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Escoger un tema que enseñar
¿Al azar?
¿Coordinación de clases?
Demasiados vacíos en el conocimiento bíblico
Planificación necesaria
Haga elecciones sabias
De acuerdo al nivel de madurez
Deje que otros enseñen a leer
¿Cómo están organizadas las clases donde usted asiste a los servicios de adoración? ¿Quién escoge los temas a estudiar? ¿Quién selecciona los materiales a usar? ¿Se está considerando si a cada estudiante se le da una dieta bien balanceada de enseñanza bíblica? ¿Cómo se toman las decisiones acerca de la materia para las clases?
¿Escoger material al azar?
¿En algún momento ha participado en una conversación que suena de la siguiente manera?
“¿Vas a ir a la librería pronto? Si es así, por favor tráeme algún material para usar en mi sala de clases".
"Con todo gusto lo haré. ¿Qué tienes en mente?"
"O, no sé. Sólo tráeme algo que tu pienses que a los niños les puede gustar!"
Considere esta conversación. ¿Cómo puede la que hará la compra hacer una selección sabia? ¿Cómo puede la maestra usar efectivamente los materiales comprados? Note algunas omisiones evidentes:
l. La edad de los niños no fue mencionada. ¿De qué nivel de dificultad debe ser este material?
2. ¿Cuáles son las virtudes y las flaquezas del maestro? ¿Qué porción de la Biblia puede él enseñar más efectivamente? ¿Qué métodos son más apropiados para él?
3. ¿Cómo puede el maestro hacer alguna preparación adelantada del estudio cuando él no sabrá el tema a enseñar hasta que se le dé el material?
4. Lo peor de todo, las necesidades de los niños están siendo ignoradas. ¿Qué han estudiado recientemente esos niños? ¿Donde están los más grandes vacíos en su conocimiento? ¿Qué necesitan más en este momento en particular?
La selección de un tema a estudiar es demasiado importante para que sea seleccionado al azar.
¿Coordinación de clases?
Muchas congregaciones a través de la nación están despertando a la necesidad de mejorar la calidad de la enseñanza que se imparte, de modo que mayores esfuerzos se están haciendo para coordinar las clases. La idea es un paso gigantesco en la dirección correcta, y ha habido mejoramientos.
En un nivel práctico, sin embargo, posiblemente la idea no sea adecuada. Algún varón de la congregación puede llegar a preocuparse porque no hay ningún sistema en las clases. Podría ser que nadie sepa lo que está siendo enseñado en cada clase. El puede haber descubierto que los jóvenes están creciendo con más ignorancia que conocimiento, así que, este varón preocupado discute el asunto con los ancianos o con los otros en la junta de varones; ellos están de acuerdo que hay un problema serio, y ellos observan a su alrededor buscando a alguien que pueda encargarse de coordinar las clases. Ellos podrían seleccionar a un varón que tenga muchas cualidades positivas y que tenga buenas intenciones con respecto a su nueva tarea concerniente al programa de enseñanza, pero si ese varón nunca ha examinado sus propios objetivos y propósitos en cuanto a la enseñanza, podría ser que no tenga ninguno. Si él nunca ha estudiado con detenimiento acerca de los diferentes niveles de madurez, es posible que él no tenga la menor idea de lo que cada grupo puede y debe estar aprendiendo. El podría pensar que su tarea se termina cuando ha dado un vistazo a un catálogo de alguna librería de la “hermandad" y ha seleccionado una serie de cuadernos de trabajo que tiene un libro para cada edad desde la preescolar hasta los adultos.
El ha tenido éxito en “coordinar las clases”, pero ¿ha tenido éxito en mejorar la calidad de la enseñanza bíblica? Podría ser que él no haya logrado más que la congregación contenciosa que se reúne para discutir algún problema y decide pavimentar el parque de estacionamiento ¡para probar cuán activos son! E1 problema fundamental todavía no se ha identificado, mucho menos solucionado.
O, ¿qué de aquella congregación que decide estudiar un resumen de toda la Biblia en el período de un año y, sin embargo, usa maestros que nunca han leído su Biblia en su totalidad? ¿Compensará la selección de un buen tema el tener maestros ignorantes? ¿Vé usted ahora que las clases coordinadas son un paso en la dirección correcta, pero no la respuesta completa al problema?
