Hechos 14

 

14:1 -- Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos. Entonces, a pesar de lo que leemos en 13:46, 51, seguían predicando a los judíos (lo que se dice en estos versículos tenía que ver con los judíos de Antioquía de Pisidia). En pueblo tras pueblo se observa casi siempre el mismo proceder: primero, Pablo y sus compañeros buscaban a los judíos y, generalmente, éstos se encontraban en la sinagoga; algunos judíos y algunos griegos ("temerosos de Dios") aceptaban el evangelio y abrían campo entre otros griegos; los judíos incrédulos levantaban oposición contra ellos; y eran forzados a salir para buscar un campo nuevo.

          -- y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. -- La predicación de la verdad produce fe (Rom. 10:17). Pablo estaba bien preparado para predicar porque en primer lugar él conocía las Escrituras, había recibido revelaciones de Cristo Gál. 1:15-17) y predicaba con convicción y sinceridad. Era un verdadero apóstol de Cristo, inspirado por el Espíritu Santo (1 Cor. 2:11-13) que sinceramente amaba las almas de la gente, aun la gente que quería matarlo, Rom. 9:1-3; 10:1. Sus argumentos eran lógicos y razonables y muchos estaban convencidos.

          Por lo tanto, Pablo tenía mucho poder para persuadir a los oyentes (compárese Hech. 19:26). Lucas dice que "hablaron" y que "creyó una gran multitud"; de esta manera se confirma lo que Pablo dice en Rom. 10:17, que la fe viene por el oír la Palabra de Dios. El hermano Frank L. Cox explica lo que la Palabra hace según los vers. 1-7:

                   1. Produce creyentes, ver. 1.

                   2. Levanta oposición, ver. 2.

                   3. Agrada a Dios, ver. 3.

                   4. Causa división entre oyentes, ver. 4.

                   5. Mueve a los hombres perversos a formular planes malvados, ver. 5-7.

 

14:2 -- Mas los judíos que no creían (apeitheo, desobedecieron, LBLA, margen) (véase Jn. 3:36; Heb. 3:18; Rom. 11:30-32). -- A los traductores de la Versión Valera 1960 no les gustó la palabra desobedecieron pero, sin lugar a dudas, es la traducción correcta de apeitheo. Aun el bautista A. T. Robertson reconoce que, "estrictamente hablando apeitheo significa desobedecer".

          Lucas presenta otra vez el contraste entre los que creyeron (obedecieron al evangelio) y los que no creyeron (eran desobedientes). El resto del versículo 2 demuestra la desobediencia de los judíos:

          -- excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. -- ¿Cómo lo hicieron? ¿De qué les acusaron? Posiblemente de la sedición o de practicar una religión no legítima. Obsérvese que casi todas las persecuciones registradas en los Hechos fueron instigadas por los judíos incrédulos.

 

14:3 -- Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo (4:13, 29, 31; 9:27, 28; 13:46; 18:26; 19:8; 28:31), confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia (20:32), concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. -- El Señor no concedió que los apóstoles y otros evangelistas hiciesen milagros para exaltarse a sí mismos, ni para divertir a la gente, sino para confirmar la Palabra (Mar. 16:20; Heb. 2:3; 2 Cor. 12:12). En la actualidad algunos dicen que Dios da testimonio a su ministerio dándoles muchos conversos, pero cualquier grupo religioso puede tener muchos conversos; esto no es prueba de que Dios esté con ellos.

 

14:4 -- Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. -- El mismo evangelio que convence a algunos produce hostilidad en otros. Por lo tanto, el evangelio divide (Mat. 10:34-37). Jesús dice (Luc. 6:26), "¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas". Sin embargo, es importante que el predicador mismo no sea la causa de la división debido a su indiferencia, su mal testimonio, su falta de amor, etc.

          Algunos hermanos como Bernabé y Jacobo, el hermano de Jesús (Gál. 1:19) eran llamados "apóstoles" en sentido secundario.

