El Profeta Sofonías

(El Libro de Sofonías)

Aproximadamente en este tiempo, otro profeta aparece. Sofonías se levanta para pronunciar la destrucción de la malvada nación de Judá. Dios ya ha declarado que el juicio es inevitable debido a la maldad de Manasés (2 Reyes 21:10-15). Ahora Sofonías dice lo mismo.

Judá Sólo

Sofonías se presenta a sí mismo trazando su linaje hacia atrás cuatro generaciones hasta Ezequías. Ya que era inusual que un profeta diese algo más que el nombre de su padre, parece lógico asumir que el Ezequías mencionado aquí era el buen rey Ezequías. Si es así, entonces Sofonías era de linaje real y primo del joven rey Josías. Sofonías dice también que hizo su obra durante el reinado de Josías. Esto le situaría entre los años 640 a 609 cuando reinaba Josías. Su obra probablemente comenzó temprano en el reinado de Josías, inmediatamente después de los malvados reinos de Manasés y de Amón, y antes de que Josías iniciase sus reformas en la tierra, debido a que el mensaje de Sofonías  es de destrucción. ¡El juicio se acerca! ¡El castigo será severo!

Sofonías se ha llamado el libro más caliente en la Biblia. Hay llamados al arrepentimiento, pero aun tales llamados fueron para dar esperanza del refugio en el tiempo del juicio, en lugar de la esperanza de evitar el juicio. Por ejemplo: vea 2:3. El profeta dice: «Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová.» Parecía ser muy tarde para reformarse, el día de la ira de Jehová ha llegado.

Juicio sobre Todo el Mundo, Judá en Particular (1:1-18):

El profeta comienza con un pronunciamiento del severo juicio sobre todo el mundo: Todo será totalmente borrado. Toda civilización del hombre será llevada a nada.

Luego el Señor se dirige a Judá y Jerusalén, y pronuncia su destrucción también. Ellos habían pecado y Dios estaba a punto de enviar Su juicio. Su pecado era apostasía religiosa. La adoración de Baal, la adoración solar, la adoración de Moloc, como también la falsa y ritualista adoración a Jehová sería quitada.  «El día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados.» Toda clase de personas serán castigadas. Ni el rango ni las riquezas les protegerán del juicio de Dios. Aun los satisfechos de sí mismos caerán bajo el severo castigo. Había algunos en Judá que decían: « Jehová ni hará bien ni hará mal.» Pero ese grupo también caerá.

Los versículos 14-18 del capítulo 1 presentan una de las más sorprendentes descripciones del día del Señor que pueda ser encontrada en los profetas. «Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.  Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo.» ¡Qué escalofriante debió haber sido tal mensaje para el pueblo de pensamiento recto en Judá!

Recuerde que «el día del Señor» siempre se refiere a un día de juicio en los profetas.. En este caso es primariamente un juicio contra Judá, pero además, un juicio contra todas las naciones malvadas.

Exhortaciones al Arrepentimiento y la Perseverancia (2:1-3:8):

Por tanto, se extiende la llamada de que se reúnan para buscar al Señor. Reunirse antes de que el tiempo señalado llegue, antes de que la ira ardiente de Jehová venga sobre vosotros. Buscad al Señor, todos los humildes de la tierra. Quizá Dios os esconderá cuando llegue la hora del juicio.

Luego el profeta se dirige de nuevo a las naciones en derredor. Filistea será destruida; ninguno quedará. Moab y Amón serán destruidos, porque Dios ha estado escuchando los insultos que han estado profiriendo contra Su pueblo durante todos los años precedentes. El remanente de Dios morará en paz en estas tierras. Etiopía (o Cus) caerá por la espada. Aun la poderosa Nínive y los Asirios caerán. Dios extenderá su mano contra el norte, y Nínive será dejada totalmente desolada y seca como el desierto. Nínive estaba tan orgullosa que pensaba que no podía ser derribada, pero se convertiría en menos que guarida de animales salvajes, de modo que quien pasase por allí se burlaría de ella.

Judá Sólo

Ahora, el mensaje regresa a Jerusalén, ¡esa malvada ciudad de opresores, rebeldes y corruptos! «¡Ay  de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!» Se había rehusado a escuchar la voz de Dios y se volvió en la dirección opuesta. Los líderes cívicos y espirituales - los sacerdotes, los jueces, y los profetas - les dirigieron en su maldad. Habían visto a Jehová cortando las naciones a su alrededor; habían visto caer las fortalezas. Dios había esperado que Judá aprendería de las lecciones de las destrucciones en derredor y que se volvería a Él. Él dijo: «¡En verdad me temerás y aceptarás la corrección!» Entonces su morada no sería destruida y los castigos de Dios no vendrían sobre ella - pero no aprendieron. Todavía estaban deseosos de actuar corruptamente en todo lo que hicieran.

«Por tanto, esperadme,» declara el Señor: «hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.»

Después del Juicio, Salvación y Glorificación para el Remanente (3:9-20):

Pero aquí en el centro de tales predicciones oscuras, hay un rayo de esperanza para el pueblo de Dios. El juicio viene contra toda maldad, pero Dios tendrá un remanente de pueblo fiel. Dios declara que Él purificará los labios de todos aquellos que le invocan y le sirven. El día llegará en el cual llamará a su fiel remanente, y los hará volver a Su santo monte. Los soberbios y malvados serán quitados, pero los mansos y humildes serán dejados para heredar. Cantad, da voces de júbilo, vosotros, remanente. El Señor ha apartado tu castigo, y vivirás seguro nuevamente.  El Señor es poderoso para salvar y El Se gozará en ti.

En cada uno de los profetas, hay una promesa similar de un remanente que regresaría a la tierra. Este sería el grupo que aprendió la lección del juicio de Dios y se volvió a Él en servicio fiel. Veremos como progresa la historia, y en el próximo libro de la serie, veremos que el remanente regresa después del cautiverio.

Dios prometió grandes bendiciones a ese remanente, las cuales El no pudo llevar a cabo  en toda su extensión, debido a que aun ese remanente no le sirvió como debiera. Por tanto,  de ese remanente físico, Dios tenía aún un más pequeño remanente que Él podría bendecir - un remanente espiritual de aquellos que le servirían en verdad y que aceptarían Su reinado. Ese es el Israel espiritual de que se habló en el Nuevo Testamento. Todos los fieles desde los días de Cristo están comprendidos en este remanente espiritual. Ningún grupo de judíos tiene el derecho de esperar volver a su tierra como cumplimiento de estas profecías. Los judíos fueron castigados como lo predijeron los profetas; entonces, a un remanente le fue permitido volver según lo predicho; y de ese grupo vino el Cristo y ofreció a la humanidad el derecho de ser parte del remanente espiritual. Ese remanente espiritual será la herencia de Dios para todo el universo.

 

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