El Profeta Jeremías

(El Libro de Jeremías)

Jeremías es el más histórico de los libros proféticos. No sólo está lleno su libro de notas históricas, el mensaje mismo está completamente entrecruzado con la historia del país. Por tanto, debemos prestar mas atención a Jeremías que hemos prestado a los otros libros proféticos. Estamos dando un breve bosquejo de todo el libro, luego resumiremos aquí los primeros veinte capítulos. El resto de Jeremías será tratado dentro de su contexto histórico.

De Nuevo — Una Advertencia:

Un poco antes del resumen del libro de Isaías, hicimos la advertencia de ser cuidadoso de no perder  la perspectiva en el estudio. Este es un estudio de la historia del reino dividido. Israel ha caído, y ahora Judá está por caer. Uno no puede entender la historia en verdad sin comprender los mensajes que los profetas estaban trayendo de Dios, y uno no puede entender  a  los  profetas  sin

Judá Sólo

conocer las condiciones del pueblo alrededor. ¡Pero interrumpir es estudio aquí para hacer un estudio detallado de alguno de los profetas, le haría perder de vista el hilo primario de su estudio! Utilice esta introducción al libro de Jeremías como un fundamento, una estructura, para efectuar un posterior y detallado estudio del libro. Es el cuadro global de la historia de la Biblia lo que hemos perdido demasiadas veces en nuestras clases Bíblicas.

El Profeta mismo:

Jeremías era un sacerdote, el hijo de Hilcías. Hay un sacerdote llamado Hilcías quien jugó un papel prominente en la historia de Josías, probablemente como el Sumo Sacerdote de sus días. Casi con certeza, Jeremías es su hijo, aunque no podría ser probado de manera definitiva. Su hogar era Anatot, unas cuantas millas al noreste de Jerusalén.

La personalidad de Jeremías surge brillando desde sus escritos. Era en verdad un hombre recto que se preocupaba profundamente por los caminos de su Dios, y por el bienestar de su pueblo. Era un hombre de gran sensibilidad, muy manso, pero poseedor de una gran valentía.

A Jeremías le fue dada la que quizá fue una de las más difíciles tareas que alguno pudiese tener. Cuando su nación estaba siendo pisoteada bajo el pie de Babilonia, su tarea era decir al pueblo: «No resistáis a los caldeos; no podéis triunfar. Jehová os dice que os detengáis y os sometáis al rey de Babilonia.» Tenía que predicar un mensaje que le hacía aparecer como un traidor a su pueblo. Que él estuviese en lo cierto no significaba nada a los malvados de Judá, y ofrecía poco consuelo a Jeremías.

Esté alerta al uso intercambiable de los nombres «caldeos» y «babilonios». Ambos nombres se refieren al mismo reino, al mismo pueblo.

Bosquejo de Jeremías:

I.  Profecías con respecto a Judá y el reino de Dios (capítulos 1-45):

A. El llamado del profeta (capítulo 1)

B. Condenación de Judá y Jerusalén (capítulos 2-29)

1. Discursos y visiones con respecto a Judá y Jerusalén (capítulos 2-20)

2. Acusaciones contra los gobernantes (capítulos 21-24)

3. Descripción de la sentencia (capítulos 25-29)

C. Promesa de la restauración (capítulos 30-33)

D. Castigo Infligido (capítulos 34-35)

1. Ultimo año del reino (capítulos 34-38)

2. Destrucción de Jerusalén (capítulo 39)

3. El desdichado remanente (40-45)

II. Juicio contra las naciones (capítulos 46-51)

A. Egipto (capítulo 46)

B.  Filistia (capítulo 47)

C. Moab (capítulo 48)

D. Amón (49:1-6)

E. Edom (49:7-22)}

F. Damasco (49:23-27)

G. Cedar y Hazor (49:28-33)

H. Elam (49:34-39)

I. Babilonia (capítulos 50-51)

III. Cautiverio de Judá (capítulo 52)

 


Judá Sólo

Resumen de Jeremías 1-20

El Llamado del profeta (capítulo 1):

Jehová llamó a Jeremías a predicar en el decimotercer año del rey Josías. Dios continuó hablando mediante el profeta hasta que Jerusalén fue llevado en cautiverio, un período de casi cuarenta años. Antes de que naciera Jeremías, Dios planificó una tarea especial para él: «Te di por profeta a las naciones.»