 

14:5, 6 -- Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina. -- Compárese el ver. 3, "se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo" a pesar de la oposición fuerte de los judíos (ver. 2); sin embargo, aquí en el ver. 6, "huyeron". Esto concuerda con lo que Jesús dijo (Mat. 10:23). ¿Cómo sabrá el predicador cuándo debe quedarse y pelear por la verdad y cuándo deberá huir? Es necesario seguir predicando con denuedo si algo se logra, pero cuando se reconoce que es un "caso perdido" -- cuando ya no se logra nada bueno -- es mejor huir y predicar en otra parte. En cualquier momento Pablo podía hacer una lista de sus sufrimientos por el evangelio (Gál. 6:17; 2 Cor. 4:10; 11:23-27; Fil. 3:10; Col. 1:24), pero él no buscaba sufrimiento simplemente para poder jactarse de haber sufrido por Cristo.

 

14:7, 8 -- y allí predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. -- Hubiera sido completamente imposible que este hombre anduviera sin la intervención de Dios (es decir, sin un milagro). Este caso es semejante al caso de 3:1-11. Véase también 9:33. Obsérvense detalles semejantes entre los dos: cojo de nacimiento ( 3:2; 14:8); fijando en él los ojos (3:4; 14:9); el mandamiento de levantarse y andar (3:6; 14:10); y saltando y andando (3:8; 14:10).

 

14:9 -- Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos (3:4; 13:9), y viendo que tenía fe para ser sanado. -- La Biblia no enseña que el milagro de sanidad requería que el enfermo tuviera fe en Cristo. Es obvio en Hech. 3:2-5, 16 que la fe no estaba en el cojo sino en Pedro y Juan. Compárese Mat. 17:14-21, los que no tenían fe eran los apóstoles. Es cierto que la fe en el corazón del enfermo tuvo que ver con su sanidad (Mat. 9:21-29), pero no hay ejemplo alguno de que por falta de fe alguna persona no pudiera ser sanada.

 

14:10 -- dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo. -- El hombre anduvo para demostrar claramente que un milagro se había hecho. Nunca había andado, pues estaba "imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento".

 

14:11 -- Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. -- La gente reconoció que la sanidad del cojo era acto sobrenatural, e inmediatamente concluyó que Pablo y Bernabé eran dioses. Compárese Hech. 28:1-6.

          -- en lengua licaónica. -- Por eso, Pablo y Bernabé no entendieron lo que dijeron, pero sí entendieron sus hechos (ver. 13). Pablo podía hablar en muchas lenguas, pero recuérdese el propósito de las lenguas (1 Cor. 14:22). No se debe afirmar que este don se usaba para evangelizar.

 

14:12, 13 -- Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. -- Según la mitología griega, Júpiter (griego: Zeus) era el padre de los dioses que tomaban la forma de hombres para visitar la tierra. Mercurio (griego: Hermes) era el mensajero de Júpiter.

 

14:14 -- Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces. -- Protestaron con vigor. No aceptaron la adoración de la gente como lo hizo Herodes (12:22). De esta manera los judíos protestaron la supuesta blasfemia de Jesús (Mat. 26:65). Estaba bien establecida esta costumbre entre los judíos para expresar protesta y tristeza (Núm. 14:6; 1 Sam. 4:12; 2 Sam. 1 :2; 13:31; 15:32; Esdras 9:3-5; Isa. 36:22; Jer. 36:24; 41:5; Joel 2:13).

          Bernabé no era un "apóstol" ("enviado") de Cristo como lo eran los doce y Pablo, sino que fue enviado por el Espíritu Santo y la iglesia de Antioquía (13:2-4).

          -- rasgaron sus ropas, -- otra costumbre de los judíos para indicar santa indignación. Cuando sufrían persecución lo soportaban tranquilamente, pero cuando el Dios vivo fue deshonrado de esta manera, resistieron con toda su fuerza. ¿Qué fue el significado de este acto? Fue idolatría. Cuando los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia, nunca volvieron a practicar la idolatría, y la aborrecían. Cuando la gente de Listra comenzó a adorar a Bernabé y a Pablo, esto deshonraba a Dios y, por lo tanto, ofendía a estos hijos de Dios. No debemos ser indiferentes cuando Dios es deshonrado.

          ¿Qué dirían Pablo y Bernabé si pudieran ver el honor que algunos dan a sus huesos y a las imágenes que supuestamente los representan?

 

14:15 -- y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros. - No buscaban honra para sí mismos, sino solamente para Dios. Compárese Hech. 12:22; ¡qué lástima que Herodes no tuviera la misma actitud que los apóstoles! El mensaje de Bernabé y Pablo es semejante al sermón de Pablo en Atenas (17:21-32) y también a lo que Pablo escribe a los romanos (1:20-25).

