, y la realidad del poder de Jesús.

          4) Al multiplicar los panes y peces (6:1-14) se manifestó otra vez como el Señor de la creación. El creó granos de trigo que crecen para alimentar una multitud, pero el mismo Creador puede eliminar el proceso hecho posible por el sol, la lluvia y la fertilidad del terreno, y en un momento producir la misma cantidad. De cualquier modo El provee para las necesidades físicas del hombre.

          5) Al andar sobre el agua (6:16-21) se manifestó como el Señor sobre las fuerzas naturales (el viento y las olas), como también el Señor sobre la fuerza de la gravitación. Al mismo tiempo manifestó su preocupación por sus discípulos que estaban solos en medio de la tormenta. Quiere que sepamos que El está presente cuando necesitemos algo y que en sus manos está el control de todas las fuerzas del mundo natural.

          6) Cuando abrió los ojos del hombre que nació ciego (9:1-12), se manifestó como la luz del mundo (8:12; 9:5), el Señor sobre las tinieblas, como también sobre las adversidades del hombre. El es capaz de cambiar las tinieblas en luz y hacernos olvidar los años de tinieblas en las que hemos andado.

          7) Por último, como el clímax de las señales, al levantar a Lázaro de entre los muertos (11:39-44) se manifestó como (la causa de) la resurrección y la vida (11:35).

          Estas señales (obras del Padre) clara y ampliamente revelan la deidad de Jesús de Nazaret.

 

10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. -- Ellos no creían el testimonio irrefutable del Padre. No creyeron las señales que eran los hechos del Padre, el testimonio del Padre.

          ¿Qué significa la expresión "no creéis, porque no sois mis ovejas"? ¿Significa que por no ser las ovejas de Cristo no podían creer? Según el calvinismo, no eran sus ovejas porque Dios había predestinado que fueran perdidos y, por eso, no podían creer, pero en realidad no eran ovejas simplemente porque no creían; es decir, se condenaban a sí mismos. Las obras y la enseñanza de Jesús no les convencieron para que le siguieran como ovejas. Los que no están dispuestos a creer no pueden ser convencidos por medio de argumentos intelectuales, ni siquiera por señales como las que Jesús hacía.

 

10:27-29 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, -- 10:4, 5, 14-16; Hech. 13:43-48; 18:10; 2 Tim. 2:19. Si un extraño (un desconocido) les llama, aunque sea con una voz muy suave y piadosa, las ovejas de Cristo se espantan y huyen como si fuera un lobo. Entre más las llame el extraño, más rápido huirán las ovejas. Pero cuando el pastor llama, corren hacia él y le siguen.

          -- y yo les doy vida eterna; -- ¡He aquí el plan de salvación! Las ovejas oyen, Jesús las conoce, le siguen, y les da vida eterna.

          -- y no perecerán jamás, -- La palabra perecer no significa la aniquilación, sino la pérdida del bienestar espiritual; es decir, nunca serán separadas de Dios.

          -- ni nadie (p. ej., el ladrón y salteador, 10:1; el lobo, 10:12; el león rugiente, 1 Ped. 5:8) las arrebatará de mi mano. -- Rom. 8:37-39.

          -- Mi Padre que me las dio (6:37), es mayor que todos, -- En cuanto a su deidad Jesús no se incluye a sí mismo en la palabra todos, porque El es igual al Padre (5:18) y siendo uno (10:30) son inseparables. (Véase 10:28, notas).

          -- y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. -- Nadie puede vencer al Padre para quitar de las manos de Jesús las ovejas que oyen su voz y le siguen pero, desde luego, las ovejas pueden dejar de oír y seguir a Jesús.

          Los calvinistas (p. ej., los bautistas) citan este texto para probar la doctrina de la llamada "perseverancia de los santos" (la imposibilidad de la apostasía), pero Jesús no dice que las ovejas no pueden dejar de oír su voz ni dejar de seguirle. No enseña que se les quita a las ovejas el libre albedrío. "Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre" (1 Crón. 28:9).

          Muchos textos enseñan que las ovejas pueden dejar de oír a Jesús y dejar de seguirle. Jesús lo enseña en este mismo libro (15:4-7). Pablo lo enseña en 1 Cor. 9:27; 10:12; Gál. 5:4, y en muchos otros textos. También Pedro, Juan y los otros escritores del Nuevo Testamento lo enseñan. Lamentablemente muchas ovejas han dejado de oír y seguir a Jesús: p. ej., 1 Tim. 1:19, 20; 2 Tim. 2:17, 18; 2 Tim. 4:10; Heb. 6:4-8; 2 Ped. 2:20-22. En la actualidad lo mismo sucede.

 

10:30 Yo y el Padre uno somos. -- 5:19; 8:19; 12:45; 14:9; 17:21-23. Los que aceptan que las obras de Cristo son las obras del Padre entienden esta afirmación (10:37, 38). El problema principal de los judíos era que no conocían al Padre (5:37, 38; 8:19); por eso, no reconocían que las obras de Jesús eran las obras del Padre.

 

10:31, 32 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle (8:59; Lev. 24:14-16). Jesús les respondió: (sus acciones "hablaron" y El las contestó) Muchas buenas (kalá) obras (obras hermosas o preciosas, que merecen admiración y respeto, Mar. 14:6; véase 10:11, notas) os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? -- ¿Por qué clase de obra? Compárese 12:33, "de qué clase de muerte" (LBLA) (véase también 21:19). ¿Cuál es el carácter de esa obra en particular por la cual me apedreáis? ¿por que piensan que no es buena sino mala? Por ejemplo, sanó al paralítico de Betesda (cap. 5), multiplicó los panes y peces (cap. 6) y abrió los ojos del hombre que nació ciego (cap. 9). ¿Estas obras eran malas? Si con sinceridad los judíos hubieran examinado sus obras, habrían imitado al hombre que nació ciego (9:38).