Jeremías dijo: «No sé hablar, porque soy niño.»

El Señor replicó: « No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte.»

El Señor extendió su mano y tocó la boca de Jeremías, y dijo: « He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.»

El Señor preguntó a Jeremías: «¿Qué ves?»

Jeremías respondió: «veo una vara de almendro (un shaked, se pronuncia sha qued).»

Haciendo un juego de palabras, el Señor dijo: «Bien has visto; porque yo apresuro (shoked, una palabra distinta que se pronuncia Sha qued) mi palabra para ponerla por obra.»

La segunda vez el Señor dijo: «¿Qué ves Jeremías?»

Esta vez Jeremías vio una olla que hervía, y su faz está hacia el norte. Jehová dijo: «Del norte se soltará el mal sobre la tierra de Judá y la ciudad de Jerusalén, porque me dejaron e incensaron a dioses extraños.»

Dios dijo a Jeremías: «No temas cuando el pueblo se te oponga, porque yo estaré contigo.»

Israel Dejó a Dios, Como una Novia a Su Esposo (2:1-3:5):

El Señor dijo: «Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí.»

Jehová quiere saber: « ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí?» Después de todo lo que Dios hizo por Israel en aquellos días, no le buscaron y recurrieron a los ídolos.

Por tanto, El Señor contenderá con Su pueblo. Él dice: «Mirad en derredor desde el desierto a las islas lejana del mar; ¿alguna nación ha cambiado alguna vez sus dioses? Pero mi pueblo ha hecho dos males: Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua (ídolos).» El Señor dice: «¿Sabéis porque todos buscan hacerte el mal? Lo habéis buscado vosotros mismos al abandonarme. Tus reyes, tus sacerdotes y profetas han traído vergüenza sobre vosotros; dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado.»

Judá había persistido en buscar ayuda de Egipto y en negociar con Asiria. Pero no hay ayuda para ellos mientras permanezcan contaminados y en pecado.

Aunque una mujer se aleje de un hombre, aquella que ha tenido otros amantes, no puede volver a su esposo (Deut. 24:1-4), aun así Dios ofrece recibir de nuevo a Israel. Le exhorta a regresar pero ella tiene la «frente de una prostituta.» Israel ha hecho sus elecciones.

La Conducta de Judá, Peor que la de Israel (3:6-4:2):

En los días de Josías, Dios dijo a Jeremías que observase lo que pasó a Israel: «Se ha prostituido, y Yo esperaba que volviese a mí, más no lo hizo. La despedí y le di carta de repudio. La rebelde Judá vio lo que pasó, fue y se hizo peor que Israel.»

El Señor llamó a Judá para que volviese. Les dijo que les daría pastores que la guiasen bien. Jerusalén sería llamado el trono de Jehová. Judá caminaría con Israel desde el norte, y regresaría a la tierra que Dios le dio a sus padres por herencia.

Judá no se acomodó en los planes que Dios hizo para ellos.  Habían actuado con rebeldía hacia Él. Jeremías proclama sus confesiones por su pueblo, pero desafortunadamente era un coro de una sola voz.

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Amenaza de Castigo Abrumador si Judá no se Arrepiente (4:3-6:30):

Jehová advierte a Judá que se arrepienta, o de otra forma su ira vendrá contra ellos. La calamidad viene en camino desde el norte. El león ha salido de la espesura. Un viento sopla sobre Jerusalén, no para ventilar o limpiar, sino para destruir. «Vuestros hechos han traído estas cosas sobre vosotros.»

Toda la tierra será destruida. «¿Cuando estés desolada, qué harás? ¿te maquillaras para atraer a tus amantes? Te menospreciarán.»

«Recorred presurosamente las calles de Jerusalén, y hallad un hombre que sea recto y que hable verdad de modo que pueda perdonar a la ciudad.»

Jeremías no halló ninguno. Entonces dijo: «Son los pobres que no conocen los caminos de Jehová. Iré a los grandes.» pero no halló a ninguno que obedeciese a Dios.