          -- que os anunciamos que de estas vanidades. -- La palabra vanidad significa hueco, vacío, inútil, sin fuerza, falta de realidad, porque en los ídolos no hay realidad (1 Cor. 8:4, "sabemos que un ídolo nada es en el mundo"). El ídolo es una mentira, Rom. 1:25. Las imágenes inventadas por la Iglesia Católica Romana son vanidades. ¿Cómo pueden los que profesan seguir a Cristo leer estas palabras de Pablo y seguir practicando tales vanidades?

          -- os convirtáis al Dios vivo. -- Véase 1 Tes. 1:8-10 (compárese Sal. 115:5-8). Pablo dice a los de Listra que deben dejar los ídolos para servir al Dios vivo, y esto es precisamente lo que hicieron los de Tesalónica. A través del Antiguo Testamento Jehová se llama el Dios vivo. Esto no se puede decir de los ídolos, porque "tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos" (Sal. 115:5-8).

          -- que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. -- De esta manera demostró que El es el Dios vivo. ¡Qué contraste entre el Dios vivo y los dioses paganos!

          Hay otros dioses vanos que también son muy populares: Col. 3:5; Fil. 3:19, etc.

 

14:16 -- En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos. -- Dios sostenía una relación especial con el pueblo de Israel, y les dio una ley especial para restringirles y castigarles por sus rebeliones, pero no sostenía tal relación cercana con los gentiles para corregirles y castigarles. Algunos profetas fueron enviados a los gentiles: por ejemplo, Jonás y Nahum fueron enviados a Nínive, y Daniel profetizó a los babilonios. Pero Dios continuamente enviaba a los profetas a Israel. Pablo dijo a los atenienses (Hech. 17:30) que "Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan". Estas afirmaciones de Pablo simplemente significan que Dios no entregó una ley escrita a los gentiles como la ley de Moisés que fue dada exclusivamente para los israelitas, sino una ley que se transmitía de padres a hijos.

          Por eso, es importante aprender que estas afirmaciones de Pablo no significan que los gentiles estaban sin ley. El habla claramente de los pecados de los gentiles en Rom. 1, pero dice, "donde no hay ley, no se inculpa de pecado" (Rom. 5:13). Los gentiles eran pecadores; por eso, estaban bajo ley. Rom. 2:14, 15 explica la naturaleza de la ley que gobernaba a los gentiles. Aprendían esta ley y la tenían escrita en su conciencia. Ellos tenían "razonamientos" acerca de esta ley, y estos razonamientos les acusaban cuando no estaban sujetos a esta ley, y les defendían cuando estaban sujetos y obedientes a esta ley.

          Aunque los gentiles no recibieron una religión revelada, todos podían y pueden saber de Dios por medio de lo que ha creado (Rom. 1:20) y por medio de la ley escrita en sus corazones. Sin embargo, los gentiles eran relativamente ignorantes (Hech. 17:30) de los caminos de Dios, porque no recibieron leyes tan detalladas como las que fueron entregadas a Israel.

 

14:17 -- si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos (Mat. 5:45; Jer. 5:24; Sal. 147:8), llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. -- (Salmo 8; 19; 104; 148). ¡Aquí está la prueba de la existencia y poder del Dios vivo! Seguramente todos se gozan del alimento que Dios provee, aunque la mayoría no le da gracias. Dios no ha dejado a nadie sin testimonio y, por lo tanto, no ha dejado a nadie con excusa. Compárese Hech. 17:22-31.

          Cuando Pablo predicaba a los judíos, se refería a lo que Dios había hecho con su pueblo, se refería a la ley y los profetas, y luego a Jesús como Mesías (su vida, muerte y resurrección) por medio del cual recibimos el perdón de pecados, concluyendo con la explicación de que la salvación es para los gentiles también.

          Cuando predicaba a los gentiles, hablaba del poder creador de Dios, de la relación del hombre con su Creador, afirmaba que Dios ahora requiere el arrepentimiento de todos porque Dios juzgará a todos y que, por eso, necesitan del Salvador Cristo Jesús quien demostró por medio de su resurrección que puede salvarnos.

 

14:18 -- Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio. -- Estaban resueltos a ofrecerles sacrificios. Les gustaba mucho la idea de la visita de los dioses; tal cosa hubiera sido un honor y bendición para ellos. Por eso, no querían abandonar la idea. Sin duda la reacción de Pablo y Bernabé les dejó bien perplejos y listos para ser mal guiados por los judíos.