Demasiados vacíos en el conocimiento bíblico
Dé una mirada a su alrededor. Supongamos que una prueba de sorpresa se repartiera el próximo domingo a cada persona presente en la congregación desde el tercer grado hasta el adulto de más edad. Supongamos que la prueba fuera compuesta de cien preguntas que abarcarían la historia de la Biblia, como por ejemplo: ¿Quién fue la esposa de Abraham? ¿Quién condujo al pueblo para conquistar la tierra de Canaán? ¿Qué profeta tuvo un encuentro con los falsos profetas en el Monte Carmelo? ¿Qué reino fue a la cautividad en Asiria? ¿Quién condujo al pueblo para reedificar las murallas de Jerusalén después que Nabucodonosor las destruyó? ¿Qué discípulo negó que conocía a Jesús?
¿Cuántos en la congregación pasarían la prueba? ¿Lo haría usted? Espero que su respuesta sería un sí categórico, y que la vasta mayoría del grupo obtendría una buena calificación. Eso no es la realidad en la mayoría de las congregaciones a través de la nación, y la mayoría de nosotros lo sabemos. E1 mismo hecho de que usted esté leyendo este libro probablemente significa que usted piensa que hay deficiencias en las clases que usted conoce.
¿Por qué existen estas deficiencias? ¿Por qué fallarían tantos ante una simple prueba sobre los hechos de la historia de la Biblia? Yo sostengo que hay dos razones básicas:
l. No estamos enseñando efectivamente.
2. Estamos dejando de lado grandes porciones de la Biblia.
En la mayoría de las congregaciones, para el tiempo en que nuestros hijos se gradúen de la escuela secundaria, o no se han enseñado casi nada de los hechos de la Biblia, o se han enseñado Mateo y Hechos. Si es un grupo “bien instruido", entonces se le añade a su dieta el libro de Génesis. Frecuentemente, a los jóvenes se les enseña el libro de los Hechos cada vez que un nuevo maestro entra a la sala de clases. Podría ser que un maestro creativo enseñe Proverbios. Otro podría escoger al azar un libro y enseñar 2 Corintios sin considerar en absoluto los antecedentes del libro o cómo se relaciona con los hechos históricos de la Biblia.
Imaginemos una clase "bien instruida" de jóvenes que han estudiado todos los libros anteriores: Mateo, Hechos, Génesis, Proverbios y 2 de Corintios. (Amigos, enfrentemos los hechos. ¡Es raro encontrar una clase de jóvenes que han estudiado este número de libros de la Biblia lo suficiente para resumir la información encontrada en ellos!) Eso es sólo cinco libros de la Biblia. ¿Qué de los otros 61 libros? Cuando Dios los incluyó en nuestra Biblia ¿sólo ocupó espacio?
Si nuestros jóvenes tienen grandes vacíos en su conocimiento, entonces tenemos un serio problema. ¡E1 tiempo se está acabando! Esos jóvenes ya casi son adultos. Pronto será el tiempo para que ellos tomen las riendas del liderazgo de la congregación. ¿Cómo pueden ellos gobernar sus propias vidas y las vidas de otros si no han sido cimentados en los hechos y principios de la palabra de Dios? ¿Cómo pueden ser buenos maestros para la siguiente generación si nunca han oído de las grandes obras de Dios? ¿Cómo pueden reconocer la próxima doctrina falsa que Satanás pueda enviar para arrastrar a los discípulos del Señor? De hecho, ¿cómo pueden salvar sus propias almas cuando nunca han sido enseñados el plan de Dios para la redención del hombre?
Mire a su alrededor. ¿Cuántos de los jóvenes que han crecido en los últimos veinte años en la congregación que usted asiste son fieles hoy? ¿Están muchos de ellos perdidos? Si es así, ¿estaría de acuerdo conmigo en que hay un enorme problema en alguna parte?
Se debe planear
Dijimos en el punto anterior que el coordinar clases no es lo único que se necesita para
que un programa de enseñanza sea efectivo, pero tomemos tiempo ahora para decir que sí se debe planear. Hemos dicho que se encuentran enormes vacíos en el conocimiento en la mayoría de las congregaciones, de modo que definitivamente algo debe hacerse para corregir la situación. Por eso, coordinen las clases, pero háganlo de la manera más juiciosa que sea posible.