 

10:33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. -- Lev. 24:15, 16. -- Esto indica claramente que "Hijo de Dios" (10:36) equivale a "Dios". Al confesar a Jesús como "el Hijo de Dios" (Hech. 8:37) confesamos que El es Dios el Hijo.

 

10:34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: -- Basándose en la ley de Moisés (Lev. 24:14), los judíos pensaban apedrear a Jesús; por eso, El hizo un argumento para refutarles, basándose en la misma ley.

          -- Yo dije, dioses sois? -- En base a lo que su ley decía acerca de la blasfemia, "volvieron a tomar piedras para apedrearle"; por eso, Jesús cita esa misma ley contra ellos. "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo" (Ex. 21:6; 22:8; 2 Crón 19:5-7; Sal. 82:6). A los jueces se les llamó "dioses" por ser representantes de Dios, y los judíos no protestaban contra este uso del término.

10:35, 36 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios -- Solamente en este sentido se les llamó dioses; es decir, porque eran "aquellos a quienes vino la palabra de Dios". Si Jesús podía decir que era "dios" aun en el sentido muy limitado en que los jueces se llamaron dioses, entonces los judíos no tenían el derecho de apedrearle. Al decir esto, de ninguna manera afirma que El es el Hijo de Dios en el mismo sentido en que los jueces eran llamados dioses. El propósito del argumento de Jesús era simplemente mostrar la inconsecuencia de los judíos.

          -- (y la Escritura no puede ser quebrantada), -- No puede ser invalidada, 7:23; 24:35; Heb. 4:12. Esta es una afirmación clara de la inspiración de las Escrituras del Antiguo Testamento.

          -- ¿al que el Padre santificó (como santificó el día de reposo, Ex. 20:11; el altar, Lev. 16:19; a los sacerdotes, 2 Crón. 26:18; y al profeta, Jer. 1:5) y envió al (eis ton) mundo, -- "llamó dioses (concedió que llevasen el nombre divino) a aquellos (los jueces y otros gobernantes, hombres mortales) a quienes vino la palabra de Dios" (bajo una dispensación especial y limitada), pero al hablar de sí mismo (Cristo) dice, "al que el Padre santificó y envió al mundo". Los jueces ya estaban en el mundo cuando la palabra de Dios vino a ellos, pero Cristo fue enviado desde el cielo para entrar en el mundo. Desde afuera vino "al" (eis ton) mundo. Nunca hubiera dicho tal cosa acerca de los jueces y otros gobernantes del pueblo.

          -- vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? -- Jesús no está analizando la diferencia entre su relación con Dios y la relación entre Dios y los jueces. El único propósito de Jesús era callar la acusación contra El. Lo hizo por medio de un argumento muy sencillo e irrefutable. Ellos bien sabían que los jueces eran llamados dioses y no protestaban contra ello; por eso, eran inconsecuentes (hipócritas) al acusar a Jesús de blasfemia cuando dijo que era el Hijo de Dios.

          Los "testigos" del Atalaya y otros incrédulos se aprovechan de este texto (lo tuercen, 2 Ped. 3:16) para enseñar que Jesús era "un dios" (Jn. 1:1, de su "biblia" falsa). Ellos creen que 10:34-36 apoya su "traducción" de 1:1, pero recuérdese que Dios ayuda a los que no reciben el amor de la verdad "para que crean la mentira" (2 Tes. 2:10-12). Dios nunca habló de hombre alguno como "al que el Padre santificó y envió al mundo", pero Juan dice, "testificamos que el Padre ha enviado al Hijo el Salvador del mundo" (1 Jn. 4:14).

 

10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. -- Si Jesús no hizo las obras del Padre, entonces no dio la enseñanza del Padre, porque las dos cosas son inseparables. Las enseñanzas de Jesús y las obras de Jesús eran el mensaje del Padre. "Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras" (14:11). Los judíos decían que el testimonio de Jesús no era apoyado por el Padre y que, por eso, ellos no deberían creerlo, pero no creyeron porque habían cerrado sus ojos para no ver sus obras (9:41). Jesús no solamente nos dice que El es el Hijo de Dios, sino que lo demuestra con sus obras. Compárese Mat. 11:3-5.

          Obras (hechos) son irrefutables. No puede haber negación de hechos literales.

 

10:38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, (la prueba suprema, 9:16; 10:21) para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. -- Los que creyeron a las obras ineludiblemente llegaron a la conclusión de que el Padre estaba en Jesús y El en el Padre. Véase 10:30, notas.

 

10:39 Procuraron otra vez prenderle, -- ¿Por qué procuraron prenderle cuando poco antes "volvieron a tomar piedras para apedrearle"? Parece que el argumento de 10:34-36 les hizo recapacitar sobre el tema de la blasfemia.

          -- pero él se escapó de sus manos. -- 8:59; Luc. 4:29, 30.

 

10:40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. -- Volvió para la Pascua y para ser crucificado. Jerusalén no conoció "el tiempo de su visitación" (Luc. 19:34); esto fue la causa de la lamentación de Jesús sobre la ciudad (Mat. 23:37, 38).

10:41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. -- Con estas palabras confirmaron que verdaderamente Juan era el profeta del cual Isaías (40:3) y Malaquías (4:5) hablaron.

10:42 Y muchos creyeron en él allí. -- Los judíos de Jerusalén eran incrédulos endurecidos, pero estos creyeron en El.

 

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