Lecciones enseñadas en Romanos 14

 

          Somos libres de la esclavitud de las opiniones humanas.

          Se puede comer ciertos alimentos o abstenerse; se puede guardar ciertos días o no guardarlos. No importa.

          No son asuntos de “la fe” (Hech. 6:7; Gál. 3:25; Judas 3), sino asuntos de opinión (cosas ni mandadas ni prohibidas). Son convicciones no basadas en “la fe” sino en la opinión del hermano (14:5, 22).

          Los dos son aceptables: 14:3, Dios recibe a los dos; 14:6, cada uno practica su creencia para el Señor.

          14:14, Estas prácticas no son inmundas en sí mismas; 14:16, la práctica de ellas se llama “vuestro bien”.

          14:20, Todas las cosas (de este contexto) son limpias (no son prácticas pecaminosas).

          No le importa a Dios si uno come o no, si guarda días o no.

          Puesto que son cosas que ni se requieren ni se prohíben, lo importante es no contender sobre ellas, y uno no debe menospreciar ni juzgar al otro.

          No poner tropiezo (hacer caer), 14:13, 15, 19, 20, 21; un ejemplo de poner tropiezo sería insistir en que el hermano débil coma la carne de cerdo o que trabaje en día sábado. Esto sería tropiezo para él, porque al hacerlo viola su conciencia y esto es pecado (14:23). Véase 1 Cor. 8.

          Que la conciencia sea la guía en tales asuntos (14:5, 22, 23). El hermano débil no debe violar su conciencia.

 

 

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