Observe la situación como está ahora. Es muy difícil que cada maestro sepa exactamente qué materia se necesita más, si no se ha llevado un registro de lo que se ha enseñado y no se ha enseñado a esos estudiantes en particular. Si no hay planificación para todo el grupo, entonces es casi imposible estar seguro que hay una dieta bien balanceada para todos.
Pero todos los estudiantes no están en el mismo nivel. Hay una amplia variación en sus edades cronológicas y en su madurez espiritual; así que, no haga sus planes tan rígidos que no permitan las variaciones que se requieren en la materia. Por ejemplo, no ponga a los de tres años de edad en una clase del Apocalipsis simplemente porque es lo que nuestro plan coordinado dice que es tiempo de estudiar. No importa lo que el plan diga, los niños no están listos para estudiar el Apocalipsis. Considere todos los puntos que hacemos en esta lección acerca de la selección de la materia, y luego trabaje con empeño para hacer un plan flexible para enseñar a todos lo alumnos de todas las edades las secciones de la Escritura para las que estén preparados, teniendo cuidado de que todas las porciones se estudien en el tiempo apropiado.
Haga elecciones sabias
Si la selección del tema a ser enseñado se está haciendo en base a cada clase en particular, o para la congregación como conjunto, hay algunas preguntas muy importantes que deben responderse. ¿Qué necesitan estos jóvenes en particular en este momento en particular? ¿En qué punto están ellos en su madurez espiritual? ¿Qué tanto saben, y qué tanto faltan en su conocimiento? Recuerde que nuestra meta principal es ayudar a cada estudiante para que crezca a tal punto que pueda estudiar la Biblia por sí mismo, excavando las profundas riquezas por sí mismo.
Pregunte a los estudiantes y escuche con toda sinceridad sus respuestas. Preguntar qué quisieran estudiar no basta. Preguntar qué les gustaría, no es más sabio que preguntar a un niño si prefiere el helado o las vegetales para su almuerzo. E1 helado es sabroso, pero las verduras son necesarias para la buena nutrición. Del mismo modo, los estudios sobre cómo concertar buenas citas pueden interesar a los jóvenes, pero hay otros asuntos que urgentemente necesitan aprender sobre la autoridad de Dios y su palabra.
Pregunte a otros maestros ¿Qué se está enseñando? ¿Qué se está omitiendo? ¿Hace cuánto tiempo que estos alumnos estudian cada sección de la Biblia? El mero hecho de que un niño escuchó una historia cuando tuvo tres años de edad no significa que él la sabrá al ser adolescente.
¿Siempre han usado los niños simples cuadernos de trabajo que enfatizan la necesidad de compartir, de ser amables con los vecinos, y de asistir a los servicios de adoración? Si es así, ¡Arremangue su camisa y comience a trabajar! ¡Las almas de estos niños están por perderse! Han sido alimentadas con mamadera espiritual por tanto tiempo que están muriéndose de hambre! ¡Se les ha dado mera sicología, no la Biblia! Deles historias bíblicas. Deles hechos. ¡Deles información sobre la cual puedan construir la fe! Recuerde que la fe viene por el oír la palabra de Dios (Rom. 10:17), y que sin fe es imposible agradar a Dios (Heb. 11:6), ya sea un hijo mío o algún nativo en lo más remoto de la jungla de algún lugar. Es tiempo de enseñar a nuestros jóvenes lo que la Biblia dice.
¿Han estudiado estos niños sólo un poco de las historias bíblicas en cierto orden simple y prescrito, tal como: la creación, e1 diluvio, el ofrecimiento de Isaac, e1 niño Moisés, David y el gigante, la conversión de Pablo y luego comenzar todo de nuevo con las mismas historias? Si es así, hay enormes vacíos en el conocimiento de ellos. Probablemente ellos piensan que la Biblia es terriblemente aburrida y sin relación a los problemas de hoy. Recuerde que toda la Biblia es de aplicación práctica. Si omitimos una sección, entonces omitimos una sección que Dios pensó que era importante para nosotros. Indague un poco. ¿Cuáles son los peores vacíos? ¿Hay alguna sección de la historia totalmente en blanco? Si es así, trabaje en esa sección. Estudie la sección completamente por sí mismo y enséñela, enséñela, enséñela.
Tal vez la clase que actualmente usted tiene esté bien instruida. Tal vez ellos tengan un buen conocimiento de los hechos. ¿Saben ellos cómo las historias se acomodan en un todo hermoso? Tal vez un resumen de toda la historia sería la mejor ayuda de todas.