¿Recuerda que sólo diez almas justas  podrían haber salvado a Sodoma y Gomorra de la destrucción (Gén. 18:16-32)? pero los diez no pudieron ser hallados. Ahora, Dios está pidiendo sólo uno - y Jeremías no puede hallarlo - ni entre el pueblo del común ni entre los grandes.

Debido a los pecados de Judá Dios dice: «yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá.» Después de dibujar un cuadro de la culpa de Judá, el Señor dice: « Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso.»

El sitio de Jerusalén es predicho. El enemigo recogerá totalmente a Judá. Jeremías dice: «¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Diciendo: Paz, paz; y no hay paz.  ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza.»

Jeremías habla al pueblo para que busque los antiguos caminos y que ande en ellos, pero el pueblo dice: «No, no andaremos en ellos.» Por tanto, el castigo está en camino. «Los hombres reúnen sus armas; son crueles, y cabalgan contra vosotros, Oh hija de Sión.»

Jeremías es Enviado a Hablar a los Adoradores en el Templo (7:1-10:25):

Dios dijo a Jeremías que fuese a la puerta de la casa del Señor y les dijese: «Escuchad, vosotros que adoráis a Jehová: enderezad vuestros caminos, y haré que permanezcáis aquí. Pero no penséis: El templo de Jehová está entre nosotros. Eso no os salvará. Sólo si os arrepentís, permaneceré en vuestra tierra.»

Dios advierte a Su pueblo que no confíe en palabras de mentira expresada por falsos profetas. Su idolatría y terquedad serían castigadas. Y si pensaban que meramente teniendo el templo entre ellos les salvaría, entonces mirad a Silo donde estaba localizado el tabernáculo por primera vez en la tierra. «Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.»

Silo fue el lugar era el lugar donde se puso el tabernáculo cuando los Israelitas conquistaron la tierra con Josué (Josué 18:1). Permaneció como el centro de su adoración hasta los días de Elí (1 Samuel 1:3). El pueblo de los días de Elí era malvado, y Dios permitió que los filisteos derrotaran a los israelitas, y que capturasen el arca del pacto ( 1 Sam. 4:1-11). Aunque Silo no fue destruida en ese entonces (ver 1 Sam. 14:3d), nunca más siguió siendo el sitio de reunión del pueblo. La historia no nos cuenta de la destrucción de Silo, pero es evidente por este pasaje que encontró su final mediante el plan de Dios.

Dios dice a Jeremías: « no ores por este pueblo, porque no te oiré. «Hacer sacrificios no es lo que os hace mi pueblo, sino el obedecer mi voz.»


Judá Sólo

Después de hablar de la traición y de la desvergonzada y descarada desobediencia de Judá, Jeremías dice: «¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!»

En el capítulo 10, los falsos dioses son contrastados con Jehová. Los hombres cortarán un árbol, y le darán forma. Luego lo recubren con oro y plata. Sigue siendo un tocón de madera. En contraste, Dios hizo al mundo y sostiene la creación.

Jeremías clama a Dios, y dice: «Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.» Le pide a Dios que le corrija con medida, no con ira, no sea que le traiga a nada.

Una Conspiración contra Dios y Contra Jeremías (capítulos 11-12):

El Señor dice que Judá no guardó el pacto que Dios hizo con ellos cuando los trajo del horno encendido de Egipto. En ese entonces dijo: «Obedeced mi palabra, y haced como yo os mando, y así seréis mi pueblo, y Yo seré vuestro Dios» (ver Éxodo 19:5-6). Pero una conspiración se descubre entre los hombres de Judá. Han vuelto a las iniquidades de sus antepasados y han roto el pacto que hice con sus padres.

Por tanto, Dios dice a Jeremías que no ore por ellos porque no le oirá. No pertenecen más a la casa de Dios porque se han contaminado con el pecado.

Jehová advirtió a Jeremías de una conspiración contra su vida, planeada por hombres de Anatot - la propia ciudad de Jeremías - debido a su condenación de los sacerdotes. Dios dice: «Veré tu venganza llevada sobre ellos.» Dios dice que no habrá remanente de ellos.