 

14:19 -- Entonces vinieron unos judíos de Antioquía (unos 215 kms.), y de Iconio (unos 65 kms.), que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. -- 2 Tim. 3:11. Saulo el perseguidor (8:3; 9:1, 2; Gál. 1:23) ha llegado a ser Pablo el perseguido (2 Tim. 4:17, 18;: 2 Cor. 1:8-10; 4:7-123; 7:5, 6; Fil. 2:27). Aquí vemos el fanatismo de los judíos y la inconstancia de los gentiles. ¡Qué cambio! De guirnaldas a piedras. Los judíos fueron movidos por su odio y celo para hacer un viaje muy largo para perseguir a estos hermanos sin causa. Los hombres perversos están dispuestos a hacer viajes largos y dedicar mucho tiempo y trabajar muy duro para llevar a cabo sus propósitos diabólicos. Estos demuestran más celo en oponerse al evangelio que muchos de los que profesan ser cristianos demuestran para promoverlo.

          ¿Cómo persuadirían a los gentiles a rechazar a Pablo y Bernabé? ¿Qué les contarían? Sin duda dijeron que la religión de los apóstoles era ilegal y que eran sediciosos y alborotadores, etc., que habían llegado a sus ciudades, y por haberse comportado mal los oficiales tuvieron que expulsarlos, que, por lo tanto, tuvieron que huir como ladrones y daba lástima que hubieran llegado aquí también a perturbar. En cuanto al milagro que hicieron, es probable que les acusaran de poseer espíritus inmundos y que tales actos eran puro engaño. Al oír tales acusaciones de los mismos paisanos de Pablo y Bernabé, los gentiles ingenuos, fáciles de impresionar y fluctuantes fueron convencidos de que deberían matarlos.

          Hech. 7:58 dice que los judíos echaron a Esteban "fuera de la ciudad" para apedrearle, pero Listra no era una "ciudad santa" y no había peligro de contaminar el templo de Júpiter; por eso, apedrearon a Pablo dentro de la ciudad y luego "le arrastraron fuera de la ciudad" como si fuera un animal, "pensando que estaba muerto". Pablo aprobó la decisión de los judíos de apedrear a Esteban, y ahora él mismo es apedreado.

          Pablo se refiere a este evento en su carta a los corintios (2 Cor. 11:25). Algunos opinan que posiblemente 2 Cor. 12:2-4 se refiera al mismo evento. Véase también 2 Tim. 3:10, 11. ¡He aquí el precio pagado por los apóstoles y otros para poder llevar el evangelio a todas las naciones!

         

14:20 -- Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. -- Posiblemente sepamos los nombres de algunos de estos discípulos (Hech. 16:1; 2 Tim. 1:3-5). No sabemos qué tanto tiempo Pablo se quedó "fuera de la ciudad" y Lucas no describe su condición física, pero ¡qué maravilla que Pablo tuviera la fuerza y que se atreviera a entrar otra vez en la ciudad! Si él entró inmediatamente en la ciudad, ¿por qué no volvieron a apedrearle? Desde luego, es muy posible que inmediatamente después de ver que Pablo estaba muerto (así pensaban), los judíos emprendieran su viaje de regreso, pensando que habían resuelto su problema con Pablo.

          Aunque Pablo y Bernabé salieron el día siguiente, en poco tiempo regresaron a Listra (ver. 21). El ver. 6 dice que huyeron, pero ahora no huyen, sino que vuelven a los lugares más peligrosos, porque era indispensable confirmar a los hermanos nuevos.

 

14:21 -- Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos. -- ¡Qué buena recompensa después de tanto sufrimiento!

          -- volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, -- porque la confirmación de las nuevas iglesias era más importante que la seguridad física de Pablo y Bernabé. Véase Hech. 20:24.

 

14:22 -- confirmando los ánimos de los discípulos. -- 15:32, 41. La palabra episterizo, confirmando, significa establecer, fortalecer, hacer firme (15:32, 41). Este verbo viene de sterizo, que también se traduce confirmar, 18:23, Rom. 1:11; 16:25; 1 Tes. 3:2, 13; 2 Tes. 2:17; 3:3). Es muy importante convertir a mucha gente, pero Pablo y sus compañeros nunca descuidaron la obra indispensable de fortalecer y confirmar a los nuevos hermanos. ¿Para qué ganar almas si no pensamos confirmarlas? La obediencia al evangelio es simplemente el principio de andar en el camino de Dios. Los nuevos miembros son los "tiernos", los recién nacidos. Son las ovejas tan buscadas por lobos rapaces.