Más difícil para el maestro
¿Vé usted que este método de escoger un tema que enseñar presume que aquel que planifica el programa de estudio tiene buen conocimiento de la Biblia? ¿Cómo puede un maestro hacer preguntas sobre una porción de la Biblia que nunca ha leído? ¿Cómo puede usted presentar un resumen de la historia bíblica si usted nunca ha descubierto que es una sola historia?
Podría ser que el conocimiento que usted adquirió al ir creciendo sea producto de clases muy deficientes. Si es así, es desafortunado porque eso significa que usted debe trabajar arduamente para superar su ignorancia. Pero eso nos lleva de vuelta a la razón fundamental de por qué este libro fue escrito. E1 propósito principal de este libro es suplicar a los maestros bien intencionados que vuelvan a la enseñanza básica de la Biblia, que dejen las obras superficiales "acerca de" la Biblia, y que vuelvan a enseñar la historia bíblica misma. Estamos diciendo que es tiempo de que volvamos a aprender y a enseñar lo que la Biblia dice.
Observe que dije que usted debe trabajar con más empeño para superar su ignorancia. No sugerí que se diera por vencido y pretendiera que la tarea ante usted es demasiado difícil. Faltar a su deber con respecto a la nueva generación no es el medio de compensar el hecho de que otros faltaron a su deber con respecto a la generación de usted. ¡Los fracasos deben cesar alguna vez!
Suponga que usted descubre que la sección que los niños necesitan más, es precisamente la sección que usted sabe menos. Tómelo como una bendición para usted. Ahora algo le aguijará para que haga el estudio que ha descuidado. Ponga manos a la obra y trabaje duro; quémese las pestañas. Es verdad que la primera vez no hará el mejor trabajo al enseñar esta porción, pero haga el mejor trabajo que usted sea capaz de hacer. Los niños son notablemente pacientes con los adultos. Si usted les dice que están aprendiendo juntos, ellos se gozarán por el conocimiento que acaba de adquirir, y trabajarán muy duro tanto al ayudarle a usted a aprender, como al aprender ellos mismos.
Después de haberlo enseñado esta vez, no deje que su conocimiento recientemente adquirido se pierda. Busque una oportunidad para enseñar la misma sección por segunda vez. Quémese las pestañas otra vez. Aprenda todos esos puntos que no tuvo tiempo de aprender la primera vez que la estudió. Pronto usted será un experto en esa porción de la Biblia que tan recientemente fuera un espacio en blanco en su mente.
Enseñe de acuerdo al nivel de madurez
Este punto es tan importante como todos los otros que hemos tratado de hacer en la lección. Recuerde que el nivel de madurez en nuestras clases bíblicas puede ser basado en el nivel de edad de los estudiantes que tenemos, o puede ser basado en el nivel de su desarrollo espiritual. Recuerde que los principiantes en el proceso de enseñanza necesitan lo básico, si tienen dos años de edad o cincuenta años. Por supuesto, un principiante adulto puede comprender un vocabulario diferente y comprender el material más rápidamente que un infante, pero no olvide que é1 es todavía un infante en el conocimiento y necesita la leche espiritual para crecer por ella (l Pedro 2:2) pero vendrá el tiempo cuando debemos avanzar al alimento sólido. E1 escritor de Hebreos reprendió a aquellos que habían tenido tiempo para ser maestros y estaban aún en el nivel de infantes que necesitan la leche en lugar del alimento sólido (Hebreos 5:11‑14). No permanezcamos siendo infantes demasiado tiempo, pero no olvidemos enseñar a aquellos que aún están en esa categoría.
Los niños necesitan historias, no un análisis versículo por versículo de un pasaje, un estudio de palabras o un estudio temático. E1 niño no puede tomar un capitulo de la Biblia y ponerlo en forma de historia. Esa es la tarea de usted. Aplique principios encontrados en la historia a sus vidas, pero hágalo narrando los ejemplos bíblicos en lugar de repetir dichos triviales.
Como una regla básica, los niños no están listos para las epístolas antes de que estén al menos en la adolescencia. Las epístolas fueron escritas para enseñar a los más grandes cómo deben vivir como miembros del reino de Dios. Por lo tanto, su mensaje no está al nivel de los niños sino al nivel de los más grandes. Aun los adolescentes y los adultos necesitan comprender todo el plan de Dios para la redención del hombre antes de que puedan comprender por qué deben seguir los principios señalados en las epístolas.
