Explicaciones y Exhortaciones Finales

 

A. He aquí la enseñanza de Jesús según la doctrina falsa de Mel Rose:

1.   El que quiera divorciarse y casarse otra vez debe cometer fornicación. Jesús condena a cualquiera que repudie a su mujer no por fornicación (por ejemplo, solamente porque no se llevan bien, o porque ella quema las tortillas, o no quiere bañarse, o es llorona, o grita, etc.) pero como ella no es fornicaria (rehúsa tener relación íntima con otro hombre), y es repudiada por su marido, nadie puede casarse con ella. Ella no está casada, sino repudiada. Está sola pero no es "soltera". Pero si hubiera cometido fornicación para ser repudiada quedaría "soltera", y entonces podría casarse otra vez. ¿Quién no puede ver la ventaja de cometer fornicación para ser repudiada y luego estar libre para volver a casarse?

2.   Si esta mujer estuviera dispuesta a cometer fornicación, no habría problema en cuanto a segundas nupcias, porque en ese caso, su marido podría repudiarla y con eso disolver el matrimonio, pero como ella no es fornicaría, por lo tanto, tiene que vivir célibe porque no quiere cometer adulterio (fornicación).

3.   Si es repudiada por fornicación, según la doctrina de Mel, entonces se le permite casarse cuanto antes; no tiene que vivir célibe, porque es soltera y libre como una jovencita que nunca se había casado.

4.   Entonces, ¿qué debe hacer la mujer para poder casarse otra vez? Desde luego, debe cometer fornicación. Es su única esperanza. Amado lector, ¿cree usted que la enseñanza de Mel Rose es "sana doctrina"?

B. Jesús agrega que el que se casa con la repudiada adultera. ¿Por qué? ¿Por qué es tan terrible casarse con esta repudiada? Porque, según Mel, ésta no cometió fornicación. Si ella es repudiada por fornicación, entonces no será pecado que otro varón se case con ella. El caso es, según Mel, que el matrimonio de esta mujer no fue disuelto por causa de fornicación, sino solamente fue repudiada por no ser buena cocinera. Según esta doctrina falsa la fornicaria lleva toda la ventaja; ésta puede casarse otra vez, pero aquélla no.

C. Jesús tiene sólo sonrisas para el que se case con la fornicaria repudiada. El que se case con la que quemó las tortillas tiene un serio problema, pero el que se case con la fornicaria no tiene ningún problema, ni en este mundo ni en el venidero. Si alguno quiere casarse otra vez, entonces debe buscar alguna fornicaría para no tener ningún problema.

D.   Amado lector, la doctrina falsa de Mel Rose es un armamento carnal para derribar la enseñanza del Nuevo Testamento sobre el matrimonio, el divorcio y segundas nupcias. Por la dureza de corazón los judíos no querían el plan original de Dios. Existe ahora en la iglesia como también en el mundo sectario la misma resistencia contra este perfecto plan.

E.    Seamos francos. Si aun el fornicario repudiado puede vivir felizmente en segundas nupcias ¿quién no lo puede hacer? Sin lugar a dudas la fornicación es el ataque más vil y sucio contra el matrimonio, pero igualmente vil y sucia es la doctrina carnal presentada en este tratado de Mel Rose.

F.    Si el caso del fornicario repudiado se trata con tanta liviandad y si éste se recompensa con el privilegio de segundas nupcias, entonces es en extremo absurdo condenar otros divorcios. Si aun al fornicario repudiado se le permite casarse, ¿quien so lo prohíbe a aquel que simplemente se divorcia porque no se llevaba bien con su primera esposa?

G.   Dice Mel, "Nos asegura que hay una ocasión cuando el divorcio y segundas nupcias no conducen al adulterio, y esto es cuando el matrimonio ha sido disuelto por causa de fornicación" (p. 13,14). Vamos a ver:

-- El Sr. A se divorcia de su esposa, la Sra. B, no por fornicación sino por "cualquier causa" (por ejemplo, por problemas con los suegros).

-- Su esposa, la Sra. B, comete adulterio cuando se casa con el Sr. C, y su adulterio es fornicación (la fornicación incluye todo pecado sexual).

-- esta es, pues, la "ocasión" necesaria para que las segundas nupcias se justifiquen; es decir, (1) hubo divorcio, y (2) hubo fornicación.

-- por lo tanto, quedó disuelto el matrimonio anterior,

-- y el divorcio "ilícito" llegó a ser "lícito" porque ya la fornicación acompaña el divorcio.

-- por eso, el Sr. A queda libre para casarse con su querida, la Srta. D,

-- y también la Sra. B está bien en su segundo matrimonio con el Sr. C, porque fue repudiada por el Sr. A y se casó con el Sr. C, y al hacerlo cometió adulterio (que es fornicación) y estos dos actos disolvieron su matrimonio con el Sr. A.

-- de esa manera el Sr. A está bien con su nueva mujer,

-- y la Sra. B está bien con su nuevo esposo, el Sr. C,

-- y todos pueden vivir felices hasta la muerte o hasta que Cristo venga.

-- ¿Según quién? Según la doctrina de Mel Rose.

H. La verdad es que si se acepta la doctrina de Mel, entonces todos los casos de divorcio y segundas nupcias se pueden justificar. Mat. 19:9 enseña por implicación que el que repudie a su esposa por fornicación y se case otra vez no comete adulterio; por lo tanto, la cláusula de excepción ("salvo por causa de fornicación") autoriza al cónyuge inocente a casarse otra vez. Pero si tanto la esposa fornicaria como el marido inocente pueden casarse otra vez, entonces la cláusula de excepción no tiene sentido alguno.

1. La verdad es que el fornicario repudiado que se case otra vez peca simple y sencillamente porque el Señor no le autoriza a casarse otra vez. El fornicario repudiado queda excluido del derecho de casarse otra vez por la cláusula de excepción que permite que solamente el cónyuge inocente se case otra vez.

Mis amados hermanos, este tratado del hermano Mel Rose no enseña "La Verdad Sobre Mateo 19:9", sino uno de los errores más dañinos de esta época. Promueve el supuesto "derecho" del fornicario sin denunciar su pecado.

El hermano Mel dice que está repartiendo su tratado en México, en Centro América y en Sudamérica. Muchas almas serán engañadas, porque su doctrina es de pura conveniencia: ofrece consuelo a los que están mal en su matrimonio y no quieren separarse y vivir célibes, porque les dice que no tienen que separarse. También consuela a los parientes de éstos y aun consuela a muchos predicadores que no quieren predicar la verdad concerniente al tema del divorcio y segundas nupcias (2 Tim. 4:3, 4).

Pero hay un gran peligro de que muchas personas mueran en el pecado por causa de esta enseñanza presentada ahora oralmente y por escrito por varios hermanos y en años venideros será presentada por los que sean persuadidos por ellos.