          -- exhortándoles (11:23; 15:32; 16:40; 20:1, 2) a que permaneciesen en la fe. -- Aquí se hace referencia a la fe objetiva, el evangelio (Hech. 6:7; Gál. 3:25; Judas 3).

          -- y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. -- (1 Cor. 6:9, 10; 15:50; Gál. 5:21; 2 Tes. 1:4, 5). Pablo y Bernabé habían demostrado claramente cómo actuar en medio de tribulaciones. De esta manera habían dejado buenos ejemplos que seguir. Jesús explica en Mat. 7:13, 14 que el camino es angosto (difícil). Pedro dice, "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese" (1 Ped. 4:12). Sin duda los nuevos cristianos de Listra, Iconio y Antioquía habían hecho sacrificios grandes; es probable que ellos también fueron perseguidos. Pero "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Tim. 3:12). Muchas veces lazos familiares y sociales se rompen, se pierde el empleo, hay toda clase de calumnia que soportar, etc., y los que sufren tales cosas necesitan de mucho aliento. El cristiano no debe quejarse cuando sufre por Cristo, sino que debe entender que tales experiencias son normales para los cristianos. Dijo Jesús, "El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán" (Jn. 15:20). Pero recuérdese que con tales sufrimientos entramos en el reino celestial.

          ¿Cómo podían entrar nuevamente en estas ciudades y confirmar a los hermanos sin sufrir persecución? Lucas no explica. Posiblemente porque en esta visita su obra no era tan pública, sino que se concentraban en la obra de confirmar a los hermanos.

          Recuérdese lo que la Biblia dice acerca de los beneficios de tales tribulaciones: Rom. 5:3-5; 2 Cor. 12:8-10; Sant. 1:2-4, etc. Tales sufrimientos nos hacen más dependientes de Dios, más compasivos hacia otros que sufren (Heb. 2:18), y nos recuerdan que somos peregrinos y que "no puede el mundo ser mi hogar".

 

14:23 -- Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. -- Esto tuvo y tiene mucho que ver con la confirmación de nuevos cristianos, porque los ancianos cuidan de la congregación (como pastores cuidan de su rebaño), velando por sus almas (Hechos 20:28, 29; Heb. 13:17).

          ¿Cómo fue posible que tan pronto se escogieran ancianos en estas nuevas iglesias? ¿No prohíbe Pablo la selección de neófitos? Los judíos que asistían fielmente a las sinagogas -- mayormente los ancianos o principales y otros que participaban en la lectura de la ley y los profetas -- eran hombres maduros en las cosas de Dios. Al obedecer éstos al evangelio de Cristo, en poco tiempo podían ser escogidos para servir como ancianos y diáconos en las iglesias, porque reunían los requisitos nombrados por el Espíritu Santo en 1 Tim. 3 y Tito 1. La obra de los ancianos de la sinagoga era muy semejante a la obra de los ancianos de la iglesia. Desde luego tuvieron que aprender la diferencia, pero no se requería mucho tiempo para hacerlo.

          La expresión en cada iglesia indica la autonomía de cada congregación. Si cada iglesia tiene sus propios ancianos (obispos), entonces todas las iglesias son iguales, independientes y autónomas.

 

14:24 -26 -- Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia.  Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. -- Llevaron a cabo la obra que el Espíritu Santo les dio. Sin duda esta buena iglesia había perseverado en oración por Pablo y Bernabé desde el momento en que iniciaron este viaje (13:1-4).

 

14:27, 28 -- Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, -- Les contaban estos eventos y experiencias que hemos estudiado en los capítulos 13 y 14. Todas las experiencias de Pablo y Bernabé en este primer viaje de unos tres años se explicaban como las grandes cosas que Dios había hecho con ellos. Parece que el énfasis principal en su reporte era la presencia y dirección de Dios en toda la obra.

          -- y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. -- 11:18. Pablo emplea la figura de la puerta abierta en sus cartas (1 Cor. 16:9; 2 Cor. 2:12; Col. 4:3).

          -- Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

 

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