Aun los adultos necesitan un resumen de un pasaje antes de que se profundicen en el estudio de una palabra. Las epístolas son cartas. La lección de toda la carta debe enfatizarse, con sólo suficientes palabras definidas para ayudarnos a comprender la lección que el escritor estaba tratando de enseñar. Enseñe frases enteras, párrafos enteros, pensamientos enteros. Con mucha frecuencia “analizamos” muy al extremo cada parte de un pasaje en una clase de adultos.
Aun las clases de adultos necesitan que la historia se presente como historia, en forma narrativa. Toda la historia está compuesta de la narración de eventos en las vidas de la gente. Podemos aprender mejor las lecciones de cualquier forma de historia cuando aprendemos primero los relatos de los eventos.
A veces una clase no está lista para que el peor vacío en su conocimiento sea llenado. Déjeme ilustrarlo. Una prueba de conocimiento de una escuela puede demostrar que un estudiante está totalmente carente en su conocimiento de cálculo. Si el estudiante quiere ser un ingeniero, el debe aprender cálculo, pero la misma prueba puede también demostrar que su comprensión del álgebra es muy vaga e incierta. No sería nada juicioso poner a ese estudiante en una clase de cálculo. Primero el debe poner el fundamento que es el álgebra, antes de que pueda tener éxito al aprender cálculo.
Del mismo modo, el peor vacío en el conocimiento bíblico puede estar en los profetas del Antiguo Testamento, pero si el estudiante tiene sólo un vago conocimiento superficial de los hechos sobre el reino dividido, él no podrá comprender el mensaje de los profetas. Tal vez la mejor solución sería estudiar la historia del reino dividido, acomodando una introducción y resumen de cada libro de los profetas en su lugar histórico apropiado. De esta manera un fundamento de la historia habría sido puesto, con una suficiente introducción a los profetas para prepararlo para un estudio detallado después. Nadie está listo para los profetas, o el libro de Apocalipsis, antes de tener un completo conocimiento de la historia bíblica.
Por lo tanto, como maestros en particular, o como un grupo, planifiquen su bosquejo programado de enseñanza para tomar en cuenta todas esas variaciones de los niveles. Planeen para que los niños preescolares y los de la enseñanza primaria no salgan de los libros de la historia. Los niños más pequeños no pueden comprender algunas narraciones de la historia, pero aun ellos pronto pueden comenzar a aprender las historias en orden cronológico, viendo cómo se complementan todas en un todo hermoso. Cuando ellos lleguen a la edad escolar, los niños pueden aprender todas las historias de acción de la Biblia, y estamos robándoles su herencia si no les enseñamos todas las historias. Todavía no están listos para los libros de poesía, los mensajes de los profetas o las epístolas, pero hay suficiente historia en la Biblia para llenar sus corazones con un amor profundo y permanente por Jehová. Para cuando empiecen la secundaria, los jóvenes todavía necesitan que se les recuerden de las narraciones de la historia sagrada, pero ahora pueden comprender una introducción a los libros de poesía y el mensaje de los profetas, mientras les mostramos cómo estos libros encajan en la estructura histórica. Pueden comprender cómo las epístolas caben en la estructura histórica del Nuevo Testamento, y pueden comprender el mensaje general que el escritor daba, pero todavía no están preparados para estudios detallados de cada versículo.
Si este tipo de fundamento es cabalmente puesto durante los años de crecimiento, entonces los adultos están listos para estudios más profundos de los libros más difíciles, o de los temas más profundos que necesitan ser examinados. Pero recuerde, si este fundamento falta en alguno de los adultos, entonces debe ser puesto antes de que los temas más profundos puedan ser comprendidos correctamente.
Según este tipo de planificación y coordinación de las clases, toda clase no estará estudiando necesariamente el mismo tema cierto domingo. Eso es lógico, sin embargo, porque la gente presente en un domingo en particular cabe en tantos niveles de su desarrollo. Ignorar esos niveles, es ignorar uno de los conceptos básicos en toda la enseñanza. No pensamos que los de primer grado en la escuela estarán estudiando exactamente las mismas cosas que los del último grado. Ellos están en diferentes niveles y, por lo tanto, necesitan diferentes temas. Sin embargo, cualquier buen sistema de escuela planea todo su programa de estudio para proveer que todos los temas necesarios sean cubiertos en el tiempo indicado para el desarrollo del niño. Usemos el mismo tipo de sabiduría al planificar el programa de estudio para nuestras clases bíblicas.