Una de las razones por las que Jeremías era tan odiado, fue que él era uno de los sacerdotes, y aun así les condenaba tan gráficamente. Como sacerdote estaba bien familiarizado con las prácticas y enseñanzas de los sacerdotes, y era muy conocido entre ellos y por el rey.

En el capítulo 12 Jeremías pregunta sobre la prosperidad de los malvados. «Durante cuanto tiempo,» inquirid: «¿morarán los malvados en la tierra?»

Dios contesta que la calamidad ya estaba en camino, pero que no se comparaba con lo que vendría. Dios arrancaría a los malvados vecinos de Judá así como también a Judá. Después Él les daría la oportunidad de aprender Sus caminos. De otra manera, si ellos no lo hacían, entonces esa nación sería destruida. 

El Cinto Podrido (capítulo 13):

Dios dijo a Jeremías que comprase un cinto o banda. Lo utilizó durante un tiempo pero, siguiendo las instrucciones de Dios, no lo lavó.  Luego Dios le hizo ir a esconderlo en la hendidura de una peña en el Eufrates y dejarlo allí. Muchos años después Jehová dijo a Jeremías que sacase el cinto del escondite. Cuando lo halló se dio cuenta de que no servía para nada. (Por supuesto, el Eufrates fue escogido, debido a que allí era donde se encontraba el reino babilónico.

Jehová dijo: «tomé a este pueblo para que se junta a mí como un cinto para su bendición y gloria, pero no escucharían. Por tanto, haré podrir su orgullo y su gloria como este cinto.»

La Sequía y una Oración pidiendo Misericordia; Jehová Dice Que No (capítulos 14-15):

Un tiempo de terrible sequía llegó sobre Judá, y Jeremías se dispuso a orar y rogar a Dios por la misericordia. El Señor respondió: «No ores por este pueblo, porque pienso consumirlos con espada, con el hambre y con la plaga.»

Jeremías dijo que los falsos profetas estaban diciendo al pueblo: «No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.»

Pero Jehová dijo: «Ellos mienten, no les he hablado, más aun,   con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.»


Judá Sólo

    Elocuentemente Jeremías presentaba con insistencia su caso por la misericordia de Dios, pero Dios replicó: «  Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo, y los dispersaré lejos a causa de lo que hizo Manasés el hijo de Ezequías.»

A Jeremías le es Ordenado no Casarse (capítulos 16-17):

Jehová ordenó a Jeremías que no se casase debido al dolor que vendría a los hijos del pueblo. “De muertes crueles morirán”.

 «No entres en casa de luto. He quitado la paz de este pueblo. Habrá tanta muerte que no habrá ocasión de lamente. Tampoco habrá banquetes ni alegría.»

Se menciona un tiempo de restauración, pero primero debe venir el castigo debido a la iniquidad y el pecado. El pecado de Judá está escrito con un lápiz de hierro y la punta es de diamante sobre las tablas de sus corazones, mientras recuerdan sus altares y sus imágenes de Asera.

Necios son aquellos que confían en sí mismos. Sólo se puede depender del Señor.

Jeremías oró a Dios: «Sálvame, porque eres mi alabanza. El pueblo me dice, ¿dónde está la palabra del Señor? ¡Has que llegue! Poned en vergüenza a aquellos que me persiguen, pero no me dejes avergonzado.»

El Señor le dijo que se parase en las puertas donde entraba y salía el rey y el pueblo, y decirles que se debe guardar el día de reposo. Si obedecen, serán bendecidos; mas si no lo hacen: «haré descender un fuego que consumirá los palacios de Jerusalén.»

La Vasija de Barro (capítulo 18):

El Señor dijo a Jeremías que fuese a la casa del alfarero, y que allí Él le daría un mensaje. De modo que fue al alfarero y le observó mientras trabajaba. El alfarero pondría una masa de barro en la rueda y la trabajaría con sus manos. Comenzaría a hacer una bella vasija. Si la echaba a perder, simplemente formaría la masa de nuevo para moldearla en un nueva vasija, una vasija de algo distinto.

El Señor dijo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.» El Señor podría hacerlo si lo desease. Si una nación era malvada, la podría destruir, y si se arrepentía, entonces, como ocurrió con la vasija, Dios podía cambiar de opinión y hacer algo distinto.

