Hermanos que usan mal Romanos 14

 

          Según la enseñanza del hermano Ed Harrell los hermanos fieles deben recibir a los que Cristo no recibe. ¿Quién cree que Cristo recibe a los adúlteros no arrepentidos? En esto el hermano está muy equivocado. Fue movido a escribir estos artículos por una experiencia personal y muy emocional. El amado y altamente respetado hermano Homer Hailey, quien había servido por años como vice-presidente del Florida College (Temple Terrace, Florida), maestro de Biblia y autor de algunas obras excelentes (comentarios sobre Isaías, Juan, Apocalipsis, etc. y otros libros de estudios) sacó un librito titulado The Divorced and Remarried Who Would Come to God, en el cual él argumenta que los que se han divorciado por cualquier causa y vuelto a casarse pueden venir a Dios sin separarse porque (según él) los del mundo no son responsables frente  la enseñanza del Nuevo Testamento sobre el matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias.

          Es increíble que este hermano tan apreciado y estimado, de tanta erudición mayormente en estudios del Antiguo Testamento, haya caído en este error. El y muchos otros hermanos cometen este error debido a su exagerada simpatía por las personas que han complicado su vida por divorciarse y volver a casarse sin autorización bíblica.

          Por su tremendo “amor” por el hermano Hailey, el hermano Harrell se engañó solo y torció las Escrituras (Romanos 14) para no perder la comunión con este amado hermano. Cometió el error de exaltar al hombre por encima de Cristo y la verdad. Esto ha sido desastroso para muchos hermanos, porque efectivamente abrió las compuertas para la introducción de una infinidad de errores en la iglesia. La enseñanza de este hermano llevará fruto por largos años. Sólo Dios sabe cuántos y cuáles errores se introducirán bajo la supuesta protección de Rom. 14. Es una verdadera tragedia.

          El hermano Bob Owen, ex-presidente de Florida College predicó un sermón titulado “Fellowship” (Comunión) en Temple Terrace, Florida, el 2 de septiembre de 1993, en el cual él admite que en Romanos 14 Pablo dice que no era pecado comer de todo o guardar días, pero a pesar de esto él aplica este capítulo al matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias; es decir, enseña que debemos tener comunión con los hermanos que enseñan y practican error sobre este tema. Sin embargo, es muy obvio que Romanos 14 no tiene nada que ver con el adulterio (Mateo 5:32; 19:9). El hermano afirma esto porque, según él, “hay diferencias entre predicadores del evangelio que son honrados, sinceros y dedicados” (como si esto fuera otro criterio para determinar lo que es la verdad),  pero también hay sectarios honrados, sinceros y dedicados. La sinceridad no tiene nada que ver con esta controversia. Saulo de Tarso era muy sincero cuando perseguía a los cristianos (Hech. 23:1), pero estaba muy equivocado en lo que hacía.

          El hermano Bob Owen se refiere a los hermanos que enseñan que ni por causa de fornicación se puede volver a casar, y dice que no hay división sobre esto, pero no hay división porque el que repudia a su cónyuge por fornicación no tiene que volver a casarse. Si no vuelve a casarse, no comete ningún pecado, o si vuelve a casarse tampoco comete pecado, pero Mat. 5:32; 19:9 habla del adulterio que seguramente es pecado. Para distinguir entre los asuntos de la fe y los asuntos que son opiniones, este es el punto clave: ¿está involucrado el pecado o no? En las prácticas tratadas en Rom. 14:3-5 (el comer alimentos, el guardar días) no hay pecado, pero Mat. 5:32; 19:9 sí trata de pecado (adulterio).

          El hermano Owen habla del fornicario que, en lugar de ser repudiado, él mismo toma la delantera y repudia a su cónyuge inocente, y el hermano afirma que algunos hermanos conservadores enseñan que este cónyuge inocente no puede volver a casarse, pero que no hay división sobre el tema. ¿Por qué no hay división sobre esta cuestión? Porque en realidad los que enseñan esto no insisten en que es pecado que el inocente vuelva a casarse y, por eso, no hay división. Si el cónyuge inocente que fue repudiado por el fornicario no vuelve a casarse, no peca, pero si vuelve a casarse tampoco peca. Es en extremo absurdo decir que tal persona inocente no puede repudiar al fornicario simplemente porque éste le ganó en ocupar abogado. No conviene jugar de esta manera con un tema tan sagrado.

          El punto clave es: si no hay pecado en la práctica, entonces es asunto de opinión y no asunto de “la fe” (algo mandado o prohibido).

          Dice el hermano Owen que hay muchos desacuerdos entre hermanos fieles con respecto a varios aspectos del matrimonio, el divorcio y nuevas nupcias (por ejemplo, ¿si el decreto de divorcio tiene que especificar “adulterio” como la causa del divorcio? etc.), pero son desacuerdos en cuanto a los detalles de aplicar fielmente la enseñanza de Jesús, que no se pueden comparar con el pecado claramente mencionado en Mat. 5:32; 19:9, a saber, el adulterio. Repito pues que Rom. 14 no tiene nada que ver con estos textos.

 

 

 

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