¿Si me proporcionan material para enseñar?
A menudo al maestro se le entrega un cuaderno de trabajo y se le dice que este es el material que ha de enseñar este trimestre. Si usted se encuentra en esa situación, analícela cuidadosamente. ¿Están tratando los hermanos encargados de mejorar la enseñanza bíblica? ¿Han hecho una cuidadosa indagación e investigación para ver lo que cada grupo necesita? Si es así, trate de hacer el papel que le fue asignado lo mejor que pueda según su habilidad. Vea que los niños dejen su clase con una comprensión completa y rica de la porción de la Biblia que ha sido estudiada, aun si los cuadernos de trabajo fueran algo deficientes.
Hoy en día hay una nueva tendencia en las congregaciones, que todas las clases estudien el mismo tema al mismo tiempo. Si el material es seleccionado sabiamente, el plan puede ser bueno porque toda la familia puede discutir las cosas que están aprendiendo. Sin embargo, muy a menudo no es adecuado el mismo material para todas las edades y los más pequeños se quedan otra vez con enseñanzas triviales. Por ejemplo, un estudio del hogar como Dios lo ha diseñado, es un estudio provechoso para jóvenes maduros y adultos, pero un niño de cinco años de edad no puede detener un inminente divorcio ni puede impedir que se le deje con una niñera descuidada.
Muchos temas pueden ser adaptados a grupos de la edad que sea. Suponga que se le dé la tarea de enseñar el papel de los padres a un grupo de niños de cinco años de edad. Escoja historias bíblicas que ilustran los buenos padres y los malos padres. Explique cómo el favoritismo de Isaac y Rebeca por sus hijos los condujo al engaño y amenaza de muerte (Gén. 27). Diga cómo el fracaso de Elí al no disciplinar a sus hijos trajo dolor en Israel (l Sam. 3,4). Amplíe la tarea que le ha sido asignada.
A usted le podrían dar un material completamente inútil. Mencionamos al hermano bien intencionado que pensaba que había coordinado las clases bíblicas porque dio una ojeada a un catálogo de la "hermandad" y seleccionó una serie de cuadernos de trabajo. Si los libros no han sido abiertos, rehúselos cortésmente y envíelos de vuelta a la librería. Y si ya han sido comenzados, ¡Bótelos! Es mucho mejor perder un paquete de libros que perder el valioso tiempo que usted tiene con los niños. Ya es demasiado poco el tiempo para enseñarles lo que ellos necesitan conocer.
Una palabra de advertencia, sin embargo. La mujer no tiene derecho de tomar las decisiones en una congregación. Ella sí tiene el derecho, sin embargo, de expresarse cortésmente a los ancianos o algún hermano que esté en la posición de ayudar. Antes de llevar el asunto a los hermanos encargados, piense en la situación cuidadosamente. ¿Por qué a usted no le gusta el tema asignado o el material asignado? Prepárese. Diga por qué piensa que el material no es apropiado. Diga lo que a usted le gustaría enseñar. Diga por qué piensa que su sugerencia sería para mejorar. Si sus argumentos son válidos, por lo general los hermanos encargados están dispuestos a cooperar.
Deje que otra persona enseñe a leer
Hay muchas cosas que los niños necesitan conocer que usted no tiene suficiente tiempo para enseñar en una clase bíblica. Cada niño debe aprender a tomar su parte en las tareas del mundo que le rodea. El debe aprender cómo relacionarse con las personas que le rodean: sus padres, sus compañeros de juego, sus maestros, y otros. El debe aprender a leer y escribir y él debe aprender las habilidades necesarias para ganarse la vida y sostener su propia familia algún día.