La Vasija Rota; Reacción de Pasur (capítulos 19, 20):

Jehová dijo a Jeremías que comprase una vasija de barro y que reuniese a los ancianos del pueblo y a los sacerdotes de Tofet. Allí Jeremías debía decirles: «Oíd palabra de Jehová: Voy a traer calamidad sobre este lugar porque Israel me ha dejado y ha adorado a Baal, y quemado a sus hijos como holocausto a Baal. Por tanto, este lugar no será más llamado Tofet, o valle del hijo de Hinom, sino valle de la matanza. Entregaré los cuerpos muertos del pueblo para alimentar las aves, y haré que coman a sus hijos e hijas durante el asedio.»

Dios dijo a Jeremías que en ese punto debía quebrar la vasija y decir: «Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.»

Después de hacer estas cosas, Jeremías vino al atrio del templo y dijo: «He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.»

Pasur, hijo de Imer el sacerdote, quien presidía en el templo escuchó a Jeremías  y le puso en el cepo cerca al templo. Le dejó allí durante la noche. Al día siguiente, cuando Pasur le liberó, Jeremías dijo: «Jehová no ha llamado tu nombre Pasur (libre), sino Magor-misabib (terror en todo lugar).» Jeremías procedió a contar a Pasur que él y todo cuanto tenía sería llevado a Babilonia. Él dijo: «tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.»

Judá Sólo

A continuación de esto hay una de los cuadros más conmovedores de las luchas internas de un siervo de Dios que pueda ser hallado en la Biblia. Jeremías siente que todo lo que predica es: «Violencia y Destrucción.» Su predicación le hace sentirse deprimido todo el día. Mas si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.»

Jeremías estaba tan turbado que deseaba no haber nacido. Sin embargo, fue fiel a su misión durante cuarenta años.

Nota Histórica sobre Asiria:

Asiria estaba enfrentando sus propios problemas en ese entonces, Asurbanipal fue el último rey poderoso de Asiria. Habían ocurrido muchas rebeliones durante los años, pero Asiria había sido capaz de reprimirlas y sostener su supremacía sobre el mundo de esos días. Pero el final se había acercado. Asurbanipal murió aproximadamente en el 633 a. de C. cuando el rey Josías era todavía un niño en Judá.

Las rebeliones continuaron y Asiria estaba bajo presión por todo lado. Egipto hacía continuamente lo posible por obtener su independencia. Hacia el este, un pueblo llamado los Medas estaba creciendo en fortaleza. Las tribus Árabes del desierto incursionaban en las tierras de la Palestina este y en Siria. Era evidente que los reyes de Asiria no podrían mantener  unido al imperio por mucho tiempo.

En el 625 a. de C. un poco después de que Josías comenzó sus reformas, y cuando Sofonías y Jeremías habían comenzado su obra, un príncipe caldeo llamado Nabopolasar logró conseguir la independencia de Babilonia. Unos trece años después, en el 612 a. de C., los babilonios hicieron coalición con los medos y sitiaron la ciudad de Nínive. La ciudad cayó después de sólo tres meses, para jamás ser reconstruida. Otra batalla decisiva en  Carquemis marcó la caída final de Asiria.

Todas las tropas tuvieron que ser llamadas de las provincias para proteger a Nínive durante estas últimas batallas. Por tanto, provincias tales como Judá fueron liberadas por abandono. El rey Josías pudo tomar control al menos nominal de la tierra de Canaán. Los arqueólogos dicen que la ciudad de Meguido cayó bajo su control en ese tiempo y llegó a ser el centro administrativo de la sección norte de la tierra.

Hemos incluido un resumen de la caída total de Asiria en este momento, pero su final no ocurrió de la noche a la mañana. Nos referiremos en retrospectiva a esta información mientras procedemos con la historia de Josías y su reino. A estas alturas, Asurbanipal ha estado muerto en Nínive por casi ocho años; Nabopolasar se ha rebelado y ha establecido un estado independiente en Babilonia; Josías es ahora un joven y ha comenzado a purificar su tierra: Sofonías y Jeremías han comenzado su obra de profetizar.

 

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