Todas estas habilidades son importantes, pero ¿se da usted cuenta de que cada una de estas habilidades se relacionan con la vida en esta tierra? A usted se le ha dado la tarea de ayudar al niño a aprender cómo prepararse para la vida eterna, la lección más importante de todas. Sin embargo, se le ha dado a usted sólo 30 minutos por semana para cumplir su enorme tarea. Aun bajo las mejores circunstancias su tiempo es demasiado limitado para cumplir la tarea que tiene por delante. Por lo tanto, usted no tiene tiempo para ayudar a enseñar estas habilidades seculares que son de menor importancia. Deje que los padres enseñen al niño las habilidades básicas de la vida. Que los maestros de escuela enseñen las habilidades educacionales y vocacionales necesarias. Maestros de escuela son pagados para hacerlo, y se les da 30 horas por semana para hacerlo, más las horas extras a las tareas que así lo requieren, en contraste con la pequeña media hora que usted tiene cada semana.
Por lo tanto, no tome parte de su precioso tiempo para enseñar a leer y escribir. Puede ser que usted no se dé cuenta de que está trabajando en la sala de clases para mejorar las habilidades para leer y escribir, pero esa es la razón por qué se requiere tanto tiempo para usar un cuaderno de trabajo en un nivel bajo como lo es el tercer grado. Cuando usted pide a un principiante del primer grado que escriba el nombre de la madre de Jesús, él no solo tiene que pensar del nombre María (lo cual es la respuesta correcta que usted necesita) él tiene que pensar también cómo escribir la palabra, luego él debe pensar como hacer la letra M, y luego seguir el proceso difícil de hacerla. Un niño debe estar al menos en el segundo grado antes de que sea eficiente en su habilidad para leer y escribir para poder usarlas como herramientas para aprender otros temas.
Busque actividades orales o visuales para las edades inferiores. Deje que todo lo escrito sea palabras que usted haya escrito en el pizarrón o cartelón. Un niño puede comenzar a comprender la palabra escrita antes de que la pueda manejar solo. El puede recordar que el nombre que usted ha escrito en el pizarrón es Abraham o que el nombre en un lugar en particular en un mapa es Génesis mucho antes de que él pudiera leer tal palabra por sí mismo en un cuaderno de trabajo.
De la misma manera, puede sacar una lección importante sobre cómo los hermanos deben comportarse entre sí mientras narra la historia de Jacob y Esaú. Ese sería uno de los puntos que enseñaría ese día, pero entienda que la lección sobre el amor fraternal es sólo una de las muchas lecciones que se pueden sacar de la historia de Jacob. Al continuar con la historia bíblica enseñe cada lección práctica que pueda, pero recuerde que su principal objetivo es presentar las grandes obras de Dios. Las lecciones incidentales que enseña sobre el compartir solamente están reforzando las lecciones que día a día los padres y maestros ya están enseñando las 24 horas del día.
Este punto en particular, que nosotros como maestros de la Biblia no tenemos tiempo para enseñar todas las habilidades que un niño debe aprender, es una de las razones por las cuales decidimos escribir este libro de entrenamiento para maestros. Tenemos temor que el énfasis en las clases bíblicas esté siendo dirigido en la dirección equivocada. Por todos lados, vemos a nuestros amigos denominacionales que han olvidado por qué ellos se reúnen a adorar. Ya hemos hecho el punto en el capítulo tres que todo el énfasis en nuestro mundo religioso se ha desviado a un evangelio social. Grupos religiosos gastan fortunas para cuidar a los hambrientos, para limpiar los ghettos, o para entretener a nuestra juventud. Casi no hay énfasis en el preparar para la eternidad, porque los seminarios religiosos en nuestros días están produciendo predicadores que no creen en la eternidad. Este desvío del énfasis en la religión es el resultado directo de la pérdida de la fe en Dios y la fe en la Biblia como Su palabra.
Como también dijimos en el capítulo tres, nosotros en la iglesia somos afectados por lo que vemos alrededor de nosotros. Comenzamos con fe en Dios, y queremos transmitir nuestra fe a nuestros hijos, de modo que establecemos clases para enseñarles. Pero la mayoría de nosotros no somos pedagogos entrenados, y vivimos en una sociedad que insiste en especialistas. Tenemos miedo de simplemente comenzar a hablar a nuestros niños de nuestro conocimiento de Dios; por lo tanto, miramos alrededor nuestro buscando materiales que nos ayuden a enseñar. Vemos hermosos cuadernos de trabajo con dibujos de colores brillantes y actividades divertidas. Los cuadernos dicen que eso es lo correcto para los niños de tal edad. Tenemos temor de discutir con los expertos, y compramos los libros. Los niños se divierten haciendo las actividades; les gustan las clases; y todos están felices. Pensamos que les hemos transmitido nuestra fe en Dios. ¿Pero lo hemos hecho? La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios (Rom. l0:l7). ¿Hemos olvidado nuestra fuente? La Biblia es nuestro texto. El niño pequeño no puede ir a la Biblia directamente, ¡pero el maestro si! Yo no le he transmitido mi fe en Dios a mi hijo hasta que yo le haya dicho quien es Dios, específicamente lo que El ha hecho por la humanidad a través de todas las edades, y lo que El requiere de esta generación. Esta información no se encuentra en la mayor parte de la literatura en las librerías de nuestros días.
¡Ojalá hubiera maestros dispuestos a trabajar arduamente! ¡Ojalá hubiera maestros con sus prioridades en lo correcto! y ¡Ojalá hubiera padres y líderes de las congregaciones que animaran a tales maestros!
Resumen
Recuerde que la selección de la materia es una de las partes más importantes de la buena enseñanza. Mantenga en primer lugar en su propia mente la historia bíblica de principio a fin. Sepa a dónde usted se dirige con su clase. Ayude a sus estudiantes a ver cómo la porción que ellos están aprendiendo encaja en el plan de Dios para la redención del hombre, de principio a fin.
Encuentre la parte más deficiente del conocimiento del niño y llene los vacíos. No sobrestime el conocimiento que los estudiantes tengan, porque la ignorancia prevalece, pero no subestime su habilidad para aprender. Nos conformamos con demasiado poco. Recuerde que cualquier niño, para cuando esté en el sexto grado, debe ser capaz de responder preguntas sobre los hechos de cualquier historia bíblica, incluyendo la del reino dividido. Aun los preescolares pueden aprender la mayoría de las historias de la Biblia. Si los jóvenes donde usted asiste no pueden responder tales preguntas, entonces los padres y los maestros están fallando. No hay manera de evitar esa conclusión. Estamos criando una generación que no conoce al Señor (vea Jueces 2:l0).
¿Ha observado usted los libros de texto de su hijo últimamente? ¿Cuán voluminosos son y cuántos tiene para el trabajo de la escuela este año? Creemos que los niños pueden estudiar y aprender gran cantidad de conocimientos en la escuela, y luego tenemos temor de requerir poquito trabajo en la iglesia. Tememos que sería demasiado difícil que los niños aprendan los doce hijos de Jacob y una lista un poco diferente de las doce tribus. ¿Por qué es demasiado difícil aprender la Biblia y no es demasiado difícil aprender alguna materia secular en la escuela? Nos estamos engañando solos.
Recuerde su meta. Usted está tratando de ayudar a cada persona con la cual se pone en contacto para que alcance el cielo. A1 hacerlo así, usted también le ayudará a aprender a vivir a su máximo potencial posible en esta tierra. El mismo Dios que nos dio reglas por las cuales podemos ser salvos del pecado, nos hizo, y E1 sabe cómo podemos ser lo más felices aquí. Pero la vida en esta tierra es de menor importancia en los pocos minutos que cada semana están apartados específicamente para el estudio de la palabra de Dios. Nunca olvide su meta. Usted no es una niñera para aligerar la carga a los padres por un rato. Tampoco es usted el director de entretenimiento por una hora.
Su mira es edificar buenos estudiantes. No está simplemente enseñando un tema en particular para que éste le sea repetido una y otra vez como lo harían los loros, al estilo preguntas-respuestas. Usted está tratando de tomar estudiantes inmaduros y ayudarlos a crecer para ser estudiantes maduros que puedan estudiar sus Biblias por sí mismos, y ahondar profundamente en las riquezas que Dios ha provisto para toda la humanidad en su palabra.
Tarea para desarrollar:
l. ¿Qué está estudiando usted en la clase que enseña?
2. ¿Cómo se escogió el tema?
3. ¿Cómo se relaciona con las otras clases que se están enseñando al mismo tiempo?.
4. ¿Qué se está enseñando en cada clase en el edificio de la iglesia?
Sea específico.
5. ¿Se está haciendo algún esfuerzo para ver que a cada persona se le esté dando una dieta bien balanceada de enseñanza de la Biblia? Si es así, ¿cuál? Sea específico.
6. ¿De qué maneras podría la selección de los temas ser mejoradas en su clase? ¿En la congregación? Sea específico.
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